O filme que assistimos...

Você encontrará neste espaço comentários e analises de filmes de todas as épocas. Uma excelente oportunidade para aprender além do cinema.

Patricio Miguel Trujillo Ortega


4 de março de 2011

Sunset Boulevar

Sunset Boulevar, 1950, Drama, USA. 110 minutos.
 
Con William Holden, Gloria Swanson, Erich von Stroheim, Nancy Olson.

Direção: Billy Wilder.

Si existe una película inmortal, esa es Sunset Boulvar. Han pasado más de sesenta años desde su estreno y continúa siendo una historial real y actual gracias al trabajo realizado con excelencia por Billy Wilder, uno de los grandes cineastas del mundo.

Sunset Boulvar narra una historia sobre lo corrupto que pueden ser las personas en Hollywood para conseguir sus intereses egoístas. Es la falta de escrúpulos para triunfar de cualquier forma. Y este es el motivo, tal vez, de que no ganara el Oscar a la mejor película en 1950 (no se puede negar que La Malvada también es una gran producción), pues a muchos no les agradó ver ese autorretrato.

Definitivamente la primera y la última escena de Crepúsculo dos Deuses están entre las mejores del cine.

En la primera, vemos el asfalto de una avenida y los carros de la policía que llegan a una mansión en Sunset Boulevar donde ha habido un asesinato. La toma de la piscina es un ejemplo de la magnífica concepción que tenía Billy Wilder del cine. Un cuerpo flota en el agua y el público puede verlo desde dentro de la piscina y el efecto que esta imagen causa. (Antes del estreno oficial, la primera escena empezaba en la morgue con los cadáveres conversando; pero como causó demasiadas carcajadas cuando la presentaron, la cambiaron)

Y la última escena, el paso lento de Norman Desmond al bajar las escaleras y sus palabras que se clavan como una acusación de la soledad que le rodea y que ella ya no la percibe: “Como ven, esta es mi vida. Siempre ha sido así. No hay nada más. Sólo nosotros y las cámaras y esas personas maravillosas ahí en la oscuridad”. Los ojos de Norman que ven lo que solo ella puede ver, pues los demás guardan un silencio de luto porque ven la caída de una diosa, lentamente, muy len-ta-men-te.

 Sunset Boulevar es la historia de Joseph Gillis, un guionista que, como lo dice él mismo al principio de la película, “escribe dos historias originales por semana” y trata de venderlas sin ningún éxito. Tiene problemas financieros y necesita urgente 300 dólares para que no le embarguen el coche, pues no ha pagado las últimas cuotas. Al huir de los agentes que lo buscan, tiene un accidente y entra a una mansión en ruinas en la avenida Sunset Boulevar. Como cree que la propiedad está abandona, esconde ahí su carro para que no se lo quiten. Pero en la casa, vive Norman Desmond, una famosa actriz de la época del cine mudo olvidada ya por todos. “¿Fue siempre su vida tan solitaria?”, piensa Gillis al ver a la actriz y a su casa.

Norman es una persona fuerte, decidida, enérgica, autoritaria y segura de sí misma. O es lo que aparenta. Ella misma se define: “Soy importante. Es sólo que las películas ya no lo son”.

Al descubrir que Gillis es escritor, Norman le pide –le exige, en verdad- que revise un guión sobre Salomé que ella lo ha escrito porque está segura que será un éxito bajo la dirección de Cecil B. DeMille. Gillis acepta el trabajo y los cambios que ella le exige en su vida, como usar otro tipo de ropas y de mejor calidad. Norman no duda en gastar lo que sea con tal de que se haga como ella lo desea. Y Gillis, aunque reclama de las exigencias, las acepta pero no reconoce que se ha transformado en un gigoló, pues sus ambiciones son grandes y su egoísmo es tal, que no le importa quedarse en Sunset Boulevar con una vieja estrella de cine olvidada y demente, incluso cuando percibe lo que le sucede a la actriz. Y lo descubre en una fiesta de fin de año que Norman da solo para él. No hay ningún invitado en la mansión, solo la orquesta que tocará mientras ellos bailan y que seguirán tocando mientras Norman intenta suicidarse porque Gillis ha rechazado su amor (pero no todo lo material que ella le ofrece y que continuará dándole).

Pero el oportunismo tiene sus consecuencias.

Parece que Gillis no quiere darse cuenta de eso y trata de autoconvencerse de que no es un oportunista ni un aprovechador; mas, cuando cada acción ya ha provocado un efecto, es demasiado tarde...

Poco a poco, Norman pierde la fuerza y auto confianza que al principio parecía tenerlas; sin darse cuenta, se va hundiendo y humillando al hacerle “tristes” representaciones teatrales a Gillis cuando él está aburrido; los celos empiezan a corroerla por dentro... Ya nadie puede detener la caída final de los dioses.

Aunque la historia es ficticia, muchos hechos de la película coinciden con la realidad.

Norman Desmond es una famosa actriz olvidada de la época del cine mudo y ella no percibe que está sola. Gillis piensa de ella: “El hecho era que temía salir y enfrentar el mundo exterior; temía que le hiciese recordar que el tiempo había pasado”.

Norman vive en su mansión en ruinas, a pesar de que es rica y puede darse los lujos que quiera. Norman Desmond es interpretada por Gloria Swanson que había dejado de hacer cine desde los años 30 y ya estaba en el olvido. En una de las escenas de Sunset Boulvar, Desmond le muestra a Gilli una de las películas que había hecho en su apogeo. En la vida real, esa película se llama “La Reina Patricia” y fue interpretada por Gloria Swanson y dirigida por Erich von Stroheim, que también actúa en Sunset Boulevar como Max, el empleado de Norman.

Max hace todas las tareas en la mansión en ruinas y su objetivo es cuidar a Norman, que no le pasa nada. Llega incluso a escribir todos los días falsas cartas de admiradores que llegan por el correo y que es el alimento para disminuir la soledad y el abandono que le rodea a Norman Desmond, quien ya había recibido en el pasado 17.000 cartas de sus admiradores; ya habían pedido un rizo de sus cabellos; inclusive un conde ya se había ahorcado con una de las medias de ella...

Max le cuenta a Gillis que él había descubierto a Norman como actriz cuando ella tenía 16 años. Dirigió sus primeras películas y fue su primer marido. Pero los años pasaron y, en la vida real, Erich von Stroheim, que hace el papel de Max, fue un director de cine y una de sus películas, como dijimos anteriormente, es “La Reina Patricia”, justo la película que le llevó al fracaso y al olvido.

Cuando Gillis está adaptándose a su nuevo estilo de vida, asiste un día a la reunión de Norma con sus viejos amigos de cine. Ellos están jugando cartas. Y cuando la cámara muestra los rostros de las “figuras de cera” como los llama Gillis, reconocemos a tres grandes actores de la época del cine mudo que en los años 50 ya nadie se acordaba de ellos: H. B. Warner, Buster Keaton, Anna Q. Nilsson...

Una escena triste sobre lo cruel que puede ser la vida y el olvido; la ingratitud y la soledad; la gloria y la decadencia.

Dos personajes cumplen un papel especial en la historia: el primero es Betty Schaefer, interpretado por Nancy Olson. Ella es lectora en el estudio de la Paramaout y critica los trabajos de Gilli con el único objetivo de que estos mejoren. Parece ser la única con buenas intenciones. Su actitud, su postura final al descubrir quien es Gillis de verdad  muestra el lado humano en esta historia de abandono.

Y el otro personaje es el director Cecil B. DeMillie. Norman está segura de que él aceptará su guión, pues juntos hicieron muchas películas. DeMillie la trata con cariño y la llama de “joven colega” cuando ella lo va a visitar en el estudio donde, por un momento, ella vuelve a ser la reina que un día fue. Pero el tiempo pasó y eso DeMillie lo sabe.

“Nunca nadie deja a una estrella; eso es lo que hacen ellas” dice Norma. Pero a ella lo han dejado.

Sunset Boulevar es una de esas películas que uno tiene que verla. Ganó el Óscar de mejor dirección de arte -blanco y negro-, mejor banda sonora y mejor guión en 1951.



Patricio M. Trujillo O.

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