O filme que assistimos...

Você encontrará neste espaço comentários e analises de filmes de todas as épocas. Uma excelente oportunidade para aprender além do cinema.

Patricio Miguel Trujillo Ortega


30 de junho de 2013

Gigante



Gigante. Drama. 85 minutos. 2009. Uruguay.

Con: Horacio Camandulle y Leonor Svarcas

Dirección: Adrián Biniez.

Gigante es una de esas películas latinoamericanas que nos sorprende por su sencillez y su calidad cinematográfica y, principalmente, por la manera en que retrata las fantasías y los sueños de la gente común, lo que la hace, como su propio nombre lo dice: una gran película.

Gigante es la historia de Jara, un hombre extremadamente tímido que ya pasa de los treinta años y que, de repente, se enamora de una joven mujer a la que no conoce y nace en él un deseo profundo de estar con ella, pero no es capaz de hablar con ella.

Aparentemente la propuesta inicial del tema nos remite a un hombre conflictivo, incapaz de relacionarse con otros adultos, lo que podría llevarle a cometer algún acto irracional; no obstante, la película, de una manera sensible, nos presenta a un hombre-niño que tiene una necesidad “gigante” de amar y de ser amado.

Y una de los aspectos más interesantes de la película, es que el final “está abierto”; es decir, el espectador tendrá que sacar sus propias conclusiones.

Los conflictos de la timidez de Jara.

Jara es un hombre muy alto, es tímido y trabaja en un supermercado como vigilante atrás de las cámaras de televisión de control en el turno nocturno. Además, vive solo, es inexpresivo y su vida es monótona y aburrida. En el trabajo, para no sentir el paso de las horas, hace ruidos con la boca, duerme y resuelve crucigramas; en la hora de la comida, apenas participa de las conversaciones de sus colegas porque está leyendo un libro; en su casa, permanece acostado en el sofá viendo la televisión. Esta rutina solo la rompe cuando trabaja en una discoteca como guardia y cuando está con su sobrino, un niño de unos diez años con quien se entretiene con videos jugos y, a veces, jugando como si él mismo fuera “un niño”.

Las empleadas de la limpieza empiezan su trabajo
Jara: un trabajo y una vida aburrida y monótona
La vida de Jara es pacata hasta que una noche ve a una de las empleadas de la limpieza que, al caminar de espaldas mientras limpia uno de los corredores del supermercado, se choca contra una torre de papel higiénico y derrumba todo al suelo. Él se ríe del accidente y ve que Rojas, un supervisor, se acerca a la muchacha y le da una bronca. Se percibe por la imagen que hay algún tipo de amenaza; entonces, Jara se “solidariza” con la chica, le llama por teléfono a la recepcionista y le dice que a Rojas lo buscan en otro lugar del supermercado. De esta manera, él “salva” a la muchacha de la difícil situación en la que se encuentra.
Julia y el accidente del papel higiénico
A la noche siguiente, Jara ve a la muchacha nuevamente a través de las cámaras y empieza ese momento a “seguirla” paso a paso por el supermercado. Por donde ella va, él está presente, prestando atención a cada uno de las cosas que ella hace; a pesar de eso, él se mantiene distante físicamente. Él tiene miedo de aproximarse; sin embargo, esa misma noche, al salir del trabajo, Jara ve a la chica en la calle y la sigue hasta cuando ella entra en un bus y se va. De esta manera, se inicia el calvario del amor platónico de Jara.
 
Jara sigue a Julia con las cámaras
Jara sigue a Julia por las calles de la ciudad
El amor platónico y sus problemas.

Jara se enamora de la empleada de limpieza pero no se atreve a conversar con ella; su timidez es tan grande que prefiere permanecer sentado frente a la televisión en la sala de control, mirándola; inclusive, llega a consumirse de celos cuando ve que otras personas conversan con ella.

Desde el principio está establecida la contradicción en la personalidad de Jara. Físicamente es un hombre que puede intimidar a las personas, pues es muy alto y corpulento; sin embargo, su timidez es tan fuerte que habla poco, su tono de voz es bajo y es educado con las personas. Él podría acercarse a la muchacha y conversar con ella; sin embargo opta por seguirla, de forma escondida, todas las noches, después del trabajo y de esta forma llega a saber lo que ella hace, lo que le gusta, donde vive, etc.
 
Jara está obsesionado y se esconde para espiar a Julia
Cada madrugada, Jara descubre algo nuevo de Julia y así se dan algunas escenas divertidas y peligrosas que demuestran los rasgos de la personalidad de este hombre que vive el drama de amar y de no saber cómo acercarse a la persona que tanto le gusta.

Como ejemplo, podemos citar un caso cómico y uno violento. En el primero, Jara descubre una mañana que la muchacha va a un gimnasio donde practica kárate. Él entonces regresa a su casa y empieza a ejercitarse físicamente, levantando pesas. Más adelante descubre que a ella le gusta el rock pesado y él empieza a oír ese tipo de música. Se percibe, entonces, que él intenta tener, de cualquier forma, cosas en común con Julia. Es como si de esa forma él estuviera más cerca de ella.
 
Observan los puños de Jara: está listo para defender a Julia cuando Rojas se acerca
Estas escenas no son propiamente cómicas, pero ayudan a bajar la tensión de Jara y dejan un asunto pendiente: el grado de madurez de él. Su comportamiento no es de un adulto maduro y sí de un joven inseguro.

Pero Jara también se acerca a un punto extremo, por tanto, peligroso, en el que puede saltar esa línea invisible que divide la pasión y la locura; es el momento en que la sanidad del protagonista corre peligro y su comportamiento le podría afectar tanto a él como a Julia, quien aún no sabe nada de la existencia de Jara.
 
Un taxista le dice un piropo a Julia
Jara usa la violencia para "proteger" a Julia
Una noche, la muchacha camina por las calles y al pasar al lado de un taxi, el taxista le piropea de una forma muy grosera. Julia continúa caminando sin  hacerle caso al chofer, pero como Jara la está siguiendo, escucha lo que el taxista le dijo y, al pasar al lado de este, sin detenerse, le da un golpe fortísimo en la cabeza, golpeándole la cara en el volante del auto. Jara continúa caminando como si nada hubiera pasado, mientras se escucha el ruido de la bocina del auto porque, aparentemente, el taxista se quedó inconsciente.

Jara se convierte así, en un “ángel protector” peligroso que, si se deja dominar por los celos, las consecuencias pueden ser fatales no solo para él, sino también para Julia.

Gigante, ¿un drama romántico?

Desde cualquier punto de vista, Gigante es el drama de Jara que está enamorado de Julia y no consigue acercarse a ella por su dificultad de relacionarse con las personas; sin embargo, hay una serie de matices a lo largo de la película que ayudan a suavizar el tono dramático y le dan un toque “romántico”. Por ejemplo, el lío en que se mete para descubrir el nombre de la “muchacha de la limpieza”; o cuando le regalo, anónimamente, un cactus, dejándolo en medio del corredor que ella limpia todas las noches.
 
El cactus
¿Quién es Julia? La vemos según los ojos de Jara
Sin embargo, la pregunta que aún no ha sido respondida es: ¿quién es Julia?

Sobre Julia y otros elementos.

Lo único que se sabe de ella es que es una de las muchachas de limpieza del supermercado del turno nocturno y que, más adelante, será de una de las que son demitidas. Los otros detalles de la vida de Julia y de sus gustos los sabemos a través de los ojos de Jara.
Jara se esconde cuando la ve entrar en el bar donde él trabaja
Cada día que Jara le sigue a Julia, el espectador conoce algo de ella, pero de una forma subjetiva, después de todo son los ojos de él que nos cuentan la historia. Es interesante mencionar que Julia solo habla una sola vez en toda la película y su frase, no nos da ninguna información especial sobre ella.

El recurso que el director utiliza para presentarnos a Julia lo podemos ver con todos los detalles en el minuto 58 cuando ella tiene una cita con un hombre en una pizzería. El espectador no sabe quién es el individuo, por qué están ahí, qué tipo de relación tienen ambos y, por tanto, Jara tampoco lo sabe. Hay dos cámaras en la escena: la primera es la que muestra el local, lo que sucede, pero se mantiene distante. Es una cámara que no aporta detalles, al contrario, crea ese ambiente de suspense que tanto le atormenta a Jara. La segunda cámara es los ojos de Jara, que nos muestran los detalles tal como él los ve. Por medio de esta “cámara”, sentimos las angustias y las necesidades que él tiene en relación a Julia y, como él, no sabemos nada de que sucede en realidad.
Jara ve a Julia con su cita
Este recurso es permanente a lo largo de la película que es dinámica, lo que permite que ni la falta de diálogos ni las secuencias largas en que Jara le sigue a Julia por las calles de Montevideo, hagan de Gigante una película aburrida o parada; al contrario, es muy ágil gracias a los cambios constantes de cámaras, de ángulos y del tipo de tomadas. Hay muchos primeros planos que se van alternando con planos generales, con planos de conjunto y de detalle.

Cuatro escenas claves de el Gigante.

Vamos a mencionar, en orden cronológico, cuatro escenas claves: la primera sucede en el minuto cuatro, cuando Jara acaba de llegar al supermercado y se cruza en el corredor con los empleados de limpieza. Él pasa al lado de Julia y no la ve, así como tampoco ella. Esta escena rápida, de un par de segundos, ya coloca frente a frente a los protagonistas de la película, resaltando el hecho de que Julia nunca le verá a Jara, a no ser que él tome la iniciativa.

Jara y Julia caminan sin verse y sin conocerse
La segunda escena que destacamos dura seis minutos. Jara sigue a Julia por las calles de Montevideo y conocemos algunos aspectos de la rutina de la muchacha, así como del comportamiento de Jara. Primero Julia va a una tienda, un Cyber, para usar internet. Jara también entra al mismo lugar y le espía, escondiéndose, para que ella no lo vea. Luego la muchacha sale a la calle y Jara está nuevamente atrás de ella. La chica se detiene en la vereda y se pone a jugar con un perro de una mujer que pasa por el lugar y Jara, sin tener donde esconderse, se detiene frente a un quisco de revistas y acaba comprando una revista mientras espera que el tiempo pase. Lo interesante de la compra, es que Jara se ve obligado a fingir que sabe de qué se trata la revista, “Todo Tejido”, cuando en verdad no tiene idea de nada. Se ve obligado a improvisar para no perder de vista a Julia.
Jara espía a Julia en el Cyber.
Jara se esconde para que Julia no lo vea
Esta escena es dinámica y prevalecen los primeros planos y en profundidad. El cambio de encuadre es rápido, dinámico y lo único que se escuchan son los ruidos de la calle y, los diálogos de Jara con el vendedor del quisco y el atendiente del Cyber.

La tercera escena que consideramos importante dura casi seis minutos y ocurre después de la primera media hora de la película. En esta conocemos algunas facetas de Julia y Jara se ve obligado a romper algunas ideas preconcebidas sobre Julia. Él la sigue hasta un cine y cuando entra, no sabe a qué sala ella fue. Entonces, él se dirige a la Sala 3 donde están pasando una película que se llama “Salto al amor”. Al descubrir que ella no está ahí, entra a la Sala 2 donde pasan la película “Mutante”. La cámara permanece estática, frente a la Julia y desde ahí vemos las actitudes de Jara, que se ha sentado unos tres fileras atrás de ella, y las reacciones de Julia mientras ve la película. La escena es dinámica a pesar de que ocurre en un espacio pequeño, cerrado y oscuro. Es gracioso, por otra parte, descubrir que Julia no es “romántica” como Jara se había imaginado.
 
Julia y Jara en el cine
La cuarta escena que hay que mencionar y que ejemplifica la fragilidad de la personalidad de Jara sucede después de que Julia encuentra el cactus en el corredor. Ella le muestra a un colega y se van caminando por los pasillos del supermercado. Jara los mira y empieza a sentirse celoso cuando los ve que conversan, que él la toma de la mano y, más aún, cuando no consigue, algunos segundos después, descubrir dónde están. Por más que los busca con las cámaras, no los encuentra. Entonces, él abandona su puesto y empieza a buscarlos. De repente, escucha unos gemidos de placer y se imagina que es Julia teniendo relaciones sexuales. Al escuchar unos ruidos, se esconde y no ve que Julia sale por otro lugar de donde vienen los gemidos. Jara, entonces, muy descontrolado acciona el detector de fuego que provoca que sea suspendido de su trabajo.
"Gigante"
Gigante ganó tres premios, incluido el Oso de Plata en el 59 Internationale Filmfestpiele Berlin; obtuvo el Premio de la Crítica, Mejor Actor y Mejor Guion en el Festival de Gramado (Brasil); ganó el Cóndor de Plata en 2011 como Mejor Película Iberoamericana (Asociación de Cronistas Cinematográficos de Argentina)

Texto original de Patricio Miguel Trujillo Ortega.

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