O filme que assistimos...

Você encontrará neste espaço comentários e analises de filmes de todas as épocas. Uma excelente oportunidade para aprender além do cinema.

Patricio Miguel Trujillo Ortega


23 de outubro de 2016

Love my life - Amo mi vida



Love my life – Amo mi vida. Romance. Lesbianismo. 2006. Japón. 96 minutos.

Con Rei Yoshii, Asami Imajuku.

Dirección de Kôji Kawano.

Primeras palabras.-

Hace poco he visto la película japonesa Love my life y me ha agradado bastante. Aunque no es una película perfecta y su guion tiene algunas fallas, como lo veremos después, también tiene aspectos positivos que hace que valga la pena verla.

Love my life es una película de temática lésbica. Para el público que no está acostumbrado a ver este tipo de películas en el circuito comercial, a no ser las últimas famosas de consumo popular que han aparecido en los dos últimos años, como Carol, por ejemplo, esta película pasaría totalmente desapercibida, incluso por su escasa distribución comercial, lo que no ha permitido, tal vez, una amplia discusión sobre ella.

Después de haberla visto, me puse a buscar en Internet informaciones sobre ella, y fue difícil encontrar algún comentario extenso, y más aún algún análisis, aunque fuera poco profundo. Lo único que hallé fueron sinopsis mediocres de tres o cuatro líneas que no consiguen ir más allá de la apariencia (algo que hay en la gran mayoría de las páginas de la web dedicadas al cine). Además, la mayoría de esos comentarios decían que la película era mala, pero no argumentaban dicha afirmación. Entonces, si muchos hablan mal de una película, para mí significa que, o la gran mayoría repite lo que alguien dijo, o falta la sensibilidad para encontrar los aspectos positivos de una obra de arte, si es que consideramos el cine como arte. Y en general, me propongo encontrar estos puntos cuando se trata de una película nada popular.
Love my life: Eri e Ichiko
Antes de entrar en los detalles que nos interesan analizar, hay que informar que Love my life es una película que habla de la madurez, de una manera sencilla, y tal vez algo ingenua. No se puede vivir solo de las emociones, algo que parecen que las parejas se olvidan cuando se enamoran y viven con intensidad esos primeros momentos que parecen eternos. Esta película trata de la necesidad de madurar para seguir adelante, como pareja.

Love my life: una película lésbica.-

Love my life es una película positiva de dos mujeres lesbianas que no tienen ningún conflicto con su sexualidad. Y las personas que les rodean, viven normalmente con la homosexualidad, en una sociedad algo conservadora, como la japonesa, y de la que no sabemos mucho, por más globalizados que seamos.
Ichiko y Eri: Love my life
Ichiko y Eri han llegado a una situación en la que ambas deben definir sus destinos profesionales y, principalmente, decidir cómo van a construir sus vidas, que no depende del hecho de que sean lesbianas. Ellas son dos mujeres, como cualquier otra, que tienen la vida por delante y deben resolver los conflictos que ésta les presenta.

Ichiko y Eri son dos estudiantes universitarias jóvenes que han iniciado una relación amorosa perfecta. Ambas son guapas, inteligentes, bien educadas y están totalmente enamoradas. En un primer instante se puede afirmar que no hay nada que pueda destruir esa relación que se solidifica a cada día. Sin embargo ambas viven realidades diferentes en relación con sus respectivas familias que influye directamente en el futuro que están trazando para sí mismas.

Los personajes y el conflicto.-

Eri es la más seria de las dos y estudia para ser abogada porque quiere demostrarle a su padre que, a pesar de ser mujer, puede ser abogada. Ella sabe que no tiene la vocación para serlo, pero al sentir el rechazo de su padre, que le privilegia a su hermano, quiere vengarse de su padre, y cree que lo hará siendo abogada. Su familia es altamente competitiva y ella se siente que está en un nivel inferior a su hermano, principalmente por las posturas conservadoras de su padre, quien, además, rechaza drásticamente el hecho de que su hija sea lesbiana, a pesar de que ella es independiente.
Eri y la desición de ser abogada
Esta situación hace que Eri tenga una serie de escudos emocionales con los que se protege constantemente, lo que de alguna manera le impide ser más espontánea de lo que le gustaría ser.

La realidad de Ichiko es otra. Ella es la más alegre en la relación, muy expresiva, bastante ingenua y algo infantil. Se emociona fácilmente con los pequeños gestos y se deja llevar por el impulso. Está locamente enamorada de Eri y cree que ese amor es suficiente para mantener la relación.
 
Love my life
Además Ichiko vive una relación con su padre opuesta a la de Eri. Al confesarle a su papá, quien es viudo, que ella es lesbiana, éste le cuenta que él también es homosexual y que la madre de Ickilo también lo era. Le cuenta que ambos mantuvieron un matrimonio solo por apariencia y que, en secreto, cada uno tenía su respectivo amante. Él le dice que ambos la amaron y que ese fue la única manera que tuvieron para conseguir vivir bien.

Esa revelación solo ayuda a que Ichiko pase a confiar más en su padre, con quien ya tenía una buena relación, y se sienta más segura con respecto a Eri, pues ninguna de las dos ha salido del “armario” públicamente.
 
Love my love: Ichiko y su padre
¿Qué puede, entonces, destruir esa relación ‘perfecta’ entre Ichiko y Eri? Aparentemente nada, ni siquiera el beso casual que Ichiko le da a un muchacha de forma impulsiva.

Lo que pone en riesgo la relación de la pareja es la obsesión de Eri de ser abogada. Está dispuesta a hacer cualquier sacrificio con tal de vengarse de su padre, por lo que le pide a Ichiko que se mantengan separadas durante el tiempo en que ella debe prepararse para los exámenes. Y frente a esta noticia, Ichiko corre el riesgo de caer en la desesperación y en la depresión.

Una historia de madurez.-

A partir de la separación, la película se olvida de Eri y se concentra en Ichiko, para quien es duro vivir esa situación. Se derrumba, pierde la alegría de vivir y se desespera con la tentación de llamarle a Eri. No duda en ningún momento de que el amor de ellas vaya a desaparecer, pero se siente impotente y no consigue entender por qué su novia tiene que insistir en algo que no le va a beneficiar en nada.

Pero esta separación es necesaria para que ambas encuentren el camino que quieren para sus vidas. Ellas no pueden continuar viviendo de emociones o protegiéndose de las emociones. Llega el momento en cualquier relación en que hay que madurar, y aquí entra en juego el padre de Ichiko, quien con su modo de ser, de pocas palabras y pocos gestos, le da la oportunidad para que ella salga de la inercia en la que se encuentra.
Eri e Ichiko en la playa
El padre de Ichiko es traductor de libros y le da un libro a su hija para que ella lo traduzca. Le presenta a su editor y la muchacha acepta el trabajo. De esta manera, Ichiko empieza a hacer no solo un ejercicio literario, sino un ejercicio para darle un sentido a su vida. No puede permanecer todo el tiempo viviendo de la idea romántica de la vida y comportándose de manera infantil.

Y este uno de los aspectos positivos e interesantes de la película: Ichiko debe aprender a encontrar la palabra exacta para expresar claridad las ideas. Su primer resumen de la traducción no es bueno; el segundo resumen, aunque mejor que el primero, tampoco lo es. Solo entonces ella se da cuenta de la necesidad de aprender a expresarse con exactitud.

Podemos decir que el trabajo de Ichiko por encontrar la palabra ideal en el ejercicio de la traducción es una excelente metáfora de la vida. Del primero ejercicio de la traducción al último hay un proceso que implica esfuerzo, dedicación y constancia. Y la vida es así: no se la puede vivir solo de emociones y de gestos espontáneos. Por tanto, Ichiko aprende a ser una mujer adulta.
 
Ichiko en un beso casual impulsivo
Por otro lado, aunque no seguimos el proceso de madurez, Eri, al aislarse del mundo para enfrentarse en la guerra que se ha propuesto hacerle a su padre, descubre lo que ella realmente quiere ser en la vida. Se da cuenta de que no se trata simplemente de oponerse a la familia porque son diferentes. Cada uno ocupa su espacio, y las opciones de cada uno no pueden depender de las emociones de unos y otros. El aislamiento por el que ella pasa le permitirá, no solo encontrar su verdadera vocación, sino también la oportunidad de destruir los escudos emocionales con los que se protege.

En pocas palabras, Love my life es una historia de superación, de madurez, y de esa manera sus protagonistas, Ichiko y Eri, encuentran la forma de cómo tener una relación más sana y saludable. Más fuertes y unidas que antes.

Algunos peros.-

Hemos tratado de rescatar lo más positivo de la película, no obstante hay algunos elementos que le quitan la calidad que hubiera podido tener.
La ex-amante de la madre de Ichiko con su novia; Ichiko y Eri
Empecemos con los personajes secundarios. Estos están mal concebidos y no son convincentes. Parece que fueron solo hechos de relleno. Por ejemplo, en una escena en la que Eri e Ichiko están caminando en la playa, un día de invierno, disfrutando del amor que hay entre ambas, ellas se encuentran con la ex-amante de la madre de Ichiko y su nueva enamorada. El diálogo que se da entre ambas es pobre y superficial, más aún si consideramos que en ese momento ese encuentran dos parejas de lesbianas: una, madura que camina en la vida a pasos firmes, y otra, que está buscando la manera de hacerlo. Por otro lado, Ichiko ya conoce la historia de su madre y ese hubiera podido ser un buen momento para fortalecerse como lesbiana a partir de lo que vivieron sus padres. Sin embargo, ese encuentro interesante es desperdiciado.

Ichiko tiene un amigo en la universidad que es homosexual. Ambos son amigos y confidentes a tal punto que las personas creen que ellos son una pareja. En esa relación de amistad, que a veces se queda en diálogos vacíos y en lamentos del muchacho de que él no tiene una pareja, aparece una chica que está enamorada del amigo de Ichiko. Es una aparición forzada en la historia que no añade ninguna riqueza en la película.
Ichiko y su mejor amigo
 El comportamiento de Eri en lo que se refiere a su profesión está pautado por su relación tensa con su padre; sin embargo, la única escena en la que éste aparece, no se ahondan los conflictos que ambos viven, tal vez porque a la película no se le quiso dar ningún tono dramático. Pero esa relación tensa no está bien explicada ni explorada.

A pesar de que la película es agradable visualmente, hay momentos en que pierde el ritmo narrativo, tal vez porque Ichiko es presentada de manera muy infantil y algo superficial durante gran parte de la película. Es algo contradictorio porque ella es quien le da la vida a Love my life y, al mismo tiempo le quita parte de su brillo.

Un aspecto positivo es la excelente banda sonora con las canciones del grupo japonés Noodles.

Escenas especiales.-

Hay tres escenas que nos gustaría rescatar porque reflejan diferentes situaciones de la película y, lo interesante de todo, es que cada una tiene un ritmo distinto.
Love my life
La primera escena es erótica, y si no fuera porque ambas muchachas están vestidas, podría ser casi una escena pornográfica. La impresión que tenemos es que fue hecha con el propósito de seducir a todo tipo de público: tanto a las mujeres lesbianas como a los hombres heterosexuales porque al iniciar la película con esta escena, se crea una expectativa sobre ella que después no va a suceder. Ambas muchachas están en la cama durmiendo y se despiertan. Eri coge un dulce y se lo lleva a la boca. Ichiko se acerca y al besarla en la boca, Eri le da el dulce y ambas inician un juego erótico de lenguas que se besan y que se pasan el dulce de la una a la otra. Son varios segundos en que la cámara, en primer plano, muestra esa relación sexual erótica de lenguas. ¡Una escena muy caliente!
Love muy life
La segunda escena es la cita entre Ichiko y el actual amante de su padre. Después que ella sabe de la homosexualidad de su padre, ella quiere entenderlo y conocer a su actual compañero. La escena es interesante por la dificultad que ambos tienen para comunicarse. No les resulta fácil hablar y los diferentes ángulos de la cámara ayudan a resaltar esa dificultad. Ambos están tímidos y nerviosos. Es una escena muy bien lograda.
Ichiko
La última escena, también muy bien lograda, es cuando Ichiko recibe el mensaje, tan esperado, de Eri para verse nuevamente con ella después de tanto tiempo que han permanecido separadas. Ichiko deja lo que está haciendo y sale corriendo por las calles. Durante más de dos minutos, la vemos correr, escuchamos su respiración cansada, el golpe de los zapatos en la calle, la desesperación por llegar a tiempo, con el miedo de que Eri piense que ella no va a ir.

Palabras finales.-

Love my life no es una de las mejores películas de temática lesbiana. Hay muchas mejores, y en este mismo blog ya hemos comentado varias de esas; sin embargo, a pesar de sus defectos, vale la pena, no solo para pasar el rato, sino porque ofrece, aunque sea de una manera ingenua, una historia optimista, alegre, de final feliz, en las que no hay el “malvado” que pone en peligro la felicidad de alguien.

Es bueno ver películas de este estilo también.

Texto original de Patricio Miguel Trujillo Ortega.

Está prohibida la reproducción total o parcial del texto sin la autorización escrita del autor.

13 de outubro de 2016

Blue Valentine - Triste San Valentín



Blue Valentine (Triste San Valentín). Drama. Romance. 2010. Estados Unidos. 114 minutos.

Con Ryan Gosling, Michelle Williams.

Dirección de Derek Cianfrance.

¿Qué pasa cuando la pasión termina y el amor muere?.-

Cada uno tiene su propia respuesta a partir de sus experiencias y/o de la de otros, y en el cine no es diferente: se han presentado muchas historias que nos cuentan su versión frente a este hecho inevitable de la vida; sin embargo, ninguna llega a contar una historia tan sincera y realista, sin tapujos ni exageraciones como lo hace Blue Valentine, una de las mejores películas del año 2010.

Blue Valentine no es una película fácil de ver, pues al final nos queda una sensación extraña y dura al ver como el “encantamiento” de una pareja llega a su fin, porque sus personajes son tan reales que no es difícil identificase con ellos; además, tiene una de las escenas finales más tristes que hemos visto en el cine.

Entonces nos hacemos esta pregunta: ¿Qué tiene de interesante Blue Valentine y por qué vale la pena verla si nos deja esa sensación algo amarga de la vida?

Empecemos hablando de sus personajes y su historia.-

Dean y Cindy están casados desde hace seis años y el matrimonio se ha deteriorada de tal manera que ambos han llegado al fondo del pozo. A pesar de los esfuerzos que han hecho a lo largo de los años para seguir adelante y reconstruirse, ambos están en un campo de batalla en el que solo hay derrotados. La relación, por la que vencieron dificultades no funciona más y ya no hay fuerzas para mantenerla en pie.
Blue Valentine: el comienzo
La película empieza mostrando a la pareja en una escena de la vida cotidiana: Frankie, la hija del matrimonio está desesperada porque no encuentra a su perra, Megan; entonces, ella le despierta a su padre que está durmiendo en un sofá. Al salir al patio, ambos descubren que el animal ha huido y van a despertarle a Cindy. En seguida ella prepara el desayuno y se disgusta al ver cómo Dean se comporta, infantilmente, mientras desayunan.

Esta primera escena tiene como propósito exponer la relación desgastada de este matrimonio, para más adelante plantear un viaje constante entre el presente y el pasado de Dean y Cindy que han vivido buenos y malos momentos; han superado una infinidad de obstáculos, pero se encuentran en un callejón sin salida con la relación totalmente desgastada. Y en un último esfuerzo, Dean le convence a Cindy, que se resiste hasta el último momento, a que ambos pasen solos la noche en un motel, donde pueden escoger, inclusive, una habitación personalizada, para intentar, una vez más, mejorar la situación en la que ambos están.
Blue Valentine: el final de la relación
A partir de ese momento, Blue Valentine empieza su ir y venir entre el presente y el pasado. Se mezclan constantemente, de forma ordenada, de tal manera que el espectador no se pierde en la narración de la historia, los pasajes de los momentos idílicos que vivió la pareja desde cuando se conoció hasta el momento presente. Podemos, por tanto, decir que la película es la construcción y la desconstrucción, al mismo tiempo, de una historia de amor.
Blue Valentine
Blue Valentine no se pierde en detalles innecesarios para rellenar esa historia; al contrario, capta con precisión los momentos más importantes de la vida de la pareja, de tal forma que el espectador entienda la evolución de cada uno de ellos como individuo y como matrimonio, hasta llegar al momento agónico en el que se encuentran.

Los personajes.-

La película nos cuenta la historia de cada uno de ellos, por separado y como pareja, desde las circunstancias que permitieron que ambos se conocieran, por lo que no hay ninguna información – que tampoco hace falta – sobre la infancia y adolescencia de ellos.
Dean: ideas ingenuas sobre el amor
Empecemos con Dean: él vive solo y empieza a trabajar en una empresa de mudanzas. Es un muchacho honrado, trabajador y cree que los hombres son más románticos que las mujeres. Le dice a Cindy: “Cuando nos casamos, nos casamos con una chica porque aguantamos todo el camino hasta que encontramos a la adecuada y pensamos ‘sería idiota si no me casara con esta chica, es genial’. Pero parece que las chicas llegan a un punto en el que solo eligen la mejor opción. ‘Oh, este tiene un buen trabajo’. Quiero decir que se pasan toda la vida buscando a su príncipe, y luego se casan con el tipo formal que tiene un buen trabajo”.
Blue Valentine
Dean tiene una visión idílica sobre el amor y el matrimonio y cuando ve a Cindy por primera vez hace de todo para llamarle la atención y seducirla con la pasión que él vive cada momento. Esas son las escenas más románticas de la película que suceden en cualquier lugar, como por ejemplo cuando se sientan en la calle, donde se ponen a cantar y a bailar. Podemos resumir diciendo que la primera impresión que tenemos de Dean es que se trata de una persona con ideas muy ingenuas sobre el amor, que cree en un inevitable final feliz, lo que hace que él no sea práctico y crea que se puede vivir del amor. Tanto es así que, cuando lo vemos retratado seis años después, en el momento presente de la historia, algunos rasgos físicos suyos han cambiado, en lo que se refiere al rostro y al pelo, principalmente, que muestran que se ha enfrentado a los sinsabores de la vida; no obstante, continúa creyendo firmemente en el amor, lo que no permite que comprenda que algunas de sus actitudes son perjudiciales para la relación en pareja, como por ejemplo, la bebida, el trabajar solo cuando quiere y las explosiones de carácter.
Cindy
Hay una escena que define parte de la personalidad de Cindy. Es cuando ella recuerda cómo se destruyó con el tiempo el matrimonio de sus padres. Le invade una duda terrible sobre el amor al ver cómo donde antes había afecto, cariño y comprensión, ahora hay resignación y desprecio. Y ese es el ambiente en el que vive cuando conoce a Dean. Ella vive con sus padres y estudia para ser médica; además, tiene un enamorado y está embarazada de él. Al conocer a Dean, se deja seducir por esa visión idílica que éste tiene sobre el amor; y, de muchas maneras, se puede afirmar que Cindy se siente rescatada de ese ambiente pesado que es su casa y su familia, así como la oportunidad de salir de una relación amorosa que no tiene futuro con su enamorado. También se nota que ella se siente agradecida o, incluso, podríamos decir en deuda con Dean, pues él le acepta a la hija de Cindy como si fuera su propia hija, y la tratará siempre como tal.
Dean y su hija
Pero eso ya no es suficiente. La relación con el paso del tiempo se ha desgastado y presenciamos la muerte agónica de un romance.

La gran paradoja.-

El motel al que Cindy y Dean van ofrece cuartos personalizados. Dean escoge la habitación del futuro Star Gaze, (mirar a las estrellas). Solo que ellos ya no tienen futuro. Y ese es la gran paradoja, pues gran parte de la película transcurre mientras ellos están esa habitación y presenciamos los últimos espasmos de ese amor, en otra línea temporal, al inicio de la relación.
La habitación del futuro: la gran paradoja
Dean intenta seducir a Cindy de todas las maneras posibles, pero ella está definitivamente bloqueada para intentar resucitar esa pasión; además, los nervios están alterados y lo que tendría que ser una noche de pasión, se transforma en una velada de soledad, de reproches, de amarguras. Paradójicamente en la habitación del futuro ambos descubren que cada uno de ellos ha buscado otros refugios: él en el alcohol y ella en el trabajo y que juntos, ya no tienen ni presente ni futuro, a pesar de que Dean ha descubierto que lo único que quería en la vida era tener un familia y cuidarla.

Aquí vale la pena mencionar una de las frases más importantes de la historia: “¿Cómo vas a fiarte de tus sentimientos, si pueden desaparecer en cualquier momento?

La trampa del cartel.-

El cartel promocional de Blue Valentine es tramposo, pues en él está escrito que se trata de una “historia de amor”. Solo que no es aquella linda historia de amor que nos imaginamos al principio, y conforme los minutos pasan, una sensación incómoda empieza a afectarnos como espectadores al percibir que es otro tipo de historia de amor: íntima, dulce, amarga y cruel, en la que uno no puede dejar de verse reflejado de alguna manera.
Blue Valentine: una historia de amor
Como dramas, hemos visto muchísimas historias ‘dramáticas’ que tratan de la destrucción de familias, de personajes disfuncionales, de separaciones violentas e hijos abandonados; sin embargo, lo que hace que Blue Valentine tenga tanto éxito e importancia, es el estilo de su narración y composición.

Primero, los personajes están muy bien construidos. No son exagerados y su comportamiento es realista y profundo. No hay fingimiento tanto en los buenos momentos como en los malos.

Segundo, el movimiento de la cámara se adecua a cada una de las situaciones, destacando principalmente cuando esta parece que está nerviosa y se mueve de tal manera que ayuda a mostrar cómo la relación de la pareja ha llegado a su fin.
Variedad en el uso de ángulos
También podemos decir que hay un ritmo naturalista en la película. Los diferentes cortes y el uso de los más variados ángulos de la cámara ayudan a acentuar las emociones de los personajes, gracias también al uso constante y acertado de los primeros planos.

Además no podemos olvidarnos de la fotografía. Los tonos azules con los que se narra en el cuarto del motel nos atrapan con la melancolía, tristeza y rabia que envuelve a la pareja. Los tonos apagados ayudan a crear ese estado de ánimo que viven los personajes, en contraste con los tonos alegres del inicio de la relación.
Dean y Cindy el día del casamiento
Escenas especiales.-

Blue Valentine tiene muchas escenas bellas y como parece que todo fue calculado milimétricamente para que no hubiera escenas de relleno, no es fácil destacar cuáles son aquellas especiales que no pueden dejar de ser vistas y analizadas. Indudablemente que no podemos olvidarnos de la escena en el motel, por su composición y significado; o la del canto y baile en la calle, cuando Dean y Cindy están encontrando sus puntos en común.
Cindy y Dean bailan y cantan en la calle
Sin embargo, una de las escenas más fuertes y tristes es cuando Dean se aleja de la casa, caminando por la calle, y no regresa a ver a Frankie, su hija, que le llama a gritos y llorando. Dean es un padre cariñoso que cree en el amor y en la ternura, pero al ver que su relación con Cindy ha terminado definitivamente, deja que sus emociones le dominen y se cierra a las de los demás, principalmente a las de su hija, que llora al verlo partir, pues algunos minutos antes, él le había prometido su amor y le había dicho que nunca la perdería.
Dean se aleja mientras su hija llora al verlo partir
Esa escena no es solo impactante desde el punto de vista emocional de la niña, sino porque cierra un ciclo en la vida de Dean, quien percibe que los sentimientos pueden desaparecer en cualquier momento y, en lugar de enfrentar con madurez la nueva situación, se deja dominar por las emociones, sin darse cuenta del daño que puede provocar a los que están a su alrededor.


Aunque los premios en festivales y otros eventos no son siempre garantía de que estamos frente a una buena película, Blue Valentine, que ganó siete premios y tuvo 51 nominaciones en los más variados festivales de Cine, como en Sundance, Canes, además del Globo de Oro y del Oscar, entre otros, es una excepción.

Texto original de Patricio Miguel Trujillo Ortega.

Está prohibida la reproducción total o parcial del texto sin la autorización escrita del autor.