O filme que assistimos...

Você encontrará neste espaço comentários e analises de filmes de todas as épocas. Uma excelente oportunidade para aprender além do cinema.

Patricio Miguel Trujillo Ortega


27 de setembro de 2015

Populaire



Populaire. Comedia. 2012. 111 minutos. Francia.

Con Roman Duris y Deborah François.

Dirección de Regis Roinsard.

Populaire es una hermosa película nostálgica que, a pesar de aparentemente no “aportar” nada “nuevo” al cine, en cuanto “comedia romántica”, es original no solo por su temática, sino también por la manera cómo hace que el espectador se vuelva a encontrar, una vez más, en los años cincuenta. Además, si bien es verdad que la película no “retrata” con exactitud total esa época, nos muestra que, atrás de la moda “retro”, hay una ganas de encontrar algo de ese mundo, “tecnológicamente tan distante”, que le puede hacer falta al actual.

La época.-

Estamos en el año de 1958. El mundo parece que se ha recuperado de la segunda guerra mundial y, en medio de la prosperidad, se avecina una nueva época: las mujeres quieren salir de las casas de sus padres y buscar un trabajo. El “sueño” de la independencia empieza a crecer y hay una profesión, en especial, que parece seducir tanto a las jóvenes como a las señoritas: ser una “secretaria” y, por tanto, encontrar la posibilidad de iniciar un nuevo estilo de vida y, por ende, no quedarse como una “ama de casa” para el resto de la vida.

No significa que el ser “secretaria” sea la salvación para las mujeres que buscan su “independencia” en un mundo machista; no obstante, a pesar de los prejuicios sociales de la época, con las mujeres en general y con las “secretarias” en particular, esta es una profesión en crecimiento en una sociedad en la que fuerza laboral de las mujeres pasa a ser un aporte importantísimo.

Esta es la época en la que transcurre la historia de Populaire que Regis Roinsard consigue retratar con bastante exactitud. Es lógico que para que la dinámica de la película funcione correctamente, el director se toma algunas libertades, como es el caso de que el protagonista masculino se preocupe para que una joven mujer –la protagonista femenina- salga adelante profesionalmente y se descubra a sí misma como persona. (Algo difícil de creer, pues los comportamientos masculinos y femeninos de esa época eran otros). O el hecho de que los dos – ambos solteros - vivan bajo el mismo techo sin que eso provoque un escándalo social, como sería de esperarse que sucediera; o, para ser más exactos, que la muchacha acepte tal propuesta sin considerarla un atrevimiento y una falta de decoro. Sin embargo, ninguna de estas libertades le quita a la película seriedad, profundidad y entretenimiento; por el contrario, gracias a ella, la obra sigue su ritmo perfecto.

Una historia de concurso de mecanografía.-

Rose Pamphyle, de 21 años, vive en Saint Fraimbault, un pueblito en Normandía. Ella vive con su padre, Jean, dueño de una tienda y su futuro, por decisión de este, es el de ser la esposa del mecánico del lugar, Maurice. Lo que para otras muchachas significaría la gran posibilidad de tener un futuro asegurado, para Rose no significa nada. Ella desea salir del pueblo y encontrar su propio camino.
 
Rose Pamphlye
Este sueño de Rose está representado en la máquina de escribir que está a la venta en la tienda de su padre. Todas las noches, Rose coge la máquina a escondidas de su padre y, sin que nadie sepa, aprende a escribir a una velocidad extraordinaria con tan solo dos dedos. A partir de ese momento, ella sueña en transformarse en una secretaria hasta que llega el día en que se va a la ciudad de Lisieux a probar su destino.

Solo que Rose no tiene las características ideales para ser una excelente secretaria. Es un poco desordenada y algo atolondrada. Una escena clave que muestra esta característica es cuando ella, más adelante, al recibir una llamada telefónica, en lugar de anotar el recado para su jefe en un papel, lo escribe en la mano del propio jefe. Y lo hace de una manera tan natural, que su jefe no consigue ni siquiera llamarle la atención.

Rose empieza a trabajar en una empresa de seguros de propiedad de Louis y pasa a vivir en una pensión para “señoritas”, donde la regente administra con severidad, para mantener intacta la buena reputación del local.
 
Visual impecable
Como dijimos anteriormente, Rose no es la “secretaria” ideal y Louis la contrata porque percibe que con ella puede participar y ganar el campeonato regional de mecanografía y, tal vez, el nacional, pues está seguro que Rose es la muchacha que escribe a máquina más rápido en el mundo.

Solo este detalle de la “mecanografía” ya le da un toque especial a Populaire (que por cierto es el nombre de una de las máquinas de escribir más famosas de aquella época en Francia), pues nosotros nos encontramos en una era de avances tecnológicos tan rápidos en la informática, que nos cuesta creer que hubo una época en la que había concursos mundial de mecanografía, los mismos que despertaban, enormemente, el interés del público.

Los personajes.-

Louis es una persona seductora, exigente, y es soltero; pero, principalmente, es competitivo. Su mejor amigo se llama Bob Taylor: un exsoldado estadounidense que llegó a Francia en el Día D y se casó con Marie, una amiga de infancia de Luis y su enamorada por largo tiempo.

Louis, Bob y Marie forman un trío impar. Bob y Marie es una pareja que vive en harmonía, sin ningún problema; pero en medio de ellos está Louis, el antiguo enamorado que no ha perdido su pasión por Marie, pero se mantiene lo suficientemente lejos para no perjudicar en nada a sus dos mejores amigos, con quienes comparte sus penas y glorias.

Sin embargo, hay que destacar que Louis y Bob viven todo el tiempo haciendo apuestas de cualquier cosa, y siempre es Louis el que pierde. Esta especie de “competición” para ver quién gana, lo podemos entender como una forma de dar continuidad a la primera “competición” que hubo entre ambos y que Louis la perdió: a pesar de amar a Marie, la perdió porque no tuvo coraje suficiente para pedirle que se quedara con él.
 
Louis e Rose
Rose está determinada a conseguir lo que se ha propuesto y no quiere dar el brazo a torcer; además, es espontánea y a veces llega a ser insoportable; pero, más que nada, es una persona firme que quiere vencer en la vida. Su proceso evolutivo en la película pasa por diferentes fases en las que aprende a controlar tu temperamento, dejando a lado, muchas veces, sus emociones, para lograr su objetivo.

Populaire, como toda comedia romántica, se centra en Louis y Rose: dos personajes divertidos que, aparentemente, no tienen nada en común, pero evolucionarán hasta que sean capaces de descubrir que juntos pueden lograr, no solo ganar un campeonato mundial de mecanografía, sino descubrirse como individuos y llegar a la realización como pareja.

Pero para esto, ellos tendrán que pasar por una serie de vericuetos en los que se enfrentan con sus temperamentos fuertes. Ninguno de los dos quiere darse por vencido: Louis para conseguir lo que se ha propuesto y para demostrar que él tiene la razón; Rose, para lograr su objetivo de “independencia” y, al mismo tiempo, para demostrar que no se le puede vencer fácilmente. Un ejemplo de eso son las escenas en la que Louis le entrena durante horas y horas a Rose, ya sea mecanografiando libros (de autores clásicos) –que al mismo tiempo son una especie de trampolín, porque le ayudan a la muchacha a ver el mundo con otros ojos- , o ya sea con el entrenamiento físico, haga sol o lluvia. Escenas agradables, divertidas, que preparan el terreno “romántico”, cien por ciento previsible, pero lleno de gracia.
Horas de entrenamiento
Como sugerencia, vale la pena que el espectador también le preste mucha atención al personaje de Marie, la esposa de Bob, la antigua enamorada de Louis y su gran amiga en la actualidad. Ella es una especie de “puente” entre las dos culturas: la francesa y la estadounidense que se mezclan en una época en las que ambas se van adaptando a los “nuevos” tiempos. Ella parece la perfecta ama de casa estadounidense retratada en las comedias de Hollywood de los años sesenta; pero al mismo tiempo, su mentalidad es tan abierta que cumple un papel importante el momento en que hay que definir lo que le pasará a Rose cuando Louis, una vez más, se acobarda.

El concurso de mecanografía.-

En nuestra época, en la que cada semana, sin ninguna exageración, nos enfrentamos con nuevos “inventos” que han transformado nuestra manera de ver la vida, las relaciones personales y de conocer el mundo, es curioso ver cómo el director consigue retratar algo que hoy casi nadie sabe que existió: los concursos nacionales e internacionales de mecanografía.
 
Annie, la archienemiga de Rose
Este tipo de evento en el que las mujeres debían mostrar su dominio total sobre la máquina de escribir, Roisard nos lo presenta con grandiosidad, no solo en el aspecto físico: grandes escenarios, con el público presente en los eventos, sino también la confrontación entre las competidoras. Es interesante ver a Rose en la final contra Annie, la gran campeona francesa a la que nadie ha conseguido vencer y que representa el ideal de las secretarias: una mujer sofisticada y eficiente, a la que Rose no se le parece en nada.

Sin profundizar conflictos reales de una época.-

Pero ser secretaria no es tan fácil, como puede parecer si nos quedamos con una visión superficial de la película. Es verdad que Populaire no profundiza los conflictos sociales inherentes a las secretarias en una sociedad, en su gran mayoría, machista. Hay algunas pinceladas básicas que muestran esta situación, mas sin entrar en detalles y cuestionamientos sociales y psicológicos. Son solo ideas que se lanzan para crear un ambiente lo más realista posible de la época; no obstante, como la película no está preocupada en profundizar estos conflictos, las pinceladas son solo eso: pinceladas. Como ejemplo, podemos citar los siguientes momentos:

·    Cuando Rose va a la entrevista del trabajo, las otras candidatas dejan escapar una serie de insinuaciones sobre cómo tendría que ser, no solo el comportamiento en general, sino también la apariencia de la secretaria ideal. Léase aquí: prejuicio social.

·         El mejor amigo de Luis, al principio le insinúa a este cómo puede disfrutar de su “nueva” secretaria, sin las debidas complicaciones laborales.

·         La regente de la pensión donde vive al principio Rose le sugiere que su comportamiento compromete con la buena reputación del local y su actitud es hostil.

·     La actitud pesimista, cerrada y terca del padre de Rose que no entiende que su hija tenga otras pretensiones y que esté dispuesta a ir contra la corriente para tener éxito.

El campeonato mundial en los Estados Unidos
Populaire es una comedia romántica que, de principio a fin, sigue paso a paso cada una de las características de este tipo de película, a tal punto que todo lo que sucede es previsible; el espectador no se va a sorprender con nada nuevo, a no ser el tipo de humor, ya propio de cada director; no obstante, eso no significa –como los “intelectuales y seudo intelectuales” nos quiere hacer creer– de que es algo malo. Por el contrario, es una película de buen gusto y estéticamente, perfecta.

Populaire se esfuerza en crear el ambiente existente en la época de la historia, y se percibe un esfuerzo muy grande, y bien logrado, en el vestuario, los peinados, los colores y la atmósfera, en general. Es prácticamente imposible no pensar que uno está en los años cincuenta. Esto ayuda mucho a que veamos la película como algo verosímil. Incluso, las características de los personajes son convincentes aunque, como lo dijimos arriba, a veces pierden la “fidelidad” de su época.

Populaire es una película que vale la pena verla, sea cual sea nuestra opinión sobre las comedias románticas. Es una película bien hecha, con una fotografía estupenda. Su historia es sólida; sus personajes están bien definidos, son sensibles y fuertes al mismo tiempo. Una película para disfrutarla y ver con ojos nostálgicos una época que se fue y nunca volverá: la máquina de escribir.

Para finalizar, hay que mencionar que mencionar que Populaire fue nominada 5 veces al Premio César y obtuvo algunos galardones en los festivales de cine en Grecia, Los Ángeles, San Francisco y Tokio.

Texto original de Patricio Miguel Trujillo Ortega.
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