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Você encontrará neste espaço comentários e analises de filmes de todas as épocas. Uma excelente oportunidade para aprender além do cinema.

Patricio Miguel Trujillo Ortega


24 de junho de 2018

Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931)


Dr. Jekyll and Mr. Hyde. Terror. 98 minutos. 1931. Estados Unidos.

Con Fredric March, Mirian Hopkins, Rose Hobart, Edgar Norton, Holmes Herbert, Hailiwell Hobbes.
                                                  
Dirección de Rouben Mamoulian

El terror de los años 30.

Las películas de terror gótico, en adaptaciones hechas de grandes obras literarias, marcaron de manera definitiva el desarrollo del cine de terror, que había empezado a mediados de los años veinte. Grandes películas como Drácula y Frankestein, ambas de 1931 y producidas por la Universal, dieron el puntapié comercial para este tipo de género que la Universal supo aprovechar haciendo diferentes versiones de sus obras a lo largo del siglo veinte. Sin embargo, no todas esas películas fueron necesariamente las mejores aunque copado el mercado.
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). Escena inicial que nos remite al terror gótico
Dr. Jekyll y Mr. Hyde de 1931, adaptación de la novela del escritor inglés Robert Louis Stevenson, publicada en 1886, fue producida por la Paramount y ganó en 1932 el Óscar al mejor actor (Fredric March) y dos dominaciones, una de las cuales fue la de mejor fotografía (Karl Struss). Esta película es, definitivamente, una de las mejores adaptaciones, por no decir la mejor, que se ha hecho en el cine de la obra de Stevenson por todo su conjunto: la excelente fotografía, las técnicas como recurso narrativo, el uso perfecto de alegorías, la coherencia del guion al tratar los diversos temas, la actuación de los protagonistas, etc.
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931): Jekyll al inicio de la película y luego secuencia de la primera transformación
En fin, Dr. Jekyll y Mr. Hyde , después de más de ochenta años, no ha sido superado a pesar de que hoy existen más y mejores recursos técnicos. Además, es una obra obligatoria para cualquier amante del buen cine y, aunque hoy no provoca ni el susto ni las emociones que sí provocó en la época de su realización, merece un lugar de destaque entre las obras pioneras y las mejores del género del terror.

El estilo narrativo de Dr. Jeykll and Mr. Hyde.-

Durante los cuatro primeros minutos de la película, el espectador solo ve lo que el protagonista observa. La cámara es el ojo del Dr. Jekyll, que con efecto viñeta, da la sensación de que estamos dentro de él. Los movimientos son rápidos, con una cámara que tiembla en algunas ocasiones y solo veremos al Dr. Jekyll por primera vez cuando él se mira en el espejo antes de la salir de la habitación en la que se encuentra. Este efecto se lo repite una segunda vez cuando el doctor toma por primera vez la poción con la que se transformará en el señor Hyde.
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931): la cámara es el ojo del Dr. Jekyll
El objetivo de ese efecto no era solo innovar la técnica narrativa, sino que el espectador sintiera cómo el protagonista observa el mundo de manera subjetiva. Esto es esencial para entender los conflictos que el Dr. Jekyll vive y la dimensión que toma cuando surge el señor Hyde, un hombre sin escrúpulos, que es fuerza bruta y amoral.
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931): la cámara es el ojo del Dr. Jeykll en plena transformación
Otra característica de Dr. Jekyll y Mr. Hyde es la manera peculiar en la que se cambian algunas escenas, específicamente en las escenas de los minutos cincuenta y cinco, sesenta y ocho y setenta y tres. En la primera escena, el doctor Jekyll le acaba de enviar a Ivy cincuenta libras. Ella se queda feliz con el dinero y, en lugar de la escena cambiar a otra, ésta se divide con na línea perpendicular que sube desde el ángulo inferior derecho hasta llegar al medio, donde se detiene por unos instantes, para después continuar subiendo hasta el ángulo superior izquierdo. En la parte superior de la escena se ve a Ivy, feliz con el dinero que ha recibido y en la parte inferior se ve a Muriel, la enamorada del doctor Jekyll, conversando con él sobre el hecho de que durante la ausencia de ésta, de más de un mes, él no la haya escrito una vez siquiera. El doctor Jekyll le dice a su amada que ha “estado enfermo del alma” y que ha hecho experimentos peligrosos. El espectador sabe de qué se trata, y la idea está reforzada al mostrar en la misma escena, aunque en lugares diferentes, a las dos mujeres que a él le son importantes: Muriel, la mujer a quien ama y con quién se quiere casar e, Ivy, la mujer a la que le salvó en la calle y a la que quiere proteger de la obsesión maligna del señor Hyde.
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931): A la izquierda, Ivy; a la derecha, Jekyll y Muriel
Este recurso de dividir la escena y dejarla de esa manera por algunos segundos es buena para mostrar los opuestos y los conflictos que viven los diferentes personajes a partir de una misma situación, y más aún cuando algunos de esos personajes no conocen a los otros y no saben lo que sucede a su alrededor, como es el caso de Muriel e Ivy. Al mismo tiempo son escenas que ayudan a destruir cualquier idea optimista de que las cosas pueden mejorar, pues ambas representan el conflicto de la dualidad del doctor Jekyll y el señor Hyde. Esto está muy bien representado una vez más en la escena del minuto sesenta y ocho. En la parte superior, Ivy está bebiendo y está muy feliz porque cree que finalmente se ha liberado de la presencia aterrorizante del señor Hyde, mientras que en la parte inferior se le ve a Muriel que está preocupada porque el doctor Jekyll está atrasado y no ha llegado a la cita que tenía con ella. En esta escena se plantea de forma contunde el preámbulo de la destrucción del doctor y de Ivy, así como el fin de las ilusiones de Muriel, pues ninguna de las dos sabe que Jekyll se ha transformado, involuntariamente, en Hyde mientras iba a encontrarse con su enamorada.
 
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931)
Algo similar sucede en el minuto setenta y tres. Cuando la escena permanece dividida, en una parte aparece el coronel Carew, padre de Muriel, quien afirma categóricamente: “Nunca volverán a ver a ese hombre”, refiriéndose al doctor Jekyll, quien nunca llegó a la cita que tenía con su hija. Mientras se escucha la sentencia de Carew, en la otra mitad aparece el rostro del doctor, que ahora se da cuenta que está perdiendo el control de su personalidad para su lado negativo.
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931)
Durante la mayor parte de la película, la cámara cumple un papel importante al mostrar escenas de diferentes ángulos y con diferentes efectos. Hay dos escenas en particular que hay que destacarlas. La primera sucede al principio de la película, cuando el Dr. Jekyll da una conferencia sobre sus ideas de que se puede separar el alma del ser humano y mostrar tanto el lado positivo como negativo de cada ser humano. Como es lógico, sus ideas son rechazadas por todos, pero la cámara dice lo contrario: en un momento determinado, para mostrar la veracidad de su discurso, se le enfoca al protagonista desde un ángulo inferior, lo que ayuda a engrandecer las ideas de Jekyll y mostrar que falta muy poco para mostrar el poder que él tiene con sus ideas.
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). Jekyll llega al lugar de la conferencia: el espectador ve a través del ojo del doctor.
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). Jekyll hace sus afirmaciones sobre la dualidad del "alma" durante una conferencia
La segunda escena que destacamos es el magnífico juego de sombras que hay casi al final de la película. El señor Hyde huye de la policía que le persigue por las calles de Londres. En un determinado momento, la cámara está distante, creando un plano general, enfocando la pared de una casa que está un poco lejos en la que se proyectan las sombras de Hyde que huye y de la policía que le persigue. Es una escena muy bien hecha que muestra la versatilidad del director y la calidad de Karl Strauss, el fotógrafo responsable de la película que sería reconocido por su trabajo.
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). La policía persigue a Hyde
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). Hyde huye de la policía
La sensualidad en Dr. Jekyll and Mr. Hyde.-

Como es de conocimiento general, en 1934 entró en vigencia en los Estados Unidos el Código Hays, creado en 1930, con el objetivo de censurar el cine. Este Código de autocensura tenía un reglamento rígido para controlar las escenas que representaban el sexo, la violencia, los crímenes, ec. Este Código dictaba lo que “ellos” (los censores) decidían qué se podía mostrar o no en la gran pantalla. La moral del cine estaba dictada por los prejuicios moralistas de unos pocos que tenían el poder y el control de la censura. (El código Hays fue eliminado en los años sesenta).
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). Sensudalidad en la era de pre código.
Dr. Jekyll y Mr. Hyde es una película de la época del pre código y por eso hay una serie de escenas que están cargadas de sensualidad de manera explícita para la sociedad conservadora de aquella época. Esta sensualidad que hoy, definitivamente, no le llama la atención a nadie, tenía un objetivo: resaltar el conflicto del doctor Jekyll, pues éste es una persona buena, que gasta parte de su tiempo ayudando a los necesitados, pero en ningún momento se considera un “santo”; al contrario, confiesa que le agrada la tentación, pero sabe reprimir sus deseos más escondidos.

El primer lugar hay que hablar del descote de la blusa de Ivy Pierson, la cantante y prostituta a quien el Dr. Jekyll le ayuda y por quién se obsesiona el señor Hyde. Su blusa muestra, de una manera osada, parte del busto, lo que es un contraste bien establecido con las ropas que usa Muriel Carew, la novia del doctor.
Dr.Jekyll and Mr. Hyde (1931). La ropa de Muriel: elegante y discreta al misma tiempo
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). El descote provocativo de Ivy
En segundo lugar hay que mencionar la escena en la que el Hyde le presiona psicológicamente a Ivy. Éste le hace un juego de palabras sobre amar y odiar, lo que le deja aterrorizada a ella, ya que no sabe qué actitud debe tener, pues si dice algo que Hyde no quiere oír, algo malo le sucedería ese instante. Hyde, entonces, después de divertirse aterrorizándola, se sienta en el suelo, a los pies de Ivy que está sentada en una silla y, cuando la cámara les muestra a ambos en un plano medio, aparece en destaque, en primer lugar el descote de la blusa de la muchacha y, en segundo lugar, Hyde apoyando, y presionando con fuerza, su cabeza en el seno de la joven. La escena dura un buen tiempo y muestra la obsesión que él tiene por el cuerpo y la belleza de Ivy. Aquí tenemos una situación de sensualidad terroríficamente gótica.
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). Hyde apoya la cabeza en el seno derecho de Ivy
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). Hyde presiona el pecho de Ivy
En tercer lugar está la escena en la que Ivy aparece en un teatro de variedades donde ella suele ir todas las noches. Ella está sentada y un cliente pone su mano abierta en el muslo de la pierna derecha de Ivy y no la retira. Mientras ambos conversan, él mantiene la mano presionada en el muslo. Esta es una escena que un par de años después desaparecería por completo en el cine, debido a que la censura no lo permitiría de ninguna forma. Al mismo tiempo, unos segundos después, cuando llega Hyde y pide que Ivy vaya donde él, alaba explícitamente la belleza de su cuerpo, mostrando la lujuria que siente por la joven. Hyde le dice: “¡Qué figura!”. Hay un deseo carnal explícito seguido por propuestas directas: “Deberías vivir en un lugar que diera relance a tu bello cuerpo – ese momento él le arranca a la fuerza el abrigo que Ivy usa para cubrir sus hombros - , cabellos rubios, rostro pálido. La ropa también debería ser acorde”.
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). La mano del cliente en el muslo de Ivy
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). Hyde alaba explícitamente la belleza del cuerpo de Ivy
Pero la escena más importante sobre la sensualidad en Dr. Jekyll y Mr .Hyde, en esta época previa a la censura, sucede al principio de la película cuando el doctor está por primera vez con Ivy. Después de ayudarla en la calle, donde un hombre la estaba maltratando, él la lleva a la habitación donde ella vive. Ella, no solo que se siente agradecida, sino que intenta seducirlo, pues está impresionada por los modales y la manera cortés con la que él la trata todo el tiempo. El doctor resiste a la tentación - aunque después confesará que realmente se siente atraído por ella - y le ayuda a acostarse en la cama, a que descanse. Durante todos esos conflictos rápidos que surgen por medio del diálogo, la cámara muestra diversas situaciones en las que ella se le insinúa directamente. Primero, ella se levanta la falda y se quita las ligas que usa. Incluso le tira una a él. En otro momento, permanece con las piernas colgadas, con la falda levantada, mostrándole las piernas desnudas. Después, cuándo él se sienta en la cama para ayudarla, ella está desnuda, cubierta con una cobija. La cámara, con discreción, pero osada para la época, la muestra a ella de perfil, revelando que realmente está desnuda. Después, cuando él y su amigo salen de la habitación, hay una sobreposición de imágenes: mientras camina conversando con su amigo, él solo piensa en la pierna desnuda de Ivy, que está colgada y moviéndose de manera provocativa. Además, él confiesa que la situación le gustó porque se trata de un instinto elemental. A él le gustó el beso que Ivy le dio y el ambiente de tensión sensual que acabó de vivir.
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). La mano e Jekyll en el musco de Ivy
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). Ivy le da un beso a Jekyll
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). Ivy intenta seducir a Jekyll
Dr. Jekyll and Mr.Hyde (1931). Jekyll no deja de pensar en la pierna de Ivy
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). La pierna de Ivy: una osadía en la era de pre código
Esta escena que acabamos de describir es fundamental para entender el tema central de la película. La aparición del señor Hyde no es solo porque el ser humano tenga un lado oscuro que intenta salir de alguna manera. En verdad, lo que Jekyll busca es la liberación de los deseos reprimidos; el problema es que éstos van a aparecer de manera violenta y nada saludable. Cuando el ser humano vive reprimiéndose, por el simple hecho de reprimirse, porque las normas de la sociedad la dictan de manera tajante, como se ve en diversas situaciones en la película, nada bueno puede suceder con él.

Los temas del Dr. Jekyll and Mr. Hyde.-
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). Jekyll ayuda a los necesitados sin llegar a ser un "santo"
La historia del Dr. Jekyll and Mr. Hyde es conocida de forma general por la gran mayoría del público, no necesariamente porque hayan leído el libro de Stevenson, sino porque ha sido adaptada de las más diversas formas, incluso en dibujos animados. Por eso, no nos vamos a detener en contar los detalles de la historia que, como es lógico, como la gran mayoría de las adaptaciones cinematográficas, no es fiel a la obra literaria; sin embargo, se basa en la esencia del libro.
 
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). Hyde a la izquierda; el padre de Muriel a la derecha: ambos lados de la represión
Hay cuatro temas generales que aparecen en esta película de 1931 y que vale la pena destacarlos. En primer lugar está el tema de separar la naturaleza del ser humano; es decir, se parte del principio de que el ser humano está formado por un lado bueno y malo y el Dr. Jekyll está seguro que es posible separar el “alma” del  hombre para conocer y diferenciar los dos elementos que la componen.

De este tema surge el segundo, que es la lucha entre el bien y el mal, que está de manifiesto en los diálogos del Dr. Jekyll con su amigo, con su empleado, con Ivy, con Muriel y con el padre de Muriel. El tema está bien retratado en la primera transformación. Al tomar la poción, el doctor Jekyll está frente a un espejo y las imágenes, que se mueven velozmente en círculo, son escenas anteriores en las que prevalecen las cuestiones negativas, principalmente las prohibiciones, como por ejemplo, el hecho de que el padre de Muriel no acepta el casamiento de su hija antes de la hora que él, como ha establecido; el amigo que le reprime por su conducta en la habitación de Ivy; las palabras de Ivy que dice “lamento no haberlo estrangulado”(al referirse al hombre que la maltrató).  La palabra del coronel Carew que le dice a Jekyll: “Indecente”. Las propias palabras que él le dice a su amigo después de haber salido del cuarto de Ivy: “¿Puede un hombre que muere de sed olvidarse el agua”. “Es desagradable”, “Estás loco” (su amigo le recrimina). “Regresa pronto” (le pide Ivy mientras él continúa viendo en su mente las piernas desnudas de la chica). Al final del proceso de transformación, cuando surge el señor Hyde, como resultado del impulso reprimido, éste dice: “Soy libre... Hipócritas, negadores de la vida”.
 
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). La primera transformación: la poción
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). La primera transformación: la escena gira en círculos
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). La primera transformación: sobreposición de imágenes anteriores
Como causa y/o consecuencia, al mismo tiempo, pues resulta difícil definir en qué momento surge el conflicto, otro de los temas que aparece constantemente es la necesidad de controlar los impulsos. Sin caer en un fondo moralista, la lucha entre el bien y el mal provoca y/o sugiere esa necesidad, lo que está claramente impregnado en la personalidad del doctor Jekyll, que es un hombre que, a pesar de la fama que tiene, gasta mucho de su tiempo libre ayudando a los demás, a los necesitados. Sin embargo esto no significa, como dijimos antes, que Jekyll sea un santo; al contrario, él tiene deseos muy personales e íntimos, como por ejemplo, la necesidad de “consumir” su relación con Muriel (Hay que recordar que estamos en una época en la que no era permitido y/o se escondían las relaciones sexuales antes del matrimonio – no es que no las hubiera, pero había una presión para que estas no aparecieran públicas, muy diferente a lo que sucede hoy en día), algo que le deja impaciente y que sale a flote cuando Ivy intenta seducirlo.
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). El coronel, Jekyll y Muriel
Por último, aunque podría ser el primer tema propuesto, es la experiencia científica. Al principio de la película se plantea el problema de que “no es científico no admitir la posibilidad de algo”. Es decir, todo es posible, al referirse a la idea inicial del Dr. Jekyll en la conferencia que da, y no se puede negar nada hasta que no se haya comprobada científicamente. O sea, la praxis se sobrepone a las cuestiones morales, éticas o las simples creencias que no tienen ningún fundamento empírico.

Escenas especiales.-

Antes de hablar de las escenas especiales, es necesario mencionar el uso de alegorías en algunas escenas importantes de la película: un recurso bien utilizado e interesante que ayuda a crear una atmósfera especial.
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). Primer plano de Muriel
Al principio de la película, después de la conferencia, Jekyll está con Muriel. Es una escena de primeros planos en la que ambos se besan. Mientras ellos se besan, la cámara se mueve y muestra unas flores que están en un estanque y que parecen estar besándose. La sustitución del beso de la pareja por el beso de las flores crea una alegoría sobre la relación de ambos que viven un momento conflictivo: ambos quieren casarse y tienen el consentimiento del padre de Muriel, no obstante éste no quiere que se casen inmediatamente sino que esperen ocho meses más, para que se casen el día de aniversario de su propio casamiento. El coronel Carew es testarudo, defiende su “tradición” y no da el brazo a torcer; por ese motivo, ese beso es parte de la “complicidad” que la pareja de enamorados tienen frente a la oposición que no les deja cumplir su deseo. Las flores muestran claramente el deseo sexual que tiene la pareja y que, más adelante, Jekyll lo confirma cuando se siente atraído por Ivy.
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). Después del beso de Jekyll y Muriel, dos flores que se desean
Otra escena alegórica es cuando el señor Hyde mata a Ivy. Al descubrir que ella está enamorada de Jekyll y que éste le quiere ayudar a escapar de él, la ahorca. La cámara muestra, en un plano medio, la muerte de Ivy y Hyde no la suelta en ningún momento, sino que la empuja lentamente hasta que desaparecen de la escena, pues están atrás de una mesa. Sin embargo la cámara continúa enfocando un objeto que estaba atrás de ellos: una estatua de mármol en la que un ángel con alas abiertas que besa a una mujer. El ángel está inclinado sobre el cuerpo de la mujer a quien la sostiene, con una mano en la espalda y con la otra, en el cuello. La alegoría es impactante porque es un contraste entre la delicadeza con la que el ángel trata a su amada y la crueldad con la que Hyde, el “monstruo” o, si queremos llamarlo de otra forma, el “demonio”, mata a su “amada”.
 
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). Un ángel besa a su amada mientras Hyde mata a Ivy
Otra escena importante es la metáfora, en el minuto sesenta y seis, de la transformación. El doctor Jekyll está a camino de un compromiso que tiene en casa de Muriel y, al caminar por un parque, se detiene al ver a un pájaro que está cantando encima de un árbol. Jekyll se emociona con la belleza del ave y mientras lo escucha, un gato se acerca de repente y ataca al pájaro. De la alegría y de la belleza, se transita a la tristeza y al horror; en seguida, sin haber tomado ninguna pócima, Jekyll se transforma, a pesar de que no quiere, en Hyde, anunciando de esta manera el final trágico que se aproxima.
Dr., Jekyll and Mr. Hyde (1931). Un gato negro ataca a un pájaro en el parque
Además de las escenas mencionadas hasta aquí, hay que resaltar el horror estampado en el rostro de Ivy (minuto cincuenta y uno). Un minuto antes, Hyde la tortura psicológicamente preguntándole si lo ama o si lo odia. Ella, como tiene mucho miedo, le dice que lo ama, pero Hyde sabe que no es verdad y se complace torturándola, entonces se pone a hablar sobre sentimientos, amenazas y el deseo de irse. Durante toda la escena, el rostro de Ivy expresa un terror absoluto, lo que es contrario a las palabras que ella dice para sobrevivir. La escena es muy buena por la fuerza de expresión de los ojos de la mujer.
 
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). El terror en el rostro al escuchar las palabras de amor de Hyde
Palabras finales.-

Dr. Jekyll and Mr. Hyde está dividida en dos partes. Los primeros veintitrés minutos sirven para presentar a todas los personas involucrados en la historia y los diversos temas que mencionamos hace un momento: la naturaleza del ser humano y su dualidad, la lucha entre el bien y el mal, el deseo sexual de Jekyll y Muriel, reprimido por la testarudez del coronel Carew y transferido en el deseo reprimido de Jekyll por Ivy. La segunda parte está constituida con la transformación de Jekyll y la aparición de Hyde, y la lucha que establece entre el bien y el mal.
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). Después de la conferencia, nadie cree en las teorías de Jekyll
Otro punto importante es la “transformación” física de Jekyll en Hyde. Hay tres transformaciones que tienen características únicas. La primera se preocupa más por mostrar la liberación del deseo reprimido, el surgimiento y el triunfo del lado negativo del individuo, tanto es así que en la escena, como lo explicamos anteriormente, está hecha a partir de escenas anteriores que giran velozmente y que termina con la voz triunfante de Hyde: “soy libre”.
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931). Jekyll e Ivy
En la segunda transformación hay una mayor preocupación por mostrar el cambio físico, lo que ayuda a ver los excelentes efectos especiales que se realizaron. La tercera, cuando Jekyll está en el parque, ni siquiera se la muestra. Simplemente existe porque la parte buena del “alma” de Jekyll ha sido derrotada.
 
Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1931)


Aunque sabemos que el púbico actual no tiene ninguna simpatía por las películas clásicas, y peor aún por las que fueron filmadas en blanco y negro, Dr. Jekyll and Mr. Hyde es una de esas las grandes películas que no ha sido superada con el pasar de los años. ¡Hay que verla!

Texto original de Patricio M. Trujillo O.

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