O filme que assistimos...

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Patricio Miguel Trujillo Ortega


24 de abril de 2016

The Secret Life of Walter Mitty



The Secret life of Walter Mitty. (La vida secreta de Walter Mitty). 2013. 114 minutos. Estados Unidos. Aventura.

Con Ben Stiller, Dristen Wiig, Sean Penn, Adam Scott, Patton Oswalt, Shirley MacLaine, Kathryn Hahn.

Dirección de Ben Stiller.

Introducción.-

     Acabo de ver The Secret life of Walter Mitty (La vida secreta de Walter Mitty) y me ha gusto mucho. Es una película interesante que, a pesar de que no es perfecta, nos transmite una “fuerza positiva” en los momentos en que la vida nos puede parecer que está “estancada”.
     Con una buena dosis de humor, Stiller consigue hacer una obra con la que cualquier espectador puede identificarse, pues no podemos negar el hecho de que todo ser humano “sueña” pero, mucho más importante que los sueños, es tener el valor, no tanto de ir tras los sueños, sino de vivir la vida: no como la vivirían los otros, sino como uno mismo la debería viviría o debería haberla vivido.
     Lamentablemente, parece que este tema les disgusta a muchos “críticos” que no entendieron nada de la película y se pierden en análisis negativos y llenos de “clichés”, muchos de ellos – algo que no es ninguna novedad – repitiendo lo que otros han dicho, y sin detenerse a pensar en los disparates que escriben; en lugar de repetir esos comentarios, vamos a descubrir los aspectos positivos de esta película en la que Stiller muestra que, a pesar de su “comicidad”, tiene condiciones de hacer algo mucho más profundo.
La vida secreta de Walter Mitty
     Por lo tanto, a quienes ya han leído algún “comentario” sobre La vida secreta de Walter Mitty y se hayan dejado llevar por eso, les invito a que miremos esta producción cinematográfica con otros ojos.

La historia.-

     La revista Life impresa en papel está con los días contados, pues acaba de ser vendida y está pasando por un proceso de restructuración para transformarla en una edición on-line, lo que significa que habrá cambios sustanciales en la empresa, principalmente en lo que se refiere al despido de muchos empleados.
     Walter Mitty, un hombre introspectivo y de pocas palabras, trabaja en el departamento de los negativos de las fotografías y, al recibir las últimas fotos del famoso fotógrafo Sean O’Connel (Seam Penn), no encuentra el negativo veinticinco, que ha sido escogido por el propio fotógrafo como la foto de la última portada de la revista impresa.
Los nuevos jefes y Walter Mitty
     El problema es que el nuevo jefe y responsable por la transformación de la revista, Ted Hendricks (Adam Scott), es un joven impetuoso y muy desagradable, que no solo trata con desprecio a todos, sino que lo hace de una manera muy peculiar con Walter, al darse cuenta de que es una persona algo retraída.
     Al mismo tiempo, Walter está enamorado de su nueva colega de trabajo, Cherly (Dristen Wiig), con quien nunca ha cruzado una palabra y quiere conocerla a través de una comunidad virtual de relaciones en lugar de hablar con ella personalmente.
Cherly y Walter Mitty
     Pero el problema en sí es que Walter vive soñando despierto.
     Cuando está frente a algo que le llama la atención, sea positiva o negativamente, no ve ni escucha lo que pasa a su lado, pues se aísla en su fantasía y, cuando percibe lo que ha sucedido, muchas cosas ya han pasado a su lado sin que él se diera cuenta, como por ejemplo, perder el tren, no escucha lo que alguien le estaba diciendo, etc.
Walter Mitty se aisla al "vivir" sus fantasías
     Es aquí entonces que se plantea el nuevo dilema de Walter: necesita encontrar el negativo que está perdido y con la ayuda de Cherly, con quien finalmente conseguirá entablar una amistad, intenta localizar a Sean O’Connell, que es un fotógrafo que pasa todo el tiempo viajando y fotografiando, razón por la cual es difícil ubicarlo. Con algunas pistas que encuentra, Walter decide hacer lo imposible: dejar de soñar sus grandes aventuras “imaginarias”, valga la redundancia, e ir en búsqueda del negativo veinticinco, para lo cual tendrá que dejar su vida, aparentemente acomodada, y enfrentarse a una serie de aventuras y peligros por territorios “desconocidos”, lo que le da la oportunidad de, finalmente, reencontrarse consigo mismo.
Walter Mitty se "reedescubre"
      Pero hay que tener cuidado: no es así tan fácil la decisión de Walter de dejar sus cosas y salir por el mundo en búsqueda de Sean: él se enfrenta con algo más peligroso: dejar sus delirios y volver a hallar lo que siempre quiso tener.

Los personajes.-

     Empecemos con Walter Mitty. Él no es otro individuo tímido en una gran empresa. Es una persona que pasa por un proceso de redescubrimiento. Lo primero que le llama la atención al espectador, y que al principio nos desorienta, hasta que después conseguimos saber cuándo se trata de realidad y cuándo de fantasía, es que él vive soñando despierto.
Walter Mitty vive soñando despierto
     Una de las primeras escenas que muestra esta característica suya, es cuando está esperando el tren y de repente, lo vemos saltar, como un súper héroe, desde la estación hacia un gran edificio y, en un acto temerario, salva a varias personas de un incendio. Y se transforma en el héroe de la mujer de la que está enamorado, pero no se atreve a hablar personalmente con ella. Enseguida, vemos que él ha perdido el tren y está solo en la estación.
La vida secreta de Walter Mitty
     Así es Walter Mitty: a pesar de estar mucho tiempo en el mundo de las fantasías, no es una persona alienada. Él sabe los problemas y las necesidad que hay a su alrededor y trata de cumplir sus obligaciones de la mejor manera, tanto como empleado como individuo. Más adelante descubrimos el por qué de este comportamiento. Cuando era adolescente, a los 17 años, él tuvo que abandonar sus sueños y se hizo responsable por el futuro de su familia: su padre había fallecido y él se quedó a cargo de su hermana y de su madre. Con su padre tenía una excelente relación y este le llegó a regalar, inclusive, un cuaderno de bitácora de viaje, para que anotara sus experiencias cuando saliera a andar por el mundo. Sin embargo, tuvo que dejar de lado la mochila que había comprado para sus viajes que pensaba hacer; se arregló el cabello, que lo tenía al estilo punk, y empezó a trabajar en una cafetería. En pocas palabras, Walter Mitty se vio obligado a abandonar sus sueños de joven para asumir la responsabilidad familiar. Por eso, podemos entender que los “viajes imaginarios” que él vive constantemente, y que nadie los comprende, son una forma de mantener despierto algo de lo que perdió. Podríamos decir que es una compensación psicológica para recuperar su espíritu rebelde que la vida le forzó a perderlo. y eso lo mantiene cuerdo en un mundo de estrés y de grandes responsabilidades familiares y laborales.
La vida secreta de Walter Mitty

     En pocas palabras, y con estas queremos decir que no estamos de acuerdo con la superficialidad con la que lo vieron muchos críticos, Walter Mitty no es un hombre cuarentón que está acomodado en una situación y de repente se libera; al contrario, Walter Mitty encuentra la oportunidad de reencontrar su verdadero espíritu y, en medio de este drama, ese reencuentro provoca los momentos cómicos que le dan el equilibrio necesario a la película.
     Otro aspecto que hay que destacar, aunque sea en un par de líneas, es que él cree en el lema de la empresa en la que trabaja: “Para ver el mundo y las cosas peligrosa que vendrán. Para ver más allá de las paredes y llegar más cerca. Para encontrar al otro y sentir. Ese es el propósito de la vida”. Es este el lema que le motiva a ir atrás de la fotografía perdida, a pesar de que todo está en su contra. En este aspecto, Walter Mitty es lo opuesto al nuevo jefe, Ted Hendricks, que no es solo arrogante, sino que desprecia, y no oculta su desprecio frente a los demás, y para quien ese lema no significa nada.
Lucha imaginaria entre Ted Hendricks y Walter Mitty
     Mientras Walter lucha, aunque sabe que nunca más se editará la revista, por mantener el espíritu en pie hasta el último número, Ted hace todo lo posible para demostrar que él manda ahí y que todo lo viejo es decadente. En este sentido, la película aporta también una crítica a esa idea, muy difundida, de que los “jóvenes” lo pueden todo. Y más aún esos jóvenes que han nacido con la tecnología y que piensan que solo hay que apretar un botón en la web para conseguir las cosas. Esa crítica, nada sutil, la vemos en la escena en la que Ted reúne a los empleados y no entiende las palabras que le dicen. Necesita que otro colaborador le explique lo que le quieren decir.
     Otros dos personajes que hay mencionar son Edna y Odessa Mitty: la madre y la hermana, respectivamente. Ambas mujeres están presentes en la vida de Walter. Pero es una presencia positiva y madura. Entre los tres hay un aire de vida “familiar”, en el sentido de que a pesar de que cada uno vive su propia vida, hay amor, sintonía y apoyo. Es decir, no hay un resentimiento de Walter porque tuvo que abandonar sus sueños para ayudar a su familia. Tampoco hay una dependencia ni de la madre ni de la hermana. Los tres han construido sus vidas y, ahora, ellos son el apoyo para ellos mismos. Es interesante esta reflexión positiva sobre la familia. Una reflexión que se la hace de manera sutil, sin moralismos.
La vida secreta de Walter Mitty
     Y otro personaje que cumple un papel importante es Todd Maher (Patton Oswalt). Él dirige la página de la web de relaciones en la que participa Walter. Y gracias a una llamada para un simple información, entre ambos se crea una “amistad” que llega ser, en un momento dado, el pilar que le ayudará a Walter a mantenerse de pie cuando parece que todo está perdido.

De la fotografía y otros detalles.-

     The Secret life of Walter Mitty tiene algunas características que hay que destacalarlas: lo obvio, la fotografía, la música y efectos visuales.
     Empecemos hablando de la “búsqueda de la foto”. La verdad es que ésta no está perdida, pero Walter Mitty no consigue ver lo obvio para encontrarla. Y, como es lógico, el espectador, tampoco. Pero si no fuera por este detalle, la historia, simplemente no existiría. Gracias a la incapacidad de ver lo obvio, que es una de las características de la personalidad de Walter, es que él consigue “redescubrirse”, ver que aún había dentro de él la fuerza para enfrentarse a los más grandes peligros físicos (tiburones, erupciones volcánicas, etc.) y emocionales (él mismo y su nuevo jefe). Y en la vida real, lo obvio no es siempre tan obvio, y en la película está demostrado en el conjunto de las fotografías del rollo que Walter recibió: las imágenes parecen enigmas que se van resolviendo de una manera sencilla, aunque para llegar a la solución, el proceso fue largo y penoso.
     Segundo, la fotografía de la película es un lujo. No solo por los bellos paisajes de Islandia, sino porque ellos llegan ser prácticamente un “personaje” más en la historia, ya que le sirven de desafío y de inspiración a Walter para seguir adelante en su búsqueda por la fotografía veinticinco. Y por ende, en su propia búsqueda. En la fotografía también debemos añadir el papel que cumplen las diversas portadas de la revista Life. Ellas, por sí solas, ya cuentan otra historia o, mejor dicho, le dan a la historia una perspectiva diferente que enriquece a su personaje principal. A esto tenemos que añadir la excelente banda sonora que combina la imagen con el sonido de tal manera que le da fuerza a la película o, mejor dicho, le da vitalidad, pues la película se trata de eso: de vitalidad.
Las portadas de Life
     Tercero, la película no utiliza la famosa “pantalla verde”. Y este es uno de los aportes más interesantes de The Secret life of Walter Mitty al cine, en una época, como la que vivimos, en la que se hacen grandes películas solo porque se utiliza la “pantalla verde”. Si le quitamos la “pantalla verde” a las grandes películas de la actualidad de gran taquilla, no queda nada: ni siquiera una historia para contar.
Walter Mitty salta del helicóptero
Walter Mitty en Islandia
      The Secret life of Walter Mitty fue filmada en los lugares donde la historia sucede. Claro que hay muchos efectos visuales, pero sin la famosa “pantalla verde” con la que todos son grandes cineastas. La película fue filmada en los lugares donde la historia sucede, con excepción de la parte de Groenlandia. Incluso la pelea imaginaria entre Walter y Ted sucede en las calles de la ciudad, con la cámara y un gran equipo de producción en movimiento.
La vida secreta de Walter Mitty
      Solo esto, para quien no le gusta la película por ser demasiado “positiva”, ya es un excelente aporte de que se puede hacer grandes películas sin la “pantalla verde”.

Escenas claves.-

     Aunque al principio el espectador no perciba, las primeras imágenes que muestran la rutina “planificada” de Walter Mitty, principalmente en lo que se refiere a las cuentas y a los gastos, es esencialmente clave para entender las características y la evolución del personaje. La primera impresión que tenemos es la de una persona totalmente esquemática, mas sin prestamos atención a los detalles de esos primeros minutos, podemos comprender al personaje y el proceso doloroso y satisfactorio que es su “redescubrimiento”.
Walter Mitty y O'Connel
     Sin embargo, algunas de las mejores escenas de la película involucran a la fotografía, como arte y así, una de las escenas más importantes es cuando Walter Mitty se encuentra, finalmente, con el fotógrafo O’Connel. Esta escena es una cachetada a la sociedad contemporánea en general. Vivimos en una época de “imagen”: las personas, en general, por el hecho de tener un teléfono celular y muchos apps y programas para transformar sus fotografías en “verdaderas fotografías” – algo que por cierto, no funciona [pero este comentario ya está fuera de la intención del presente texto] – están preocupadas por sacar fotos y subirlas a internet en una manía enfermiza de aparecer, de hacerse notar, y por este mismo hecho, la gente no consigue ver lo que está frente a sus ojos, es decir: entender y disfrutar cada momento que se nos presenta. O’Connel está en Asia, en Afganistán, esperando con paciencia para sacar la foto que nunca antes nadie la había sacado: la del famoso tigre fantasma. Y cuando el animal se le aparece, él ve y disfruta lo que ve.
La vida secreta de Walter Mitty: el tigre fantasma
Palabras finales.-

     The Secret Life of Walter Mitty es una película que nos transmite un cierto bienestar psicológico en una sociedad que está en constante transformación, donde un individuo se ve obligado a tomar decisiones en las que el único beneficiado o perjudicado es él mismo.
     Esta película no es ninguna receta de “auto-ayuda”; no se plantean moralismos de ninguna índole: simplemente nos ofrece algunos de los dramas de nuestra sociedad contemporánea: la dificultad de relacionarse con las personas que están a nuestro lado y la búsqueda excesiva de las redes sociales para hacerlo; el abandono de los “sueños” para sobrevivir en el “mercado de trabajo”; los cambios por los que pasan las empresas frente a la indiferencia de cómo estos afectan a la vida de sus empleados, porque no todos consiguen ser Walter Mitty. Y frente a estos dramas, la película no ofrece ninguna solución: tal vez la única pista que nos da es que la persona puede “redescubrirse” a sí mismo y que para eso, solo hay que querer hacerlo.

Space Oddity
      Pero, dejando de lado algunos elementos como el buen guion, aunque sencillo; la música que le da una fuerza sorprendente; las escenas que nos emocionan al mezclar la realidad y la fantasía, como cuando Walter se sube al helicóptero al vuelo mientras escucha Space Oddity de David Bowie; lo que la película realmente nos deja para siempre está en los últimos minutos, cuando finalmente todos veremos el secreto de la foto veinticinco. Una foto que nos sorprende por la sencillez y, al mismo tiempo, la belleza del mensaje: en el mundo hay personas que creen que son pequeñas y, sin serlo, se tratan y son tratadas de esa manera. Sin embargo, el talento de estas personas es menospreciado, principalmente si ellas no responden al patrón de comportamiento que la sociedad nos impone, a pesar de que ellas consiguen ver lo que nadie más vería. Es un verdadero homenaje que la película presta a los “pequeños” y “desconocidos” que construyen lo que nos rodea.

Texto original de Patricio Miguel Trujillo Ortega.

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