O filme que assistimos...

Você encontrará neste espaço comentários e analises de filmes de todas as épocas. Uma excelente oportunidade para aprender além do cinema.

Patricio Miguel Trujillo Ortega


26 de agosto de 2011

Taromenani. El exterminio de los pueblos ocultos.

Taromenani, 2007, Documental, Ecuador. 60 minutos.

Dirección: Carlos Andrés Vera.
 
Taromenani. El Extermenio de los Pueblos Ocultos es un documental bien hecho que le deja al espectador con un sabor “amargo”.

Es la historia de un genocidio que ocurrió en 2003 en la selva amazónica ecuatoriana y frente al cual, tanto las autoridades como la ciudadanía en general, se mantuvieron indiferentes.

¿Por qué?

Taromenani intenta encontrar la explicación y la respuesta a esta pregunta.

Para la explicación, el director nos lleva a un recorrido de lo que ha sucedido en los últimos sesenta años en parte de la selva amazónica ecuatoriana, donde desde intereses “evangélicos fundamentalistas” hasta petroleros y madereros se han encargado de dividir pueblos, dominarlos, transformarlos y empobrecerlos tanto económica como humanamente; pero, no hay una sola respuesta y, como lo dice el director en la presentación del documental, es un trabajo incompleto.

¿Por qué?

Imagen de la Taromenani: la selva amazónica ecuatoriana
Por la indiferencia de una sociedad que no sabe ni quiere saber nada de lo que sucede con los pueblos indígenas ocultos, con los “no contactados”; porque lo que interesa es el supuesto beneficio económico “para la patria”.

Carlos Andrés Vera al comienzo del documental hace dos observaciones importantes que nos ayudan a entender lo que le motivó al cineasta a hacer Taromenani; mas, también son dos reflexiones que reflejan lo que sucede en un país donde se desconoce a sus propios habitantes.

“Más de 30 niños y mujeres fueron asesinados en la selva ecuatoriana... Todo fluía como si nada... Si los masacrados hubieran sido blancos, la sociedad se vería conmocionada, pero fueron indígenas no contactados. Muy pocos se enteraron y a casi nadie le importó”

Esta afirmación no es exagerada y muestra claramente lo que una sociedad trata de esconder con hipocresías: un país racista.

En el documental no se hace esta afirmación; sin embargo, el racismo es uno de los tantos motivos del por qué a nadie le importó que fueran asesinados los Tagaerí. Y, como dice Vera, si fueran blancos, otra sería la historia.
Lanza Taromenani
La segunda observación válida es cuando se nos recuerda que lo que se llama tierra virgen, no lo es porque desde hace muchos cientos años ya había gente viviendo ahí...

Gente con cultura, con tradiciones, con una vida. Gente que merece vivir con dignidad según sus propias tradiciones y no la impuesta por el “blanco” dominante; gente que se ha visto obligada a abandonar sus tierras porque han llegado los “nuevos conquistadores”.

Taromenani es un documental dinámico que intenta ser objetivo, en la medida en que se puede tratar de serlo frente a un genocidio de ese tamaño en pleno siglo veintiún; además, nos muestra cómo los pueblos indígenas amazónicos han ido perdiendo, no solo tierras, sino su cultura; cómo se han transformado en los “mendigos del petróleo”

Por otra parte, técnicamente Taromenani es un documental bellísimo tanto en su fotografía como en el guión y la excelente banda sonora de Mauricio Vicencio.

Taromenani El Exterminio de los Pueblos Ocultos
Vera usa en su documental bellas imágenes de la selva; documentos gráficos antiguos; una buena dramatización del crimen que impacta con los silencios, los gritos, las imágenes oscuras y los rostros sangrientos de las víctimas (estas últimas imágenes bellísimas y sufridas en un interesante contraste de colores y de silencio); entrevistas a autoridades locales y nacionales, a los habitantes de la selva y a los propios criminales.

De todo esto, vale la pena destacar algunos elementos especiales y que son muy significativos en la película.

Si los masacrados hubieransido blancos....
Primero: la mezcla de imágenes del Quito histórico y su población mestiza con imágenes de los indígenas amazónicos. Esta propuesta fotográfica que aparece al principio de la producción parece decir a todos: atención: “vamos a hablar de nuestra gente”. Tal vez sea la necesidad de recordar que el país es mestizo y que no se puede ni se debe negar la sangre india.

Segundo: se hace referencia al equipo de fútbol Aucas, el “ídolo del pueblo”. Se menciona la fecha del 22 de octubre de 2006 cuando este equipo pierde la categoría profesional de fútbol y provoca el sufrimiento de sus hinchas... Aucas... Para muchos no es más que un equipo de fútbol, sin embargo, ¿quiénes son y fueron los verdaderos “Aucas”? Como dice la película al referirse al sufrimiento de los hinchas auquista que la gente no sabe “que la verdadera historia de los aucas se ha escrito siempre con sangre”.

La verdadera historia de los aucas se ha escrito con sangre
A partir de esta referencia, Taromenani empieza la difícil tarea de reconstruir la historia de estos indígenas que fueron designados bajo un nombre genérico en la selva amazónica. Tribus feroces que han ido sucumbiendo a los más varios tipos de colonización en los últimos 60 años. Algo que empezó con el Campamento Lingüístico de Verano, una secta evangélica fundamentalista que llegó incluso a “secuestrar” a una indígena para aprender el lenguaje de estos pueblos; iniciando así, un proceso “irreversible” de destrucción y aculturación.

Un tercer elemento que es digno de destacar es la bella imagen que se crea con un libro al relatar la historia de los Aucas y el significado de esta palabra. Es realmente un trabajo artístico de buen gusto y excelente calidad, así como muchas otras escenas a lo largo del documental.

Por último, como ya dijimos anteriormente, la banda sonora de Mauricio Vivencio se destaca en toda la película; sin embargo, el punto clave de esta música, son los minutos finales del documental, con imágenes naturales y referencias a las personas involucradas en la trágica historia, mientras se escucha el tema-canción de la película: no hay más palabras que decir. al respecto.
 
Para finalizar, Taromenani es un documental que debe ser el punto de partida para poner fin a la destrucción de los pueblos “no contactados” y poner fin a los engranajes políticos-económicos y asesinos de aquellos que no dudan en exterminar pueblos solo para aumentar sus cuentas bancarias; por otro lado, es chocante descubrir a través de la película que los culpables del “genocidio” están libres a pesar de que se sabe quiénes son los asesinos.

¿Qué tipo de sociedad es esta? ¡Ecuador!

Texto original de Patricio M. Trujillo O.

Está prohibida la reproducción total o parcial del texto sin la autorización escrita del autor.

16 de agosto de 2011

O Móbile: Admiração

O Móbile: Admiração, Drama - Romance, 2008, 25 minutos, Brasil.

Con Nadja Dulci, Stefane Ribeiro.

Direção: Lilian Werneck.

O Móbile: Admiração é um curta metragem muito interessante, inspirado em um grande filme alemão de 1972: As Lágrimas de Petra von Kant.

A fotografia de O Móbile: Admiração é boa; suas personagens são dramaticamente complexas e interessantes; a história surpreende pela delicadeza e o bom gosto para narrar um drama de amor que vai além do amor: o drama de ter que fazer uma escolha porque, como toda as escolhas, essas não são fáceis.
O Móbile: Admiração é uma história de duas mulheres que se admiram sem se conhecer e que o destino, num momento importantíssimo na vida profissional delas, as leva a um encontro tão profundo de paixão e amor, que custa entender o sacrifício que elas terão que fazer.

Nina Maya e Bárbara Oliveira são as duas personagens desta história.

Nina é uma atriz de teatro que se encontra ensaiando, para representar numa peça, o papel de Petra, uma mulher complexa que ama a Karina. Esta representação não é fácil para Nina, pois segundo suas palavras, quando ela pensa em estar com uma mulher tem medo de ser feliz e de viver um grande amor. Porém, o diretor lhe desafia a vencer esse medo, pois está convencido que Nina pode representar muito bem Petra.

Os ensaios para Nina estão sendo difíceis e se sente travada, apesar de que procura inspiração nos quadros de uma artista que admira muito, mas não a conhece: Bárbara Oliveira.

Enquanto isso, Bárbara Oliveira está no seu melhor momento de criatividade. Segundo Catarina, sua agente e sua ex-namorada, ela nunca pintou tanto e tão bem desde que tem um mural de inspiração no seu atelier: umas fotos da atriz Nina Maya. Catarina, inclusive, acha que Bárbara está apaixonada pela atriz.

Estas duas personagens são apresentadas no começo do filme de uma forma muito singular. Primeiro está Nina que está ensaiando com dificuldade. Prevalecem os primeiros planos da atriz e, por um instante, a foto de uma pintura - logo saberemos que essa pintura é de Bárbara - no meio do texto que ela está tentando decorar com problemas. As imagens são rápidas, movimentadas e conseguem mostrar a dificuldades de Nina para ser Petra.
Como se fosse uma linha paralela, as imagens de Nina são intercaladas com as de Bárbara que está no seu atelier pintando. Os movimentos da artista plástica são rápidos e a câmera mostra as diferentes etapas na produção da obra. São movimentos fortes, com paixão, um atrás de outro e, como na cena de Nina, prevalece também primeiríssimos planos do rosto da artista até que numa extrema velocidade as imagens se misturam e estamos novamente no ensaio de Nina.

Esta conjugação de fotografia representa a união idílica entre as duas mulheres que se admiram, mas não se conhecem. No entanto, logo elas terão a oportunidade que tanto desejam. Nina entra na exposição de Bárbara e, depois de admirar por algum tempo o quadro do que gosta tanto, finalmente conhece a artística plástica. Frente a frente, Nina e Bárbara se admiram e praticamente o mundo desaparece para elas: nesse novo mundo só existem as duas mulheres: Nina e Bárbara, e Bárbara e Nina.Isso é conseguido de uma forma bela através dos primeiros planos de seus olhos e seus rostos.
Nina e Bárbara na exposição
Quando Nina mostra a Bárbara a fotografia da pintura dela, as suas mãos se tocam e seus dedos vão se separando devagar; sorriem nervosamente até que Bárbara se aproxima e fala alguma coisa no ouvido de Nina. A imagem se escurece e logo ambas estão juntas, numa discoteca, dançando. Elas estão somente para elas e as imagens novamente mostram seus rostos, suas mãos, suas bocas, seus beijos ao ritmo da música da discoteca. Logo aparecem num quarto, se acariciando. Os movimentos são rápidos numa coreografia sincronizada de seus corpos vistos de perfil, em cor escura e fundo azul.

 A admiração cedeu passo ao amor. Nina e Bárbara declaram o sua paixão, se amam mutuamente e desfrutam cada momento da vida delas. Há uma série de imagens da vida cotidiana que mostra as duas namoradas compartilhando cada momento da vida: desde escovar os dentes juntas até estarem lendo um livro. Nina e Bárbara declaram seu amor e a câmera se concentra nas mãos delas que se acariciam enquanto a cena escurece.

É comum que nas histórias de amor logo da paixão haja um momento de esfriamento e tudo volta ao normal. Os filmes tentam mostrar geralmente que as pessoas voltam a seu ritmo natural e começam aparecer os problemas de casal. Porém, O Móbile: Admiração consegue fugir desta solução tão simplista que é característico de muitos filmes, porque Nina e Bárbara são duas pessoas que continuam se amando e a paixão não para de crescer; mas, o problema é outro. Até que o ponto o amor interfere na vida profissional de cada uma delas?

Nina ainda não consegue representar Petra. Ela é tão feliz amando Bárbara que esta alegria é como uma enchente que sai de seu corpo sem nenhum tipo de ataduras. Definitivamente já não tem medo de amar e de ser feliz, só que isto é oposto do que representa Petra, a sua personagem que precisa mostrar sofrimento. Nina, paradoxalmente, agora que está apaixonada e feliz tem mais dificuldade em representar a sua personagem que no começo da história.

Por sua vez, Bárbara também tem dificuldades com seu trabalho. Depois que começou seu relacionamento com Nina, não consegue mais pintar com a mesma paixão e as suas ideias simplesmente foram embora. Contrastando com o começo do filme, a diretora mostra Bárbara no seu atelier trabalhando devagar. A câmera não tem mais a velocidade do começo do filme. A inspiração de Bárbara parece ter ido embora e ela acaba jogando tinta no seu “mural” de Nina: esse mural que no começo da história era sua inspiração.

O que tem que fazer as duas mulheres? Bárbara está triste e lembra o começo do seu relacionamento com Nina, mas pensa que não necessita de mais nada. Ela ama Nina e com isso está satisfeita e acha que pode continuar a vida assim.
Porém, Nina acha que o problema delas é que se amam demais e isso está prejudicando o trabalho delas e toma uma difícil decisão.

O Móbile: Admiração apresenta uma história de amor complexa entre duas pessoas que encontram o que mais querem: o amor da outra pessoa; mas nem sempre é possível ter esse amor quando a pessoa tem uma aspiração tão profunda que vai mais além desse relacionamento.

Nina e Bárbara são duas personagens bem construídas e um grande mérito que deve ser destacado do filme é que estas duas mulheres lésbicas são apresentadas pelo que são como mulheres e como profissionais, e não pela sua sexualidade. São duas mulheres que procuram o amor e a realização de seu lado profissional ao mesmo tempo, algo que nem sempre é fácil de acontecer. O fato de elas serem lésbicas não entra em jogo: elas são mulheres que amam mulheres, e não há problema nenhum nisso. Não há esses terríveis preconceitos que sufocam a nossa sociedade nem os estereótipos com os quais lamentavelmente as lésbicas são apresentadas, inclusive em filmes.

Para finalizar, O Móbile: Admiração foi colocado pela sua diretora na internet para que todos possam assistir ou baixar. Grande iniciativa que ajuda a divulgar belas produções destinadas a pessoas de todas as idades e condições e que gostam de um bom filme.

Texto original de Patricio M. Trujillo O.

Está prohibida la reproduccion total o parcial del texto.





9 de agosto de 2011

Rabia


Rabia. Drama, 2008. Colombia-España, 95 minutos.

Con Martina García, Gustavo Sánchez Parra, Concha Velasco.

Dirección de Sebastián Cordero y fotografía de Enrique Chediak.

“Cuando tú te hayas ido, me envolverán las sombras; cuando tú  te hayas ido...”

Así empieza la canción-tema de la película Rabia, una canción que desde el principio anuncia la angustia que puede envolver al ser humano cuando este pierde el rumbo de la vida, cuando la esperanza se le escapa de las manos, cuando el amor cuelga de un hilo fino y delicado que puede romperse a cualquier hora; sin embargo, la película  sorprende porque, en medio de la rabia que puede dominar al ser humano, aún hay una ilusión por vivir.

José María y Rosa son dos inmigrantes latinoamericanos que viven en España. Rosa, de origen colombiano, tiene los documentos legales y trabaja como empleada doméstica; mientras tanto, José María es un inmigrante ilegal que trabaja como albañil.

Aunque ambos son enamorados y la historia de amor de la pareja parece ser parte central de la película, el punto de partida y que guía Rabia es la situación de José María: un inmigrante ilegal que no consigue soportar la humillación, el racismo, el desprecio.
José María y Rosa: más que una historia de amor
Durante los primeros minutos, la película se centra en este tema (sin dejar de lado la fuerte relación de la pareja) a través de dos momentos claves. El primero es cuando José María está trabajando en una construcción; el capataz se le acerca y le llama la atención porque está distraído, y parte del discurso de éste es: “Aquí se viene a trabajar; no estás en tu país”.

Esta frase es importante porque despierta en José María la rabia que, a lo largo de la película, le irá dominando hasta las últimas consecuencias.

El segundo momento de esta situación social conflictiva es cuando unos mecánicos hacen comentarios desagradables de Rosa. A José María no le gusta lo que dicen y les da una paliza; al día siguiente, en el trabajo, el capataz vuelve a insultarlo por haber defendido “a la colombianita a la que todos quieren follarla”. El capataz, entonces, le suelta en la cara lo que mucha gente piensa de verdad de los inmigrantes: “Aquí no vales una mierda. Lo último que quieres en tu situación es llamar la atención de la policía”.

Esta arrogancia de los que se creen superiores a los demás y con derecho de humillar a las personas por sus condiciones laborales y raciales se ejemplifica mejor en el diálogo entre José María y el capataz. José María le dice: “¿Qué dijiste de mi novia?”. El capataz le responde: “Encima me tuteas. No estás en tu pueblo”.

José María
Esta discusión hace que José María pierda el trabajo y posteriormente, dominado por el odio, le mate de un puñetazo al capataz; cometido el crimen, él huye de la policía y busca un refugio donde nadie pueda encontrarlo y, al mismo tiempo, desde donde pueda saber lo que le sucede a Rosa.

Pero antes de llegar a esta situación agónica con la que tienen que enfrentarse, José María y Rosa viven su pequeño idilio de amor. Ambos aprovechan que los patrones de Rosa están de viaje para estar juntos en la casa de ellos y escuchar la música del disco pirata que compraron en la calle. La canción es “Sombras” interpretada por el ecuatoriano Julio Jaramillo y, conforme la música avanza, la imagen se oscurece hasta mostrar a ambos en la cama, juntos, rodeados de sombras, la misma sombra que les perseguirá hasta el fin.

La fotografía de esta escena es hermosa y una característica de la película Rabia. El fotógrafo Enrique Chediak hace un trabajo extraordinario con el lente y sus imágenes son palabras y diálogos de altísimo nivel. Otro momento muy bueno de fotografía es cuando Rosa se sienta en las escaleras de la casa de la familia Torres, sus patrones, a hablar por teléfono con su novio (que ya está prófugo). El movimiento de la cámara por sí solo expresa las sensaciones y angustias que rodean a la muchacha.

Rosa es una muchacha que aparenta fragilidad debido a su timidez, pero es fuerte y soporta el dolor y los problemas. Tal vez sea por su carácter o porque la vida del inmigrante que abandona su país para intentar buscar algo mejor no es fácil y, muchas veces, acaba conformándose con trabajos donde son denigrados. El caso de Rosa es así. Trabaja en la casa de la familia Torres; una familia desestructurada emocionalmente y donde solo la patrona tendrá la sensibilidad de comprenderla, de ayudarla y de tratarla como gente. El patrón nunca le dirige la palabra y su esposa le llama la atención al respecto cuando le dice: “deja de hablar de ella (Rosa) como si fuera invisible”.

Rosa e sus patrones
El hijo de la patrona, Álvaro, que no se lleva bien con su padre por problemas económicos y que es mimado por su madre, intenta seducir a Rosa besándola a la fuerza y, más adelante, violándola.

Rosa soporta todo. Su situación es difícil. Está embarazada y el padre de su hijo, José María, está escondido en algún lugar. Ella no tiene a dónde ir. Rosa es la antítesis de José María porque éste, a pesar de no tener nada, no duda –aunque sea de la forma equivocada- en recuperar su dignidad como ser humano. Mas, como es lógico, al hacerlo de una forma errada, pierde todo, incluso esa dignidad que tanto la busca.

José María se esconde en la casa de la familia Torres sin que nadie se entere. Ni siquiera Rosa. La casa es grande y el tercer piso está abandonado. Cuartos viejos, sucios, donde se amontonan muebles antiguos, en mal estado y todo está cubierto de telas de arañas y donde los ratones se sienten a gusto. La situación de la casa es simbólica y muestra el estado real y emocional de la familia Torres que solo podrá levantarse –lo entendemos así después de haber visto toda la película- con la presencia de Rosa y su bebé.

La lucha por la sobrevivencia
Mientras la policía busca a José María y Rosa se entristece porque no tiene noticias de él, éste permanece escondido, con hambre y frío, haciendo todo sigilosamente para que no lo descubran, ni siquiera Rosa. Las escenas que muestran esta situación de José María son fuertes pero no llegan a ser sensacionalistas ni exageradas. Se percibe el cuidado que tuvo el director para mostrar una situación lo más real posible, pero sin caer en la mera sensibilidad o en lo grotesco, intentando capturar con la cámara el dolor del silencio, la soledad, el abandono.

De los momentos más difíciles por lo que pasa José María, los peores son cuando la familia Torres sale de la casa que permanece cerrada una semana para fumigar. José María no tiene cómo escapar y durante siente días lucha entre la vida y la muerte por sobrevivir en un ambiente de angustia. Son escenas fuertes en la que se ve a un hombre desesperado que ha perdido su destino, que no sabe dónde hay un camino por el que pueda ir.

El trabajo de la fotografía de la casa es algo maravilloso y merece elogios. El movimiento de la cámara es muy significativo cuando acompaña los corredores, las paredes, los cuadros de la casa. La cámara se convierte en los ojos de los personajes, principalmente de Rosa y José María. La primera vez que tenemos esa sensación es cuando José María le llama por teléfono a Rosa y ella va a contestarlo.

Y ya que hablamos de la fotografía de la casa, a lo largo de la película hay muchos primeros planos de ésta, principalmente cuando todos se han ido y el silencio y las sombras están por sus corredores. Como dijimos al principio, el título de la canción es simbólico a lo largo de la obra.

José María pasa a comunicarse con Rosa a través del teléfono. Él descubre que en la casa hay dos líneas telefónicas y siempre que le es posible, se esconde en la habitación donde está una de las líneas telefónicas para llamarle a Rosa. Es así que él confirma por teléfono todo aquello que ve en la casa, escondido en las sombras, contrastando con los colores del hogar. Durantes las conversaciones vale la pena destacar dos hechos: los personajes se aman pero no se conocen. Rosa le dice a José María que se dio cuenta que no sabía nada de él cuando la policía le interrogó; pero José María quiere su amor y le ofrece el suyo, aunque lo único que le puede ofrecer es una especie de esperanza.

El otro hecho de destaque es la fotografía de los rostros de José María y Rosa durante estas conversaciones: los primeros planos de los protagonistas son tan fundamentales como sus palabras.

A medida que pasan las semanas, la situación de José María empeora. No hay forma de escapar y el odio lo va consumiendo hasta que llega a cometer su segundo crimen: asesina a sangre a fría a Álvaro, asfixiándolo, como venganza por haber violado a Rosa.

José María definitivamente se queda solo. Dominado por los celos y por el odio, con el segundo asesinato pierde su lugar en la sociedad. Ya no encuentra forma de escapar de las sombra que le rodean y va debilitándose, hasta que sus fuerzas se terminan.

Sin embargo, Rosa no lo olvida y decide que su hijo se llamará como su padre y tiene la oportunidad de darle un futuro gracias al apoyo que recibe de su patrona.

Para finalizar, vale mencionar dos tomas magníficas de fotografía. La primera es cuando Rosa está en la playa, acariciando su barriga. La cámara se le acerca lentamente y luego se aleja, como si fuera la espuma del mar. Es una escena linda y contrasta con la situación oscura que vive José María abandonado en el último piso de la casa de los Torres.

La otra escena fotográfica que vale destaque es cuando José María tiene a su hijos en sus brazos y está en el suelo, falleciendo. Mientras se escucha “Cuando tú te hayas ido...”, Rosa se recuesta encima de los dos y la cámara, en un movimiento bello y lento, empieza a caminar por las paredes, los corredores, los cuadros, las escaleras, los objetos, todo en un primer plano, hasta salir de la casa y detenerse en un plano general frente a esa misma casa, mostrando el último piso, donde José María, impotente, tuvo que ver morir sus sueños como hombre, como ciudadano, como padre, como amante.

 ¿Hasta qué punto un ser humano puede soportar el silencio, la soledad, la ilusión y la esperanza? Y un inmigrante ilegal que busca desesperadamente un destino para su vida, ¿a dónde puede llegar cuando pierde el control de su vida?

Rabia es un drama de suspense psicológico de excelente calidad dirigido por el cineasta ecuatoriano Sebastián Cordero, que presenta estos interrogantes a través de personajes bien caracterizados, coherentes. La película pertenece justo a la época en que España vivió la fiebre de los inmigrantes ilegales, principalmente los ecuatorianos, que fueron a trabajar como obra barata para hacer todo aquello que los españoles no querían hacer, aprovechando que vivían un período de bonanza económica. Sin embargo, Cordero no nos ofrece una película "social" en la que haya un discurso sobre el racismo y los imigrantes; aunque estos temas aparecen en Rabia, la película es más un retrato sobre la degradación del ser humana y la poca o mucha esperanza en la vida.

Rabia ganó en el Festival de Cine de Málaga de 2010 el premio a la mejor película (Biznaga de oro), al mejor actor de reparto (Biznaga de plata) y a la mejor fotografía (Biznaga de plata); ganó también el premio especial del Festival de Cine de Tokio.

Texto original de Patricio M. Trujillo O.


Está prohibida la reproducción total o parcial del texto sin la autorización escrita del autor.