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Patricio Miguel Trujillo Ortega


7 de agosto de 2012

Miss Minoes


Miss Minoes, Aventura - Fantasía, 86 minutos, 2001, Holanda.

Con: Carice van Houten, Theo Maasen, Sarah Bannier.

Dirección: Vincent Bal.

Miss Minoes es una hermosa película de fantasía que, además de contar una historia divertida y bien elaborada, muestra que sí es posible hacer buenos filmes no solo para el público infantil, sino para toda la familia.

Porque eso es Miss Minoes: una película para la familia que no tiene miedo de usar lo que siempre le ha cautivado al ser humano: la fantasía. Y lo utiliza de tal forma que el mundo ingenuo del niño se ve preservado sin saltar sus etapas de desarrollo, tal como lo hacen tantas películas “infantiles” que abusan y “reabusan” de lo grotesco y de lo vulgar.

Miss Minoes es una producción holandesa-alemana que cuenta la historia de una gata que una noche, después de un accidente, se transforma en una joven mujer y, sin perder su esencia gatuna, se ve obligada a convivir con los seres humanos intentando equilibrar su parte “humana” con su ser “gato”.

Para entender mejor esta bella película, vamos a hablar primero de los dos personajes principales, destacando algunas escenas claves.
Miss Minoes es una gata que después de oler un tanque contaminado, probablemente radioactivo, se transforma en una mujer y, como tal, es elegante, tímida, dulce, amable,  y muy ágil; pero, le tiene miedo a la altura y a los perros. Y le encanta comer sardinas; además, no le gusta salir a la calle por el temor “natural” hacia los perros.

Ella no entiende por qué se transformó en persona y se siente mal porque su hermana le rechazó al verla como humana y desea, ante todo, volver a ser gata. Sin embargo, a lo largo de la película le surge una duda: ¿volver a ser lo que era o quedarse como humana?

Miss Minoes tiene que pasar por una doble experiencia difícil: encontrar una casa “humana” donde vivir y convencer a los gatos de que ella continúa siendo una gata.
Miss Minoes caminando por los tejados
Hay tres escenas especiales muy bellas de Miss Minoes como mujer y, al mismo tiempo, como gata:

La primera es cuando la conocemos como persona y percibimos que está asustada y perdida. Ella está en una rama alta de un árbol con miedo de un perro que está al pie del árbol, ladrándola. Ella viste toda de color verde y está encogida. Su rostro muestra el terror que le causa el animal. La tomada de la cámara es general y el árbol aparece en medio de la escena. Ese momento pasa un muchacho (Tibbe –de quien hablaremos más adelante) y le pide que se baje; pero ella le dice que no se atreve a hacerlo por el temor a la altura. En esta frase se ve el estereotipo de las historias sobre gatos: cuando huyen se suben a los árboles y luego necesitan ayuda para bajarse. Luego que el perro se va, a pesar del miedo que tiene, salta con una agilidad sorprende, más aún porque usa zapatos de taco alto.
Miss Minoes subida al árbol: miedo a los perros y a la altura

La segunda escena es cuando ella camina sobre los tejados de las casas. Gracias a que la cámara está fija y estática, se perciben sus movimientos ágiles, como un verdadero gato. Esta escena hay que unirla con otra que sucede diez minutos después cuando ella está en el tejado y se debe enfrentar con un grupo de gatos que, al verla, se alarman porque les parece absurdo que los humanos empiecen a apoderarse de los techos. Entonces, ella se ve obligada a demostrarles a los animales que ella es una gata y no una persona, para lo cual debe cantar la canción “miau miau” que solo los gatos pueden hacerlo. Esta escena del canto es fabulosa y divertidísima.

Hay una tercera escena que nos sorprende de una forma especial. A pesar de que Miss Minoes ya ha conseguido un lugar donde vivir, aunque es temporalmente, ella duerme en una caja de cartón, en la cocina. La cámara la enfoca al nivel del suelo y la vemos durmiendo plácidamente. Y al lado de la caja, hay una taza de leche. Ella es un “gato” y cuando la despiertan bruscamente, se defiende con las uñas.
Tibbe es un joven periodista extremamente tímido e inseguro que corre el riesgo de perder su trabajo en el periódico de la ciudad porque, debido a su timidez, no consigue ninguna noticia interesante para publicar.

Él vive en un departamento pequeño y pasa la mayor parte del tiempo intentando encontrar “la noticia” con la que pueda ser respetado como periodista; además, su mejor amiga es una niña, Bibe, la hija de los dueños del departamento donde él vive.

Miss Minoes y los gantos cantando "miau miau"
Tibbe conoce a Miss Minoes cuando ella está en el árbol y la ayuda a bajar; sin embargo, por su timidez no consigue saber nada de la muchacha; no obstante, después se sorprenderá al encontrarla en la cocina de su departamento, a donde ella se ha metida por la ventana, comiendo las sobras de una sardina que estaban en el basurero.

Miss Minoes le dice a Tibbe que necesita un lugar para poder pasar la noche y le cuenta quién es ella; él no le cree y desea que se vaya; no obstante, como Miss Minoes está tan asustada y le ofrece ayudarlo contándole noticias interesantes para que él no pierda su trabajo, ella se queda con él. Es que la gata de la jefe de Tibbe le contó a otro gato lo que oyó en la oficina y, de esta forma, las noticias vuelan de gato a gato hasta llegar a Miss Minoes.

Con dificultad, Tibbe acepta la propuesta de la chica y, a partir de ese momento, se da una fuerte relación de amistad entre ambos, aunque condicionada a las “noticias” que Miss Minoes le puede conseguir. Y ella le narra tantas historias sorprendentes que en pocos días él se convierte en la persona más famosa del periódico y todos empiezan a respetarlo. Es lógico que él no revela la fuente de sus noticias: Miss Minoes que camina todas las noches por los tejados de las casas conversando con los gatos.

Vale la pena destacar que al principio las noticias que le parecen interesantes a Miss Minoes no significan nada para Tibbe y, las que él considera importante, para ella no valen nada. Un ejemplo de eso es la primera noticia que ella le cuenta: una gata va a tener unos cachorritos. Como Tibbe no reacciona frente a esa noticia como ella hubiera querida, le cuenta algo que para ella no tiene valor: la gata Sra. Pastor (los gatos tienen el nombre de sus dueños) encontró una olla de monedas de oro en el cementerio.

Miss Minoes
Es interesante resaltar esa diferencia de “valores” entre gato y humano. No se establecen juicios moralistas ni de valores. Simplemente, cada uno de los seres se deja llevar, vamos a decirlo, por “sus instintos”. Y ese es uno de los logros de la película: los gatos continúan siendo gatos y no asumen en ningún momento ninguna característica ni habilidad humana. Ellos se limitan a hacer las cosas que hacen los gatos y solo se comunican entre ellos; inclusive, Miss Minoes no consigue hacer muchas cosas que le pide Tibbe porque ella es una gata y no sabe qué hacer; además, su comportamiento en cualquier lugar es como el de un gato que está, accidentalmente, en el cuerpo de una mujer y quiere a toda costa volver a ser gato.

(Una escena que nos puede ayudar a entender lo que decimos es cuando Miss Minoes sale a la calle por insistencia de Tibbe, ya que si fuese por ella se quedaría todo el día en el departamento. Al caminar por la calle, ve a una mujer que tira unas sobra de comida en un basurero y ella, Miss Minoes, elegantemente saca esa comida del basurero para comerla; también podemos mencionar otra escena en la que se la ve con un ratón en la boca).
Sin embargo, con el avance de la película, el comportamiento de ella cambiará gradualmente e irá asumiendo algunas características humanas, que la asustan y que le hacen, al final, cuestionarse: ¿qué es lo que ella quiere ser? ¿Gato o mujer?

Pero, volviendo al asunto de las noticias, hay que destacar que Tibbe es algo aprovechador, pues él acepta la presencia de Miss Minoes por los beneficios que él obtiene de ella; si ella no consiguiera las informaciones que a le interesan, tendría que irse del departamento. Además, él siempre intenta chantajearla ofreciéndole “sardinas”. A pesar de eso, no hay que juzgar a Tibbe de forma drástica ya que, de alguna manera, él también es ingenuo e inseguro y la presencia de la “mujer-gato” le ayudará a madurar como hombre y como profesional; incluso, será capaz de correr el riesgo de perder su trabajo, de no tener dónde vivir y de que nadie lo respete en la ciudad porque decide enfrentarse a toda una ciudad que no cree en sus palabras.

Ellemeet es el villano de la película. Es el dueño de una fábrica de perfumes y es el presidente de la Asociación de los Amantes de las Mascotas. Es una persona respetada y admirada por toda la ciudad porque consideran que a él le deben todo, sin embargo tiene un terrible secreto y Miss Minoes y Tibbe harán de todo para desenmascararlo.
Miss Minoes comiendo las sobras de una sardina

Miss Minoes es una película dinámica que mezcla aventura, humor y romance de una forma ingenua. Tal como son sus personajes.

Y de todos los personajes, además de la belleza singular que es Miss Minoes, hay que destacar la participación de los gatos. Son escenas graciosas y de buen gusto que significaron muchas horas de trabajo. Las conversaciones de los animales en los tejados son originales; además, como ya lo hemos mencionado, ellos nunca asumen actitudes humanas, lo que hace que el mundo imaginario de la película sea más creíble. (Siempre me han parecido ridículas esas películas en las que los protagonistas: perros, gatos, monos, loros, etc. asumen comportamientos humanos y, muchas veces, con más inteligencia que los hombres).

En Miss Minoes, los gatos son gatos y si llegan a participar activamente en el plan para detener los proyectos malvados de Ellemeet, es gracias a que cuentan con la ayuda de la gata que se transformó en mujer. Incluso, ella sola no hubiera podido hacer nada si no hubiera contado con la ayuda de Tibbe y de Bibi.
Miss Minoes y los gatos contra Ellemeet
La escena que ilustra a la perfección esta situación es cuando Ellemeet tira a la basura los cachorros de una gata que acabaron de nacer. Cuando la mamá-gata los encuentra, no los puede salvar pues no tiene la habilidad necesaria para hacerlo; entonces, ella busca a Miss Minoes quien finalmente podrá rescatar a los gatitos.

A pesar de este mundo de fantasía e ingenuidad de la película, hay que destacar un momento profundo y un gran desafío que se lanza al público a través de los personajes:

Miss Minoes le acusa a Tibbe de cobarde porque él desiste de la verdad y prefiere dejarse arrastrar por el conformismo cuando el problema de Ellemeet se le escapa de las manos. Gracias a ese desafío, él será capaz de volverse a levantar y de no desistir, porque cuando se tiene la razón y se lucha por una buena causa, es así que hay que hacerlo. Este mensaje se lo transmite de una forma sencilla, sin ningún tipo de moralismo.

Para finalizar, queremos resaltar los colores vivos de la película que le dan una alegría intensa, incluso en los momentos más tensos que se presentan. La película transcurre de forma dinámica: la transición de una escena a otra es ágil y no hay elementos sueltos.

Miss Minoes es una película a la que se la puede analizar desde varios aspectos y vale la pena que se lo haga, pues es una excelente producción que participó en varios festivales de cine y ganó algunos: Children’s Jury Pirze. Chicago Intl Children’s Film Festival; Best Film The Intl. Film Festival for Children in Montreal; Children’s Jury Prize Cairo Intl. Film Festival for Children.

Y no queremos terminar sin dejar de admirar la actuación impecable de Carice van Houten en su papel de Miss Minoes.

Texto original de Patricio Miguel Trujillo Ortega.

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