O filme que assistimos...

Você encontrará neste espaço comentários e analises de filmes de todas as épocas. Uma excelente oportunidade para aprender além do cinema.

Patricio Miguel Trujillo Ortega


23 de setembro de 2011

Bye Bye, Birdie


Bye Bye, Birdie, 1963, 112 minutos. Comedia Musical. Estados Unidos.
  
Con Janet Leigh, Dick Van Dyke, Ann-Margret, Maureen Stapleton.

Dirección: George Sidnye.

Bye Bye, Birdie es una comedia musical divertida que, después de casi medio siglo, confirma lo que es: una de las grandes película de este género que continúa encantándonos con sus canciones y sus bailes y su historia que, a pesar del tiempo transcurrido, es tan actual como cuando fue hecha; además, las excelentes actuaciones de Ann-Margret, Janet Leigh y Dick Van Dyke le dan un toque especial a esta obra.

Bye Bye, Birdie tiene de todo: histeria colectiva de adolescentes que sufren por sus ídolos; padres y enamorados celosos que no quieren perder el control; rock ‘n’ roll; el humor sutil de los años sesenta; pero, lo que más tiene esta película es la vitalidad que solo se consigue con pasión  por lo que se hace.

La película, que se inspiró en un show de Broadway, cuenta la locura que provoca en las jóvenes adolescentes y en sus padres cuando el astro del rock, Conrad Birdie, es convocado para ingresar al ejército de los Estados Unidos.
 
Bye Bye, Birdie es una obra satírica sobre la convocatoria de Elvis Presley al ejército estadounidense unos años antes. Las jóvenes simplemente sufren porque Birdie se va al ejército; le juran un amor eterno y una lealtad con el mismo patriotismo que harían los soldados por su patria.

Ann-Margret: Bye Bye Birdie
Y esta visión satírica se logra con un Birdie que, sin llegar a ser grotesco, no es precisamente una figura inspiradora; se lo ve un poco fuera de forma, principalmente en la barriga; sus movimientos de cadera son similares a los Elvis y sus actitudes muestran que además de cantar, no tiene nada en especial. Es solo un cantante y nada más.


Por otro lado, Kim, la protagonista de la película, sutilmente representa a los jóvenes que deseaban romper de alguna forma el comportamiento “conservador y tradicional” de la juventud de la época: ella intenta llamar a sus padres por sus nombres de pila y no por el común “padre” o “madre”; al mismo tiempo no le parece equivocado que el cantante la bese en público, lo que para el enamorado de ella es algo escandaloso.

Sin embargo, Bye Bye, Birdie no toca estos temas de una forma profunda porque su objetivo es divertirnos y lo hace con una historia bien hecha, con canciones agradables, con humor permanente y con personajes bien caracterizados.

The Telephone Hour: bellísimo número musical
 
A la película la podemos dividir en tres partes.
 
El reclutamiento de Conrad Birdie al ejército no sólo que causa tumulto en la vida de las adolescentes del país que desfilan con carteles por las calles y frente al Capitolio donde muestran la indignación que sienten porque el “tío Sam” se lleva a su ídolo (que dejará de ganar dos millones de dólares al año para tener un salario de setenta y ocho dólares mensuales).

Quien también se enfrenta con problemas muy serios es Albert Peterson (Dick van Dyke), un músico que hasta la fecha no ha conseguido vender ninguna de sus músicas y que había puesto su última esperanza en Conrad Birdie, porque estaba seguro de que conseguiría hacer una música para este cantante.

Kim (Ann-Margret) la elegida para el beso de despedida
Albert es graduado en química pero tiene una oficina para trabajar en el mundo del espectáculo por “imposición de su mamá” y él afirma que hasta la fecha no consiguió vender ninguna canción porque no hizo ninguna música tan mala (alusión obvia a la poca calidad de las canciones exitosas. ¡Gran contradicción hasta los días de la actualidad!); sin embargo, la novia de Albert, Rosie DeLeon (Janet Leigh) tiene una idea estupenda con la que espera salvar a Albert para que también, al mismo tiempo, se anime a casarse con ella.

Las chicas lo aman; los chicos lo odian
Rosie le convence a Ed Sullivan, productor de uno de los programas más famosos de música de la TV estadounidense de los años sesenta, de que Conrad Birdie se presente en su programa antes de alistarse al ejército y que cante una canción de Albert (canción que aún no ha sido compuesta) y que una chica, fan de Birdie, elegida a la suerte, representando a todas las muchachas de las país, esté presente en el programa para recibir un beso de despedida del cantante.

Kim McAfee (Ann-Margret) es la elegida para recibir el beso de Birdie. Solo que ella está en un momento muy especial de su adolescencia: tiene su primer novio y cuando ella se entera de que ha sido elegida para recibir el beso de Birdie, la locura llega a su casa y a su ciudad.

Entrada triunfal de Birdie
Las adolescentes le prometen amor y fidelidad eterna
Por un lado, su madre acepta la participación de su hija en el programa; mas, por otro lado, el papá de Kim no quiere que su hija participe y solo acepta a través de promesas que le hacen, como la posibilidad de tener sus “minutos de fama” presentándose en el programa de Ed Sullivan.

Además, el novio de Kim, Hugo Peabody (Bobby Rydell) no está feliz con la idea de que ella sea besada por un desconocido frente a todos; no solo los celos le consumen, sino que también él y los otros muchachos de la ciudad “odian” literalmente a Birdie, pues las chicas solo quieren saber del astro del rock.

La presentación de Kim, Albert, Rosie de Leon y Hugo es a través de bellos números musicales con una coreografía divertida y diálogos que acentúan las características de los personajes y los problemas que cada uno de ellos tiene que resolver.

De los primeros números, queremos destacar tres en especial: la bellísima Ann-Margret da el tono de la película interpretando “Bye Bye Birdie”. La canción trata la pasión que tienen las adolescentes por Birdie y el sufrimiento por el cual ellas están pasando con la partida de su ídolo. La letra es graciosa y el número es tan sencillo pero al mismo tiempo, bellísimo: Ann-Margret canta la canción de una forma muy expresiva y como único escenario un fondo azul. Los movimientos de la cámara y Ann-Margret hacen de este número la apertura perfecta de la película.

Histeria Colectiva
El segundo número musical digno de destaque es cuando Kim le cuenta a una amiga por teléfono que Hugo le ha dado su “broche”, que ahora lo lleva orgullosamente en su blusa, oficializando de esta forma “el ser novios”. Kim le cuenta a una amiga que le cuenta a otra amiga y que le cuenta a una tercera y así, en poco tiempo, toda la escuela sabe lo de Kim y Hugo. La noticia se difunde a través del teléfono donde los actores cantan y hacen una coreografía dinámica y cautivante en los más variados lugares: las escaleras, la sala de la casa, la bañera, el automóvil, las duchas de la escuela, etc. Este número “The Telephone Hour” seduce al espectador por su creatividad, su colorido y su letra divertida.

El tercer número de destaque de esta primera parte de la película es cuando los chicos y las chicas de la escuela, divididos en dos grupos oponentes, caminan por los jardines de la escuela como en un enfrentamiento. Las muchachas cantan a pleno pulmón su amor por Birdie mientras los muchachos gritan su odio a Birdie. Cuando se enfrentan los dos grupos, Hugo, representando a los muchachos, tiene la difícil misión de convencer a su novia Kim de que no participe en el programa de Sullivan. Como es lógico, Hugo es quien saldrá convencido de lo que quiere Kim.

Además de los números musicales, hay que destacar la relación de Albert con Rosie DeLeon. Albert ama a Rosie pero no se atreve a casarse con ella porque la mamá de Albert (Maureen Stapleton en una actuación de lo más graciosa) lo trata como si fuera un bebé y siempre que escucha que su hijo quiere casarse, ella se desmaya y finge que está muriendo. Son divertidos los diálogos que ella tiene con su difunto esposo cuando le dice que la espere, que va a ir enseguida “allá” para reunirse con él por el sufrimiento que causan los hijos. Los diálogos son rápidos, las miradas son precisas y los gestos melodramáticos de la mamá y la impotencia de Albert y el disgusto de Rosie cierran ese triángulo amoroso de lo más disparatado.

La mamá de Albert intentando "morir" porque su hijo quiere casarse
Para finalizar esta primera parte, unas líneas sobre los papás de Kim. La mamá, como estereotipo de los años sesenta, prácticamente no tiene voz ni voto y sus participaciones son mínimas. Ella trata de ser un puente entre su hija y su padre, quien como el típico jefe de familia de esa época, toma las decisiones que quiere.

Podemos llamar de segunda parte de la película a la conmoción y los problemas que causa la llegada de Conrad Birdie a la casa de Kim.

Destacamos cuatro momentos especiales: primero, la propia llegada de Conrad Birdie a través del número músical “Honestly Sincere”.

Al cantante lo esperan frente a la municipalidad para entregarle la llave de la ciudad y después que él canta su canción, no hay nadie que lo pueda hacer porque todos los presentes: hombres y mujeres se han desmayado de la emoción. En este número hay ironía con la presentación del cantante que usa una ropa dorada brillante y su entrada es exagerada. Llega en moto, acompañado por dos guitarristas que le abren el camino levantando sus guitarras al cielo, formando una especie de arco de triunfo.

Mientras Birdie canta “Honestly Sincere” y la gente se desmaya, vale la pena prestar atención al desmayo de la esposa del alcalde y la desesperación de éste, preocupado porque su esposa no consigue permanecer desmayada con las piernas cerradas. Más tarde, la mujer continuará en transe en su casa, impactada con la presencia del gran Birdie.

Cuando canta Birdie... todos se desmayan
El segundo momento crucial de esta segunda parte es la presencia de la mamá de Albert. Él tiene que decidir si se compromete o no con Rosie DeLeon y superar el melodrama de su mamá que se lamenta porque su hijo pretende abandonar la carrera del mundo artístico para dedicarse a la química, donde parece que va a tener más éxito. También está el padre de Kim quien, después de la primera emoción, no le aguanta al insoportable Birdie en su casa. Esta situación es coronada con la hermosa canción “Put on a Happy Face”, con efectos visuales sencillos y elementos gráficos infantiles que hacen del número un momento mágico y decisivo en la relación Albert-Rosie DeLeon.
Put on a Happy Face
Las tensiones entre Kim y Hugo también llegan a un punto crucial. Hugo está celoso y no comprende lo que le pasa a Kim, a pesar de que ella en más de una ocasión le ha dicho que el beso de Birdie no es un beso de amor. (Para el público joven de la actualidad tal vez el comportamiento de Hugo sea visto como exagerado, mas, tenemos que recordar que hablamos de los años sesenta, donde los valores de la sociedad eran otros y el comportamiento que se esperaba de los jóvenes difieren en mucho de los d hoy). Estos celos se transforman en un combate musical de más de seis minutos en el bellísimo número “A lost of Livin’ to do”.


A lost of Livin' to Do
Y por último, la situación de Albert y Rosie DeLeon también llega a un momento de tensión. Rosie DeLeon, disgusta por la falta de decisión de Albert, va a un bar donde solo hay hombres con sombreros rojos y al final, entre correrías, cantos, saltos y bailes, tendrá que ser rescata por Albert. Este número, “The Sultan’s Ballet” es el momento de auge en la relación de la pareja.

The Sultan's Ballet: Albert al rescate de Rosie DeLeon
Llegamos entonces a la tercera parte de la película. Las tensiones tienen que ser superadas y todo se concentra en la presentación de Birdie en el programa de Ed Sullivan y en el beso de Kim.

La triste noticia para el padre de Kim que soñaba en aparecer en la televisión; para Albert, que es única oportunidad de que su canción sea interpretada; y para Kim que espera el beso tan deseado, es que el Ballet de Moscú, que se presentará en el programa de Sullivan, necesita cuatro minutos adicionales; por tanto, los escasos dos minutos de Birdie se reducen a treinta segundos: sin discurso, sin música y, tal vez, sin beso.

Presenciamos entonces uno de los momentos más graciosos de la película. Albert y Rosie DeLeon conspiran contra el Ballet de Moscú.

Ambos usan una fórmula secreta de Albert, el acelerador, y transforman la magnífica presentación del Ballet en un número jocoso que posibilita que Birdie cante la canción tan esperada por Albert y que Kim pueda recibir su beso, aunque ella ya no es la misma muchacha del principio de la película.

Kim y el beso tan esperado
Es como si hubiera tenido tiempo para darse cuenta de que Biride era solo un cantante y nada más; y eso lo confirmamos con la canción “Bye Bye Birdie” con la que termina la película en la que Ann-Margrent, con el mismo fondo azul del principio, ya no se lamenta por la partida del ídolo del rock: simplemente le dice adiós, sin pena ni gloria.

Bye Bye Birdie: un adiós definitivo
Bye Bye Birdie, además de que fue indicada al Óscar de mejor música (banda sonora adaptada) y mejor sonido, es una película que retrata, de una forma divertida, una época nostálgica de un mundo ingenuo y, al mismo tiempo, profundo: las pasiones y los sueños parece que nunca cambian.
 
Texto original de Patricio M. Trujillo O.

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