O filme que assistimos...

Você encontrará neste espaço comentários e analises de filmes de todas as épocas. Uma excelente oportunidade para aprender além do cinema.

Patricio Miguel Trujillo Ortega


9 de março de 2017

Gia



Gia. Drama. 1997. 125 minutos. Estados Unidos.

Con Angelina Jolie, Elizabeth Mitchell, Kylie Travis, Mercedes Ruehl, Faye Dunaway.

Dirección de Michael Cristofer.

Sin prejuicios, una película para la televisión.-

Mucha gente poseída por los prejuicios de ciertos pensamientos mediocres más que por criterios de calidad, tiende a desvalorizar las películas hechas para la televisión, como si estas no estuvieran a la altura de las destinadas a la Gran Pantalla. Sin entrar en un debate que no nos llevaría a ningún lugar, hoy vamos a hacer un comentario breve de una película producida por HBO en 1997 para la televisión. Gia, una película bastante bien hecha, con un trabajo fotográfico de calidad y con una excelente actuación de Angelina Jolie.
"...una princesa hermosa que vivía en una caja hermosa..."
Gia es una película fuerte, cruda e impactante que utiliza un estilo casi documental para narrar los años autodestructivos de Gia Carangi, una modelo estadounidense de finales de los años setenta y principios de los ochenta, que conquistó el mundo de la moda y, por tanto, de la fama; sin embargo, lo echó todo a perder y después de vivir tragedia tras tragedia, falleció a los veintiséis años de edad, en 1986, siendo la primera mujer “famosa” a morir de SIDA, en una época en que esta enfermedad era una pesadilla para la humanidad.
Retrato original de Gia Carangi

Uno de los peligros de comentar Gia es no perder la objetividad del análisis al mezclarlo con las emociones que todo espectador se enfrenta al ver la película, pues estamos frente a una historia dramática, en la que no solo no hay un final feliz, sino que tampoco esperanza. Otro de los peligros, y que lo he visto mucho en artículos publicados en Internet, es dejarnos deslumbrar por la “belleza” de la actriz protagonista, como si solo eso fuera importante para la película. Y el tercer gran peligro, confundir el fime con la actriz y con las escenas que en algún momento fueron autocensurdas debido a su erotismo.

Gia, un retrato de la autodestrucción.-

Gia es un retrato agudo y doloroso basado en los testimonios de las personas que estuvieron al lado de Gia Carangi en el auge y en el declino de su carrera como modelo, así como también en las anotaciones particulares que ella solía hacer sobre sí para sí misma, como una forma de encontrarse en medio de sus problemas emocionales.
Gia y su madre
La película es una muestra de que el mundo de los “famosos” no es necesariamente tan glamoroso como la publicidad lo vende o como la gente insiste en imaginárselo; al contrario, es una pintura de cómo la vida puede ser tan efímera y la transición entre el paraíso y el infierno, veloz.
Foto original de Gia Carangi

Gia Carangi se transformó en una súper modelo e impuso un estilo particular y único. Como está escrito en el cartel del afiche de la película, “demasiado bella para morir; demasiado salvaje para vivir”. Tuvo una fuerza magnética muy peculiar y, a pesar de algunas dificultades iniciales, se le abrieron las puertas del mundo de la moda. Pero como dice un personaje de la película, “el modelaje no es arte ni cultura; es una industria y con ella se gana dinero”. Por tanto, cuando una modelo deja de contribuir para el lucro de esa gigantesca industria, aquellos que la rodeaban en un momento dado, la dejan de lado y cada uno continúa con su vida. Además, como otro personaje de Gia dice: “las modelos no hablan, solo están ahí para sonreír y ser bellas”.
Gia. "las modelos no hablan, solo están ahí para sonreír y ser bellas"
Pero el problema fue que Gia, según Linda, interpretada por Elizabeth Mitchell, necesitaba ser amada todo el tiempo. Y como la vida nos ha enseñado, esa es una tarea muy ardua, para muchos a veces es imposible y si no se tiene un equilibrio emocional, el equilibrio se fragmenta en mil pedazos. Citando una vez más a un personaje de la película, el mundo de la moda es dinámico: lo que hoy está en la moda, mañana ya es pasado; debido a eso, las personas entran y se van con mucha facilidad; las que hoy soy aplaudidas, mañana no son ni siquiera una remembranza. Como dijimos hace un momento, la transición entre el paraíso y el infierno es veloz.

La historia de Gia en Gia.-

Como dijimos al principio, el estilo narrativo de Gia es como si fuera un documental, pues constantemente, mientras seguimos en orden cronológico la vida profesional trágica de la modelo, se interponen una serie de testimonios, principalmente de personas que estuvieron involucradas con el mundo de la moda, además de las declaraciones de la madre de Gia (todas estas personas representadas por artistas).
Gia antes de ser famosa
De esta manera, la película empieza con la voz en off de la propietaria de la agencia de modelaje en la que trabaja Gia, Wilhelmina Cooper. Mientras escuchamos su declaración, una serie de primerísimos planos muestran cómo a Gia la maquillan, para después verla caminando por la pasarela en un desfile de modas, en pleno apogeo de su carrera, con el aplauso y el entusiasmo del público. Esta escena volverá a repetirse más tarde y mostrará el otro lado de la modelo. Las palabras de Cooper, junto con las imágenes, son el preámbulo del fin de una era.
Gia: inicio de la película
La película no entra en todos los detalles de la vida de Gia. Muestra rápidamente cómo la madre le hacía sentirse bella cuando era niña y cómo se separó de su mamá después que ésta abandonó el hogar por problemas conyugales. Brevemente se diseña el conflicto de Gia: tenía una buena relación afectuosa con su madre y cuando ésta se fue, esa relación se rompió, lo que le provocó un vacío emocional muy fuerte que nunca logró superarlo.

Después de este momento podemos dividir la película en tres etapas. La primera, bastante demorada, muestra el proceso que tuvo hasta tener su primera sesión de fotos, la que prácticamente le abrió las puertas del mundo del modelaje. Aquí se la ve con su peinado estilo punk (finales de los setenta) trabajando con sus hermanos en el restaurante de su padre. Ella es agresiva, algo violenta, pero como ella mismo le dice a un amigo íntimo, esa agresividad es para esconder sus miedos. Enseguida se la ve cómo conoce, de casualidad, a un fotógrafo quen está impresionado por la belleza salvaje de esa joven. A partir de ahí, Gia toma la decisión y, junto con su amigo, se va a Nueva York, dispuesta a abrirse camino en el mundo del modelaje.
Gia en el restaurante de su padre
La segunda parte, un poco más pequeña que la anterior, muestra cómo Gia llega al éxito y culmina cuando le muestra a su madre la foto de ella en la portada de una de las principales revistas de moda del mundo: Vogue. Aquí vale la pena resaltar una de las escenas iniciales de la película, cuando la vemos a Gia de niña conversando con su mamá: ésta le dice: ¿Quién es la niña más hermosa?
Foto original de la portada Gia Carangi

La tercera etapa, bastante demorada, se centra en los conflictos que Gia enfrenta en su nueva vida: el amor y las drogas. Por un lado, ella se enamora de Linda. Para la modelo, Linda es el único amor de su vida y lucha para conquistarla y no perderla. Se niega a aceptar que Linda sea heterosexual. A pesar de esto, ambas llegara tener una relación que podría haber tenido éxito, sin embargo, las drogas las separan para siempre. Gia empieza a drogarse y no esconde su vicio, lo que le perjudica totalmente en su carrera. Cuando ya es insostenible la situación en la que ella vive, no solo que pierde su trabajo y su dinero, sino que pierde su propio sentido de la vida. Uno de los momentos más fuertes de la historia es cuando ella tiene que declararse indigente para poder recibir un tratamiento de rehabilitación. Esta tercera parte enfatiza la lucha constante de Gia por dejar las drogas, y la poca fuerza que tuvo para resistirse al vicio.
Gia abandona una sesión de fotos para ir a buscar drogas

La película dura un poco más de dos horas, sin embargo un defecto es que hay una serie de detalles de la vida de la modelo que son pasados por alto. A veces la transición entre un detalle y otro le quita a la película la fuerza y la coherencia. Un ejemplo es el amigo de Gia. Él llega al restaurante, la conoce y enseguida ya son amigos íntimos. Después, cuando él reaparece al final de la vida de Gia, sucede lo mismo. En esa relación faltan los elementos que justifiquen cómo se dio una amistad tan fuerte y tan sincera que sobrevivió a pesar de la separación física y temporal. La película pierde consistencia debido a esos vacíos.
 
Gia después que Linda la abandona
A pesar de todo esto, el guion es bastante equilibrado y hay que resaltar un aspecto positivo: la película no es moralista. En la historia de Gia aparecen elementos conflictivos que provocan la reacción del espectador, a saber: el lesbianismo, el SIDA, las drogas, la fama. Todos estos elementos polémicos son tratados de manera bastante objetiva, en la medida de lo posible. La película no le induce al espectador a tomar un partido sobre esos problemas. Es lógico que el público va a reaccionar de una manera u otra, pero el mérito de Gia es que huye del moralismo, por tanto, huye del juicio simplista, hipócrita, parcial y final.

Del lesbianismo, del SIDA y de la fama.-

Gia fue lesbiana y la película muestra el gran amor y pasión que tuvo por Linda, a quien conoció en una de las sesiones de fotografía. Para ella, Linda fue su único y verdadero amor. Luchó hasta el final de su vida para estar con ella, sin embargo la perdió porque Linda le dio un ultimátum: “o las drogas o yo”.
 
Linda le dice a Gia: "o las drogas o yo"
Con relación al lesbianismo, no podemos decir que la película sea de temática lésbica, aunque es digno de destacar que el lesbianismo aparece constantemente relacionado a Gia y Linda de manera natural. No hay juicios de valores de ningún tipo. El guion no lo permite y ese es un aspecto positivo: Gia era lesbiana y no tenía miedo ni vergüenza en mostrarlo.
 
Linda y Gia
Linda, el único y verdadero amor de Gia
Al hablar del homosexualismo, hay que recordar que en los años ochenta se lo asoció al SIDA. Para muchos, ésta era una enfermedad típica de homosexuales y de drogadictos. Gia adquirió el SIDA cuando empezó a inyectarse heroína y el guion se mantiene, nuevamente, coherente en la objetividad. No hay juicios de valor sobre el problema y la película trata de retratar dos aspectos de la época: los médicos aún desconocían muchas cosas sobre el SIDA y el miedo que despertaba en las personas. En el caso de Gia, ese miedo está presentado en el comportamiento de su madre. Ésta no acepta que su hija se vaya a vivir con ella porque teme lo que la gente pueda decir, incluso que su esposo pueda perder el trabajo. Es verdad que, haciendo un análisis más detallista, percibimos que había una verdad oculta en la madre: un cierto tipo de egoísmo emocional. A pesar de eso, la película no entra en un debate sobre la enfermedad.
Gia con SIDA
El mundo de la fama no es todo, y el mundo de la moda no es el paraíso como se lo trata de pintar. Gia, una vez más, intenta mantenerse objetiva en esta cuestión, algo difícil de hacerlo ya que no es fácil permanecer pasivo al contemplar cómo una vida, que tenía todo para ser grande, se destruyó en tan poco tiempo. El mundo de Gia, en el que se transforma en una de las modelos más importantes, fue triste. Las oportunidades se le presentaron y ella las optó de una manera fatal. La tentación de decir que fue equivocada, nos lleva irremediablemente a los juicios de valor. Por eso la película, como lo hemos dicho varias veces, deja que el espectador formule sus propios juicios, con la dureza de las escenas, con la crueldad de algunas palabras, principalmente al tratar la relación madre-hija.
Gia y su madre: una relación frágil de amor
Escenas claves.-

Vamos a hablar de cuatro escenas claves. La primera sucede cuando Linda sale furtivamente del departamento de Gia después de que han pasado la noche juntas. Al percibir que Linda se va, Gia sale del departamento, desnuda, prácticamente corriendo hacia el ascensor, para suplicarle a Linda que no se vaya. Esta escena muestra la fragilidad de la modelo, la necesidad angustiante de ser amada y el pragmatismo de Linda.
Gia: una necesidad angustiante de ser amada
La segunda escena muestra la naturaleza del temperamento de Gia. Cuando ya está en Nueva York, ella va al estudio para ser fotografiada. Llega temprano y se sienta en la vereda con un vaso de café mientras espera el horario para entrar. Sus ropas son las que usa en su vida cotidiana: extremamente sencillas. Mientras está sentada en la calle, llegan dos modelos, sumamente elegantes y, al pasar al lado de Gia, una de ellas deja caer un par de monedas en el café de Gia, pues por su apariencia, la confunden con una mendiga. Ella mira las monedas y no se siente incomodada.
Gia
La tercera escena es un complemento de la anterior. Cuando ya está en el estudio, y después de haber participado en una serie de fotos, el fotógrafo no está satisfecho ni con ella ni con otras modelos. Cree que falta algo más de agresividad y quiere hacer unas fotos con las modelos desnudas. Todas las modelos se retiran, mientras que Gia acepta el desafío, en el que muestra su fuerza, su sensualidad y su osadía.
Gia y Linda en la sesión fotográfica
La última escena que queremos comentar es una metáfora bellísima a la que no queremos destruirla intentando una vana explicación. Merece quedarse como una metáfora. Cuando Gia ya ha muerto en el hospital, ella se levanta de la cama y empieza a caminar sola por el cuarto, como quien se va a algún lugar a pasear, mientras alrededor de la cama vacía permanecen los médicos, vestidos con sus trajes especiales, como si fueran astronautas, para protegerse del SIDA.
Gia
La fotografía.-

Gia es una película bien hecha. Parte de su historia está contada a través de los testimonios de quienes conocieron a la modelo y de las anotaciones que Gia hizo desde que era niña, en el que escribía sus pensamientos metamorfoseándolos en un cuento de hadas: “una princesa hermosa que vivía en una caja hermosa”. La mayoría de estas escenas son granuladas para darle el aspecto de imágenes históricas. Hay también una riqueza de planos fotográficos y un juego interesante de cambios de colores: escenas coloridas mezclándose con otras en blanco y negro. Efectos que ayudan a dramatizar una historia que, por sí misma, ya es dramática y emotiva.
 
Gia y Linda
Una de las escenas más polémica, y por mucha gente la más comentada,  es la escena sensual y erótica de Gia en blanco y negro cuando la fotografian desnuda atrás de unas rejas, en su primer ensayo fotográfico. Hay que añadir los momentos en que ella y Linda parecen tener una relación íntima captada por las lentes del fotógrafo. A pesar de que Gia y Linda están totalmente desnudas, la fotografía intenta mantener un equilibrio entre la sensualidad, el erotismo y el arte, evitando la vulgarización de la imagen con un cambio de ángulos y de planos. Lo mismo sucede cuando Linda y Gia tienen su relación sexual. La cámara es rica en primeros planos y ángulos diversos.
Gia y Linda
Sobre la música, la película tiene una banda sonora pequeña con canciones representativas de la época. Nada especial.
 
Foto original de Gia Carangi
Gia es una de esas películas que aunque no tiene toda la fama que merecería, y de la cual no se habla mucho, a no ser cuando se quiere comentar sobre el erotismo de Angelina Jolie (obsesión ridícula de muchos), vale la pena verla. Es una película dura y triste sobre la fragilidad de la vida; sobre una mujer que buscaba desesperadamente ser amada y que, cuando tuvo esa oportunidad, no supo cómo vivir ese amor. Es una película biográfica que muestra que la riqueza y la fama no es todo en la vida.

Para finalizar, según informaciones del imdb en Internet, entre otros premios Gia fue premiada con el Globo de Oro de 1999, a la mejor actriz y actriz secundaria en películas de televisión; en el Emmy Awaards de 1999 se la premió como el Mejor Montaje y el  Sindicato de Actores de los Estados Unidos (1999) le premió a la Mejor Actriz en Películas de Televisión. Tuvo un total de 10 premios y 13 nominaciones.

Texto original de Patricio M. Trujillo O.

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