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Patricio Miguel Trujillo Ortega


28 de fevereiro de 2017

Die Sehnsucht Der Veronika Voss - La ansiedad de Veronika Voss



Die Sehnsucht Der Veronika Voss – La ansiedad de Veronika Voss. Drama. 104 minutos. 1982. Alemania.

Con Rosel Zech, Hilmar Thate, Cornelia Frobess, Annemarie Düringer.

Dirección de Rainer Werner Fassbinder.

Primeras palabras.-

Rainer Werner Fassbinder fue uno de los cineastas alemanes más prolíferos y más importantes del cine de su país en los años setenta y ochenta. Sus películas continúan vigentes tanto por la calidad cinematográfica como por sus historias profundas, frente a las cuales es imposible permanecer indiferente, por la manera en que retrata la lucha de las personas para encontrar el sentido de sus vidas.

La ansiedad de Veronika Voss es una película ambientada en los años cincuenta, cuando Alemania se está recuperando, física y económicamente, de las consecuencias nefastas de la segunda guerra mundial; sin embargo, aún hay un vacío existencial que hace que muchas personas vivan un mundo donde prevalece la traición, la frustración, el egoísmo. Un mundo en el que los débiles están a merced de los que tienen el poder de destruirlos para beneficiarse a sí mismos.
Veronika Voss
En este sentido, La ansiedad de Veronika Voss, una de las mejores películas de esa época y a la que hay que estar viéndola constantemente, es una análisis duro, frustrante y amargo de una sociedad que se reconstruye con la indiferencia hacia el ser humano. Y éste, no solo que se siente impotente, sino que se ve obligado a desistir de sus sueños, de la esperanza, en medio del camino.

La ansiedad de Veronika Voss, ambientada en Múnich, es un análisis agudo sobre las relaciones humanas cuando la ética y la moral simplemente desaparecen, razón por la que las personas no dudan en cometer crímenes con el único objetivo de no perder sus ambiciones y su poder económico. Y mientras comenten sus crímenes, la sociedad los sigue viendo como ciudadanos ejemplares.

La historia de Veronika Voss.-

Veronika Voss fue una actriz de la UFA muy famosa durante el Tercer Reich, pero ahora, a mediados de los años cincuenta ya nadie se acuerda de ella. Todos la han olvidado y ella vive esa decadencia aferrándose a un pasado al que nadie le importa nada. Además, ella está viciada en morfina y está a merced de una médica inescrupulosa que tiene una clínica, a la que acude con mucha frecuencia, inclusive llega a pasar más tiempo de su vida ahí que en su propia casa, para recibir la droga y, de esta manera, continuar sobreviviendo.
Veronika Voss recibe la droga
La película empieza con Veronika Voss en un cine, mirándose a sí misma, en una película antigua. Ella cierra los ojos para no ver una escena en la que una mujer, ella misma como personaje, le suplica a otra que le ponga una inyección de morfina a cambio de todas sus posesiones. Veronika, al ver a su personaje viciado, se siente mal pues la realidad de su vida y la ficción de la película parecen ser una misma. Al mismo tiempo, ella recuerda el momento en que filmaron la película y cómo la alabaron por su magnífica actuación. Pero todo ha cambiado; ella no se siente bien, entonces sale del cine y se pone a caminar por la calle aunque llueve torrencialmente.
Veronika Voss y Robert Krohn
En la calle, Veronika Voss conoce a un periodista deportivo, Robert Krohn, quien le ofrece acompañarla con su paraguas. De esta manera, entre ambos nace una amistad bastante compleja. Por un lado, la actriz encuentra una persona que pasa a admirarla de alguna manera y, al mismo tiempo, intenta entenderla y, posteriormente, ayudarla. Pero la verdad es que Robert Krohn, al verse involucrado en el mundo que le rodea a la actriz, se enamora de ella y le cuesta entender el significado de su país, más aún cuando él ya tiene una enamorada.
Robert Krohn
Robert empieza a investigar un poco más sobre la vida de Veronika hasta que descubre lo que sucede: ella es una dependiente de morfina y vive en una clínica que pertenece a la doctora Katz, quien le suministra la dosis diaria de la droga para que sobreviva. La médica tiene la ayuda cómplice de un funcionario del Ministerio de la Salud para poder administrar la droga. Pero la verdad es que la doctora Katz se dedica a fomentar la dependencia de la droga en sus pacientes ricos, psíquicamente inestables y que no tienen personas a su alrededor que se preocupen por ellos. De esta forma, ella se apodera de sus fortunas y de sus propiedades una vez que ellos fallecen. El esquema está tan bien estructurado que es imposible que las autoridades descubran la verdad.
La clínica donde está Veronika Voss
Sin embargo, Robert la descubre y con la ayuda de su novia, Henriette, que deja de lado sus celos, hace todo lo posible para salvar a Veronika, tendiéndole una trampa a la doctora Katz. Pero ésta sospecha lo que sucede y consigue eliminar las pruebas que habría contra ella. Cuando la doctora Katz se da cuenta de que la situación de la actriz se está complicando porque Robert está cada vez más presente en la vida de ella, lo que pone en peligro el éxito de sus planes, decide provocar el “suicidio” de Veronika.

Los personajes.-

Veronika Voss es una mujer que se aferra al pasado y no consigue darse cuenta que los tiempos han cambiado. Aunque está rodeada de bienes materiales, ella se ha perdido a sí misma, pues no consigue vivir sin la morfina. Ella sabe que todo su glorioso pasado se ha perdido, pero busca inútilmente sobrevivir con los recuerdos de aquella era gloriosa. Una escena que muestra la complejidad de la actriz sucede casi al principio de la película, cuando está caminando por la calle, en una noche de lluvia, con Robert Krohn y, al subirse al tranvía, él le ofrece el asiento, pero ella no lo acepta pues teme que la gente la pueda reconocer y ella no desea hablar con “el público”. El único problema, es que nadie la ve. Y si la ven, no la reconocen. Para la gente de la calle o del tranvía, ella es una señora más como cualquier otra. Veronika Voss no logra integrarse a la nueva sociedad que se está formando en Alemania. Sus recuerdos la atormentan y no supera el dolor de las pérdidas pasadas, incluso su fracaso matrimonial, más aún si consideramos que su esposo era un guionista importante que hizo muchas películas pensando en ella como la actriz principal.
Veronika Voss
Robert Krohn es un periodista deportivo que, al conocer a Veronika Voss, no piensa como periodista, sino como un hombre que está fascinado por una mujer mayor, elegante, misteriosa. Él reconoce que su vida es aburrida y se involucra con los problemas de la actriz, se enamora de ella, a pesar de que ya tiene una enamorada, Henriette. Él se deja absorber por los problemas de Veronika e intenta ayudarla. Sin embargo, no tiene la fuerza necesaria para enfrentarse a ese pequeño mundo cruel, egoísta, inmoral, que le rodea a la actriz. Él se siente impotente al percibir que no tendrá la ayuda de la policía o de la justicia, y se deja dominar por la indiferencia. En medio de la tragedia humana, él borra los pocos resquicios por los que lucha al principio con vehemencia para rescatar la dignidad humana, no solo de Veronika Voss, sino también de otras personas que, como ella, han caído bajo el dominio social de los inescrupulosos, representado por la doctora Katz. La verdad es que Robert, a pesar de todos los esfuerzos que hace, es un hombre que confunde su curiosidad innata con el amor por una mujer que no hace nada para salvarse a sí misma. Robert es un hombre ingenuo y fracasa por su propia naturaleza.
Veronika Voss, la enfermera y la doctora Katz
La relación entre Veronika y Robert es muy compleja. Primero nace una amistad desinteresada por parte del periodista, pero no de Veronika. Ella se siente aliviada al conocer a alguien que la trata como un ser humano. Aunque le duele que la hayan olvidado, y sufra con los problemas que se le presentan en la lucha por volver a hacer una película, aunque sea en un papel secundario, ella encuentra en Robert la oportunidad de tratar de volver a ser una persona que puede ser amada.
Veronika Voos y Robert en el tranvía
Robert no consigue salir de ese fascino que le provoca la actriz. Eso se puede ver en una escena en la que él regresa a su departamento con su enamorada Henriette. De repente, llega Veronika y le pide a él  que la lleve en su auto a Starnberg, donde está su casa. Al llegar allá, ella se cambia de ropa y se pone un traje bonito. Le confiesa que le gusta seducir y que ha hecho todo lo posible para que ella le guste a él. De esa manera, ambos acaban acostándose y teniendo relaciones sexuales, hasta el momento en que la actriz se despierta y empieza a gritar. Luego, cuando accidentalmente Robert rompe un jarrón, le acusa de que él le quiere destrozar su vida. Enseguida, le pide que le lleve a la doctora Katz, que es la única que puede curarla.
La ansiedad de Veronika Voss
A pesar de los ataques de Veronika, Robert no consigue olvidarse de ella; al contrario, cada vez le preocupa más la situación de la actriz.

La doctora Katz es una mujer fría, ambiciosa y manipuladora. No solo que fomenta la dependencia de sus pacientes a la morfina, sino que los convence de que ella es la mejor amiga de ellos. Constantemente le dice a Veronika Voss que no se olvide de que ella es su mejor amiga. Sus palabras son precisas para manipular las emociones de sus pacientes. En el caso específica de la actriz, ésta es incapaz de percibir que la están engañando y llevándola a su autodestrucción.

La Alemania de los años cincuenta: una crisis existencial.-

La ansiedad de Veronika Voss es una película que retrata los escombros morales y psíquicos que afectaron a las personas después de la segunda guerra mundial. La película muestra el egoísmo de muchos y el mal que están dispuestos a hacer para beneficiarse con el sufrimiento de los demás. Es una película crítica a la situación histórica de Alemania: un retrato a una crisis existencial en el que conviven la desilusión y la infelicidad de la vida. Es una película en la que no hay ningún moralismo. Los hechos suceden y parece que nada se puede hacer para detenerlos. El periodista Robert representa esto cuando al final de la tragedia, en lugar de continuar luchando por ideales, a pesar de la destrucción de la actriz, simplemente coge un taxi y le pide al chofer que le lleve al estadio. Va a continuar haciendo su trabajo como periodista deportivo. Es la pérdida total de la esperanza. Ya no hay ideales; solo una realidad dura y cruel.
Veronika Voss en la clínica: el final de una decadencia moral

La Alemania de los años cincuenta vive el nuevo milagro económico. Es una sociedad que apunta hacia el futuro y trata de olvidarse del pasado. Aquellos que se aferran a éste, están perdidos: solos y sin ninguna opción para sobrevivir. Y esta realidad afecta tanto a aquellos que tuvieron éxito en la era nazista como aquellos que sufrieron en la misma. Veronika Voss es la representante de los primeros y el viejo anticuario Treibel, de los segundos. Es muy interesante la reflexión que nos propone Rainer Werner Fassbinder al respecto.

Veronika Voss llegó a su apogeo en la era nazista. Ahora depende de la morfina para sobrevivir. Está sola y desesperada. El viejo anticuario Treibel fue prisionero judío en los campos de concentración y, además de sufrir con los recuerdos horrorosos de la guerra, así como Veronika, también es morfinómano. Ambos dependen de la doctora Katz para sobrevivir. Ambos dependen de la droga para no sufrir más. La primera, muere porque su nuevo amigo se convierte en un peligro para los planes de la doctora de seguir apropiándose de las riquezas de los caídos; el segundo se suicida junto con su mujer cuando la doctora Katz se niega a continuar dándole la morfina. En ambos casos, sus protagonistas desaparecen, y no hay quién lamente la partida de ellos, mientras la doctora y sus colaboradores aumentan sus ganancias.
La ansiedad de Veronika Voss
La Alemania del milagro económico en la visión del director de La ansiedad de Veronika Voss es una época fría, en el que cada acto está calculado para conquistar y destruir. Es una época difícil para volver a ser alguien. Es una época de reconstrucción física, en la que se sacrifica la dignidad humana.

Escenas claves.-

Es indudable que la primera escena de la película es clave para entender los demonios que le rodean a Veronika Voss. Sin ella, no habría como comprender el desenlace final de esta obra.
 
Veronika Voss en el cine
Otra escena clave, no solo para entender la personalidad de Veronika, sino también para comprender el por qué la película fue hecha en blanco y negro, sucede al día siguiente de la escena anterior, cuando Veronika se reúne con Robert, a pedido de ella, en un hotel de lujo. Dos aspectos hay que destacar de esta escena: el primero, el hecho de que la actriz le dice al periodista que entiende que él debió hacerse reproches la noche anterior al no reconocerla a primera vista. Ella dice que eso fue un alivio para ella, pues se hizo sentir una persona. El segundo, cuando Veronika le pide al camarero que apague las luces de la mesa en la que ambos están sentados y que encienda las velas. Ella aprovecha entonces para explicarle a Robert el secreto del cine: las luces y las sombras.
Veronika Voss y Rober en el hotel
A pesar de que ya se conoce la verdadera personalidad de la doctora Katz, es interesante la escena en la que Henriette, la enamorada de Robert, va a la clínica haciéndose pasar por una persona rica, sola y desgraciada, con el objetivo de conseguir una receta de morfina, como parte del plan que ha hecho con el periodista para atraparle a la doctora y poder denunciarla a la policía. La escena es clave porque muestra el vacío existencial de mucha gente y cómo se trata de sustituir las emociones y los sentimientos con las drogas. Es un tema actual, pero en el caso que nos interesa, nos enfrentamos a la falta de ética y de moral de la doctora Katz y, por ende, de cualquier grupo de la sociedad que solo está interesado en beneficiarse con el sufrimiento de los demás.
Veronika Voss
Sin embargo, la escena más emblemática de la película es aquella en la que Robert ve cómo la doctora, con su enfermera y el empleado del Ministerio de la Salud brindan felices en la mansión de Veronika, que ahora le pertenece a la doctora Katz, sin mostrar ningún remordimiento por lo que han hecho. Robert, en vez de hacer algo que fuera de acuerdo a sus “valores”, que tampoco están muy definidos, simplemente se dirige al estadio, a hacer su reportaje deportivo. El periodista muestra una indiferencia total o, tal vez, se siente impotente y no está dispuesto a luchar por lo que cree, ya que tal vez, así como Verónika y la pareja de judíos, él también es una víctima y lo único que está tratando de hacer es sobrevivir en una sociedad que aún se autoflagela, emocionalmente, por su pasado.

La ténica narrativa de Rainer Werner Fassbinder.-

La ansiedad de Veronika Voss es una de esas películas a las que hay recordarlas muy a menudo porque nos presenta una historia que nos hace pensar en el significado del sentido de la vida y del amor hacia el ser humano. Es una película que, a pesar de estar ambientada en los años cincuenta, con una excelente recreación de Múnich, se mantiene actual. Por otro lado, Rainer Werner Fassbinder muestra por qué es uno de los mejores cineastas alemanes de los años setenta y ochenta.
Veronika Voss en la clínica
Empecemos hablando sobre el blanco y negro. Como la propia Veronika Voss le dice a Robert al principio de la película, el secreto del cine son las luces y las sombras. Una película como La ansiedad de Veronika Voss no hubiera tenido el mismo impacto si hubiera sido colorida. En algunas escenas, esta combinación de luces y sombras nos recuerda a lo mejor del Expresionismo Alemán (años 20 del siglo XX). Por otro lado, esa combinación ayuda a reforzar el retrato actual de la protagonista: aferrada a su historia, abandonada en el pasado y, al caminar en el presente, arrastra su vida, como si las sombras la estuvieran devorando. (Como curiosidad histórica, el gran director estadounidense Wilder optó en los años cincuenta el mismo efecto del blanco y negro para contarnos en Sunset Boulvard la historia, nada feliz, de una estrella del cine mudo que estaba, igual que Veronika Voss, olvidada por el mundo y abandonada en sus propios delirios de grandeza)
Robert y la doctora Katz en la clínica
La doctora Katz y Veronika Voss en la clínica
El blanco y negro es usado magistralmente en el interior de la clínica, donde todo en su interior es blanco, y brilla de tal forma que contrasta de manera fuerte con el negro de las ropas de algunos personajes. Este contraste ayuda, indudablemente, a reforzar los conceptos del bien y del mal que en la historia se contraponen constantemente.
 
La ansiedad de Veronika Voss
Con relación a las luces, no podemos dejar de mencionar la escena inicial que nos transporta a una serie de recuerdos de Veronika Voss cuando se ve el momento en que se filmaba la película que ahora la actriz la está viendo en el cine. En esos recuerdos hay un juego impresionante de “luces-estrellas” que brillan en diferentes lugares de la pantalla, lo que le da a la escena un poder estético, onírico, aunque le incomoda al espectador, quien no consigue visualizar todo lo que sucede.  Pero no importa que el espectador se sienta mal por unos segundos, pues eso le ayudará a entender mejor el sufrimiento de Veronika Voss al recordar esa era feliz.
La ansiedad de Veronika Voss
Otro aspecto digno de mencionar es la posición de la cámara. El director opta, en gran parte de la película, por filmar desde abajo hacia arriba, en ángulo contrapicado. Así mismo hay que destacar a la cámara como un personaje omnipresente que observa todo: la cámara se posiciona muchas veces atrás de las ventanas, puertas de vidrio, muebles y se mueve constantemente, como si estuviera investigando lo que sucede y no quiere que nadie se dé cuenta de que ella está ahí. Se escuchan los diálogos, se ve todo lo que sucede, pero al mismo tiempo se crea esa sensación de que está espiando algo prohibido. Siempre hay algo en primer plano que intercepta la escena principal: puede ser un mueble, una pared o el hombro de alguien. Esta técnica es eficaz para fortalecer el dramatismo de la historia.
La doctora Katz y un guardia de la clínica

La ansiedad de Veronika Voss ganó el Oso de Oro a la Mejor Película en el Festival Internacional de Berlín (1982), el German Camera Arward en el festival del mismo nombre (1982), el Chaplin Shoe a la mejor actriz en el Festival de Cine Múnich (1984), el Premio de Crítica Internacional en el Festival de Cine Internacional de Toronto (1982).

Texto original de Patricio M. Trujillo O.

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