Con Linda Griffiths, Jane Hallaren, Jon DeVries, Jo Henderson.
Dirección de John Sayles.
Frente al espejo, la protagonista se
mira y dice: “Lianna Massey es lesbiana”.
Ya no tiene miedo de nada ni de nadie. Se mira y se siente satisfecha consigo
misma.
Lianna es una película independiente clave
de los años ochenta que trata el tema del lesbianismo sin ser melodramática,
como era típico en aquella época en las películas que se aventuraban a hablar
de la homosexualidad femenina, con pequeñas excepciones, como es el caso de la
excelente Desert Hearts (1985).
Lianna es un drama profundo y sensible del
autodescubrimiento de la sexualidad de una mujer casada. Esta película huye de
los estereotipos de su tiempo y presenta el proceso de una mujer que tiene la
oportunidad de redescubrirse como lesbiana, aceptar lo que ella es, y sentirse
plena con ese autoconocimiento, sin tener ni remordimiento ni sentimientos de
culpa; sin tener vergüenza de nada y, principalmente, sin tener miedo de volver
empezar a vivir.
Lianna en su nuevo hogar |
El espectador contemporáneo,
probablemente, ya está acostumbrado a ver películas similares, pues en los
últimos años la divulgación de este tipo de producciones ha ganado un poco más
de espacio en el mercado, aunque no signifique, necesariamente, una aceptación
social, pues es indudable que para muchos la homosexualidad aún es un tabú. Y
es justo aquí que hay que recordar el aporte de John Sayles a las películas de
temática lésbica: él acierta con precisión en la construcción de una historia
íntima, dejando de lado debates sociales, políticos, religiosos o de otra
índole. Por eso, Lianna es una película obligatoria, no solo para los que les
gusta el buen cine, sino también para aquellos que se preocupan con la
integridad y la realización personal y profesional de las lesbianas. Es lógico
que, con el pasar de los años, Lianna ha sido superada en muchos
aspectos, pero no hay como negar su gran contribución al cine y, en el momento
de verla, hay que ponerse en los zapatos de una mujer en esa época.
Ruth |
La historia y sus personajes.-
Lianna Massy tiene treinta y tres años, está
casada con Dick, un profesor universitario, y tiene dos hijos. Ella abandonó
sus estudios universitarios después que se casó con su profesor, y frecuenta
una escuela nocturna donde tiene clases de psicología infantil. Además, trabaja
como responsable por el montaje de las luces en un teatro. Su rutina diaria
consiste en cuidar la casa, cuidar a los hijos, irlos a buscar en la escuela, y
conversar con su amiga Sandy mientras ambas esperan a sus respectivos hijos a
la salida de la escuela.
Dick es un profesor de cine que está frustrado
porque no consigue ser nombrado para el departamento de su interés en la
universidad en la que trabaja; este hecho ha terminado por amargar su carácter.
Es una persona ríspida que no sabe dialogar ni con su esposa ni con sus hijos.
No tiene paciencia para conversar con estos últimos y se comporta de manera
grosera cuando Lianna lo va a visitar, en la universidad, al final de sus
clases.
Dick y Lianna |
Uno de los primeros temas que trata
la película, y que influye mucho en el carácter y en la realización personal de
la protagonista, es el tiempo que ella le ha dedicado a la profesión de su esposo.
Ella y Sandy conversan sobre cómo las mujeres que ellas conocen se han
consagrado a la casa para que sus esposos pudieran estudiar, graduarse y
trabajar. Otra mujer, al referirse a su propio marido, conversa con Lianna
sobre esta situación: “las esposas
graduadas mantienen a sus maridos alumnos”. Esta es la realidad de muchas
mujeres en la pequeña ciudad donde Lianna vive.
Es por eso que Lianna se siente mal
cuando descubre que Dick la traiciona con una de sus alumnas. Al saber de la
infidelidad de su esposo, no duda en enfrentarse con éste, pues son latentes
las frustraciones que ella vive en todos los niveles: familiar, sexual,
matrimonial y profesional, y llega un momento dado en que no es ya no es
posible aguantarse tantos fracasos.
Lianna y Ruth |
Casi inmediatamente, Dick tiene que
viajar a Toronto a un festival de cine y Lianna sale una noche a cenar con Ruth,
su profesora de psicología de la escuela nocturna, a quien admira mucho. Durante
la conversación que tienen en la casa de la profesora, Lianna se siente libre
para expresar sus emociones y hablar sobre ella sin miedo de nada. Sin dejar de
ser ella misma, es capaz de expresarse con claridad. Incluso le cuenta algunos
secretos de su pasado, de cuando era adolescente, como por ejemplo, la atracción
que ella tenía por la guía del campamento, una chica de unos 15 o 16 años, al
que había ido de adolescente. Se siente libre para contarle detalles íntimos de
sus fantasías. Lianna no sabe el motivo que le lleva a abrirse con Ruth, pero
se siente cómoda conversando con ella, hasta que la profesora, con suavidad, y
con cierto temor, se aproxima más y la besa en la boca. Para sorpresa, y
satisfacción, de ambas, Lianna acepta el beso, las caricias de la profesora,
dando de esta manera el primer paso para iniciar una relación amorosa entre
ambas. Mientras Ruth le confiesa que es lesbiana, Lianna reconoce, finalmente,
que ella siempre tuvo una atracción especial por las mujeres.
El lesbianismo de Lianna en Lianna.-
Lianna no es una película que plantee
cuestionamientos sobre el lesbianismo. Al contrario, nos presente a una mujer
que tiene la oportunidad de autodescubrirse como tal, de aceptarlo con
satisfacción, sin ningún tipo de temor. Y de empezar a amar.
Lianna y Ruth en la taberna |
Es verdad que este descubrimiento de
la sexualidad de la protagonista empieza después de que ella descubre que su
esposo la ha traicionado; pero sería demasiado ingenuo creer que ella “opta”
por amar a una mujer porque tenga despecho de los hombres. Todo lo contrario, la
traición de su esposo y su partida inmediata abren las puertas para que Lianna
empiece a analizar su vida y perciba que todas sus aspiraciones, tanto
personales como profesionales, han quedado en un segundo plano, principalmente
porque se dedicó exclusivamente a su esposo. Aunque no se lo dice en la
película, es como si ella se hubiera autocastrado al seguir ciertas las costumbres
que la sociedad “impone”, directa o indirectamente, por mera tradición.
La cita que tiene con Ruth es el
punto de partida para la nueva vida que se le presenta a Lianna. Las
confesiones que le hace a Ruth son espontáneas. Al iniciar la conversación, no sabe
que Ruth es lesbiana, ni que ella misma lo es. Pero la atracción que tiene por la
profesora es muy fuerte y, cuando ésta toma la iniciativa de besarla, Lianna no
retrocede un solo instante. Se siente plena, tanto es así que, cuando regresa del
viaje su marido, no duda un instante en decirle que tuvo una relación con una
mujer. No le importa lo que su marido piense, diga o haga con relación a ella.
Lianna acepta su propia historia que ha estado sofocada por mucho tiempo.
Podemos decir que, a partir de esta
revelación y confesión de Lianna, el tema del lesbianismo es enfocado desde
tres puntos de vista.
El primer punto de vista es de Lianna. Ella no duda un solo instante en aceptarse como lesbiana. No
tiene miedo de su descubrimiento, de su decisión y no se arrepiente para nada por
haber estado con Ruth. Tanto es así que se enfrenta con fuerza a las
dificultades que le llegan cuando se ve obligada a abandonar su hogar. No la
vamos a ver un solo instante llorando o deprimida por su opción sexual. Al
contrario, la vemos evolucionar desde el primer momento hasta el instante en
que se mira frente a un espejo y dice su nombre: “Lianna Massey es lesbiana”. Es importante destacar la naturalidad
con la que el personaje evoluciona. Inicia con su relación idílica con Ruth;
luego, la primera visita que hace a una taberna donde solo hay lesbianas. Más
adelante, cuando toma la iniciativa y tiene una relación casual con otra mujer.
Después, la facilidad que tiene al presentarse como lesbiana cuando conoce a
una vecina en la lavandería del edificio al que ha ido a vivir.
Lianna pasa a sentirse bien consigo misma cuando se reconoce como lesbiana |
En síntesis, Lianna se acepta como
lesbiana y pasa a vivir bien con ella misma.
El segundo punto de vista son los prejuicios sociales. La película no se preocupa en
cuestionarlos, sino tan solo en mostrarlos desde varios ángulos.
Su esposo no se siente tan ofendido
porque Lianna lo haya traicionado también, sino porque lo ha rechazado. A él le
gusta tener el control de todo. Su esposa le acusa un par de veces de que a
Dick siempre le gusta ganar. Inclusive a sus hijos. Entonces, él no duda en
apuntarle con el dedo a Lianna y acusarla: “cometiste
un acto antinatural como esposa”. Como se puede ver en esta afirmación, a
Dick no le importa si Lianna es lesbiana o heterosexual, simplemente se siente
ofendido como marido. Lo que sucede de verdad es que él está tan concentrado en
sus ambiciones personales que es incapaz de darse cuenta de lo que sucede
alrededor. Esto está muy bien ejemplificado cuando intenta explicarles a sus
hijos el por qué la madre de ellos se ha ido de la casa. Empieza con un
discurso retórico y acaba complicándose con las palabras. Al darse de lo que
sucede, es el hijo adolescente, de unos trece años, que le dice a su padre las
palabras exactas: que su mamá es homosexual, una lesbiana.
Lianna conoce a una vecina: nace una amistad sin prejuicios |
El prejuicio también es palpable en Sandy,
quien, al enterarse de lo que ha sucedido, se aparta poco a poco de Lianna y la
evita de todas las maneras posible. El comportamiento de Sandy es el espejo de
los tabúes de la sociedad. Sandy llega incluso a hacer raciocinios absurdos
sobre lo que su amiga podría haber sentido por ella en situaciones pasadas. Hay
que recordar que estamos en los años ochenta y aunque muchos cambios sociales
ya habían ocurrido en aquella época, los prejuicios aún eran muy fuertes. Y más
aún en una ciudad pequeña.
Sandy y un amigo: no consigue entender a Lianna |
No obstante, hay dos personajes que
son lo opuesto de Sandy. Primero, el esposo de ella. Él entrena a un equipo de
fútbol y le cuenta a Lianna cómo él descubrió que uno de sus jugadores era
homosexual. En su discurso se ve más racismo que prejuicio sexual, pues dice: “El chico era negro. No sabía que ellos eran
así”. Sin embargo, al hablar de la sexualidad del futbolista, dice: “No cambió mi opinión sobre él. Seguía siendo
un gran chico”. El otro personaje es la nueva vecina de Lianna. Ambas se
conocen en la lavandería del edificio y cuando ella le dice su nombre, Lianna,
en lugar de decirle el suyo, le dice espontáneamente: “Yo soy homosexual”. Lo
dice de tal manera, que ambas se ríen y se establece entre ambas una amistad
sincera. La nueva vecina es más joven que Lianna y, representa, obviamente,
esos cambios que empezaban a darse en algunos sectores de la sociedad en los
años ochenta.
El tercer punto de vista sobre el lesbianismo está representado por la profesora
Ruth. Ella es un personaje paradójico que está entre las características que
mencionamos del primer y segundo punto de vista sobre el lesbianismo. Por un
lado, ella no tiene problemas con su sexualidad; mas, vive atormentada, de
alguna manera, con el miedo de la sociedad y cómo puede influenciar
negativamente en su carrera profesional si se descubre su secreto.
Ruth retrocede cuando percibe que Lianna ha empezado a amarla |
Cuando Ruth le seduce a Lianna, le
confiesa que tenía miedo porque no sabía cómo sería su reacción. Después se
tranquiliza y disfruta cada uno de los momentos en que ambas están juntas; sin
embargo, al descubrir que Lianna está empezando a amarla, no sabe cómo
enfrentar esa situación. Es verdad que ambas viven un sueño idílico en sus
momentos de intimidad, pero conforme Lianna se autodescubre y asume
públicamente su sexualidad, Ruth retrocede. Empieza a apartarse debido a que
teme que la sociedad sepa que ella es lesbiana.
Uno de los pretextos que utiliza es
que está reatando su relación Jan, la compañera con la que vivía antes de ir a
trabajar en la ciudad donde ahora vive. Ruth construye una serie de barreras
para separarse de Lianna, como por ejemplo, no quiere que ésta participe de la
investigación con ella, en la escuela nocturna, porque como son amantes, no
quiere que Lianna sea su subordinada. Justo ese momento le cuenta que hay “una
mujer” en su pasado, dice que sabe si volverá con ella, para prácticamente
después “huir” de la ciudad. Ruth ejemplifica el instinto de sobrevivencia en
una sociedad que aún condenaba a las lesbianas.
Una historia de amor.-
A pesar de todo el análisis breve
que hemos hecho sobre la aceptación de la sexualidad de Lianna, y la presión
social de la época sobre el lesbianismo, Lianna es una historia de amor paradojalmente
triste y feliz al mismo tiempo.
“Hace
tiempos que no tomo de la mano a alguien” le dice Lianna a Ruth cuando
están cenando. Lianna se siente vacía y se enamora de verdad de Ruth. No es un
capricho ni, como dijimos anteriormente, una actitud de despecho por su fracaso
matrimonial. Ella realmente descubre que es posible enamorarse de verdad. Por
eso es importarte resaltar el diálogo entre Lianna y Dick cuando ella le cuenta
sobre su relación con Ruth.
Hay que recordar, primero, que Dick
no está preocupado para nada ni con la traición de su esposa ni con el futuro
de ésta. No le importa lo que le vaya a pasar. Él es un hombre sumamente
egoísta, amargado y cuando su esposa le cuenta lo que le pasó, lo único que él
le quiere saber es si fue con alguien que él conocía. Por eso resaltamos este
diálogo que demuestra lo que sucede con ella:
-No
se te ocurrió que podría enamorarme de alguien- le dice Lianna a Dick.
-De
alguien más- le contesta Dick.
-De
alguien.- enfatiza Lianna.
Es decir, Lianna no cree que lo vive
sea una aventura o una relación pasajera que se le presentó y nada más. Para
ella es un momento único, que supera cualquier otro sentimiento que en algún
instante tuvo por su esposo o por otra persona. Lianna finalmente sabe lo que
siempre fue y está feliz por ser así. Más aún cuando percibe que puede amar y
ser amada por lo que ella es.
Lianna no vive una aventura: vive un amor |
Lianna acepta la responsabilidad de
sus decisiones. Es una mujer adulta, seria, comprometida, valiente. Ella se va
de la casa, busca un nuevo trabajo, enfrenta la separación de sus hijos y la
dificultad de que estos comprendan que su madre es lesbiana. A pesar de todo
esto, Lianna aún no tiene la madurez emocional necesaria para darse cuenta de
que una relación no solo vive del amor. Cuando Ruth le dice que aún no sabe si
volverá a vivir con su antigua compañera, Lianna le dice: “Creí que al encontrar a alguien, todo estaría bien”. Pero Ruth
piensa diferente: “Este es el mundo real.
Mantengámoslo en secreto” le dice a Lianna.
Lianna y la dificultad de su hija de aceptar lo que le pasa a su mamá |
Lianna va a pasar por una época
sufrida cuando Ruth empieza a apartarse. Estará sola y triste, pero no perderá la
esperanza de encontrar lo que busca. Además no se arrepiente de las decisiones
que ha tomado. Por eso dijimos al principio que es una historia triste y feliz
al mismo tiempo. Lianna sufre la pérdida de este nuevo amor, pero es feliz
porque ahora sabe lo que ella es y a aprenderá a caminar con la cabeza
levantada, buscando su realización plena.
Ruth y Lianna son diferentes. La
primera, a pesar de que tiene mucho más experiencia de vida que la segunda, aún
está atada a los tabúes sociales. Lianna no tiene miedo de vivir su nueva
realidad y lo acepta con valentía. Lianna está preparada para amar con intensidad
y Ruth, tal vez por la diferencia de edad, aunque sea pequeña, ve las cosas
diferentes. “Cuando te dije que te amaba,
tú empezaste a retroceder”, le dice Lianna a Ruth. “Amarte me enorgullece”, Ruth solo le pide disculpas.
Liana en la taberna |
Y aquí viene uno de los puntos
positivos de esta película y su contribución al cine de temática lésbica: a
pesar de la triste historia de amor de Lianna, no es una película trágica ni
desesperadora ni melodramática. Todo lo contrario: es una película que al final
del túnel le muestra a su protagonista una luz para que llegue a ser una mujer
que puede realizarse siendo lo que ella es.
Ruth se aparta cuando se da cuenta que Lianna la ama |
Una escena importante para entender
los prejuicios sociales de la época y el miedo de comprometerse en público por
parte de Ruth sucede en el minuto 37. Lianna está nadando en una piscina y
conversa con Ruth, que está sentada al borde de la misma. Lo único que muestra
la pasión que sienten ambas son las miradas y la conversación en voz baja.
Ellas tienen ganas de tocarse, pero no lo hacen y Ruth hace hincapié en
resaltar que no pueden hacerlo en público.
Lianna en la piscina |
Otra escena clave en Lianna
es cuando las dos amantes van a la taberna “My
Mode”. Lianna se siente rara y desubicada, pues es la primera vez que está
en un lugar exclusivo para lesbianas. Ella tiene la impresión de que todas la
ven y no sabe cómo comportarse. Llega incluso a tener un poco de vergüenza
cuando ve que hay alguien conocida. Ruth la tranquiliza y le hace caer en
cuenta que, así como ellas, todas las mujeres que están ahí son lesbianas. Pero
lo más importante en esta escena son los tres minutos en los que la cámara
recorre la pista de baile y se detiene, en primeros planos, para mostrar a
todas las mujeres que están presentes. Son de todas las edades y a ellas se las
ve felices. Es importante resaltar que las lesbianas no son retratadas con
estereotipos, que muchas veces llegan a ser grotescos y agresivos. Son solo
mujeres que se están divirtiendo en un ambiente saludable y agradable. Esta
escena es una contribución importantísima considerando la época en que fue
hecha la película.
Lesbianas en la taberna "My Mode" |
Al final de esta escena, Lianna será
otra mujer: más suelta, más segura de sí misma y sus expresiones ganarán
espontaneidad. Sin embargo, es justo en este momento que Ruth empieza a
distanciarse de Lianna, pues al verla de esa nueva manera, su rostro se cierra.
Hay una mueca que dice que no le está gustando lo que ve: una Lianna diferente
de la que llegó. Es como si se diera cuenta de que la puede perder. Es como si
a Ruth le gustara tener el control y al ver que Lianna se siente libre, tiene un
sentimiento de pérdida.
Lianna mira y admira a las mujeres en la calle |
Liana observa los detalles que antes le pasaban desapercibidos |
Y complementando esta escena, la
siguiente sucede después de la que acabamos de describirla. Lianna camina por
las calles y empieza a ver a las mujeres con otros ojos. Ve la belleza que le
seduce, que le fascina y ya no tiene más miedo de ver a las mujeres
directamente. Esta escena ya la hemos visto en otras películas, pero posteriores
a Lianna.
La fogografía.-
Una de las características
constantes de Lianna para mostrar la relación de amor de Lianna y Ruth es la
utilización de los primeros planos y mucha sensualidad. No hay escenas
apelativas ni eróticas, sino que todo está hecho para mantener un clima de
sensualidad y de privacidad al mismo tiempo. Las escenas en las que ambas están
en la cama teniendo una relación sexual son demoradas, y duran entre dos y tres
minutos. Las escenas son lentas, sensuales, con los primeros planos mostrando los
besos, las caricias delicadas. A pesar de su sensualiad, no llegan a ser
eróticas.
Este tipo de fotografía lo vemos
nuevamente al final de la película cuando hay un paralelismo bellísimo al
mostrar dos momentos diferentes: durante tres minutos se intercambian las
escenas de una relación sexual entre Lianna y Ruth con la presentación de la
obra de danza en la que Lianna es responsable por la iluminación del escenario.
Es una escena bella y triste al mismo tiempo.
Lianna no ganó ningún festival ni ningún
premio internacional, pero sabemos que ese no es requisito para estar frente a
una buena película. Hoy, indudablemente, hay muchas producciones que han
superado a Lianna, no solo por cuestiones técnicas, sino, principalmente, por
el cambio de mentalidad en una buena parte de la sociedad; no obstante, hay que
reconocer los méritos de esta obra que, en su última escena, nos reconforta al
descubrir que la protagonista no está tan sola como ella se imaginaba.
No podía terminar sin mencionar la
excelente música original de la película compuesta por Mason Daring.
Texto original de Patricio M. Trujillo O.
Está prohibida la reproducción parcial o completa del texto sin la
autorización escrita del autor.
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