O filme que assistimos...

Você encontrará neste espaço comentários e analises de filmes de todas as épocas. Uma excelente oportunidade para aprender além do cinema.

Patricio Miguel Trujillo Ortega


22 de maio de 2011

Le Petit Nicolas - O Pequeno Nicolau

Le Petit Nicolas – O Pequeno Nicolau, França, 2009. Comédia.

Con: Valérie Lemercier, Kad Merad, Sandrine Kiberlain. 

Dirección: Laurent Tirard.

O Pequeno Nicolau es una de esas películas que uno no se olvida fácilmente. Después de verla por primera vez, nos quedamos con la sensación de habernos divertido a lo grande y los personajes, excelentemente interpretados, nos recuerdan que la vida puede ser así: sencilla y linda; complicada y maravillosa; con un poco de amor y mucha pasión; algo de ingenuidad, otro de sufrimiento; mas todo se resume en la alegría de vivir.


O Pequeno Nicolau es una hermosa película francesa bien adaptada libremente de un gran libro de la literatura infantil de los años sesenta firmado por René Goscinny (uno de los autores del inmortal Ásterix) y Jean-Jacqués Sempé. Uno de los elementos claves de esta película es que se respetó la visión de la obra literaria original: la historia es narrada desde el punto de vista del niño. Sus sueños, sus miedos, sus ambiciones, sus frustraciones. Todo lo que forma parte de la vida, pero como la ve un niño.

Y es esta visión tan fresca de la vida que hace de O Pequeno Nicolau, como película, una obra cinematográfica para celebrarla; no solo por su guión bien hecho, sino porque los componentes de la historia son reales, aunque estén ambientados entre los años 50 y 60, lejos de los estereotipos de películas similares hechas en otras latitudes, donde los niños se destacan por las extravagancias y “genialidades” absurdamente exageradas y ridículas y, muchas veces, al presentar películas de “niños” con comportamientos de adultos.

Nicolau vive con sus padres y es él quien nos cuenta la historia en la que participan sus progenitores y, fundamentalmente, sus compañeros de la escuela: Alceu, que solo piensa en comer; Rufino, que hace y habla muchos disparates; Clotario, el chico más burro de la escuela; Eudes, a quien le encanta golpear; Agnaldo, el que sabe todo y al que nadie le puede pegar porque usa anteojos; Godofredo, cuyo padre es millonario y, Joaquim, quien sin querer, da inicio a la confusión en que se transforma la vida tranquila que tiene Nicolau.

Un día, Joaquim les cuenta a sus compañeros de la escuela cómo su vida se volvió un infierno desde que nació su hermano: a éste se le permite llorar a gusto mientras que a él no le dejan hacer nada. La historia que les cuenta a sus compañeros se resume en que desde la llegada de su hermano, todo cambió en su casa porque el bebé es el preferido; por eso, los amigos de Joaquim llegan a la conclusión de que a éste le puede pasar lo que le sucedió a Pulgarcito: ser abandonado por sus padres. Por todo esto, Joaquim no está feliz con la llegada de su nuevo hermano y piensa que lo mejor hubiera sido que le regalaran una bicicleta.

Un día, cuando los papás de Nicolau están conversando sobre la necesidad de invitarle a cenar al jefe del papá para intentar conseguir un aumento de sueldo, esperado desde hace mucho tiempo; Nicolau llega a la casa y escucha parte de la conversación, justa aquellas frases –fatales- en las que la mamá se pregunta “qué van a hacer con Nicolau”, porque él no podría estar en la cena. Al escuchar la respuesta de su papá, Nicolau hace su propio raciocinio y recuerda la historia de Joaquim y su nuevo hermano, y llega a la conclusión de que su mamá está embarazada y que con la futura llegada del nuevo hermano, a él ya no lo quieren y lo abandonarán, tal como lo hicieron los padres de Pulgarcito.

Vale decir que este poder imaginativo de Nicolau tiene una razón “lógica” de ser. Cuando Joaquim les cuenta a sus compañeros cómo descubrió que iba a tener un hermano, les narra los cambios que hubo en casa, como el hecho, por ejemplo, de que su padre estaba más gentil con su mamá y que, incluso, ayudaba a sacar la basura, etc. Entonces, cuando Nicolau ve que su papá (que se pone de mal humor con mucha facilidad y que, a pesar de tener una buena relación con su esposa, siempre están discutiendo) está feliz y saca la basura a la calle, junta las piezas del rompecabezas y llega a su propia conclusión: va a perder su lugar en la casa para su nuevo hermano.

Con mucho humor y realismo, vemos cómo Nicolau pide ayuda a sus compañeros y estos, solidarios, hacen de todo para que los papás de no abandonen a su amigo.

Con humor porque cada uno de los intentos de los niños para lograr su objetivo, el tiro les sale por la culata, en situaciones graciosas, nada exageradas y hechas con una mentalidad netamente infantil.

Y con realismo porque es de los niños creer como verdad lo que sus amigos de la escuela dicen que es verdad, y más aún en una sociedad y una época en la que los padres no sabían dialogar con sus hijos y el respeto, muchas veces, se lo conseguía a través del miedo o del castigo.

Y esa es la sociedad en la que vive Nicolau: los años cincuenta y sesenta del siglo pasado; por eso, es lógico que, en la mayoría de los casos, cuando hay un problema, los niños busquen a sus amigos para que los ayuden a solucionarlo; por lo tanto, las críticas, que he leído, en las que comentan que esta parte de la película es “estereotipadas”, se olvidan de este simple y elemental detalle. No es por nada que el guión se mantiene fiel a la época en que fue publicado del libro. Si la película hubiera sido ambientada en los años de la actualidad, mucho del humor que nos cautiva en O Pequeno Nicolau no tendría sentido.

Los amigos de Nicolau parten en una gran aventura de creatividad, iniciativa e ingenuidad infantil.

El primero propósito es convencer a los papás de Nicolau de que no lo abandonen; de que su presencia es útil, para eso deciden todos ayudar a su amigo a limpiar y ordenar su casa para que, cuando lleguen los papás, vean cómo Nicolau es bueno; pero, en lugar de arreglar la casa, la transforman en un caos total; entonces, sin darse por vencidos, parten para el segundo objetivo: hay que eliminar al futuro hermano.

¿Cómo hacerlo?

La solución más sencilla, inspirados en lecturas e historias escuchadas, es contratar a un criminar “profesional” para que rapte al hermano de Nicolau (hermano que aún no sabemos si existirá o no). Solo que para eso necesitan mucho dinero y, como no lo tienen, organizan una serie de actividades “lucrativas” que solo les causa problemas en las calles, en la escuela y en sus casas.

Mas, uno de los puntos optimistas en estas “hazañas” fracasadas de los chicos, es el espíritu de solidaridad que hay en esa pequeña sociedad llena de personalidades tan diferentes: el glotón, el inteligente, el burro, el tímido, el rico, el violento, etc.

Estos niños, con su personalidad definida, se pelean con mucha facilidad, mas tienen algo en común que es mucho más importante para ellos: la amistad. Y consiguen superar sus diferencias porque sienten que deben solucionar los problemas existenciales del pequeño Nicolau.

Vale resaltar que los diálogos de los niños son rápidos, ágiles; el humor es espontáneo y nos contagia porque nace sin ninguna premeditación. Nace de cosas sencillas y rápidas, como es la vida de un niño: sencilla, rápida, emocionante. Este humor está presente no solo en las aventuras de los niños por ayudar a su amigo, sino también en la escuela, en la relación de los niños con su profesora, con el inspector, con el director.

Otro elemento característico de la película, además de los que hemos mencionado, es el color. O Pequeno Nicolau está hecha con colores vivos, dinámicos que transmiten la pasión de los niños por la vida y cumplen un elemento importante en la construcción de la historia.

Por otro lado, hay que destacar que la película no se queda solo en las aventuras y confusiones graciosas en las que se meten los pequeños. Con ellos conocemos también la escuela de los años cincuenta y sesenta. Una escuela sólo para varones, con una educación rígida donde prevalecen los castigos, las sabatinas, la memorización, pero con la dulzura de la profesora y la amistad y felicidad de los niños.

La relación de los padres de Nicolau también es muy interesante. La mamá que es la típica ama de casa de los años cincuenta y sesenta y el papá que intenta imponer sus deseos, sin conseguirlo totalmente.

O Pequeno Nicolau es una película para toda la familia. Vale la pena verla y rescatar dos elementos que hemos insistido a lo largo de estas páginas: la alegría de vivir y la ingenuidad del mundo infantil que no puede desaparecer: un peligro muy serio en nuestros días con esa tendencia desenfrenada de querer acelerar las etapas de los niños para el orgullo egocéntrico de sus padres.

Texto original de Patricio M. Trujillo O.

17 de maio de 2011

Rock Around the Clock - Ao Balanço das Horas


Rock Around The Clock (Ao Balanço das Horas), 1956. USA. Comédia, Musical.

Rock Around The Clock (Ao Balanço das Horas), foi o primeiro de três filmes (Rock Around The Clock [Ao Balanço das Horas, 1956], Twist Around The Clock [Na Onda do Twist, 1961] e Don’t Knock The Twist [No Embalo do Twist, 1962]) que contam uma mesma história e que hoje só lembramos deles pela música e os artistas da época, que mudaram o rumo da música popular: o rock ‘n’ roll.

Nestes filmes temos apresentações inolvidáveis de grandes astros: Bill Haley & seus Cometas; Chubby Checker, o rei do twist (até hoje suas músicas fazem as pessoas pularem para dançar); The Platters (quem ainda não se deleita ouvindo e dançando as músicas românticas deste grupo?), Linda Scott, The Marcels, Dion, Vicki Spencer (que na época tinha só dezesses anos), Tony Martinez, Freddie Bell, The Devolls e muitos outros artistas que marcaram a música dos anos cinquenta e sessenta e que até hoje são lembrados, uns mais que outros; mas todos aportaram os elementos que influenciariam não só uma geração, se não o mundo todo.

Falar de um destes filmes é falar dos três filmes ao mesmo tempo, pois além de ter a mesma história (com algumas mudanças na terceira), os acertos e erros são idênticos, pois o objetivo era divulgar e vender os nomes dos ídolos da juventude (do mesmo jeito que se faz hoje e que se continuará fazendo), com histórias singelas, diálogos pobres e, na maioria dos casos, com uma atuação pouco natural. Filmes cem por cento comerciais que levaram os jovens da época ao delírio e que hoje nos fazem sorrir com a saudade natural de quem ainda desfruta de ver e ouvir essas belas canções com suas contagiantes danças.

A história de Ao Balanço das Horas e Na Onda do Twist é a seguinte: um agente de bandas musicais está frustrado porque na apresentação do grupo para quem ele trabalha, não seduz mais os jovens, já que a música deles está morrendo; então, junto como um amigo, integrante da banda, vão de carro para Nova York e param uma noite em um povoado do interior. Ao procurarem um hotel, ficam impressionados com o que vem: há um grupo de jovens que toca um novo tipo de música e todos correm para dançar: jovens e velhos. Todos só querem dançar. É a hora de se divertirem no primeiro filme com o rock ‘n’ roll e, no segundo, com o “twist”.

É hora do Rock 'n' roll
O agente percebe que é isso o que ele procura e decide fazer de tudo para levar a banda para Nova York, onde todos podem ganhar muito dinheiro. Mas as negociações não são fáceis. Tem que conversar e convencer a dançarina da banda, que é quem toma as decisões do grupo, já que eles levam uma vida normal: trabalham para viver e a música é só o passatempo do fim de semana.

  
Rapidamente “o amor está no ar”, e o agente e a dançarina, além de fecharem o negócio, estão apaixonados. Então, o agente parte para Nova York onde tem que enfrentar o “mandachuva” da agência que domina o mercado das apresentações das bandas musicas no país, pois quem quer ter sucesso, tem que contar com ele. Mas, há um pequeno “probleminha”: a filha do dono da agência está apaixonada pelo jovem agente e teima em que deve se casar com o jovem promotor, ainda que ele já tenha lhe dito que não se casaria com ela jamais. Então, o pai, em solidariedade a filha, por quem definitivamente ele é mandado, monta um esquema para enganar e frustrar as aspirações do jovem promotor, com o único objetivo de que a banda fracasse e que a sua filha possa se casar com ele.

Mas, tanto o pai quanto a filha não sabem que a banda que está indo para Nova York é realmente boa e tem tudo para ter sucesso. Sucesso que no final conseguirão no país todo, impondo um novo e contagiante e maravilhoso estilo de música.

No segundo filme, No Embalo do Twist, há uma mudança da história, mas com os mesmos ingredientes dos outros filmes. Um executivo deve conseguir os melhores músicos e dançarinos para um programa especial de televisão e, nessa busca, ele conhece uma bela dançarina por quem se apaixona e é a grande oportunidade para que ela tenha o maior sucesso; no entanto, a ex do executivo é uma estilista famosa e como não quer perder o “seu amor” para uma “garotinha”, monta um esquema para sabotar o espetáculo.

Estes três filmes não são um aporte essencial para o cinema; são filmes que já foram esquecidos e que só graças ao DVD (e aos ganhos que tem as distribuidoras com a venda de filmes velhos) foram resgatados para “matar saudades” da música dos anos cinquenta e sessenta; ao mesmo tempo, nos servem para demonstrar que é falsa a idéia que muitas pessoas falam por falar, quando dizem: “já não se faz filmes como antigamente”. Estas pessoas estão enganadas, pois antigamente também se faziam filmes fracos, artisticamente pobres e com uma história tão óbvia que depois dos cinco primeiros minutos você sabe o final. Porém, vale a pena assistir estes filmes só para lembrar essas velhas figuras do mundo musical que ainda não foram –e dificilmente serão- esquecidos.

Texto original de Patricio M. Trujillo O.

7 de maio de 2011

Quid Pro Quo



Quid Pro Quo, 2008. Drama. USA. 82 minutos.



Con Nick Stahl y Vera Farmiga.

Dirección de Carlos Brooks.

Qué es lo peor que le puede ocurrir a alguien? ¿Obsesionarse por ser en la vida lo que no se es o cargar un sentimiento de culpa durante toda la vida?

Estas son dos preguntas sin respuestas que aparecen en la película Quid Pro Quo, filme del debutante Carlos Brooks como director, que se divide en dos partes, como un paralelismo a la propia expresión latina que le da el nombre a la película: Quid Pro Quo: dar una cosa por otra.

La historia nos sorprende al comienzo y nos quedamos algo desorientados; sin embargo, poco a poco los elementos se van juntando como si estuviéramos en un rompecabezas, hasta que todos ellos se encuentran en una línea paralela, por donde van a seguir, sin juntarse nunca. Mas llega un momento en que las piezas del rompecabezas se desenganchan y se pierden porque, como dijimos al principio, no hay respuestas a la pregunta que se hacen constantemente los protagonistas mientras caminan encima de esa línea paralela.
 
Fiona e Isaac Knott: Quo Pro Quo
Isaac Knott (Nick Stahl) es un periodista que trabaja en una radio pública en Nueva York. Es deficiente físico desde los ocho años de edad después de que sufriera un accidente de carro en el que murieran sus padres. Isaac solo recuerda lo que sucedió antes del accidente y la consecuencia de éste (los detalles de lo que ocurrió los descubriremos paulatinamente, en cámara lenta). Cuando Isaac nos cuenta su historia –la que probablemente ya la contó centenas de veces-, lo hace sin amarguras ni rencores. Parece que el tiempo cicatrizó las heridas; sin embargo, aún no ha perdido la esperanza de volver a caminar por lo que se mantiene siempre en actividad, practicando deportes y valiéndose por él mismo.

Fiona (Vera Farmiga) es curadora y trabaja en un museo; le gusta la cultura antigua china y esconde un pasado que le atormenta. (Ese pasado será revelado a su debido tiempo, aunque para ser sinceros, en medio de la película ya empezamos a sospechar quién es ella, a dónde se dirige y por qué va hacia allá. Esta “previsión” le quita un poco de vitalidad a Quid Pro Quo, una película que empieza con fuerza, con misterio, llevándonos por recovecos que parecen incomprensibles).

Estos dos personajes tejen una red de tormentas de sueños y frustraciones que así como los une, los separa.

Todo empieza cuando Isaac se entera de que un hombre fue a un hospital y ofreció pagarle al médico doscientos cincuenta mil dólares para que le cortaran la pierna.
¿Por qué una persona haría esto? ¿Por qué alguien quisiera mutilarse voluntariamente? ¿Qué hay atrás de esa historia?

Quid Pro Quo: Una cosa por otra
Isaac empieza a investigar y descubre que hay un grupo de personas que se reúnen y que fingen ser discapacitados físicamente. El sueño obsesivo de estas personas es usar sillas de ruedas. Son personas que caminan por las calles normalmente, pero se sienten incompletos al ser "personas normales". Cuando Isaac los encuentra, la primera pregunta que le hacen es “cuál es la relación que él tiene con su silla”. La respuesta les asusta y uno de los “imitadores” no resiste estar frente a él, se levanta y se va. Los otros siguen su ejemplo casi inmediatamente y evitan el contacto con un discapacitado de verdad.

El único que no huye frente a Isaac es el líder de este grupo, quien no tiene la respuesta a la pregunta inevitable: ¿por qué quieren mutilarse? El líder confiesa que él está solo en la vida porque ha perdido a las personas que ama, ya que éstas no lo comprenden. Como consecuencia de esa soledad, él anhela usar de verdad una silla de ruedas.

¿Es una nueva ironía de la vida? ¿Es que necesitamos perder lo que tenemos para entonces sentirnos mejor? ¿O es una alternativa para llamar la atención, provocar empatía, interés? Si se trata de eso, ¿vale el precio que se paga?

Esta revelación morbosa de los deseos es agónica. Tal vez sea el “síndrome de ser invisible” que afecta a muchos en una sociedad que está aprendiendo a “desconectarse” del contacto físico con las personas, y éstas claman a gritos por un espacio en sus propias vidas y en las de terceros. Para otros, a lo mejor, es una manera de auto punición ante la incapacidad de perdonarse a sí mismos, y a los que les rodean, por sus errores y fracasos.

Quid Pro Quo: El primer día en que Fiona usa una silla de ruedas
Hasta este momento, uno de los puntos positivos de la película Quid Pro Quo es que no trata el tema de la discapacidad física de una forma melodramática para afectar e impresionar al público. No se presentan complejos ni cuestiones sociales de igualdad entre los no capacitados y discapacitados. Es verdad que hay elementos de los que no podemos huir, como son las dificultades que tienen las personas discapacitadas: tomar un taxi no es tan fácil para Isaac, no porque no haya taxis disponibles o, simplemente porque estos no quieren llevarlo; al caminar por las calles en su silla de ruedas, las miradas de curiosidad, de pena, son inevitables, aunque muchos intentan esconder esas miradas; en su propio trabajo, Isaac le pide a una amiga que no le tenga lástima. O su ex-novia que rompe la relación cuando Isaac le propone matrimonio, porque ella piensa que en una pareja, uno por lo menos debería poder caminar y, como ella también es discapacitada, la relación no puede continuar.

A pesar de que todas estas cuestiones aparecen a lo largo de la película, son tratadas en segundo plano para no desviar la atención del tema principal, que es la dificultad de entender por qué alguien está dispuesto a pagar para ser un discapacitado físico.

Quid Pro Quo: Eva en su departamento
La investigación le lleva a Isaac a conocer a Fiona y entre ambos se estable una relación de seducción, de poder, de misterio y de un secreto que clama a gritos ser descubierto. Mas, hasta llegar a ese secreto, hay un camino de torturas por la que debe pasar Isaac para intentar entender a Fiona. A ella también le gusta fingir que es discapacitada y le cuenta a Isaac que lo bueno de tener su propio departamento es que puede pasar todo el tiempo como a ella gusta: usando solo un corpiño y unos aparatos que se pone en las piernas para “fingir” que tiene dificultad de andar. Isaac se sorprende frente a la revelación y aunque la seducción los lleva a tener relaciones sexuales, la violencia interna, cuidadosamente escondida en Fiona, poco a poco se revelará transformando esa relación en algo perturbador y agónico: además de que ella está esperando con mucha expectativa el día en que saldrá a la calle en una silla de ruedas. Por otro lado, también desea que sea Isaac la mutile definitivamente.

Quid Pro Quo: Los zapatos de Isaac
Quid Pro Quo, como muchas otras películas, empieza presentándonos un elemento misterioso que solo en medio de la historia reaparecerá para llevarnos al desenlace de la misma. En el caso de esta película, es un par de zapatos.

Isaac ve en una tienda de objetos usados unos zapatos que le gustan y termina comprándolos. Cuando los usa por primera vez, siente una energía en todo su cuerpo y percibe que puede intentar volver a caminar. Una y otra vez se cae al suelo, pero se levanta todas las veces hasta que finalmente vuelve a andar, con mucha dificultad, siempre apoyado en una muleta. Este proceso le lleva varios días y toda vez que se quita los zapatos, pierde la capacidad de recuperarse.

Quid Por Quo: Isaac
No considero, como he leído en algunos lugares, que sean unos zapatos mágicos. Si así lo fueran, la seriedad del tema como es tratado en la película sería ridícula y se iría directo a la basura, pues no estamos frente a una historia de fantasía ni magia. Los zapatos son una metáfora simbolizan esa lucha que tiene Isaac en no sentirse derrotado por su discapacidad. Tanto es así que, cuando Fiona lo ve por primera vez usando los zapatos, se imagina que estos deben apretarle un nervio que hace que sus piernas reaccionen nuevamente. Además, no hay que olvidarse que Isaac, desde el principio, siempre dejó claro que aún tenía esperanzas de volver a andar. Él nunca se sintió derrotado por su problema físico.

Y los zapatos son los que nos llevan al desenlace de la historia. Fiona se los va a quitar para chantajearle: si él no hace lo que ella desea, es decir, ayudarla a quedarse discapacitada físicamente, los destruirá.

Quid Pro Quo es una película tensa que nos deja con un sabor amargo en la boca. Intentamos entender lo que les sucede a esas personas que, en lugar de estar felices porque pueden andar y correr, están dispuestas a hacer de todo para andar en sillas de rueda.

Quid Pro Quo: Fiona
El guión está bien hecho; las actuaciones de Nick Stahl y Vera Farmiga son excelentes. No hay movimientos exagerados ni escenas escandalosamente “teatrales” para impresionar al público y provocar tormentas de lágrimas o indignación con el sentimentalismo que otras películas hacen cuando tratan el tema de los discapacitados. Es verdad que hay algunos elementos que podrían haber sido mejor tratados porque se quedaron incompletos (los conflictos de Isaac con un compañero de la radio que lo detesta; la amistad de Isaac con una chica del trabajo, quien está interesada en que él tenga una novia; la relación de Fiona con su madre). Sin embargo, en lo general, Quid Pro Quo es una película que hay que verla y analizarla con calma. Tiene una fotografía buena, es dinámica y los actores principales, volvemos a decir, están magníficos.

Texto original de Patricio M. Trujillo O.

Queda prohibida la reproducción total o parcial del texto sin la autorización escrita del autor.

4 de maio de 2011

Barbie in Mermaid Tale - Barbie em Vida de Sereia

Barbie in Mermaid TaleBarbie em Vida de Sereia, Aventura,  74 minutos.2010, USA.

Barbie em Vida de Sereia é um filme bonito, com uma trilha sonora agradável, uma coreografia contagiante, dinâmica e uma história que, além de ser bem trabalhada e contar com os elementos mágicos do mundo infantil, toca num tema profundo no difícil período que é a transição das jovens entre a puberdade e a adolescência, e a adolescência e a vida adulta. (Falamos no feminino porque estamos quase certos que, lamentavelmente, a maioria do público do filme é feminina. O que é uma pena, porque a magia, os sonhos e as aventuras não distinguem o sexo).

 Merliah é uma garota que mora com o avô em Malibu e é campeã de surf. Ela tem duas amigas e está satisfeita com o seu estilo de vida: praia, sol e surf. Seu desejo é que a vida continue do mesmo jeito, sem mudanças, pois ela é feliz como tudo o que acontece ao seu redor e o maior desafio que ela tem é vencer as ondas grandes e perigosas. Para ela nada é melhor que demonstrar a suas amigas, e para ela mesma, do que é capaz de fazer.

Mas, um dia enquanto faz suas ótimas manobras na água durante uma competição a cor do seu cabelo muda radicalmente, aparecendo mechas de cor rosa. Todos ficam admirados do que acontece e Merliah se assusta e, principalmente, não gosta da mudança e se joga na água para que não possam vê-la, pois não quer parecer estranha perante os olhos de ninguém.

As amigas de Merliah
Apesar de contar com o apoio das suas amigas, uma prática e outra sonhadora, Merliah volta para casa e não sabe o que fazer. Acha que tudo é uma loucura e se desespera ao perceber que sua vida pode tomar rumos imprevisíveis. Ela não quer ser diferente dos outros jovens, as suas amigas. Ela não que ser “estranha”; ela ama seu mundo e está satisfeita com ele por isso se assusta muito ao entender que o “seu mundo” pode entrar em crise.

Por que ser diferente dos outros?

Este dilema é profundo nas pessoas e, mais ainda, em uma sociedade em que parece que a maioria se conforma em ser o que os outros são, porque depois de tudo é muito mais fácil ser como os outros são do que ser diferente e impor a sua diferença como a sua essência. E para o adolescente isso é aterrador porque, se bem ele quer marcar a sua “diferença”, não gosta de ser distinto dos outros membros da sua “tribo”.

Quem gosta de ser diferente da sua "tribo"?
Barbie em Vida de Sereia apresenta este dilema com magia, uma forma simples e antiga e, ao mesmo tempo, ideal para resolver os problemas que somente o jovem pode resolver, pois ninguém pode fazê-lo por ele.

Merliah conta a seu avô o que lhe aconteceu e se pergunta “se está ficando loca”, pois além da mudança do seu cabelo, ela conversou com um golfinho. Seu avô lhe conta a sua verdadeira origem: a mãe dela é uma sereia e se separou da sua filha porque era perigosa para a bebé ficar em Oceana.

Por que ser diferente dos outros?
Esta revelação lhe provoca rebeldia e uma grande decepção. Ela não compreende que, as vezes, certos segredos só podem ser revelados na hora certa. Merliah, então, procura a companhia das suas melhores amigas para desabafar e, enquanto está na praia, descobre que é verdade o que seu avô falou e que ela tem que tomar uma grande decisão: a rainha de Oceana, a sua mãe, está desaparecida há muito tempo e Oceana está sendo governada com crueldade e injustiça pela tia de Merliah, e somente ela, Merliah, poderá salvar o reino de Oceana.

Merliah, no primeiro momento, se nega a aceitar a verdade porque ela já tinha delineado seu destino: ser a melhor surfista de Malibu. E a transformação que está sofrendo, quer dizer, o aparecimento de um lado seu que desconhecida (ser sereia), se interpõe nos seus sonhos. Por tanto, ela não quer saber nada nem de Oceana nem da sua suposta mãe “imaginária”.

É a rebeldia natural quando temos que nos enfrentar ao desconhecido; esse medo que provoca a ruptura com aquilo que nos ata.

Merliah rompe, então, o colar que a sua mãe tinha deixado para ela quando pequena; ao fazer isto, descobre que a sua mãe está viva, ainda que desaparecida, e aceita a missão que seu novo amigo, o golfinho Zuma, pede para ela: encontrar a rainha, único jeito de salvar o reino de Oceana. Mas, Merliah só aceita a missão para que depois a sua mãe a ajude a voltar a sua vida normal, longe desse mundo das sereias. Ela quer voltar para fazer como se nada disso tivesse acontecido.

Merliah inicia então uma aventura incrível no fundo do mar (um mundo parecido com o que ela conhece na superfície: shoopings, modas, música, famosos –emfim, o mundo que envolve aos jovens de hoje-[sem questionar se está certo ou não]). Ela fica emocionada com a beleza desse lugar e impressionada com a maldade da sua tia. Porém, ela insiste em que não quer ser a princesa de Oceana. Seu único desejo é terminar logo com a sua missão para voltar ao seu mundo.

Mas, como nada é possível fazer sozinho, Merliah recebe a ajuda de novas amigas e juntas enfrentam os desafios que ela tem que cumprir para derrotar a sua tia malvada. Para isso, ela precisa de três elementos; sem eles, a sua missão fracassará. Porém, ela continua com o mesmo pensamento e volta perguntar se “será normal outra vez”. E a resposta que recebe é que “vai ter conseguir o que ela está buscando”

E o quê é que busca um jovem?

A resposta não é gratuita e Merliah descobre isso, porque apesar de contar com a ajuda das suas novas amigas, e de conseguir os três elementos, tem que se enfrentar com ela mesma, com seus medos, com a suas limitações; deve aprender a usar a sua imaginação, a sua criatividade e tomar as decisões certas. Mas, o fundamental é que deve descobrir o que há de bom no seu mundo e o que há de bom no novo mundo: só usando estes elementos ela conseguirá realmente o que ela precisa fazer para ser o que ela quer ser.

Um elemento simbólico na história é que Merliah utiliza uma cauda falsa de sereia. Com esta cauda, ela finge ser uma sereia enquanto tenta cumprir com o destino que ela não aceita, mesmo que ao outros acreditem nela. E no enfrentamento final com a sua tia, ela perde a cauda falsa e é pega pelo poder da sua tia. Então, Merliah tem que fazer a escolha certa: não pode fingir mais o que não é.

Ao estar presa no poder da sua tia, Merliah pede ajuda ao “peixe sonhador” (um dos três elementos), e este lhe oferece cumprir com seu maior desejo: pode voltar nesse mesmo instante a Malibu, perder a sua metade sereia e ser novamente a garota comum que sempre foi e viver a vida como se nada disso tivesse acontecido.

O desejo de fazer isso é grande, não obstante ela sabe que ainda que voltasse para a superfície, Oceana continuará tendo os mesmos problemas, só que ela não terá que se preocupar mais com isso, pois seus sonhos estão longe daí. Ela sabe que não pode ser egoísta; não pode fingir que nada acontece se sabe que todos em Oceana estarão sofrendo. Por tanto, Merliah aceita a sua metade sereia e com o poder do “peixe sonhador” ela se transforma: tem finalmente a sua própria cauda de sereia e o poder necessário para derrotar o mal que domina o reino de Oceana.

Esta dualidade que vive Merliah é trabalhada no filme sem moralismos nem discursos exagerados. A linguagem é direta; ninguém mente nem tenta conseguir a ajuda dela através da manipulação nem por meio duvidosos, porque quando isso acontece com os jovens, eles se revelam ao se sentirem enganados.

Cada uma das decisões tem que ser tomadas por ela, por mais ninguém.

Ao final, Merliah descobre que o mais importante na vida é que ela só tem que ser ela mesma. Ele pertence a dois mundos: o dos humanos, onde vive e viverá como sempre quis; e o mundo de Oceana, aonde ela poderá ir sempre que quiser porque a sua parte sereia nunca desaparecerá.

O fundamental é que ela não negue o que ela é. É o único caminho para ter sucesso na vida: se autoconhecer e tentar manter o equilíbrio dos dois mundos aos que pertence.

Barbi em Vida de Sereia é um filme que vale a pena assistir e que poderia ser bem aproveitado na educação das crianças, deixando de lado todo esse discurso mercantilista do significado da boneca Barbie que, muitas vezes, não permite que as pessoas vejam os pontos positivos que cativam as crianças. Depois de tudo, é um conto de fada, e como os bom contos de fada, se aproveita de símbolos para orientar a vida das crianças.

Texto original de Patricio M. Trujillo O.

Está proibida a reprodução total o parcial do texto sem a devida autorização por escrito do autor.