Con: Inés Efron, Emme.
Dirección: Lucía Puenzo.
El Niño Pez, segundo largometraje de Lucía Puenzo,
escritora y cineasta argentina, es una historia de amor y de soledad, de
barreras sociales y de abandono, de sueños, de fantasías y de secretos. Es una
película en la que los personajes transitan entre extremos, llegando inclusive
al límite de sus propias existencias, guiados por la pasión y el deseo.
Lala, la protagonista de la película, es un personaje
ricamente construido, complejo y apasionante. Es joven, desafiante, decidida y
pasa por una transformación radical que la lleva de la ingenuidad a una dura
realidad en la que se juega la vida y la muerte.
Ella es una estudiante de secundaria que está
enamorada desde los 13 años de edad de Ailín, la mucama paraguaya de 20 años de
edad, que trabaja y vive en su casa. Su amor por la muchacha es intenso y,
aparentemente, correspondido. Ambas chicas mantienen una relación compleja,
íntima, en la que Lala intenta tener el control; además, sueñan con irse a
Paraguay a vivir a orillas del lago Ypoá, lugar donde vive el “niño pez”, una
leyenda de la región que es un “fantasma” en el pasado de Ailín, la Guayi.
Sin embargo, los sueños de Lala no se realizan
fácilmente porque ese “deseo” la lleva por vericuetos en los que pone en riesgo
ese mismo amor que la inspira a tomar las decisiones más extremistas, y se
enfrenta a varios peligros que empiezan en su familia y terminan con la
policía.
El lesbianismo con naturalidad
Uno de los temas que llama la atención es la
naturalidad con la que el “lesbianismo” es tratado en El Niño Pez; o, dicho de
otro modo, la forma en que no es tratado.
Lala y Ailín |
Es que en la película, el amor de Lala por
Ailín es natural, espontáneo y no hay ningún tipo de oposición por el hecho de
que sean dos mujeres las que se amen. Aparentemente, nadie cuestiona el que
Lala ame a otra mujer; no hay ideas prejuiciosas contra el lesbianismo; por
eso, podemos afirmar que la película no es la historia de dos lesbianas y sí de
dos mujeres que se aman; sin embargo, lo que sí se puede cuestionar es la
madurez del amor de Lala, no porque esté enamorada de otra mujer, sino porque
es su primer amor y, como tal, se deja llegar por las intensas pasiones de
este.
Lala y Ailín planificando el viaje a Paraguay |
En este sentido, el gran mérito de Puenzo es
que hace una película en la que no existen las etiquetas “homosexual” o
“heterosexual”. Las protagonistas no son obligadas a optar por una opción
sexual, ya que la relación, principalmente por parte de Lala, fluye
naturalmente.
Lo positivo de El Niño Pez es que, al
tratar el tema del lesbianismo con la naturalidad con la que debería ser
tratado siempre, se distancia de las películas tradicionales en las que las
lesbianas aparecen como mujeres conflictivas que usan y abusan del alcohol, de
las drogas y a las que se las presentan como mujeres conflictivas tanto en el
ámbito personal como social. En el caso de Lala y Ailín, ellas son tan normales
como cualquier persona y los errores que cometen son como consecuencia de la
imprudencia, la inmadurez y la soledad en que ambas viven.
De esta forma podemos entender que los crímenes
que comete Lala (asesinato y robo) no tienen nada que ver con su sexualidad
sino con sus sueños y temores; sin embargo hay que destacar que sí se muestra
el prejuicio en relación al amor de las muchachas por sus diferentes
condiciones sociales, después de todo Ailín es la “Guayri”, la emigrante
paraguaya, una empleada doméstica, que tiene una relación con la hija de los
patrones. Eso se lo visualiza perfectamente en los pocos diálogos que la madre
de Lala tiene con su hija.
El amor y la desestructura familiar
Así como está claro que Lala ama a Ailín, hay
una duda muy grande de si el amor de esta es auténtico, pues ella, además de
ser mayor y de tener más experiencia de vida, carga un pasado complejo y un secreto
que hace que su comportamiento provoque celos y temores en Lala. Esto se
percibe por la forma en cómo Ailín se relaciona y coquetea con otros hombres,
fomentando el deseo de Lala de realizar lo más pronto posible su sueño de amor.
Desde el principio se percibe que Lala está
totalmente enamorada y que es un amor de adolescente dominado por la pasión
típica del primer amor y del miedo de perderlo; no acepta de ninguna forma que
algo se interponga entre ella y su amada; que destruyan los sueños que ambas,
principalmente ella, han construido, fundamentalmente con la idea de irse a
vivir juntas al Paraguay, al lago Ypoá.
Este temor le hace ser posesiva, dominante y
extremamente peligrosa, más aún porque su personalidad es fuerte; además hay
que añadir el conflicto familiar que ella vive y que es otro de los temas de El
Niño Pez: la familia desestructurada.
La de Lala es una familia aparentemente
“normal”: padre, madre y dos hijos. Sin embargo, la madre es una mujer ausente,
tanto física como emocionalmente en la vida de la familia y, en especial, de la
hija. Es una mujer que no está en la casa y cuando se da el gran conflicto de
la familia está en el extranjero, participando en un maratón. El hermano de
Lala es un muchacho que ha tenido problemas con drogas y que trata de
recuperarse. A pesar de que le han dado de alta, él prefiere volver a la granja
y continuar con su tratamiento, lo que en verdad es un reflejo de que el
ambiente familiar le hace mal, tanto es así que se niega a volver a la granja
llevando alguna foto de la familia como recuerdo, como su padre le sugiere. El padre,
el juez Brönte, es una figura pública y tampoco se encaja en esa familia.
Hay dos escenas que muestran claramente esta
situación. La primera sucede cuando la madre de Lala organiza una fiesta con
sus amigos y tanto su marido como su hijo se sienten desubicados en la misma y
contemplan la fiesta desde las escaleras, mientras la madre-esposa se divierte
a lo grande con un grupo de amigos, incluso bailando sensualmente con estos.
Ese no es definitivamente el mundo de ambos.
La otra escena es cuando Lala se va de Buenos
Aires a Paraguay con el objetivo de encontrarse con Ailín, que iría después; se
va sola y nadie sabe de su paradero. A pesar de que la policía la busca para
tomarle declaraciones sobre la muerte de su padre, nadie de su familia hace
nada por encontrarla. Ella regresa y la postura de su madre, cuando la ve, no
pasa de un afecto mínimo y se preocupa más en evitar otro escándalo “en la
familia”.
Es ese el ambiente que le rodea a Lala y del
que desea escapar. Lo que no justifica el parricidio que comete dominada por
los celos cuando ve a Ailín haciendo sexo con su padre. Ella no sabe si ya
había una relación entre ambos o si no fue más que “sexo casual”. De todas
formas, es el explosivo que desencadena el drama en la relación de ambas
chicas.
La familia de Ailín también está destruida
desde hace mucho tiempo y tiene un conflicto adicional: el abuso sexual.
Ailín abandonó su país porque necesitaba huir
de su padre, quien se enamoró de ella y con quien tuvo relaciones sexuales
cuando aún era adolescente. Esta situación anormal en la vida de la muchacha le
lleva a un mundo ambiguo: por un lado, odia a su padre y al mismo tiempo lo
“ama”. Y esto lo podemos verificar porque ella tiene grabados en cinta todos
los episodios de las novelas en las que su padre, Sócrates Espinosa, actuó.
Este amor conflictivo es mutuo y se lo puede
ver en dos escenas. La primera es cuando Lala está en Paraguay y el padre de
Ailín le dice que está seguro que su hija no quiere verlo, ya que a él le pasó
lo mismo que le pasa a Lala, se enamoró de Ailín. No obstante, cuando Lala va a
visitar a Ailín y le dice que conoció a su padre, esta reacciona con rabia al
saber que no la visitará. Se percibe en la relación de ellos que el amor
natural de padre/hija no ha desaparecido por completo, sin embargo ninguno de
los dos se atreve a volver en el pasado para tratar de reconstruir el futuro. Ambos
prefieren vivir su propio mundo, aislados, solos, con sus amarguras y
frustraciones.
La transformación de Lala.
El punto crucial de El Niño Pez, como ya lo
dijimos, es cuando Lala ve a Ailín teniendo relaciones sexuales con su
padre. A partir de este hecho se desencadena la tragedia y la transformación de
Lala, uno de los momentos más importantes de la película.
Lala |
Lala se siente traicionada tanto por Ailín como
por su padre, sin embargo su amor ciego por la chica es tan fuerte que la
perdona, pero no así a su padre, a quien lo mata envenenándolo. Con la muerte
de él, el sueño de vivir su amor idílico se derrumba, más aún cuando Ailín es
detenida porque es la principal sospechosa del crimen.
Cuando Lala está en Paraguay y se entera que el
padre de Ailín se enamoró de su propia hija, ella entiende la tragedia por la
que la “Guayi” ha tenido que pasar; entonces regresa decidida a Buenos Aires a
hacer todo lo posible para salarla y es así que se da la transformación
definitiva tanto físicamente como de carácter.
Ailín y Lala |
Lala se mete a la bañera, donde pasó muchos
momentos soñando con Ailín, y se corta el pelo, a rape. Se lo corta con
violencia y con amor, como una manera de comulgar con su novia, pues ella en
algún momento, entre bromas y caricias, le había sugerido cortárselo.
Con este corte, Lala pasa a ser otra mujer.
Hasta ese momento, ella había aparecido como
una niña, algo tímida aunque desafiadora, controladora, de mirada dura y vestida,
muchas veces, con su uniforme escolar. Ahora, su rostro cambia, se endurece
mucho más y sus actitudes también. Su manera de vestirse es diferente y está
totalmente decidida a enfrentarse de frente contra todas las adversidades que
se le presentan por delante, pues tiene un solo objetivo: salvar a Ailín, que
está presa, aunque ella misma tenga que ir a la cárcel.
La transformación de Lala es muy bien hecha y
representa la madurez de la muchacha, aunque se puede cuestionar las
consecuencias morales de sus actitudes. El cambio significa el fin de la
inocencia: el sueño se ha terminado. Pero lo positivo es la fuerza de voluntad
para no darse por vencida. Ella sabe lo que quiere y lucha por eso.
Es de esta forma como nos sorprende la
agilidad, la frialdad, la fuerza y el coraje que tiene cuando llega a la casa
del comisario de policía y lo mata con determinación cuando descubre que él,
así como otros, estaban prostituyendo a Ailín.
El Niño Pez.
El espectador se demora en descubrir el
significado del título de la película. A pesar de haber oído la leyenda que
Ailín le cuenta a Lala, solo cuando esta entra al lago Ypoá y le ve al “niño
pez”, el misterio empieza a aclararse, parcialmente, porque es una escena
“fantástica”, ya que en verdad no se sabe si Lala realmente lo vio o sino fue
solo un sueño o un recuerdo de las historias que su novia le contaba.
La idea de Ailín de construir su casa frente al
lago no es solo porque es un lugar idílico, sino porque ella necesita “renacer”
de su pasado que tanto le atormenta.
Del género y algunos peros.
El Niño Pez es una película singular y no es fácil
determinar cuál es su género.
La primera impresión es la de una mezcla de
géneros narrativos. Es un drama y un suspenso al mismo tiempo; tiene algo de
romance y una pisca de policiaca y algo de fantástico. Esta serie de géneros
mezclados no es un juego arbitrario de la directora, sino una excelente forma
de mostrar la variedad de los conflictos humanos: el amor, la traición, el
parricidio, la corrupción de la policía, el abuso sexual y la soledad.
El primer género que vemos es el romance y es el
motor de la película. Lala ama a Ailín y le gusta estar con ella. La historia
de amor es de pasión y de entrega mutua, y así lo demuestra la escena cuando
ambas chicas se bañan juntas en la bañera y permanecen sentadas, abrazadas, conversando,
trazando sus fantasías, narrando la historia del “niño pez”.
El segundo género conductor de El
Niño Pez es el suspenso a través de la muerte del juez Brönte y el
destino que les depara a las protagonistas. Además, ¿qué otro secreto esconde
Ailín de su vida en Paraguay?
El drama es el puente de unión de los dos
géneros mencionados anteriormente. La familia de Lala está desestructurada y es
tensa la relación de sus miembros que viven aislados bajo un mismo techo. Por
último, la parte final de la historia tiene algo del género policiaco al
mostrar el abuso de poder de algunos miembros de la policía que se aprovechan
de la condición humilde de las menores de edad que están detenidas y las
prostituyen.
Finalmente, no hay que olvidar el elemento
fantástico: la leyenda del “niño pez”. No es por nada que las primeras escenas
de la película transcurren debajo del agua, mostrando escenas que para el
espectador no tienen ningún significado y que, solo más adelante, tendrán sentido. De todas formas, el elemento
fantástico surge como uno de los pocos elementos realistas, aunque parezca
contradictorio, pues la laguna del “niño pez” es el destino final de Lala y
Ailín: es ahí donde podrán realizar sus vidas, juntas.
El Niño Pez no es una película lineal. Está llena de
avances y retrocesos que ayudan a mantener el clima de suspenso hasta el final
de la misma. Es un recurso que ayuda a que el tiempo de la historia pase rápido
sin dejar vacíos en la trama. Vale la pena también mencionar que el primer plano y el plano medio corto y el plano
medio prevalecen cuando las dos protagonistas están en escena; además hay
que destacar el color oscuro de las imágenes que rodean a las muchachas durante
gran parte de la película.
De los muchos aciertos y escasos errores, hay
uno que me incomoda mucho porque considero que este es una “escena común” que
ya se la ha visto en muchas películas y no tiene más la fuerza que en otrora
habrá tenido. Es la escena en que Lala y Ailín discuten porque esta le dice a
Lala que no la quiere más y que no desea volver a verla. Es verdad que es un
recurso para esconder los verdaderos sentimientos de Ailín, que está presa y
que no quiere que Lala vaya a la cárcel en su lugar; sin embargo, es demasiado
repetitivo y nada original.
En fin, se puede hablar mucho más de El
Niño Pez pero el espacio nos falta este momento. Por ejemplo, hay un
personaje del que no hemos dicho nada y que vale la pena analizarlo con calma.
Nos referimos al Vaso, una figura masculina-amiga que es el apoyo de Ailín.
Mas, será en otra oportunidad.
Texto original Patricio Miguel Trujillo Ortega.
Queda prohibida la reproducción total o parcial
del texto en cualquier medio sin la autorización escrita del autor.
El Niño Pez premios:
- Argentina. Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina. Mejor Actriz Revelación. Premios Clarín 2009. Mejor Actriz Revelación.
- Italia: Torino GLBT Film Festival. Best Freature Film Award.
- Romania: Bucharest International Film Festival. Best Director Award.
- Japón: Tokyo Latin Beat Film Festival. Best Actress Award.
- España: Festival de Málaga. Cine Español. Premio especial del jurado. Premio a la mejor fotografía.
- Canadá: Inside Out – Toronto LGBT Film Festival. Audience Award: Best Feature Film.
- Estados Unidos: Frameline 32 San Francisco Internacional Lesbian & Gay Film Festival. Audience Award. Best Freature Film. Connecticut Gay & Lesbian Film Festival. Audience Award. Outfest The Los Angeles Gay & Lesbian Film Festival. Grand Jury Award. Outstanding Feature Film. Fresno Reel Pride Gay and Lesbiann Film Festival, Caifornia. Audience Award: Best Feature Film. Providence Latin American Film Festival. Best Script Award. Pittsburgh Lesbian & Gay Film Festival. Audience Award: Best Feature Film. Tampa Internacional Gay & Lesbian Film Festival. Audience Award: Best Foreign Feature Film.
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