Con Elle Fanning, Jena Malone, Abbey
Lee, Bella Heathcote.
Película de Nicolas Winding Refin.
La polémica.-
The Neon Demon (El demonio de neón) del director dinamarqués Nicolas
Winding Refin no es una película fácil de verla, tanto es así que, por donde
pasó, llovieron las críticas negativas y positivas. Unos la aplaudieron y otros
la rechazaron de manera tajante. Si hay
mucha gente que aún se siente incómoda con esta película, es porque estamos
frente a una obra que no es apta para todo el público. Ver The Neon Demon (El demonio de
neón) significa dejar de lado la crítica simplista y entender que una
película no es simplemente buena o mala
porque nos incomoda o no la manera de narrar una historia. Hay que
entenderla en los más diversos aspectos.
El tema general de The
Neon Demon no le es desconocida al público: la superficialidad salvaje del mundo de la moda; el canibalismo de las personas que están
involucradas en ese universo que, inexplicablemente, tanto le fascina a la masa
común y consumista de nuestra sociedad. En esta película, que según el IMDb en
internet ganó 16 premios y fue nominada a otros 33, inclusive a la Palma de Oro en el Festival de Cannes de
2016, encontramos personajes superficiales, vacíos, excéntricos, narcisistas,
asustadores, que no dudan en hacer lo que quieren para conseguir sus objetivos.
Nicolas Winding Refin nos entrega en
esta película, que se destaca principalmente por la excelente fotografía, una
serie de metáforas asustadoras de la sociedad en la que estamos viviendo. Y es
esto lo que causa la polémica.
Es obvio que no se puede esperar que
el espectador, en general, acepte una obra sin ningún cuestionamiento. Siempre
habrá algo que nos incomode – y este no es el espacio para hablar del por qué
nos sentimos incómodos – al apreciar una obra de arte; más aún una película
como The
Neon Demon que ofrece lo bello y lo feo de un mundo millonario que está
lleno de destrucción, de lasciva, de drogas, de traiciones, de corrupción, de
engaños, todo con el pretexto de vender una ilusión pasajera por la que miles y
miles de muchachas jóvenes son capaces de sacrificarse, mutilarse, destruirse y
matarse para estar dentro de ella.
The Neon Demon |
Sin querer (ni siquiera se debe
intentarlo) descubrir el “objetivo” personal del director Nicolas Winding Refn,
él nos entrega una película tan superficial y, al mismo tiempo, tan bella
fotográficamente, como el mundo que
retrata, sin cuestionarlo, sin plantear moralismos falsos, sin segundas
intenciones. No está presente en esta película la hipocresía de lo
‘políticamente correcto’ porque no es un drama narrativo; no estamos frente a
una historia que va del principio al fin. ¡Estamos frente a una experiencia
estética!
La historia de The Neon Demon.-
The Neon Demon (El demonio del neón) no es una película que hable de la
superficialidad del mundo de la moda como tal, sino de las apariencias, de la
ambición, de la alta competitividad, del narcisismo, del comportamiento ambiguo
de las modelos que entran ‘con alma, vida y corazón’ en ese mundo.
La primera impresión que tenemos es
que estamos frente a una película de terror: Jesse, la protagonista, está
acostada en un sofá, usa un vestido azul y está toda cubierta de sangre. La luz
de la foto es de neón y la joven parece estar muerta. La escena es panorámica y
solo cuando la cámara se ha aproximado lo suficiente, percibimos que se trata
de una modelo que está siendo fotografiada; sin embargo, el ambiente que rodea
a la joven: los colores, la música, la inexpresividad, el neón, ya nos dice que
algo malo va a pasar.
Jesse (Ellen Fanning) es una joven
de dieciséis años que acaba de mudarse a
la ciudad de Los Ángeles y está siendo fotografiada por Dean (Karl Glusman), un
joven aspirante a fotógrafo de moda. Después de la sesión de fotos, cuando está
limpiándose la sangre falsa, conoce a Ruby (Jena Malone), una maquilladora que
queda fascinada con la belleza de la adolescente. Esa mismo día, Ruby la invita
a una fiesta y la presenta a dos modelos amigas de ella: Sarah (Abbey Lee) y
Gigi (Bella Heathcote), quienes se sienten inmediatamente amenazadas por ella y
empiezan a odiarla.
The Neon Demon: Ruby queda fascinada con la belleza de Jesse |
Jesse quiere aprovechar todas las
oportunidades que se le presenten para tener éxito, las que no se demoran en
aparecer. Tiene una entrevista con la dueña de una agencia de modelos que la
envía a una sesión de fotos con Jack McCarther (Desmond Harrington), quien,
como todos los demás, queda encantado con la presencia de la adolescente y,
para sorpresa de las demás modelos, no solo que la fotografia, sino que pide
que todos se vayan porque desea una sesión especial y particular de fotos.
De esta manera, como si todo fuera
fácil para Jesse, ella va a un teste de elenco para un desfile del diseñador de
moda Robert Sarno (Alessandro Nivola). Él, así como Ruby y Jack McCarther,
queda fascinado con la presencia de la adolescente y excluye a sus modelos
favoritas, entre ellas, Sarah, para darle toda la atención a Jesse. De este
modo, con una facilidad asombrosa, y sin sacrificios físicos y psíquicos, como
lo hacen otras modelos, ella asciende en el mundo de la moda, lo que solo ayuda
a aumentar el odio de Sarah y Gigi, que al sentirse desplazadas, quieren su
destrucción.
The Neon Demon: Las modelos esperando la oportunidad de trabajar con Robert Sarno |
La falta de historia.-
The Neon Demon es una película que no entra en
detalles. El cambio de escenas es fugaz, tal vez como una metáfora del mundo
que está retratando: la brevedad de la vida de quienes están dentro del mundo
de la moda y de la fama, lo que contrasta con la lentitud de la película.
Los personajes carecen de una
historia. No se sabe nada del pasado de Jesse, de Gigi, de Sarah y de Ruby, los
cuatro personajes en los que el guion está centralizado. Si bien es verdad que
se conocen algunos detalles, muy pocos, del presente de ellas, se desconoce por
completo la “historia” de ellas. Es como que lo único que vale en ese universo
es el presente. No importa el pasado de las personas; a nadie le interesa la
historia de cada uno de los individuos pues ellos son solo objetos de uso para
conseguir un fin. Esa falta de historia es la falta de identidad de cada una de
las modelos: llegan, pasan y se van. No hay espacio para el recuerdo, para la
nostalgia; es por eso que ellas están obsesionadas en vivir al máximo el
momento y la presencia de un elemento extraño – Jesse – constituye una amenaza
que debe ser eliminada cuando se presente la oportunidad.
The Neon Demon: personajes sin historia |
Lo que para algunos “críticos” esa
falta de “historia” de los personajes
puede representar un defecto, otros lo vemos como algo positivo,
coherente con la propuesta de la película: sus personajes son seres
transitorios, cuyas vidas pasadas y/o futuras no les importa a nadie. Lo único
válido es el presente que viven: transitorio, extremamente rápido, por el cual
están dispuestas a los más grandes sacrificios.
Los personajes.-
Jesse es una joven de dieciséis años que
aparenta ingenuidad. Es bella y sabe qué es bella. Le gusta ser bella y quiere
ganar el mundo gracias a su belleza. La primera impresión que tenemos es que es
una joven inocente y angelical, pero que está consciente del poder que ejerce
con su cuerpo. En una de las pocas conversaciones que tiene con Dean, al
principio de la película, dice que tiene que aprovechar la belleza de su cuerpo
para tener éxito. Dice que no sabe cantar, ni bailar ni actuar: su poder es su
belleza. Jesse es narcisista y el mundo al que entra solo le ayuda a que ese
narcisismo crezca hasta las últimas consecuencias. Esto es obvio cuando Sarah
le pregunta a Jesse cómo se siente ser la persona a la que todo el mundo
admira: “Es lo máximo”, responde.
The Neon Demon: Jesse es narcisista, así como la generación a la que representa |
Jesse es la personificación del
narcisismo y ella representa a los jóvenes de nuestra sociedad contemporánea
que viven en un mundo que los hace ser y querer ser narcisistas (no vamos a
entrar en los juicios de valores; limitémonos a expresar lo que sucede a
nuestra alrededor): todos están desesperados por publicar sus fotos y sus
videos en internet porque necesitan “ser notados”, “quieren ser notados”. Nadie
quiere pasar desapercibido. ¡Esa es la característica de la joven generación a
la que Jesse pertenece!
Pero ella vive sola, en un hotel de
mala muerte y rechaza la amistad de Dean, que muestra interés por ella, porque
solo está interesada en su éxito. Al rechazarlo, aparta de sí a la única
persona que intenta alertarla de los peligros que la rodean. Pero ella no está
preparada para los peligros, de lo que hablaremos más tarde, al explicar
algunas de las metáforas de The Neon Demon.
Sarah y Gigi son las dos rivales
de Jesse y la odian solo por el hecho de que es bella, de que llama la atención
y de que todos la prefieren. Además, como es cuatro años más joven que ambas,
ellas empiezan a darse cuenta de que están quedándose viejas para el negocio y
todo lo que han hecho para triunfar parece que no ha valido la pena. En un bar,
después del desfile de Sarno, éste elogia la belleza natural de Jesse y se
burla de Gigi. Sarno, refiriéndose a la joven adolescente, dice: “la belleza no es todo, es la única cosa”.
The Neon Demon: Sarah odia a Jesse porque no es tan bonita como ella |
Sarah es bella y extremamente
ambiciosa; su amiga Gigi se ha hecho un sinnúmero de cirugías para ser bella,
pero ninguna de las dos tiene “ese no sé
qué” que Jesse lo posee de manera tan natural. Es por eso que ambas no
dudan un solo instante en matarla y en comerla, pues las dos están obsesionadas
con la belleza de Jesse y tienen la necesidad de apoderarse de su belleza.
Ruby, la maquilladora, es una mujer bella que desde
el principio se obsesiona con la belleza de Jesse. Es como si ella quisiera
poseerla. Sus ojos brillan, de manera asustadora, cuando está frente a la joven.
Quiere ser su amiga, por eso la invita a la fiesta al principio de la película;
quiere protegerla, por eso desea quedarse con ella cuando el fotógrafo Jack
pide que todos salgan del estudio; y, finalmente, quiere seducirla cuando la
tiene frente a sí. Pero Jesse (que es virgen, a pesar de haber alardeado de
haber tenido muchas relaciones sexuales) la rechaza y eso provoca en ella una
transformación inexplicable, principalmente porque, como lo dijimos anteriormente,
no sabemos nada de ningún personaje. No hay nada objetivo que explique el por
qué ella la mata de una manera tan fría y cruel. Solo se pueden hacer
especulaciones: ya que no pudo poseerla físicamente, necesita poseerla de otra
manera, por eso, en una de las escenas más raras de la película, se la ve
bañándose, en éxtasis, con la sangre de Jesse.
De los personajes masculinos no hay
nada que hablar: ellos son elementos de una coreografía o parte del decorado,
por ese motivo, así como aparecen desaparecen enseguida.
La ambigüedad en The Neon Demon.-
Como habíamos dicho al inicio, The
Neon Demon insinúa desde el principio que algo malo va a suceder.
Conforme la historia avanza, se percibe que la película es cíclica: el
principio se mezcla con el final, cuando el espectador ve lo que le sucede a
Jesse: las manchas de la sangre falsa coinciden con la mancha de sangre
alrededor de la cabeza de Jesse en la piscina, y se refuerza más aún la
historia cíclica con la mancha de sangre de Sarah, después de clavarse el
cuchillo a sí misma.
The Neon Demon: la sangre falsa |
Este sentido cíclico de la película
gana más fuerza con los recursos que se utilizan, a saber: la lentitud de las
escenas en la mayor parte de la película, los pocos diálogos que muestran que
los personajes no tienen nada que decir porque viven el momento instantáneo que
está en constante movimiento. En otras palabras, ni los personajes saben lo que
les va a pasar al día siguiente ni el espectador lo que puede esperar de esas
personas: cada fin de escena es el inicio.
The Neon Demon: la sangre verdadera |
Esta ambigüedad es el resultado de
lo que es la película: una historia superficial que trata de un mundo más
superficial aún, pero millonario y peligroso. Esta ambigüedad es uno de los
elementos positivos de la obra, pues los personajes están involucrados en una
red de relaciones ambivalentes en la que nunca se sabe lo que realmente
piensan.
La primera escena de Jesse, acostada
en el sofá, le deja al espectador con una sensación rara, como ya lo habíamos
dicho, pues no se sabe si es un maniquí, de tan perfecta que es la joven, o si
es un cadáver. Los colores vibrantes, el contraste de los mismos que componen
la escena y la inmovilidad de la actriz dejan esa sensación de no saber qué es
lo que realmente vemos.
Cuando Jack, el fotógrafo, le pide a
Jesse que se quite la ropa para fotografiarla, se crea una expectativa porque
no se sabe lo que puede suceder. El estudio de fotografía es gigantesco. Hay un
telón blanco, gigante también, que provoca una claridad exuberante que
contrasta con la piel pálida de Jesse y su comportamiento tímido. Se presiente
que algo malo le puede suceder a la modelo porque no se sabe cuál será la
actitud del fotógrafo que se comporta de una manera dura, fría, despectiva, lo
que es un contraste brutal con la actitud casi angelical e ingenua de la joven.
Cuando ambos se quedan finalmente solos, puede suceder todo o puede que no
suceda nada.
The Neon Demon: la ambigüedad de la historia y el peligro por medio de los colores |
Cuando Sarah y Gigi le persiguen a
Jesse por la casa para matarla, hay momentos en que no se sabe “quién es
quién”, pues ambas muchachas, con la velocidad de la escena, se confunden en
una y le confunden al espectador al mismo tiempo, ya que las dos son rubias,
delgadas y el odio hacia Jesse es el mismo, a tal punto que ambas parecen un
mismo personaje, lo que ayuda a aumentar la tensión en esa escena macabra.
Puede ser que esa confusión sea adrede para mostrar, por medio de la
ambigüedad, la falta de identidad de las modelos: todas son iguales, todas
quieren ser iguales, lo que refuerza más la acertada decisión de hacer una
película superficial de un mundo superficial.
The Neon Demon: Gigi |
Jesse le tema a Hank, el gerente del
hotel, pues es un individuo de carácter extremamente desagradable y trata de
aprovecharse de las situaciones para su propio beneficio, como sucedió con el
problema del león de la montaña que entró al cuarto de Jesse. Una noche ella
sueña que él le hace tragar un cuchillo, lo que solo ayuda a aumentar la
tensión que ya vive Jesse en el hotel. En otra noche, mientras está durmiendo,
percibe que alguien quiere entrar a su cuarto. Como el invasor no consigue
entrar a la habitación, se va y se escuchan los gritos de otra muchacha de otra
habitación. ¿Quién quería atacar a Jesse? No se sabe si era Hank u otro
individuo desconocido hasta ese momento.
Escenas especiales.-
La primera escena que queremos
destacar por su importancia es el desfile de Jesse con las ropas de Sarno.
Mientras ella camina, ella ve un triángulo brillante que había visto en una
alucinación; al ver su reflejo dentro de un prisma, ella besa su imagen. Ella
se besa. Es el momento en que Jesse ha llegado al narcisismo total. Ha perdido
su ingenuidad: está consciente de que ha logrado lo que se ha propuesta. Está
enamorada de su propia imagen, así como los otros están enamorados de ella por
su belleza angelical y natural.
La segunda escena es la del león de
la montaña. Jesse ha dejado abierta una ventana y al regresar de noche al
hotel, escucha un ruido dentro de su habitación y tiene miedo. Le llama al
gerente, quien abre la puerta y descubren lo que ha sucedido: un león de la
montaña ha entrado y ha destruido la habitación. Al principio, esta escena
parece que no tiene sentido, más aún si pensamos que el cuarto está en el
segundo piso. ¿Cómo pudo entrar, entonces, el león de la montaña? Estamos
frente a una metáfora: al dejar abierta la ventana y permitir que el animal
entrara, ella está dejando abierta la puerta por donde entran los peligros que
amenazan su vida. El salir del cuarto sin prestar atención a lo que hace y
dejarlo vulnerable (algo que no se ve en la película, pero lo suponemos)
representa la pérdida de la seguridad que tenía en su mundo, antes de llegar a
Los Ángeles y, cuando ya estaba ahí, antes de tener tanto éxito: ahora que
todos llaman a su puerta, si no presta atención, puede ser devorada por el león
de la montaña. El problema es que ella se ha vuelto más narcisista (lo que se
ve en el juego de colores: el azul se transforma en rojo) y no detecta el
peligro.
The Neon Demon: Jesse no está preparada para el peligro |
La tercera escena que hay que
destacar es cuando Sarah se come el ojo de Jesse que Giga ha vomitado. ¡Solo de
escribir la frase anterior ya percibimos la situación rara!
Después de haber matado y comido a
Jesse, Sarah va con Gigi a una sesión de fotos con Jack. Al verla a Sarah, el
fotógrafo se queda encantado y decide sustituir a la modelo por Sarah. Gigi y
Sarah están nuevamente en la cumbre; de repente, Gigi empieza a pasar mal
durante el ensayo y corre al baño, donde vomita el ojo de Jesse que se comió la
noche anterior. Gigi está desesperada y grita: “necesito sacármela de mí”. No
se sabe si está arrepentida o no. Lo cierto es que está sufriendo y se clava
unas tijeras en el estómago. Sarah, al verla morir, se queda estática y en
lugar de ayudar a su amiga, se agacha, coge el ojo de Jesse, se lo come, y
vuelve triunfante para ser fotografiada.
The Neon Demon: Sarah observa a Gigi que acaba de matarse y al ojo de Jesse que yace en el suelo |
¿Por qué el canibalismo en The Neon
Demon?.-
La escena del canibalismo es una de
las que más le chocó a la gente en general. Parte de la histeria de muchas
críticas se debe a ella; sin embargo, hay que entender que el canibalismo en The
Neon Demon es una de las mejores maneras para representar la obsesión
por la belleza.
Expliquémoslo de otra manera: Gigi y
Sarah se comen el cuerpo de Jesse y Ruby se baña en la sangre de la
adolescente. Las dos primeras odian a la muchacha, a pesar de que ella nunca
les hizo nada. Envidian su belleza, además de estar obsesionadas por ella, y no
desean destruirla. Ellas quieren apoderarse de “la belleza de Jesse”. Quieren
ser “ella”. Con la muerte de la adolescente no se solucionan sus problemas; no
significa que ellas vayan a recuperar el lugar de prestigio que tenían antes de
la llegada de la joven: ellas necesitan apropiarse de la esencia de Jesse y por
eso se la comen. Y el ojo que Gigi vomita y que Sarah se lo traga represente la
belleza exterior, que es lo único que a ellas les interesa: el ojo ve todo, y
ellas necesitan ser vistas.
Algo similar sucede con Ruby: desde
el momento en que la conoce se queda obsesionada con la belleza de la joven
adolescente. Cuando Jesse la rechaza sexualmente, Ruby se siente perdida, tanto
es así que va a la morgue, donde también trabaja como maquilladora, y tiene
relaciones sexuales con un cadáver. Ruby está perturbada y transita demasiado
rápido del deseo al odio, tanto es así que es ella quien mata a Jesse y luego
se la ve bañándose, extasiada, en su sangre. Al día siguiente, como si
estuviera participando de un ritual, está encima de la tumba, que se supone es la
de Jesse. Es como si ella finalmente la pudiera tener. Se establece una
relación entre el cadáver de la morgue que le dio placer con el placer que le
da ahora la muerte de Jesse, única forma de poseerla. Definitivamente el
comportamiento de Ruby es morboso.
The Neon Demon (El demonio del neón) es una película que no satisface
todos los gustos y si se la clasifica de “rara”, no está mal; no obstante,
cumple con lo que se ha propuesto. Además, hay que resaltar la excelente
dirección fotográfica de Natasha Braier que nos ofrece una experiencia visual
de primera calidad.
Texto original de Patricio M. Trujillo O.
Está prohibida la reproducción total o parcial del texto sin la
autorización del autor.
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