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Patricio Miguel Trujillo Ortega


31 de maio de 2014

Chasing Amy (Persiguiendo a Amy)



Chasing Amy – Persiguiendo a Amy, 1997. Drama-Comedia.  113 minutos. USA.

Con Joey Lauren Adams, Ben Afflek y Jason Lee.

Dirección de Kevin Smith.

Chasing Amy es una película sorprendente, compleja, diferente y con Joey Lauren Adams.

Sorprendente porque Kevin Smith había fracasado con una película anterior a esta y, a pesar de las pocas expectativas que se tenía en él, logró realizar una –para los curiosos, con un presupuesto de solo 250.000 dólares– de las obras más importante, en su género, de los noventa.

Compleja porque Chasing Amy no es una comedia romántica como parece al principio y tampoco es un drama de sexualidad como puede imaginarse el espectador ingenuo. Las relaciones de sus personajes van a más allá de los estereotipos, aunque parten de estos para encontrar sus verdaderos “yo”.

Diferente porque, a pesar de que a veces abusa de un lenguaje crudo y de actitudes poco convencionales para el espectador conservador, sus personajes consiguen retratar las emociones que se esconden bajo la apariencia y los prejuicios.

Y con Joey Lauren Adams, porque simplemente su participación es espectacular. Su actuación, con un personaje difícil, paradojamente sencillo y complejo, es formidable y no hubiera sido la misma película con otra actriz. Ella consigue darle la fuerza necesaria y, al mismo tiempo, el equilibrio dulce en un mundo masculino que se puede derrumbar con un simple toque de dedos.

Empecemos por el principio.

Holden y su amigo Banky son los autores de una revista de comics que cuenta las aventuras de Bluntman and Chronic, inspiradas en Jay and Silent Bob. Al participar en una feria de comics, Holden conoce a Alyssa, una guionista, con quien establece inmediatamente una empatía tan grande que, a pesar de las diferencias de ambos, inician una amistad profunda que, con el pasar de la semanas, se transformará en pasión.
Holden y Alyssa
Hasta ahí la historia no parece más que una comedia romántica como muchas otras; sin embargo, hay que mencionar los aspectos que la diferencian de las demás y que la transforman en un drama de personalidad.

Alyssa es lesbiana y no oculta su identidad sexual; sin embargo, se siente atraída por Holden y éste, que al principio pierde la esperanza cuando se entera que su nueva amiga no es heterosexual, no consigue evitar lo inevitable: se enamora de ella. Al mismo tiempo, Alyssa descubre por primera vez el “amor”, no por un hombre sino en un hombre. Es decir, lo que ella descubre en Holden va más allá de cualquier identidad sexual, porque ella continúa siendo lesbiana.

Esta propuesta puede ser un choque para el espectador que juzga con prejuicios; sin embargo, Kevin Smith huye del estereotipo “sexual” para presentarnos un mundo donde lo más importante es estar seguro de lo que uno es, tal como lo veremos de aquí a poco.

Como toda comedia romántica, la relación de Alyssa y Holden fluye con naturalidad, aunque el espectador no deja de preguntarse constantemente qué va a suceder en relación con la sexualidad de Alyssa; la serie de momentos que la pareja vive, primero como amigos y luego como enamorados, son comunes a cualquier película romántica y transcurren sin ninguna intensidad especial; incluso, aparecen en escenas rápidas, una atrás de otras, como todas aquellas películas que quieren llegar al conflicto rápidamente, para después solucionarlo todo como por arte de magia.

Solo que ése es el momento en que Chasing Amy rompe el esquema tradicional de las comedias románticas y se transforma en un drama con un final no previsto, pero coherente con la propuesta de los personajes, lo que hace que sea una película admirada y respetado hasta los días de hoy.

Los personajes y la inseguridad masculina.

Para entender mejor por qué Chasing Amy no es una película de “identidades sexuales”, pues al principio el espectador puede quedarse pensando en qué momento Alyssa va a anunciar que ya no le gustan las mujeres o en qué momento Holden “transforma” a una lesbiana en una heterosexual, hay que comprender a los tres personajes principales y sus complejidades.

Empecemos por Alyssa.
Alyssa
Ella es una mujer coherente en lo que hace y dice. Ella es lesbiana y en ningún momento deja de serla. No tiene ninguna crisis de identidad y no está “buscando” algo. A ella le gustan las mujeres y ha tenido muchas enamoradas; sin embargo, confiesa que hasta ese momento ella no había descubierto el amor. Sus relaciones han sido pasajeras, superficiales y sin ningún otro propósito que vivir el momento. No hay que imaginarse por ningún instante que ella sea una persona superficial; al contrario, es profunda y busca su realización sin perder en ningún momento la noción de los hechos. Como es lógico, ella tiene un pasado y cree que “el pasado es pasado” y que hay que continuar la vida en el presente. Es decir, es una persona madura que no se deja influir por las buenas o malas decisiones que haya tenido en el pasado.

Pero es justo con Holden que ella descubre el amor. Y por coincidencia, Holden es un hombre. Si Holden hubiera sido mujer, Alyssa lo hubiera amado con la misma intensidad, pues le complementa y le satisface. Tienen todo lo necesario para llevar adelante una relación seria, profunda y duradera.

Por todo esto, podemos reafirmar diciendo que Alyssa es la persona más coherente de la película. Ella lleva el peso de la historia y en ningún momento niega su identidad sexual. ¡Esto es fundamental! para entender, de verdad, la película. Sería un grave error imaginarse que ella se transforma en “bisexual”. Las palabras que pueden definir a Alyssa es que ella “encontró el amor”, imaginándonos éste como algo más allá de lo mero romántico y/o sexual, y sí como la posibilidad de construir una vida en pareja.
Una ex-novia, Alyssa, Banky y Holden
Al contrario de Alyssa, Holden es inseguro y tanto Alyssa como el espectador lo descubrimos poco a poco.

Pero para comprender a Holden, hay que conocerle primero a Banky, su amigo de infancia. Juntos han creado los personajes de Bluntman and Chronic y pasan la mayor parte del tiempo juntos.

Cuando Holden conoce a Alyssa, Banky se siente celoso; no obstante, cuando sabe que ella es lesbiana, se tranquiliza y le es fácil conversar con la nueva amiga. Incluso, ambos protagonizan una de las escenas más importantes de la película cuando conversaban sobre lo difícil que es comprender lo que quieren las personas cuando tienen una relación, no solo emocional sino sexual. Es una escena “fuerte” para quien está acostumbrado a frases melosas; no obstante, Kevin Smith nos sorprende porque consigue retratar dificultades reales que las películas generalmente las esconden, ya que buscan, casi todas, el final feliz. Esta escena hay que verla un par de veces para entender la profundidad de las revelaciones que hacen Alyssa y Banky sobre ellos mismos y las parejas en general.
 
Alyssa conversa con Banky
Pero esta simpatía desaparece enseguida cuando Banky percibe que la amistad entre Alyssa y Holden va por nuevos rumbos. Enseguida, él hace todo lo posible para mostrarle a su amigo lo absurdo de mantener esa relación con la “lesbiana”. Banky es agresivo, grosero y hace hincapié en descubrir los “secretos” del pasado de Alyssa con los cuales intenta separar a la pareja. “Secretos”, como hemos dicho, que para Alyssa no tienen ningún sentido porque ella está en el presente.

Lo que se percibe desde el principio es la inseguridad de Banky. Parece que él no sabe andar con sus propias piernas; por otro lado, se insinúa que sus sentimientos por Holden tienen otro matiz, uno que él aún no se ha dado cuenta. Esta inseguridad de Banky está muy bien representada en la primera escena de la película cuando él discute y pierde el control con un fan de su revista que le acusa de ser “solo” el que pinta los dibujos de Holden.

De esta manera llegamos finalmente a Holden.

Gracias a la interferencia de Banky, descubre un “secreto” de Alyssa: que ella ya había tenido una relación sexual con un hombre en su época de estudiante colegial, y que su apodo era de “sándwich”. Al “descubrir” este hecho del pasado, él empieza a mostrar su verdadera personalidad: es un hombre inseguro de sí mismo y, por tanto, se desmorona.
Alyssa besa a una ex-novia. Banky y Holden se sorprenden
Pierde la confianza en él y en la buena relación que mantiene con Alyssa porque insiste en aferrarse a un hecho pasado que no le influye en nada ni a él ni a su relación con Alyssa. La verdad es que no confía en él mismo y se inventa un drama donde lo único que hay son los celos obsesivos de Banky; no obstante, Holden insiste en revivir una historia que sucedió hace mucho más de diez años, a pesar de que ésta puede destruir la excelente relación que ha tenido hasta ese momento con Alyssa.

Y este es el tema central de la película: la inseguridad masculina.

Holden tiene todo para ser feliz con su nueva pareja, pero decide actuar de manera inmadura en una especie de competición que no existe. Desea revivir hechos del pasado que tuvieron su importancia cuando sucedieron, en la vida de Alyssa y, al hacerlo, destruye lo que era lindo.

¿Por qué Persiguiendo a Amy (Chasing Amy)?

Holden no acepta las explicaciones de Alyssa y la pierde. A pesar de que ella le da la oportunidad de seguir juntos, él insiste en aferrarse a un pasado que no le pertenece. Y, cuando finalmente se da cuenta, ya es tarde porque la vida continúa y Alyssa, como mujer madura que es, sigue adelante.

Y lo único que le queda a Holden es “perseguir a Amy”.

Un día, antes de llegar al desenlace de la historia, Holden le cuenta a Jay y al Silencioso Bob lo que le sucede, y este último, que nunca dice nada, le cuenta su propia experiencia, algo similar a lo que le sucede a Holden. El Silencioso Bob le cuenta los detalles de cómo le perdió a Amy por haber hecho algo parecido a lo que está haciendo su amigo. Le explica que él amaba a Amy y que ella también lo amaba, pero al aferrarse a un pasado absurdo, la perdió definitivamente y lo único que le quedó fue “perseguirla”, es decir, buscarla sin la posibilidad de volver a encontrarla.

Y el Silencioso Bob le advierte a Holden del 'peligro' en el que se mete, pues Holden tiene miedo de sí mismo y de tener una relación seria.

Chasing Amy no ofrece una solución al problema de Holden y no se mete con moralismos falsos y soluciones superficiales. Cada personaje deberá asumir sus propias responsabilidades como fruto de las decisiones que toma. De nada vale lamentarse después de lo que se ha hecho, pues los días avanzan, el pasado se queda y vivimos el presente.

La película es dinámica, intensa y además de la pasión que tiene Alyssa, hay que destacar el papel que cumple Hooper X, un joven negro homosexual que en sus diálogos coloca una serie de cuestiones que no se pueden dejar de lado.
Hooper X, Holden, Banky - Chasing Amy
Chasing Amy es una película que hay que verla por lo menos un par de veces y no hay que preocuparse por los detalles de curiosidades que se comentan tanto en Internet sobre el bajo presupuesto con que fue hecha y algún que otro error técnico que aparece por ahí; tampoco hay que permanecer rememorando la relación de sus personajes con otros del mismo director. Hay que preocuparse en sacarle el “jugo” a esta obra que retrata de manera significativa el “miedo de los hombres” al tener una relación seria, madura con una mujer que tiene mucho más experiencia que él.

No es por nada que esta película obtuvo varios premios y nominaciones, como el Golden Globe (98) o el British Independent Film (1998), en el que ganó el premio de mejor película independiente extranjera.

Texto original de Patricio Miguel Trujillo Ortega.

Está prohibida la reproducción total o parcial del texto sin autorización escrita del autor.

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