O filme que assistimos...

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Patricio Miguel Trujillo Ortega


7 de abril de 2011

Heathers

Heathers, 1989, USA. 103 minutos. Comedia. Humor Negro.

Con: Winona Ryder, Christina Slater, Shannen Doherty, Lisanne Falt, Kim Walker.
Dirección: Michael Lehmann.

Heathers es una excelente comedia de humor negro que cierra con calidad el mediocre ciclo de comedias estudiantiles que caracterizó al cine estadounidense en la década de los ochenta.

Sin embargo, al verla ahora, en la segunda década del siglo veintiuno, se debe tener cuidado para no juzgarla precipitadamente por sus diálogos inteligentes que en nuestra época podrían chocarnos porque nos hemos acostumbrado a lo que todo el mundo llama “políticamente correcto”, pues Heathers es una película “políticamente incorrecta correctísima” gracias a la acertada utilización de los estereotipos de la década de los ochenta para mostrar la ridiculez de los mismos; además hay que considerar que muchos “valores” han cambiado en los últimos años aunque los problemas de la juventud sean los mismos.

Heather, Heather, Heather y Verónica
Heathers satiriza de forma magnífica, con escenas crueles, frías, brutales, pero de un visual hermosísimo, con una fotografía viva y llamativa, la estupidez con la que se caracterizaba en las películas a los jóvenes colegiales en los años ochenta: superficiales, egoístas, inmaduros. Y frente a ese comportamiento, los adultos pasivos, con actitudes torpes, incapaces de ver lo que les rodea tanto a ellos como a sus hijos y/o alumnos.

Esta comedia de humor negro empieza con dos elementos irónicos que son los conductores de la historia hasta su fin. Por un lado escuchamos una versión de la hermosa canción que inmortalizó Doris Day en una de sus películas: Qué será, será. En la canción, una madre cariñosa le dice a su hijo que cuando él sea grande será lo que deba ser y que el futuro se lo dirá.

Mas, ¿dónde está la ironía?
 
¿Quién no desea un futuro de felicidad y de éxito para sus hijos? Los padres dicen que quieren lo mejor para sus hijos cuando estos nacen; mas, con el pasar de los años parece que muchos se olvidan de estos deseos y al final sus “pequeños” pueden llegar a ser lo que nadie quiere que sean: Verónica asesina “involuntariamente” a dos compañeros de la escuela; Jason Dean mata con satisfacción a esos mismos colegas e intenta matar a todos los alumnos de la escuela; la “gorda” intenta suicidarse y fracasa en el hecho, provocando las burlas de los colegas; los jugadores de fútbol más populares intentan abusar sexualmente de las mujeres; Heather miente a todos y les promete lo que ellos quieren que ella les prometa para conseguir lo que ella quiere.

Entonces, podemos continuar cantando con Doris Day o con cualquier otra versión: Qué será, será.... Whatwver will be, will be...
Qué será, será... Whatwver will be, will be...
Qué será, será... Whatwver will be, will be...
Que será, será... Whatwver will be, will be...

Reunión de profesores
Y los adultos que, teóricamente, deberían ser el ejemplo de vida para los niños y jóvenes, ¿qué van a conseguir cuando no han logrado resolver sus propios fracasos? El padre de Jason Dean que dialoga solamente a través de la ironía con su hijo no oculta su satisfacción al perjudicar a la gente, aunque esta muera, cuando tiene que derribar viejos edificios; los padres de Verónica que están siempre hermosamente vestidos en el jardín de su casa tomando té; los profesores que reaccionan con egoísmo y en defensa de sus egos cuando se comenten los “suicidios”.

Por tanto, no es por acaso que Verónica “escupe” en ese mundo que le rodea, pero, ¿será que al final del camino hay un poco de esperanza?

El segundo elemento irónico con el que inicia Heathers es la visualización de lo que Verónica siente por sus tres amigas Heathers. Ella está enterrada hasta el cuello en un hermoso césped donde sus tres amigas Heathers ( Duke, McNamara y Chandler), que por cierto nunca nadie las llama por sus nombres si no solo por sus apellidos, Heather, juegan críquet con una frialdad espantosa, en la que el poder de la líder, además de intimidar a las demás, las humilla. (Esta escena inicial es muy bella con sus colores vivos: el amarillo, el rojo, el verde y el azul que caracterizarán a cada una de las Heathers a lo largo de la película).

Verónica, en una muy buena interpretación de Winona Ryder, es la nueva integrante del clan de las Heathers y desde el principio se percibe que no es feliz perteneciendo al grupo de las populares y poderosas. Según sus palabras, sus nuevas mejores amigas son sus mejores enemigas. No obstante, hace todo lo que Heather (Chandler) le ordena, como falsificar la letra de un jugador de fútbol de la escuela para humillar a una colega gorda simplemente para satisfacer la maldad de Heather, que se burla describiendo grotescamente lo que ella se imagina que va a suceder gracias a su idea. ¡Y que en parte no falla!

Y esta habilidad de Verónica de reproducir con facilidad la letra de las otras personas le llevará por un camino lleno de encrucijadas: la decisión entre la vida y la muerte.

Jason Dean es el nuevo alumno de la escuela y presencia la escena descrita anteriormente; con una sonrisa seductora, cautiva a Verónica y entre los dos nace una relación de amor y odio por parte de ella. Por el lado de Jason solo hay el deseo de aprovecharse de Verónica para llevar a cabo sus ideas escondidas en lo más íntimo de él y que solo esperan una pequeña oportunidad para salir a la luz. Jason piensa que Verónica es débil y él la necesita por eso; cuando percibe que ha perdido su influencia sobre ella, decide matarla; al llegar a la casa de ella con ese propósito y ver que ella se ha ahorcado en el techo, se retira satisfecho con la visión, aunque él no haya sido quien la ha matado.

Tanto Verónica como Jason Dean carecen de una estructura familiar que los apoye en lo que ellos quieren ser y, a pesar de tener todo lo material que está al alcance de ellos, están insatisfechos con sus vidas “mediocres”. Jason se relaciona con su padre a través de diálogos irónicos; es la única forma que tienen de compartir algo del mundo de ellos. Verónica, por su parte, se sienta a la mesa a tomar el té con sus padres, y cuando el papá pregunta por qué hace algo, ella le responde que lo hace “porque él es un idiota”. Y él, como “buen padre”, acepta como válida la opinión que su hija tiene de él.
"Porque eres un idiota"

Como hemos dicho, Verónica no está satisfecha con las Heathers y no está en perfecta sintonía con ellas, pero no consigue abandonar el círculo que le garantiza la popularidad y el poder (un tema terriblemente mal-tratado en casi todas las películas estadounidenses que cuentan historias sobre colegiales). Por eso, ella va con Heather (Chandler) a una fiesta de universitarios y acaba peleando con su amiga. La razón de la pelea es profunda para Verónica pero ridícula para Heather, quien piensa que su amiga no sabe aprovechar las situaciones para ser popular. En la fiesta, un chico se tumba en el suelo y quiere obligarle a Verónica a que tenga relaciones sexuales con él porque él simplemente quiere tener sexo con ella.
Verónica y Heather

Esta discusión entre Verónica y Heather despierta el deseo de venganza y, para darle una lección a Heather, Verónica va a la casa de su amiga para prepararle una bebida que le haga pasar mal un buen rato, aprovechándose de su resaca. Pero, Verónica va acompañada con Jason Dean y él le da veneno a Heather. Cuando ésta cae muerta en su habitación, Verónica se asusta pero no pierde la calma. No hay histeria ni lágrimas.

Velorio de Heather
Con habilidad, Verónica transforma el asesinato de Heather en suicidio. Y el suicidio hace de Heather una heroína y una víctima de la sociedad. Sin proponerse, Heather pasa a ser admirada y ejemplo para otros chicos. Su suicidio se comenta en la televisión, ocupa varias páginas del periódico escolar y otros jóvenes intentarán seguir su ejemplo. Quien lo consigue es admirado, quien fracasa, como es el caso de “la gorda”, pasa a ser motivo de burla. Uno más en su gran lista de fracasos.

Con la muerte de Heather, el clan de las Heathers se fracciona y el poder está vacante...

Heather y el poder de Heather
Otros personajes que dan continuidad a la hazaña de Heather son los dos jugadores de fútbol más populares de la escuela. Ellos, como están en el último año, se consideran maduros y por eso dicen que no tienen que ir a  golpear (como otros aún lo hacen) a los que les provocan o se burlan de ellos. Como hombres adultos que piensan ser, creen que pueden burlarse de ellos nada más. Primero intentarán hacerlo con Jason Dean, pero cuando éste les apunta con un revólver, se orinan de miedo en los pantalones. Más tarde, inventarán historias sexuales para mantener en pie su ego y la imagen que los demás tienen de ellos y hablarán de sus falsas aventuras con Verónica, lo que provocará otro par de “suicidios”, transformando, una vez más, a dos individuos mediocres e inútiles en héroes.

El discurso del papá de uno de los jugadores en el funeral es un ejemplo de cuán cínicos podemos ser, con tanta facilidad, cuando las personas ya están muertas.

Entierro de los jugadores de fútbol
Este último “suicidio” provoca la ruptura entre Verónica y Jason. Y mientras Verónica percibe que su vida está sin rumbo y que aún puede hacer algo por ella, Jason pierde cada vez más el control sobre sus “demonios” y los apuesta al todo o al nada, hasta las últimas consecuencias.

Como dijimos al principio, Heathers es una comedia de humor negro muy bien hecha. El guión y los personajes son coherentes y la historia fluye con naturalidad. Vale la pena verla y disfrutar la buena propuesta de su director.

Heather pierde el poder
Por último, ¿quiénes son las Heathers? El título original en inglés no es por acaso (de ahí que las traducciones a otras lenguas destruyan la esencia de la película). Las Heathers no son solo las tres Heathers, son los jóvenes sin identidad que quieren seguir un modelo por seguirlo, olvidándose que el individuo es único.


Texto original de Patricio M. Trujillo O.

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