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Patricio Miguel Trujillo Ortega


19 de dezembro de 2017

Fire - Fuego



Fire – Fuego. Drama. Lesbianismo. Romance. 1996.  Canadá-India. 108 minutos.

Con Shabana Azmi y Nandita Das.

Película de Deepa Mehta.

A pesar de todo, un “pero” a las diferencias culturales.-

Hablar de una película que retrata un mundo cultural muy diferente al del espectador no es una tarea fácil porque, queriendo o no, surgen los prejuicios con aquello que no se conoce y sería ingenuo creer que, porque se vive en mundo globalizado y conectado a través de internet, se lo comprenderá plenamente.

Esto le sucede al espectador cuando ve por primera vez la película hindú-canadiense de 1996 Fire (Fuego) que, después de su estreno en la India, provocó una serie de protestas de grupos extremistas que no aceptaban ver en la pantalla grande una historia que les incomodaba: dos mujeres que se liberan del yugo machista de sus esposos, rompen las tradiciones milenarias y entran en una relación de amor lésbico.

Fire es una película de amor, de autodescubrimiento, de consolidación, pero fundamentalmente es de denuncia, sin caer en lo panfletario y en los estereotipos, contra los abusos de la sociedad hindú conservadora, machista, en la que la mujer está sometida a los caprichos, tanto físicos como psicológicos, del hombre o, mejor dicho, del esposo. Esta denuncia no es apelativa, al contrario, es sutil al poner a los personajes femeninos en un ambiente cerrado en el que pueden “gritar” en silencio la opresión que sufren, la soledad a la que se ven sometidas todos los días, para darles después el poder de decisión y la fuerza necesaria para enfrentarse a los tabúes que dominan a la sociedad hindú.
Fire: Radha y Sita
Por todo lo dicho hasta ahora, el espectador debe tener mucho cuidado al verla para no dejarse llevar solo por la “historia en sí”: hay que tomar en cuenta los elementos culturales de la sociedad en la que la narración transcurre.

Cabe mencionar también que Fire (Fuego) es una de las películas más importantes de su época (1996) en las que surge un romance lésbico, no solo por su historia, sino porque muestra el sufrimiento y la dificultad que tenía una mujer para asumir su homosexualidad en la India, un país que se basa en las tradiciones milenarias. Y una vez más hacemos un alerta para el espectador contemporáneo de 2017 en adelante, que se ha acostumbrado a ver películas con historias semejantes, a que comprenda la importancia de este filme en una época en la que el tema aún era tratado con reservas y prejuicios, incluso en la sociedad occidental, evitando así, por tanto, el compararlo con producciones más recientes.

La historia y sus personajes. -

La historia de Fire (Fuego) transcurre en Nueva Delhi y trata del amor que surge entre dos mujeres insatisfechas con sus matrimonios, que no tienen ninguna perspectiva de que sus vidas puedan mejorar algún día.

Rahda (Shabana Azmi) está casada hace más de una década con Ashok, hermano de Jatin. Ambos son los propietarios de un restaurante en el que ella cocina; además, ella cumple otras funciones en el hogar: cuida la casa y a su suegra, una anciana semi-inválida.
Fire: Sita y Jatin llegan a la casa de Ashok y Rahda
Jatin, por insistencia y presión de su hermano, se casa con Sita (Nandita Das) y va a vivir con su esposa en la casa de Ashok.

Rahda y Sita son infelices en sus vidas conyugales, pero cada una reacciona de manera diferente a los problemas que tienen.
Ashok en una reunión con su guía espiritual
Debido a que Rahda es estéril, Ashok decidió convertirse en asceta y no tiene más relaciones sexuales con su esposa, pues cree que el sexo está destinado únicamente a la procreación, lo que hace que él la “utilice” como “su” prueba personal para controlar su instinto sexual, sin importarle para nada las necesidades y los problemas que pueda tener su esposa. Lo único que a él le importa es que ella cuide bien a su madre y el restaurante para poder dedicarse con ahínco a sus creencias espirituales, razón por la que sale de casa durante las noches para estar junto a su líder religioso, escuchando las orientaciones de éste.
Fire: Sita y su sentimiento de soledad y agotamiento emocional
Radha, a pesar de su infelicidad matrimonial, ya se ha acostumbrado a ese estilo de vida y prácticamente no se queja de nada. Ha aceptado su realidad y no se la cuestiona a nadie.

Sita descubre enseguida que su matrimonio con Jatin es un fracaso porque él no la ama y continúa manteniendo relaciones amorosas con Julie, su amante china, a quien sí ama y con quien ya se relacionaba desde antes de casarse. Al principio, Jatin mantiene su relación extraconyugal con discreción, pero al percibir que su esposa no es una mujer pasiva y no acepta su comportamiento, no duda en mostrarle a ella que su matrimonio solo fue una conveniencia impuesta por Ashok. Jatin hace hincapié en decirle a Sita que no la ama, que ella está ahí para satisfacer los deseos sexuales de él y cuidar la casa.
Fire: el restuarante
A pesar de que Radha y Sita son dos mujeres diferentes, ambas tienen algo en común: la insatisfacción, no solo sexual, sino espiritual, pues sus matrimonios no las conducen a ningún lugar. Ambas están “condenadas” a vivir en una casa en la que no pueden hacer nada que no haya sido determinado por sus esposos. Ellas no tienen vida propia. No tienen ambiciones ni sueños ni la esperanza de que sus vidas puedan mejorar, ni con ellas mismas ni con sus maridos. Jatin, que es dueño de un videoclub, solo se preocupa por su amante china. Ashok prefiere participar en las ceremonias religiosas que compartir el ambiente familiar con su esposa. A esto hay que añadir el hecho de que Radha y Sita tienen la obligación de cuidar a Beji, la matriarca de la familia, una señora anciana, semi-inválida, que vive con ellos y se comunica tocando una campana.
 
Fire: Radha y Beji
Al principio de la historia, Sita hace todo lo posible para aproximarse a su esposo, quien se esfuerza por esconder sus verdaderos sentimientos, pero después que ella descubre la foto de su amante, él ya no duda en rechazarla abiertamente. Sita sufre con la decepción, y poco a poco se acostumbra al hecho de que su esposo la traiciona y no la ama. Sin embargo, esta brecha en su vida matrimonial solo sirve como un trampolín para que su amistad con Radha crezca y se fortalezca.
Fire: Sita y Radha
Un día, Sita le confiesa a Radha que su sufrimiento no es por Jatin, sino porque ella tiene un nuevo conflicto mucho más importante en su vida: con el pasar del tiempo, el sentimiento de amistad que tenía por Radha ha cambiado y en lugar de admirarla como amiga o hermana, ha empezado a amarla como mujer. Radha se asusta frente a esa información y al principio no sabe cómo comportarse, no tanto porque se trate de una declaración de un amor homosexual, sino porque en los últimos quince años de su vida se ha acostumbrado a ser una mujer no amada, no deseada, y esa declaración de Sita, tan inesperada, le provoca un doble conflicto: ella está casada con Ashok, pero al mismo tiempo, tiene sus deseos insatisfechos. Radha se deja seducir por Sita y ambas inician una relación de amor que les trasmite paz y satisfacción, principalmente por el hecho de que ambas están solas, en una casa que no les pertenece de verdad. Ellas aprovechan el silencio del hogar y el hecho de que están solas la mayor parte del tiempo para conocerse y descubrir el significado de esta nueva experiencia y pasión.

El lesbianismo y la insatisfacción sexual. -

A pesar de que surge un amor lésbico entre Sita y Radha, podemos afirmar que Fire (Fuego) no es una película exclusivamente sobre el lesbianismo, y sí sobre la insatisfacción sexual de las mujeres dominadas por una cultura machista que las trata como objetos que sirven únicamente para la satisfacción, sea cual sea, de los hombres.
Fire: Radha le peina a Sita
Primero hay que establecer la diferencia de edad. Sita, la más joven, es una mujer que se rebela contra la opresión de su marido. Es una mujer que está dispuesta a amar y a ser amada. Ella no quiere ser un objeto de uso. Representa, de alguna manera, a una generación que cuestiona el absolutismo de las tradiciones milenarias. No está dispuesta a bajar la cabeza y a aceptar pasivamente lo que su esposo le manda hacer.

Hay una escena que ejemplifica muy bien el carácter de Sita. Ella discute con Jatin por la relación extraconyugal que él tiene y por la vida matrimonial de ambos. A Jatin no le gusta nada la actitud con  la que ella le desafía y le da una tremenda cachetada en la mejilla. Sita, en lugar de llorar o retroceder asustada, le da también a Jatin una cachetada. Esa reacción de Sita no le agrada a Jatin, no tanto por el golpe en la cara, sino porque su esposa lo ha desafiado. Con el golpe, ella le dice que no está dispuesta a someterse a los caprichos de él.
 
Fire: Sita
Este carácter independiente de Sita, de revelarse, como mujer, contra la tradición, aparece desde el principio de la película. Un día, cuando está sola en su habitación, se viste con las ropas de su esposo y se contempla en el espejo. Ella sonríe feliz al verse travestida y se mueve libremente en ese espacio suyo, como si tuviera el control de su entorno. El hecho de sentirse de esta manera, al usar la ropa de su esposo, muestra la visión que Sita tiene sobre los hombres y las mujeres. Los primeros tienen la libertad de movimiento, de tomar decisiones y de hacer lo que quieren; las segundas, están oprimidas, se sienten agotadas, tristes, solitarias. Ese instante, cuando ella está usando las ropas masculinas, es un contraste con los otros momentos que ella vive en su nuevo hogar, donde pasa la mayor parte del tiempo triste, agotada, sin ilusiones.
Fire: Sita se pone las ropas de su esposo
Fire: Sita y Radha divirtiéndose de una manera ingenua y jovial
Por otro lado, no se puede afirmar que Sita sea lesbiana desde el principio. Lo que se percibe es que, al establecer una amistad profunda y desinteresada con Radha, ella se da cuenta de que puede amar a una mujer con intensidad y que puede ser feliz de esta manera. En otras palabras, ella descubre el lesbianismo como una opción que le hace sentirse bien consigo misma.

Al contrario de ella, Radha, algunos años mayor que Sita, tiene miedo cuando escucha que la esposa de su cuñado está enamorada de ella. No es que ella cuestione de alguna forma el amor homosexual. Lo que le pasa es que ella representa a esa generación que se ha acomodado a las tradiciones, aunque no esté satisfecha con ellas. A pesar de que no las entiende perfectamente, no tiene la fuerza necesaria para rechazarlas con convicción. Esto se retrata en el hecho de aceptar pasivamente una relación con su marido que solo la frustra cada vez más. Al escuchar las palabras de amor de Sita, Radha no sabe cómo reaccionar frente a la posibilidad de volver a amar y ser amada, de ser deseada como mujer. Sin embargo, el contacto físico que tiene con Sita, por medio de las miradas, las sonrisas picantes, las palabras, los momentos de silencio, la compañía mutua, le permite descubrir que hay otra posible forma de amar. Y al final, decide aceptarla y asumirla con firmeza.
Fire: el toque y el deseo
El contacto físico entre Sita y Radha es fundamental en la relación que surge entre ambas. La relación se inicia de manera sutil y ellas aprovechan todas las oportunidades que tienen para tocarse con las manos. A través del contacto con los dedos, ellas inician un proceso de satisfacción física. Se dan cuenta que sus deseos pueden ser satisfechos y aprenden, principalmente, a no reprimirse más. Este contacto físico permanente entre ambas es un contraste con la frialdad con que les tratan sus maridos.
 
Fire: Sita y Radha: la experiencia del toque
En otras palabras, Sita y Radha encuentran en el lesbianismo su forma de amar y de ser felices. Su manera de realizarse como personas, como individuos, como mujeres que tienen deseos con los que se sienten bien.

Segundo, hay que desconfiar de la idea absurda de que la relación homosexual entre Sita y Radha sea una manera de escapar de la relación heterosexual frustrada a la que se han visto sometidas por sus esposos. Creer que ellas se volvieron lesbianas porque no había un hombre que las satisficiera plenamente, es una manera simplista, pobre, ignorante y prejuiciosa de entender la realidad de las mujeres oprimidas y de justificar el lesbianismo con conceptos simplistas.
Fire: Sita y Radha: el descubrimiento del placer del toque

Sita y Radha descubren el lesbianismo como algo pleno y deciden aceptarlo y asumirlo. Al hacerlo, ellas dejan en el pasado la historia que han tenido con Ashok y Jatin y lo que ellos representan. Ellas deciden darse una oportunidad para volver a vivir en plenitud. Esta decisión está representada muy bien en la escena en la que Ashok las encuentra a ambas en la cama. Con una determinación única, algo que es su característica, Sita coge sus cosas y se va de la casa, quedando con Radha en verse después en un templo religioso, para a partir de ahí iniciar una nueva vida. Radha, cuando se queda sola frente a frente con su esposo, no le pide disculpas, como él se imagina que debería ser: al contrario, por primera vez en su vida matrimonial, ella no lo teme, se enfrenta a él y toma la decisión más importante de su vida: irse de la casa para encontrarse con Sita, sabiendo que a partir de ese momento la vida de ella y su nueva amante no sería más la misma, pero sabiendo, al mismo tiempo, que a partir de ese instante sus vidas tienen un sentido mucho más grande.
Fire: Sita y Radha se encuentran en un templo
La soledad y la tiranía sobre las mujeres. –

Fire  muestra en los primeros diez minutos el abismo que hay en la relación conyugal entre Sita y Jatin, aunque le engaña al espectador que al principio parece estar viendo una relación idílica entre un hombre y una mujer recién casados. La pareja está paseando, en medio de un grupo de turistas, por el palacio Taj Mahal. El guía turístico les cuenta a los turistas la historia de amor sobre el palacio, pero Sita, que está participado del paseo, está sola. Su marido se mantiene distante. Inclusive hay una escena en la que se le ve apoyado en una pared, cubierto por una sombra que solo permite ver su impaciencia. Debido que no se siente a gusto en su matrimonio, no hace nada para estar con Sita, desde el principio de la relación.
 
Fuego: Jatin, el esposo de Sita, se mantiene distante durante el paseo.
Además de la soledad, Fire muestra la tiranía de los hombres sobre las mujeres no solo a través de los esposos de Sita y Radha, sino también por medio de Mundu, el criado de la familia. Este es un personaje desagradable que solo piensa en sí mismo y todo lo que hace es para su satisfacción personal, ya sea por placer o por venganza.

En algunas ocasiones, Mundu tiene que cuidar a Beji, la matriarca, una mujer religiosa y conservadora. En esas oportunidades, al estar sola con la anciana que está postrada, él debe poner en la televisión las películas religiosas que tanto a ella le gustan, pero en lugar de hacerlo, él se pone a ver, frente a ella, las películas pornográficas del video-club de Jatin y se masturba, sin sentirse incómodo con la anciana que no consigue expresar lo que siente.
Fire: Mundu se masturba frente a la anciana Beji
¿Qué se puede decir de Mundu y de esta situación? Él sabe que, mientras no le descubran, puede hacer lo que quiera.

Escenas especiales. –

Primero vamos a hablar de las escenas de sexo y de amor. Ambas son discretas. En la primera, la de sexo, prevalece el plano general y el plano americano, con algunos primeros planos. Estas escenas en tonos pálidos le deja al espectador distante de lo que sucede en la cama, permitiendo que prevalezca la intimidad de ambas amantes.
Fire: Sita y Radha
Fire: la seducción
Fire: la pasión
Siguiendo el mismo estilo de las escenas de sexo, las de amor suceden de manera discreta. Hay dos escenas que deben ser destacadas. Una sucede en la azotea de la casa. Radha y Sita están solas y ambas se sientan en el suelo, en medio del silencio del hogar, para conversar y disfrutar ese momento de intimidad. Ambas mujeres están descubriéndose y dándose la oportunidad de amarse.  La otra sucede en la mitad de la película, en un paseo en el que participan todos los miembros de la familia. Mientras están sentados en el césped, conversando, Sita le masajea los pies a Radha y lo único que les delata son sus miradas que, a pesar de que son discretas, transmiten el placer, el erotismo que están viviendo ese momento, de una manera silenciosa y desafiadora, porque lo hacen frente a sus esposos, quienes no tiene la capacidad de percibir lo que sucede entre ambas. Es una escena de amor, de sexo, de pasión y de desafío.
Fire: Sita y Radha: la seducción con el toque y la mirada
Fire: Sita expresa por Radha con la mirada
En todos estos casos, las escenas muestran el rompimiento del tabú sobre el amor mutuo de dos mujeres. Algo que hay destacar en estas escenas es que el romance que viven Sita y Radha, a pesar de la felicidad que les trae, es sufrido, pues no pueden manifestarlo libremente porque están conscientes de que, a pesar de que es bueno para ellas, para la sociedad tradicional en la que viven, es prohibido.

Una segunda escena fundamental, para entender la verdadera dimensión de la película Fire, como una crítica a la cultura de la India que trata a las mujeres como objetos de sus esposos, como seres que no tienen derecho a buscar sus propios deseos, es cuando Radha conversa con su esposo sobre el camino espiritual. Como ya lo mencionamos anteriormente, Ashok ha desistido de su vida sexual con su esposa, aunque no consigue abandonar por completo sus deseos sexuales, para dedicarse a la vida espiritual. En un momento determinado, ella le pregunta a él cuál es el deber que ella tiene como esposa. Ashok le dice que su deber es apoyarlo (en la búsqueda de su camino espiritual). En otras palabras, esa frase muestra una cultura que determina al hombre como el centro de la vida de las esposas, quienes son excluidas porque se desconoce sus necesidades y deseos sexuales y espirituales. Es decir, la función de las esposas es cumplir con los antojos de los hombres, pero ellos no tienen esa obligación.
 
Fire: Radha y Ashok
Otra escena clave de Fire es un diálogo entre Sita, Ashok y Jatin sobre su amante. Esta escena muestra dos facetas del conflicto cultural esposo-esposa. Primero, los hombres no soportan la idea de que una mujer no los “respete” como ellos creen que las mujeres deben hacerlo. Segundo, porque muestra el espíritu de Sita: una mujer más joven, valiente, que no tiene miedo de enfrentarse a los valores tradicionales de su cultura. Una mujer que decide tratar a los hombres de la misma manera como ellos la tratan. La escena es la siguiente: Jatin discute con su hermano Ashok porque desea ir a ver a su amante, pero no lo dice explícitamente porque no quiere que su hermano sepa lo que él va a hacer. Sita, al escuchar la conversación, le dice a Jatin que debería irse a encontrarse con su amante. Con la misma ironía y el mismo desprecio con el que él la trata, ella le incentiva a que se vaya a donde Julie. No lo hace como una forma de resignación, sino como un medio de mostrarle el desprecio que tiene por él, lo que le irrita a Jatin, pues le incomoda de manera especial que su esposa no lo “respete”. Es una escena paradójica porque en otras circunstancias, el hombre “se quedaría” contento de que su esposa le incentivara a tener una relación extraconyugal.
 
Fire: Sita le da una cachetada a Jatin
Palabras finales.-

La mayor parte de la película transcurre en ambientes cerrados, específicamente, la casa en la que viven Sita y Radha. En este ambiente prevalecen los colores opacos y la fisonomía de las mujeres denota, principalmente, tristeza, soledad y resignación. Los únicos momentos en los que se las ve alegres, es cuando están solas, disfrutando de su intimidad, de sus fantasías. Lo que contrasta con las pocas escenas que suceden al aire libre, que son coloridas, y en las que ellas parecen sentirse algo más aliviadas del peso del hogar.
 
Fire: Sita y Radha: tristeza, soledad, resignación...
Algo importante que hay que resaltar es que en Fire no se nos muestra una India “exótica”. La película huye de los estereotipos de mostrar la cultura “exótica” para el occidente. La mayor parte del filme sucede en el interior de la casa de la familia y en el restaurante. La historia está construida a partir de los diálogos de sus protagonistas, de sus conflictos, de sus frustraciones. Son pocas las escenas que suceden al aire libre, lo que ayuda a mostrar el mundo represor de una cultura que está ahincada en la tradición.
Fire no nos muestra una India "exótica"
Fire: la purificación
Fire es una película hermosa y angustiante al mismo tiempo que retrata la realidad de lo que es ser mujer en la India. El título de la película hace referencia a la purificación del individuo. El fuego es un elemento que se utiliza en las reuniones espirituales de Ashok, así como también en una de las películas religiosas que ve la anciana, Biji, en la televisión. Ese mismo fuego está presente en el enfrentamiento final entre Radha y Ashok, cuando ella, en lugar de bajar la cabeza, tiene la fuerza necesaria para decirle a su esposo que ella quiere ser amada, que le desea a Sita, que tiene sus propios deseos. El fuego, en esa escena, es una metáfora de la purificación por la que acaban de pasar ambas mujeres: han roto con una tradición milenaria sofocante y han decidido caminar con sus propios pies.
Fire: una película hermosa y angustiante
Fire ganó diversos premios internacionales en festivales como el Chicago Internacional Film Festival (1996), el Vancouver International Film Festival (1996), el Verona Love Screens Film Festival (1997), el Barcelona International Women’s Film Festival (1997), el L.A. Outfest (1997), el Mannheim-Heindelberg International Filmfetival (1996).

Texto original de Patricio M. Trujillo O.

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