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Patricio Miguel Trujillo Ortega


14 de novembro de 2016

Fehér isten - White God - Dios blanco



Fehér isten (White God – Dios blanco). Fantasía. Drama. Suspense, 121 minutos. 2014. Hungría, Alemania y Suecia.

Con Zsofia Psotta, Sandor Zsoter.

Dirección de Kornel Mundruczo.

Una película original sobre la discriminación.-

White God (Dios blanco), Fehér isten, su título original, es una excelente película que trata de un tema actual y del que nadie puede fingir que no lo conoce: la discriminación racial. Es una película fuerte, impactante, que le choca al espectador por la manera original de presentarnos el problema de la discriminación: un enfrentamiento entre el amor y la violencia.

White God es una de esas películas que tiene éxito en los grandes festivales de cine y que debería ser más difundida, no solo por el tema, sino por la calidad cinematográfica, por el buen uso de la fotografía, por su guion original y bien construido; sin dejar de lado la actuación impecable de la novata Zsofia Psotta.

Cuando hablamos sobre la discriminación, es normal que nos planteemos algunas preguntas: ¿Por qué se discrimina a alguien? ¿Cuáles son las verdaderas razones para que una persona se crea superior a otra? ¿Qué le pasa al discriminado?

Podríamos responder estas y otras preguntas similares con diversas teorías psicológicas y sociales y mucho “bla-bla-bla” con los que podríamos estar de acuerdo y, al final del debate nos sentiríamos satisfechos con nosotros mismos mientras la vida continúa su curso con la misma discriminación, pero con ropas nuevas.
White God: una parábola contemporánea sobre la "raza pura"
¿Por qué, entonces, hacernos esos interrogantes si nuestra historia nos cuenta que siempre ha habido discriminación? ¿Qué no hemos aprendido aún las lecciones trágicas de la humanidad?

White God, película húngara producida junto con Alemania y Suecia, es una parábola contemporánea sobre este problema que afecta a todas las sociedades en pleno siglo XXI, y sin ningún tipo de moralismos nos muestra el otro lado de la discriminación.
White God: una historia de violencia y amor
White God es una película extraordinaria, llena de simbolismos, con la que el espectador no consigue permanecer indiferente. De alguna forma vamos a reaccionar al final de la misma, pues la historia de Lili y su perro Hagan no es una historia común de amor entre niños y animales. Es una historia de amor, odio y violencia. Y aquí, desviándome un poco de tema, una recomendación que la vengo haciendo desde hace algún tiempo: hay que tener mucho cuidado con las reseñas mal hechas y mediocres que son divulgadas en internet, pues quien no ha visto la película esperará algo que nunca sucederá.

La historia.-

Lili es una joven de trece años y sus padres están divorciados. La madre de ella se va a Australia y ella tiene que quedarse a vivir con su padre. La relación entre hija y padre no es buena y hay mucha tensión desde el principio, y más aún cuando éste último se entera de que Lili se quedará también con el perro de su madre.
White God: Lili y Hagan
En la Hungría de la película hay una legislación especial para los perros callejeros, y más aún para los que no son de raza pura: los dueños deben pagar una taza o los animales serán llevados a la perrera donde, si no son adoptados, serán sacrificaos.
Lili, Hagan y su padre
Desde el principio de la convivencia entre Lili y su padre, éste se irrita con facilidad por la presencia del perro y decide que el animal no puede quedarse con ellos. Lili se opone a la idea de su padre e intenta mantener el control de la situación, a veces tomando actitudes drásticas. Por ejemplo, en la primera noche, como su padre no le permite que duerma con el perro en la misma habitación, que ella comparte con su padre, pues el departamento es pequeño, Lili se va al baño, se acuesta en la bañera y el perro se tumba en el piso, y así pasan la noche juntos.
White God: Lili y su padre
Sin embargo, las dificultades solo aumentan con la presencia de Hagan – que provoca también la irritación de los vecinos, principalmente porque se trata de un perro mestizo. El mismo problema sucede cuando Hagan invade el local donde Lili ensaya trompeta todos los días con una orquesta de jóvenes músicos. Como consecuencia, el padre de la niña le abandona a Hagan en medio de una avenida y aunque durante un par de semanas Lili lo busca con ahínco, no lo vuelve a encontrar y acaba desistiendo de su animal.

A partir de este momento, la película se divide en dos partes: en la primera seguiremos la rutina de Lili y su convivencia con su padre, las provocaciones y su rebeldía, hasta que finalmente parece que ella se olvida por completo de Hagan. En la segunda parte seguiremos la nueva vida de Hagan que lo transformará de un animal cariñoso y juguetón en un animal salvaje y asesino. Primero, el perro intenta encontrar a Lili sin éxito; después establece una relación simbólica con otros perros callejeros en un terreno abandonado, transformándose en una especie de líder. Posteriormente, Hagan será capturado, adiestrado y transformado en un perro salvaje para participar en peleas con otros perros.
White God: Hagan se transforma en un perro salvaje
White God: Hagan se transforma en un perro asesino
Este es el momento clave de la película, pues se destruye la sensibilidad del Hagan y se lo transforma en un animal asesino que, cuando consigue escapar, liderará una “revolución” canina por las calles de la ciudad, matando furiosamente a todos aquellos que lo maltrataron. Son escenas de pavor en las que la gente deja las calles desiertas mientras Hagan corre con su ejército y no hay nada que lo detenga: él está decidido a destruir a todos aquellos que lo hicieron sufrir.

Los personajes.-

No se conoce nada de la historia pasada de Lili y sus padres. Solo se sabe que la relación entre ellos no es buena. Tanto es así que, cuando Lili llega para quedarse con su padre, ninguna de los dos muestra algún tipo de emoción positiva. Ellos simplemente se ven obligados a convivir en un mismo espacio porque no tienen otra opción. La madre de Lili es solo un elemento de referencia para la presencia de Hagan, pues ella es la verdadera dueña del animal.
Lili busca a Hagan
El padre de Lili es un hombre frío, de temperamento fuerte que no sabé cómo dialogar con su hija. Se muestra violento con Hagan y no esconde la antipatía que siente por el animal. Es un hombre seco que no hace nada para entender a su hija y comprender que ella está pasando por una transformación brusca con la separación involuntaria de su madre. Más adelante describiremos una escena que representa la personalidad del padre de la muchacha.

Lili es una niña determinada y nada tímida. No tiene miedo de defender sus ideas y le desafía abiertamente a su padre, y también a cualquier autoridad, cuando se siente o atacada o incomprendida. Lili no tiene miedo de irse de la casa de su padre o de abandonar el ensayo de la orquesta a pesar de las amenazas del director de que nunca más podrá retornar.
Lili le desafía a su padre
Lili y su sentimiento de estar perdida...
Pero lo que más le caracteriza a Lili es su trompeta. Pero de esto hablaremos un poco más adelante, al tratar de la simbología de la película.

El otro personaje es el colectivo, representado en los perreros, de la sociedad que discrimina a los animales por su raza. Los perreros son mujeres y hombres que disfrutan maltratando a los perros que no son puros. Los cazan con crueldad y siempre están determinados a eliminarlos. Dentro de este colectivo, hay que incluir a los hombres que adiestran a los perros para que sepan luchar entre ellos mismos.
Hagan y otros perros impuros abandonados
La simbología de White God.-

White God no es una historia de amor de una niña y su perro: es una historia de violencia y amor que retrata a través de los perros la discriminación racial.
White God no es una historia de amor de una niña y su perro...
Ya hemos visto un sinfín de películas históricas y ficticias que hablan del racismo y, aunque cada una trata del mismo problema, aunque de manera diferente, ninguna tiene el impacto de Whhite God por varias razones.

La primera, y la más fuerte, es la transformación que sufre Hagen. De un perro cariñoso y juguetón, se transforma en un asesino violento que no le teme a nada y que está dispuesto a matar al opresor. Hagen es un perro “desechable” para la sociedad en la que vive porque no es un animal puro. No es de raza pura. Y esta expresión, de “raza pura” no nos es desconocida. Y no me estoy refiriendo al tema trillado de la segunda guerra mundial: me refiero a los conflictos constantes en nuestra sociedad en la que se discrimina a las personas por su raza, entre otras cosas.
White God: Hagan es un perro "impuro"
¡Hagan es simplemente discriminado por no ser raza pura!

El director Mundruczo acierta al escoger al perro como protagonista porque en nuestra sociedad se ha despertado cada vez más el interés por los “derechos” de los animales, y han surgido leyes nuevas que castigan a quienes abandonan o maltratan a los perros. Es como si hubiera una mayor preocupación por el destino de los animales, aunque no tengamos la misma preocupación por el de las personas. Tal vez porque ya estamos tan acostumbrados a la violencia humana que, cuando la vemos, permanecemos insensibles. Lo que no ocurre cuando vemos cómo maltratan a los animales. Y en eso las redes sociales se han especializado en hacer escándalos.
Hagan lidera la rebelión canina
Por tanto, cuando vemos cómo Hagan, un perro dulce, se transforma en un asesino, nos detenemos para pensar: Hagan no solo representa a los discriminados, sino que sus actos de venganza son las voces de los discriminados. Es como que, de repente, ellos tienen la fuerza para castigar a todos aquellos que los han maltratado de alguna manera.
White God: la venganza de los perros
Los otros elementos simbólicos en la transformación que sufre Hagan por causa de la violencia son la trompeta de Lili y la música del compositor Litz, la Rapsodia Húngara. Estos dos elementos funcionan como oponentes antagónicos en esa sociedad que ha decidido que solo los perros puros son dignos de vivir y de tener derechos.

La trompeta de Lili representa el amor y la Rapsodia Húngara representa el racismo. Estos dos elementos están, usando un término de la literatura, como un leimotive en la película. Por un lado, la trompeta es el medio por el que Lili se expresa mejor, así como también la manera de tranquilizarle al perro, cuando le toca la música, como sucede en la escena ya descrita anteriormente en la casa de su padre, cuando ambos duermen en el baño. Durante toda la película, cuando Lili está con su mochila en la espalda, siempre aparece la trompeta y el espectador observador, un poco antes de terminar la película, ya presiente cuál será la función de la trompeta.

La Rapsodia Húngara representa el racismo, no porque el compositor Litz lo haya sido, sino porque metafóricamente esta música representa la identidad del pueblo húngaro que no permite la presencia de los impuros. Por eso, esta música es una constante a lo largo de White God porque es como si ella fuera la voz de esa sociedad que ha decidido eliminar a los perros impuros.
Hagan escucha la Rapsodia Húngara interpretada por el gato Tom
Para reforzar esta idea de la Rapsodia Húngara hay una escena bastante surrealista: Hagan y otros perros están en la perrera y en la sala en la que se encuentran hay una televisión que está prendida. El programa que pasan es el clásico de los dibujos animados de Tom y Jerry. El gato Tom está sentado en el piano, como si fueran un gran músico, e interpreta magistralmente la Rapsodia Húngara de Franz Litz.

Escenas claves.-

Las primeras escenas de la película son escalofriantes. Se ve una ciudad vacía, con una toma aérea panorámica que muestra las calles desiertas, los carros abandonados y un silencio total. La primera impresión es que estamos en una ciudad que ha sido o, abandonada, o destruida por alguna fuerza descomunal. Enseguida vemos a una niña en bicicleta, con su mochila en la espalda, y un primer plano de los zapatos, las medias blancas y las piernas que pedalean una bicicleta. Parece que la niña es la única sobreviviente de alguna hecatombe, más aún cuando ella pasa por las calles del centro de la ciudad en la que no hay nadie y las luces de los semáforos cambian para nada. De repente aparece una jauría de más de cien perros que corre en la misma dirección de la niña, que se ve obligada a huir.
White God
White God: Lili
Otra escena importante es la que muestra al padre de Lili en el matadero en el que este trabaja. Durante un par de minutos el espectador presenciará un ritual cotidiano y sangriento de cómo él inspecciona el corte de la vaca. La escena es fría al mostrar el cuerpo del animal abierto y destripado. El único ruido que se escucha es el provocado por las sierras eléctricas que hacen su trabajo. A esto hay que añadir cómo el padre de Lili reacciona de manera fría y profesional su trabajo, y más aún cuando su camisa se mancha con un poco de sangre del animal. Esta escena es muy simbólica porque demuestra la dureza y frialdad del padre de la niña, que ha perdido la capacidad de emocionarse o, mejor dicho, de mostrar sus sentimientos, en contraste con la actitud un colega de trabajo que le regala un paquete especial de carne para Lilia.

Otros elementos.-

White God es una excelente película en la que los rechazados tendrán la oportunidad de vengarse por el sufrimiento que se les ha impuesto. No es una película que proponga la violencia como solución a un conflicto, pero nos muestra cómo la violencia puede llegar a nivel asustadores. Y para lograr ese efecto hay dos aspectos que no podemos dejar de comentar.
Lili y su trompeta
El primero es sobre las imágenes iniciales de la película que se contrastan inmediatamente con la escena dulce en la que se ve a Lili jugando con el perro de su madre en un parque. Este tipo de contraste es constante en la película en todos los ambientes, principalmente en la relación que Hagan establece con los otros animales: un sentimiento de solidaridad y de rebeldía al mismo tiempo.
 
White God
El segundo aspecto es la banda sonora. La tensión de la película es provocada también por el contraste de la Rapsodia Húngara con los ruidos ambientales del cotidiano. Y el final de White God es uno de los más angustiantes que he visto, pues después de presenciar una secuencia larga de ladridos de perros que corren por las calles de la ciudad sembrando el pánico en una noche sangrienta, hay un silencio total, acompañado de una fotografía magnífica que, sin un solo ruido ni una palabra, cierra esa parábola de manera magnífica.


White God ganó, entre muchos otros premios, el Prix un Certain Regard en el festival de Cannes.

Texto original de Patricio M. Trujillo Ortega.

Está prohibida la reproducción total o parcial del texto sin la autorización escrita del autor.

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