The Eagle and the Hawk - 1933 |
The Eagle and the Hawk. Drama – Guerra.
68 minutos. USA. 1933.
Con Fredric March y Cary Grant.
Dirección: Stuart Walker.
The Eagle and the Hawk es una de esas películas que con el
pasar de las décadas se ha perdido, injustamente, entre centenas de obras que
se produjeron hace ochenta años a pesar de su gran contribución al mundo
cinematográfico y que no puede ser excluida de las pequeñas, pero buenas obras
del cine clásico.
Es indiscutible que siempre ha
habido un juego de poder y de intereses en la divulgación y conservación de
muchas películas y, de esta manera, algunas “grandes” han caído en el olvido
mientras que otras, sin pena ni gloria, a pesar de su mediocridad, aún son
divulgadas y aplaudidas por espectadores y críticos que las ennoblecen por
miedo de ir contra ese juego de poder y de intereses.
Lamentablemente, The
Eagle and the Hawk es una de esas películas casi olvidadas y en pocas
palabras intentaremos darle el lugar que se merece.
Una justificación.-
Es obvio que si comparamos The
Eagle and the Hawk con obras como Wings (1927), All Quiet on the Western Front
(1930), Cavalcade (1933), sale perdiendo en la grandiosidad de su
producción. Los escenarios son sencillos y para el espectador contemporáneo es
fácil darse cuenta que la película fue hecha en un “estudio”, faltando de esta
manera la emoción real de los combates en el espacio aéreo, lo que hace que las
imágenes de los pilotos en plena acción sean paradas, aunque hay una buena
mezcla con imágenes reales y originales de la época; el propio campamento es
sencillo y hay un elenco limitado de artistas (buenos, pero aún no con la fama
que poco tiempo después tendrían Cary Grant y Carole Lombard).
Imágenes reales de la época que usaron en la producción de The Eagle and the Hawk |
En síntesis: es una película que no
apostó en la grandiosidad de los dramas de guerra de aquella época que retratan
el impacto que causó la primera guerra mundial, considerada una de las más
terribles de la historia por la destrucción que causó el uso de una nueva arma:
el avión. No obstante, la fuerza de The Eagle and the Hawk está en su
historia, contada de una manera directa, sin metáforas ni cuerpos destrozados
ni toneladas de sangre que impacten al espectador. Es una historia humana que
ahonda en el sentido de la vida y en la capacidad de percibir el destino del
ser humano.
La contradicción.-
The Eagle and the Hawk está ambientada en un campo de la
Real Fuerza Aérea Británica en Francia, en 1918, durante la primera guerra
mundial. Aparentemente, es una película de guerra; sin embargo, antes de la
mitad, la acción de la guerra se transforma en un drama psicológico de cómo
enfrentar la muerte, inclusive la del enemigo. ¿Por qué matar? ¿Por qué morir?
Young y Crocker |
Para algunos la muerte del enemigo
no significa nada; incluso la muerte de sus propios aviadores en plena acción
no representa más que un sacrificio necesario para conseguir los objetivos: la
victoria. Son vidas humanas que se pierden con un fin mucho más importante que
el del propio ser humano: salvar la sociedad.
¡sa es la gran contradicción de
todas las guerras!
En este sentido, The
Eagle and the Hawk es una película bélica humanista que deja que el
espectador tome su decisión con relación a lo que representan el héroe y el
antihéroe.
El héroe.-
El teniente Jerry H. Young,
voluntario en la Real Fuerza Aérea porque la guerra le parece un juego y le
gusta la aventura, es trasladado a Francia, junto con su amigo, el divertido
Mike Richards, para realizar una serie de vuelos extremamente peligrosos. Él
debe pilotar un avión de combate mientras otro piloto, que cumple la función de
observador –y que debe tener buena puntería– saca fotos del campo enemigo.
Tanto él como Richards, en la primera misión que cada uno debe cumplir,
derriban un avión enemigo y se sienten orgullosos y felices por el hecho.
Reciben las felicitaciones de sus superiores y de los demás colegas.
Young llega a Francia |
No obstante, Young descubre por
primera vez el significado de la muerte. El Teniente Kingsford que volaba con
él como observador –y que al mismo tiempo es compañero de cuarto– muere en la
misión. “¿Fue mi culpa?” le pregunta
a su superior, quien le responde que “no
fue culpa de nadie” y que es algo a lo que debe acostumbrarse.
Young se pregunta: "¿Fue mi culpa?" |
Young no sabe cómo enfrentarse con
la realidad de la muerte para la que no estaba preparado. Al entrar en su
habitación, ve que los objetos personales de Kingsford ya han sido recogidos.
La vida continúa y no hay tiempo para lamentarse por los muertos. Sin embargo,
en la mesa de la habitación, está el retrato de la esposa y del hijo de
Kingsford y al lado, una carta queéeste estaba escribiendo a su mujer y que no
la terminó. La carta incompleta dice: Mi
amor, ahora no tengo mucho que decir. La guerra continúa. Me voy ahora y
terminaré más tarde”.
Kingsford mientras escribe la carta a su familia |
Young y Kingsford en acción |
Young le escribe, al final de la
carta, unas pocas líneas a la esposa de Kingsford contándole lo que ha
sucedido. Esta escena es importante por dos elementos: uno que no está contado
en la película, pero se lo sobreentiende: la esposa de Kingsford recibirá la
misma trágica noticia de la muerte de su esposo, pero humanizada. No serán solo
las breves líneas burocráticas militares que transforman a los muertos en
números.
Young escribe unas líneas al final de la carta incompleta de Kingsford |
El otro aspecto es que el espectador
empieza a comprender mejor la verdadera personalidad de Young y percibe en
dónde está el sufrimiento que le rodea: no en la guerra ni en las muertas, sino
en la incapacidad de las demás personas de comprender el real significado de la
pérdida humana.
Y regresamos a la contradicción, el
tema constante de la película, pues mientras Young sufre frente a la crueldad
de la guerra, para sus superiores y colegas él es un héroe. Es condecorado y
aunque los próximos observadores que trabajan con él mueren en las diferentes misiones,
sus conquistas son aplaudidas, celebradas y se transforma en una leyenda que
los jóvenes pilotas ansían por imitarla.
El valor de la vida humana en la
guerra.-
A pesar de estar rodeado de fama y
gloria, Young cada vez se hunde más en la depresión, la tristeza y nadie es
capaz de descubrir lo que realmente le sucede. Para él los hombres que han
muerto no son solo pilotos y colegas, son seres humanos que deberían vivir. Y
de la misma manera piensa de los pilotos enemigos, tanto es así que en un momento
dado impide que su nuevo observador mate a un piloto enemigo que había saltado
en paracaídas y que estaba indefenso.
Young no permite que se mate a dos pilotos que escapan en paracaídas |
Jóvenes pilotos mueren sin nunca haber cumplido una misión cuando una bomba cae en el campamento |
Por esta situación que vive, Young
está solo, pues nadie le comprende. Vive una lucha constante cumpliendo a la
perfección su trabajo, pero devastándose por dentro con cada nueva tragedia que
se le presenta.
Es importante resaltar en este
momento que la película evita cualquier discurso moralista. Hay que recordar
que The
Eagle and the Hawk fue hecha en los años de transición de la expresión
libre del cine a la censura conservadora de los moralistas en Estados Unidos
que impusieron un control sobre la “moral” de la nación. Para quien no sabe,
nos referimos al famoso código Hays.
Entonces, se percibe en esta película que se evita un discurso directo y se le
permite al espectador tomar su propia decisión al respecto. No hay referencias
religiosos o filosóficas: es el sentir de Young que lucha por entender el
verdadero sentido de la vida de un ser humano.
El antihéroe.-
Henry Crocker (Cary Grant) no llega
a ser lo opuesto de Young y, por tanto, no es el antihéroe típico del cine. Es
un joven piloto valiente, impulsivo y le cae mal a Young, por eso éste no le
recomienda a sus superiores para que lo envíen a Francia. No obstante, algunos
meses después, en plena crisis existencial de Young, Crocker llega y es su
nuevo observador. La relación entre ambos es tensa, sin embargo, Crocker es el
único que percibe que Young está a camino de la autodestrucción si no consigue
superar esa lucha entre la vida y la muerte.
Stevens conoce a Young |
Esta lucha llega a su clímax en el
último vuelo de Young, cuando ve cómo muere Stevens, su nuevo observador, un
joven imberbe militar en su primera misión; y más aún, cuando Young consigue
derribar el avión del piloto alemán más temido, Voss, y descubre que este no era más que un joven de unos veinte
años.
Sus compañeros celebran la muerte de
Voss y creen que la desaparición de
Stevens es como la los demás, un sacrificio necesario. Todos están felices y le
felicitan a Young; se alegran por tenerlo en el equipo y porque muy pronto
ganará una nueva Cruz de Guerra. No obstante, en una de las escenas más
importantes de la película, por no decir la más importante, Young, en el
momento del brindis, cuando todos brindan por Voss, porque a pesar de que era un enemigo, era un extraordinario
piloto, hace frente a todos una reflexión sobre la juventud que se pierde en la
guerra. Es una exhortación a lo absurdo de la guerra y la pérdida inútil de
vidas en un conflicto sin sentido.
La parte dramática de la escena
sucede cuando él termina su discurso: todos beben de sus copas y continúan cantando
y celebrando la victoria, sordos a las palabras de Young, quien definitivamente
está solo. Él se da cuenta que nadie lo ha comprendido y no hay posibilidades
de que esto sucede en algún momento.
The Eagle and the Hawk es una reflexión profunda sobre el
sentido de la vida y de la guerra; y uno de los elementos que vale la pena
resaltar en el paradojo que le toca vivir a Young es la insignia de su avión:
una figura alegórica de la muerte con su hoz, lista para arrebatar la vida al
enemigo.
The Eagle and the Hawk |
Y claro, el gran final tiene que ser
visto. Es sorprendente y provoca una gran reflexión.
Una de las críticas negativas que
podemos hacer de la película son los minutos en los que participa la gran
actriz, muerta prematuramente, Carole Lombard, que aparece con el nombre de The Beautiful Lady. Young la conoce en
una fiesta en Londres, a donde ha ido porque le han dado diez días para
descansar. Esta bella mujer, al escuchar lo que conversa el piloto, se le
acerca y tienen una larga conversación en que prácticamente ella se transforma
en una especie de confidente. Ella escucha y comprende lo que le sucede a
Young, sin embargo, así como aparece, desaparece. La impresión que tenemos es
que la escena fue montada para promocionar la belleza de esta joven actriz que
tendría mucho éxito un par de años después.
Como curiosidad, hay que mencionar
que es la “única” mujer que aparece en la historia, sin contar con los personas
“extras” que están en la fiesta a la que va Young.
Esta idea de promocionar a Lombard
la refuerza el hecho de que muchos de los afiches promocionales de la película
retratan justamente la escena en que la bella dama conversa con Young, lo que
provoca una serie de ideas que no tienen nada que ver con la historia.
Queriendo o no, es un elemento que influye en una primera aproximación a la
película. Sin embargo, volvemos a resaltar: The Eagle and the Hawk es
una película que no pierde actualidad y, a pesar de su sencillez, es una
reflexión que no se la puede considerar descabellada.
Vale la pena ver esta obra.
Texto original de Patricio Miguel Trujillo Ortega.
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autorización escrita del autor.