Con Jeremy Renner y Gemma Arterton.
Dirección de Tommy Wirkola.
Hansel y Getel, cazadores de brujas (Hansel & Gretel Witch Hunters)
es una película que tuvo éxito comercial, sin embargo eso no significa que sea
buena; al contrario, es una película que, como sus antecesoras, reafirma que
hay un sector en el mundo cinematográfico que transita entre la mediocridad y
la falsa ilusión de que una buena idea es de hecho una buena película.
Cuando nos referimos a sus antecesoras, estamos
pensando en Mirror Mirror (2012) de
Tarsen Singh, Red Riding Hood (2011)
de Catherine Hardwicke, Jack the Giant
Slayer (2013) de Bryan Singer, Puss
in Boots (2011) de Chris Miller; aunque tampoco podemos dejar de lado a una
que ya merece estar olvida: Brothers
Grimm (2005) de Terry Gilliam.
¿Qué tienen estas películas en común con Hansel
y Gretel, cazadores de brujas?
Aprovechando que la tecnología es una aliada
sensacional para la realización de “grandiosos” efectos especiales, estas
películas han intentado “resucitar” los antiguos cuentos de hadas y, para eso,
han tratado de “actualizar” a los personajes con dichos “efectos”, pero manteniéndolos
en “ambientes fantásticos” de las épocas en que estos cuentos eran parte de la
tradición oral de la cultura europea.
¿Y qué es lo que se ha conseguido? Nada del
otro mundo, a no ser una suma de defectos que no tienen nada de “especiales”
Hansel y Gretel: un conjunto de efectos especiales para nada especial |
En el caso de Hansel y Gretel, cazadores de
brujas, que es la película que ahora nos interesa, la historia que
quisieron contarnos es original y, hasta cierto punto, muy interesante: Hansel
y Gretel han crecido y, después de haber superado el trauma de haber
sobrevivido a la bruja y su famosa casa de dulces, se han transformado en
feroces y crueles cazadores de brujas. Viajan por el “mundo” destruyéndolas
hasta que son contratados por el alguacil de un pueblo donde muchas niñas están
desapareciendo. Y es en ese lugar que los dos hermanos descubren que no fueron
abandonados porque sus padres no los amaban o eran pobres, sino para
protegerlos pues la madre de los niños era una bruja blanca, buena, que
prefirió morir, sacrificándose, para salvar la vida de sus hijos.
La idea de que Hansel y Gretel eran hijos de
una bruja es interesante, y ahí termina lo bueno de la película que se resume
en una frase: era una “idea interesante”, pero la manera en que la
transformaron en película es un desastre.
¿Y por qué la película es tan mediocre si partió
de una idea buena?
Porque Hansel y Gretel se transformó en una mezcla confusa: es una
película de acción, de mucha acción con algo de terror que no llega a ser
terror, a no ser los rostros feísimos de las brujas puedan asustar a alguien;
los propios personajes principales están mal construidos e intentan colocar una
dosis de humor negro en medio del principal escenario de la producción: sangre (miles
de pintas de sangre falsa que chorrean como si fueran mangueras de agua en
jardines) y mucha violencia dedicada, principalmente, a un público juvenil
ávido por esta como única forma de entender una historia.
Hansel & Gretel: típicas escenas de cualquier película |
En primer lugar, hay que reafirmar que Hansel
y Gretel, cazadores de brujas es una película extremamente violenta y,
nos atreveríamos decir que es una violencia “gratuita”. Los personajes están
siempre enfrentándose entre ellos, incluso aquellos que tendrían que estar
unidos para luchar contra el mal que se está apoderando del pueblo. El alguacil
es un líder sin liderazgo y el hombre que manipula a los habitantes del pueblo
y que ha formado un grupo de oposición, sin mayores explicaciones, no tiene
argumentos válidos para llevar adelante su estrategia de lucha contra las
brujas que les están aniquilando. Al contrario, parece que este individuo tiene
un odio fervoroso e inexplicable contra Hans
y Gretel, por tanto él no es más que un recurso narrativo para que la
película gane en acción, en peligro y en violencia. Es un personaje totalmente
superfluo para justificar los peligros innecesarios por los que deben pasar los
personajes así como las escenas llenas de “efectos especiales”. Además hay que
mencionar que esta violencia transforma la mayoría de las situaciones en algo
totalmente previsible: ni el más ingenuo de los espectadores podría pensar algo
diferente: se sabe de entrada que el “malvado” que odio a Hansel y Gretel
morirá y se sabe, cómo no saberlo, que después de muchas palizas que matarían a
cualquier héroe que no tiene super poderes, los protagonistas saldrán
victoriosos, sin ningún rasguño especial.
Gretel enfrentándose a una bruja |
Por otro lado, la película es demasiado
sanguinaria. Tiene todos los matices de las llamadas película “B” o “cine
trash”: porque eso es lo que parece: un cine
basura. La sangre mancha la pantalla con el objetivo de mostrar la crueldad
de las acciones y darle un toque a la película de terror. Solo que las escenas
de violencia son tan falsas que esto solo puede agradar a las personas mórbidas.
Si se le quitara la sangre, la película se terminaría.
Lo mismo podemos decir de los efectos
especiales en las luchas entre Hansel y Gretel contra todos sus enemigos. Los
efectos son tan repetitivos y conocidos por el público que es fácil percibir que
los personajes no pasan de meros títeres, y en este caso, lo decimos en el
sentido literal de la palabra: son títeres porque ya es imposible creer en lo
fantástico de los movimientos que ellos ejecutan. Los cables que les sujetan a
los personajes para que hagan tantas piruetas exageradas los transforman en seres
de un espectáculo de circo. Los golpes y las palizas que reciben los personajes
principales extrapolan lo imaginario.
Otro elemento que le quita veracidad a la
historia es la presencia de elementos “fuera de época”. El primero y más
grotesco es la aparición de un “fan” que colecciona recortes de periódicos,
panfletos, carteles, como un adolescente del siglo veinte, de los actos
heroicos de Hansel y Gretel. La presencia de este personaje nace de la
necesidad de crear cierto humor en medio de tanto golpe y tanta muerte. Pero
este joven fanático de los cazadores de brujas no le ayuda en nada a la
historia y, cuando interviene al final para ayudar a solucionar el problema en
el que se han metido los jóvenes héroes, su presencia es tan secundaria como la
solución del conflicto, lo que demuestra que no él no es más que un mero
fantoche del guion de la película.
Hansel y Gretel: armas absurdas para destruir brujas |
Lo mismo podemos decir de las armas que usan
los jóvenes cazadores. Es otro elemento tan absurdo que cumple una sola
función: llamar la atención del público, principalmente juvenil, que acaba
riéndose de lo absurdo de estas armas.
Antes de finalizar, esta película reproduce los mismos elementos de otras producciones que carecen de un buen gion, como por ejemplo, la ropa de cuero ajustada al cuerpo de Gretel para intentar provocar la sensualidad y, de alguna forma, ganar la simpatía del público masculino y de un buen sector del femenino; no obstante, por más sensual que pueda aparecer la chica, su personaje, así como el de su hermano, es flojo y lo único saben hacer es dar y recibir palizas.
En fin, Hansel y Gretel, cazadores de brujas
cumple el papel para el que fue hecha: ganar dinero. Es una producción comercial
de mal gusto artístico y con una historia que en muy poco tiempo estará
olvidada.
Los defensores de estas películas pueden
recurrir a los argumentos de que es una forma de mostrar el otro lado de los
cuentos de hadas que no aparecen en las producciones tan comentadas y
aplaudidas de Disney; sin embargo,
hay que recordar que las adaptaciones de Disney de los cuentos de hadas son
verdaderas “aberraciones” porque, aunque haya construido “lindas” historias con
personajes “graciosos” y “animalitos” que animan a las heroínas en medio de sus
desgracias, destruyeron los significados que estos cuentos tenían por defender
un “espíritu conservador” de comportamiento. Pero en otra ocasión analizaremos
estas películas.
Hansel y Gretel, cazaodres de brujas |
Para finalizar este breve comentario amargo
sobre Hansel y Gretel, cazadores de brujas, podemos decir que esta,
así como las otras historias que mencionamos al principio del texto, muestra la
incapacidad de un buen sector de la producción cinematográfica de Hollywood de
crear algo nuevo y de buena calidad.
Texto original de
Patricio Miguel Trujillo Ortega.
Está prohibida la
reproducción total o parcial del texto sin la autorización escrita del autor.
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