The Tracey Fragments |
The Tracey Fragments,
2007, 77 minutos. Drama. Canadá.
Con: Ellen Page.
Dirección: Bruce McDonald.
Tracey Berkowitz es una “adolescente normal que se odia a sí misma”...Estas son las palabras
con las que se define Tracey, la protagonista de una película que rompe los
esquemas tradicionales narrativos y le exige al espectador asumir una
participación activa para comprender la obra. Una participación que se
convierte en una proeza emocionante y, a veces, un poco agotadora conforme la
historia adquiere “una” forma.
Solo que esa forma es difícil de definirla
pues, como el propio título ya lo insinúa, la historia se desarrolla en “fragmentos”
o, mejor dicho, en múltiples “fragmentos” que van construyendo un difícil rompecabezas
que solo al final adquiere sentido; sin embargo, también nos deja una sensación
de agobio, pues el drama de Tracey no está solucionado y parece que todo va a
empezar nuevamente.
La historia y la forma.
Sonny, el hermano de Tracy que finge ser un
perro se ha perdido y ella empieza una búsqueda frenética por la ciudad para
encontrarlo.
Tracey y la fragmentación |
Sintetizada en dos líneas, la historia de Tracey
Fragments parece muy sencilla; no obstante, es mucho más profunda y
compleja de lo que aparenta. En primer lugar porque la historia no está narrada
en ese orden lineal y es ahí donde entran en juego “los fragmentos”.
...es ahí donde entran en juego los fragmentos |
Desde el primer instante, la pantalla se divide
en dos, tres, cuatro, ocho, doce y más escenas simultaneas: son pedazos de
imágenes que muestran a veces una misma escena desde varios ángulos diferentes;
en otros momentos, son escenas de diversas situaciones que se mezclan, incluso,
con varios diálogos que se cruzan entre sí; en otros momentos, esos pedazos de
imágenes desaparecen o toman diferentes tamaños y texturas; hay otros instantes
en los que las escenas se repiten y se fraccionan nuevamente y lo que parece
que no tiene sentido, en verdad tiene lógica. Esta técnica le obliga al
espectador a ver la pantalla desde una perspectiva diferente, a entender lo que
es la composición de la fotografía, a distinguir los detalles del collage lo que, al principio no es
fácil, pero luego que se entiende la propuesta de Bruce McDonald es fascinante.
Tracey busca con desesperación a Sonny |
En segundo lugar la historia de Tracy es
compleja porque su propia vida lo es. Ella tiene quince años y su vida es
prácticamente un “infierno”, a tal punto que ella afirma que le “deprime la gente feliz”. Sus padres no
solo que no la comprenden, sino que viven en una “realidad” diferente a la de
ella. Su madre siempre está pasando mal, está deprimida, y tiene un aire de
impotencia y de “que-me-importismo” con la vida. El padre de Tracy vive
castigándola, y hay una escena grotesca que muestra el absurdo de estos castigos:
la joven intenta defender un punto de vista y su padre la castiga primero por
un mes; luego, como ella intenta argumentar, la pena aumenta a dos meses y,
finalmente, a tres. Además, Tracy es una muchacha a la que nadie la respeta en
el colegio; sus compañeros le insultan, le hacen tropezar y se burlan de ella
constantemente, principalmente las mujeres debido a los senos pequeños de Tracy,
ya que las otras muchachas, según ella “están
obsesionadas en tener senos grandes y en exhibirlos”.
Por último, no podemos dejar de lado el
sentimiento de culpa de Tracy, después de todo su hermano Sonny se perdió
cuando ella, que lo estaba cuidando, se dejó llevar por su fantasía con Billy
Zero, un nuevo alumno del cual ella está enamorada, a pesar de que él la trata
con indiferencia.
Nos parece que el director Bruce McDonald
encontró la forma correcta para contar la historia de Tracy, pues esa manera,
digámosla, “desordenada y caótica” de narrar es coherente con el mundo que le
rodea al personaje. Si la película hubiera sido hecha de la manera
convencional, la historia hubiera muerto desde el principio, pues lo que le da
fuerza a esta obra es justamente la manera conflictiva con la que se le retrata
a Tracy. El hecho de ir de adelante hacia atrás y viceversa, de repetirse una y
otra vez, de fragmentarse, de sentirse perdido en medio de la nada, hasta que
todo cobra sentido y el espectador puede pensar: “ah, entonces fue eso lo que le pasó” y siente que finalmente le
entiende a Tracy, tiene sentido.
Detalles de la fragmentación.
La historia empieza con Tracy en un autobús.
Ella le cuenta al espectador lo que le sucede: “Un día te enamoras de un chico, te toca con los dedos y te quema la
piel con la boca. Pero te duele mirarlo y te duele no mirarlo. Parece que te
cortan con un vidrio roto”.
Tracy está sola, la cámara tiembla y luego la
vemos usando apenas una cortina de baño. La imagen se fragmenta, se mezclan
varias escenas y ella, enojada, grita con mucha rabia: “Hoy en día todo es sexo. ¡Que te jodan! ¡Que te jodan! ¡Que te jodan!
¡Que te jodan!
Desde ese momento el espectador empieza a
sentirse perdido, pues no entiende nada de lo que sucede y más aún cuando
empiezan a suceder las situaciones más raras que se unen sin ningún nexo,
aparentemente; además, las imágenes se fragmentan y el concepto de tiempo
desaparece por completo. Sin embargo, desde el principio está claro que Tracy
vive un mundo conflictivo en los que se mezclan los sueños, los delirios y la
realidad. En uno de esos fragmentos, ella conversa con un hombre adulto y no
sabemos si es ella o él quien dice: “Salí
de un agujero”, pero enseguida ella nos cuenta lo que le pasa: “Me gusta ir en un autobús distinto cada
noche según mi estado de ánimo. Si estoy deprimida, me gusta estar con gente
deprimida. La gente feliz me deprime muchísimo. El otro día sucedió algo. No
puedo decírselo a nadie o acabarás como yo, en ese bus, buscando a alguien”.
Tracey: el otro día sucedió algo... |
Apenas han transcurrido 3’31” y el espectador,
sin darse cuenta, ya ha recibido la información necesaria para entender la historia
de Tracy, solo que fragmentada en centenas de pedazos. El director nos entrega
de brazos abiertos la historia completa, solo que, como eso no lo sabemos al
ver la película por primera, empezamos a montar el rompecabezas poco a poco.
A veces hay personajes que aparentemente no
tienen sentido, como una mujer joven a la que le roban en el autobús y a la que
Tracy la defiende. Luego de que ambas son expulsadas del bus, Tracy le da
dinero y la mujer se aleja gritando que la ama. O cuando ella está en otro colectivo,
con la ropa con la que salió de casa, y un hombre, el único pasajero además de
ella, la ve y empieza a reírse a carcajadas. Tracy también lo mira y se ríe de
la risa del hombre. Estos personajes son parte del mundo que se cruzan en el
camino de la joven que está sola y desesperada no solo por encontrar a su
hermano, sino por encontrarse con ella misma.
The Tracey Fragments |
Una escena interesante para entender cómo
funciona la fragmentación de la pantalla puede ser cuando ella está caminando
de noche por una calle mientras busca a Sonny. Ella está cansada y se acuesta
en el suelo, se cubre con unas cajas de cartón y se queda dormida. De repente, en
la pantalla aparecen cuatro escenas idénticas, solo que desde ángulos distintos
y con algunos segundo de diferencia entre ellas. Todas muestran lo que le
sucede a Tracy y el efecto que se consigue
es que podemos entender el sufrimiento de la muchacha, la desesperación por la
que pasa y la lucha por salir adelante en una búsqueda que hasta ese momento le
resulta inútil. Al verla fragmentada en la pantalla crea en el espectador un
sentimiento especial por ella; por eso, insistimos, esta película
“experimental” como muchas la llaman tiene una fuerza especial, aunque para
mucha gente sea difícil asimilarla.
De todos los personajes con los que Tracy se
encuentra en su búsqueda, uno de los más raros es su terapeuta. El Dr. Heker es
un hombre que se viste de mujer. No se trata de “travestismo” ni de ningún tipo
de opción sexual. Es más, ni siquiera se habla nada sobre su apariencia. La verdad
es que no sabemos si ese personaje es realmente como lo vemos, pues solo lo
conocemos a través de los recuerdos de Tracy, pues las conversaciones que ella
mantiene con él suceden en otra época, muchos antes de la desaparición de su
hermano Sonny; por otro lado, las conversaciones suceden en un escenario que se
asemeja más al de una obra de teatro, con colores claros u oscuros, en
ambientes, muchas veces, vacíos. Además, el terapeuta dice que la quiere
ayudar, pero no la ayuda en nada. Sus palabras son duras, la desafían y la
atormentan, más aún cuando la muchacha se desespera por el miedo constante de que
la consideren loca. En otras palabras, esos encuentros son una de las mejores
formas de entender el “yo interior y conflictivo” de Tracy que se agrava con la
desaparición de su hermano y su “amor” imposible por Billy Zero.
La soledad de Tracy.
Los últimos minutos de la película, filmados en
un plano secuencia final, muestran la soledad y el abandono de Tracy. Se cierra
el ciclo de la historia y nada se puede hacer por ella.
Las imágenes de esos últimos minutos, de igual
forma como sucedió con las primeras de la, se dan sin fragmentación, en primer
plano: ya no hay la necesidad de jugar con el tiempo y el espacio, pues el
rompecabezas está completo y lo único que le resta al espectador es acompañar,
en silencio, los pasos de la adolescente y sentir su agonía.
Tracy Berkowitz está sola.
Ellen Page muestra en esta película que es una
gran actriz. Su personaje es denso, no es fácil y carga en la espalda todo el peso
de la cinta. ¡Su actuación es de lujo!
The Tracey Fragments es una muy buena película. Ganó
algunos premios, como el de Mejor Actriz (Ellen Page) en el Atlantic Film Festival (2007) y Mejor
Director y Mejor Película Canadiense (Bruce McDonald). En el mismo año (2007),
en el Berlin Internacional Film Festival,
Bruce McDonald volvió a ganar. En 2008, en el Vancouver Film Critics Circle, Ellen Page nuevamente obtuvo el
premio de Mejor Actriz en Película Canadiense.
Texto original de
Patricio Miguel Trujillo Ortega.
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escrita del autor.