Con: Cecilia Vallejo, Tania Martínez, Pancho
Aguirre, Fausto Miño.
Dirección: Tania Hermida.
Qué tan lejos es un “rito de paso”. Es el “rito de paso” de
Teresa, una joven veinteañera que emprende un viaje desesperado de más de 300
kilómetros, sin más compañía que una pequeña mochila, unos libros de Octavio
Paz y una idea fija: no permitir que su “novio” se case contra la voluntad de
éste. Para eso, ella tiene que recorrer las carreteras del país que están
abandonadas porque justo ese día hay una huelga nacional y el país está
paralizado. Sin embargo, su pasión por sus ideas es tan grande que se enfrenta
a los obstáculos que se presentan en su camino para, al final del viaje,
descubrir ‘algo’ que no se había imaginado que podía ocurrir: encontrarse con
ella misma.
Qué tan lejos es una película profunda en la medida en que
la protagonista se va encontrando con ella misma; también es honda por la
originalidad con que la directora presenta ciertos temas “conflictivos” de la
idiosincrasia de los ecuatorianos; sin embargo, este drama está lleno de humor
que nace espontáneamente de la propia dramatización, lo que hace que la obra
sea profunda y divertida al mismo tiempo; además es dinámica y sus personajes
son seres reales, con los cuales el público puede identificarse.
Teresa y Tristeza.
Al inicio de su viaje, Teresa conoce a una
joven española, un poco mayor que ella, Esperanza, que está recorriendo por
primera vez Ecuador y está muy ansiosa por capturar con su cámara las imágenes
del país, principalmente los “estereotipos” que aparecen en su guía de viaje:
montañas, volcanes, indígenas. Por eso, ya que sus asientos están juntos, le
pide a Teresa que le permita ir en la ventana. Esperanza intenta ser simpática
y trabar una “amistad” con Teresa, pero esta se mantiene hosca y de pocas
palabras pues solo tiene una idea fija: detener el casamiento de su “novio”,
pues cree que este le están obligando a casarse porque le ha dejado embarazada
a su nueva novia.
Teresa en el terminal terrestre de Quito |
Algunos kilómetros después de haber iniciado el
viaje, el bus se detiene y ambas jóvenes se enteran de que las carreteras del
país están paralizadas porque ese día hay una huelga nacional en protesta a las
políticas económicas del presidente del Ecuador. Teresa, que desde el principio
muestra ser una persona fuerte, decidida y luchadora, decide continuar el viaje
de cualquier forma, ya sea caminando o jalando dedo. Ella quiere llegar a su
destino y cumplir con la misión que se ha propuesta. Esperanza al verla tan
resuelta decide acompañarla y, así juntas, inician el viaje.
Esperanza y Teresa en el bus |
Es entonces que Tereas se vuelve Tristeza.
Esperanza se presenta y cuando quiere saber el nombre de su nueva amiga,
Tristeza sonríe por primera vez, pero con una sonrisa algo chueca, irónica y se
presenta como Tristeza. Esperanza reacciona y no le cree que pueda llamarse
Tristeza, pero Tristeza le dice que no hay nada raro en llamarse así, más aún
si ella misma se llama Esperanza. “Es que
nunca había conocida ninguna Tristeza”, reacciona Esperanza.
De esta forma, Tristeza y Esperanza inician una
amistad que combina perfectamente con sus nombres.
Tristeteza y Esperanza hacen viajan de todas las formas posibles para llegar a Cuenca |
Tristeza es una joven que reclama de todo; critica
lo que ve a su alrededor; se siente mal por el casamiento de su “novio” y sus
palabras son duras al referirse a la prometida de su “novio” y a toda la
familia de ambos. Como ella misma dice en algún otro momento, ella está en contra de
todo.
En pocas palabras, Tristeza es justo lo que
dice su nombre: es una muchacha triste que piensa que sabe todo, critica a
todos y, en verdad, no sabe nada. Es una joven universitaria, intelectualizada,
profunda en sus conocimientos, pero ingenua en relación a su propia vida.
En contraste a ella, Esperanza trata de ver el
lado positivo de las cosas; le da ánimos a su nueva amiga y le reconforta
cuando esta es dominada por la desesperación; intenta encontrar siempre una
solución y cree que al final del viaje todo se resolverá. Además, le ayuda en
más de una ocasión a llegar su destino. Esperanza tiene paciencia con Tristeza,
pero levanta el tono de voz cuando se cansa de escuchar la misma cantaleta.
Tristeza, Esperanza y Jesús.
Después de haber andado muchos kilómetros, en
medio del páramo, Tristeza y Esperanza conocen a Jesús, un actor de teatro de
un poco más de cuarenta años de edad que, igual que ellas, también se dirige a
Cuenca, y lleva en una urna las cenizas de su abuela. (La relación Jesús con
las cenizas de su abuela es tratada con un humor fino, pues él está dispuesto a
cumplir la voluntad de su abuela a pesar de todos los inconvenientes que se
presentan ese día).
Esperanza, Tristeza y Jesús |
Jesús es el personaje que coloca un punto de
equilibrio en la relación Tristeza-Esperanza, pues escucha con paciencia los
dolores de Tristeza y, sin asumir ninguna postura moralista ni paternalista,
intenta mostrarle a Tristeza que solo ella y, nadie más que ella, puede decidir
lo que le va a suceder cuando llegue a Cuenca. Al mismo tiempo, con humor e
ironía le muestra a Esperanza otros puntos de vista sobre el país, algo que
ella no encuentra en las guías de turismo y que ni Tristeza, con toda su
euforia y pasión consigue transmitir.
Una de las escenas que marcan esa comicidad en
medio de tanto drama existencial para Tristeza es cuando los tres están en un
pueblo pequeño y no hay nadie en las calles. Mientras comen algo y Esperanza
recarga la filmadora, Tristeza habla profundamente de sus dolores con algo de
rabia y, como Esperanza ha dejado la cámara encendida, todo queda grabado;
algunos minutos después los tres escuchan la grabación y Tristeza empieza a
aprender a reírse de sus propios dramas.
El machismo y otros dramas tabúes ecuatorianos.
A pesar de que la película se centra en la
búsqueda de Tristeza por sí misma, no hay que ignorar que Qué tan lejos toca con
sutileza algunas veces y otras, de forma directa, algunos complejos que están
arraigados en la cultura ecuatoriana. Complejos sociales, raciales y machistas.
Cabe destacar en este caso dos escenas importantes:
En la primera, y la más interesante de todas,
es cuando Tristeza consigue que un joven, de raza indígena, le lleve en su moto
hasta un pequeño pueblo en donde ella puede esperar que alguien más pase y le
lleve a Cuenca. El muchacho la invita a tomar unas cervezas porque piensa que
ella es extranjera. Él le dice: “Más bien
te invito una cerveza mientras consigues carro. Y si no consigues, te puedo
ayudar a buscar dónde quedarte (...) ¿Alguien te espera en Cuenca?” Como
Tristeza no acepta la invitación, el joven le pregunta: ¿Tienes miedo a ecuatorianos o qué?” Tristeza la responde: “Oye, pero si yo también soy ecuatoriana?”
¿Ah, sí? Es que no pareces...” responde el joven, quien se sorprende y
cambia su forma de comportarse. Primero la trata de “tú”; luego, al descubrir
que no es extranjera, como que se siente tímido y empieza a tratarla de
“usted”. Es como si de repente la barrera social y racial entre los propios
ecuatorianos se levantara mágicamente; al mismo tiempo, parece que al joven le
incomoda que Tristeza no se comporte como “las ecuatorianas”, es decir, no
puede viajar sola por las carreteras del país. Sin más reacciones, enseguida el
joven se va con un amigo y le deja a Tristeza sola.
El joven de la moto y Tristeza: "si yo también soy ecuatoriana" |
Esta escena es clave para entender parte de la
crítica de Hermidia a esos problemas profundos que, culturalmente, continúan
siendo un retroceso en el desarrollo de cualquier país.
La segunda escena cargada de mucha comicidad y
drama se da cuando Tristeza, Esperanza y Jesús conocen a Andrés, un joven de
clase social alta que los recoge en medio del camino y que, por coincidencia,
va hacia Cuenca porque uno de sus mejores amigos, el “pollo” finalmente se casa
con la novia de toda la vida.
Andrés cuenta las aventuras del "pollo" y Tristeza descubre la verdad |
El drama de este conjunto de escenas en la que
participan los cuatro personajes se da cuando por las confesiones de Andrés,
Tristeza percibe que el “pollo” es su “novio” y que ella no es más que “una” de
las tantas novias que él había tenido. Las palabras de Andrés que cuenta las
aventuras de su amigo muestran ese machismo primitivo de la sociedad
ecuatoriana. Y, contrastando con el sufrimiento, con mucho humor se ironiza el
conservadorismo de las ciudades pequeñas, como es el caso de la ciudad de
Cuenca, cuando Andrés descubre que Jesús es su pariente. Lo cómico de la
situación es la forma en que Andrés menciona a todos los posibles parientes que
tienen algún tipo de relación con Jesús. Y lo verdaderamente cómico es que un
joven, de unos 25 a 30 años, sepa el nombre y las costumbres de muchos miembros
de varias generaciones de parientes; aspecto que no es precisamente
característico de gente tan joven, mas que muestra el conservadorismo y
tradicionalismo de ciertos grupos ecuatorianos.
Andrés descubre el parentezco con Jesús: Esperanza se sorprende |
Por otro lado, a lo largo de la película
aparecen otras cuestiones importantes sobre problemas sociales y políticos del
país. Estos problemas aparecen como pequeñas luces que se prenden y se apagan.
Se ve la viveza criolla del taxista que intenta aprovecharse de los
extranjeros; la viveza criolla del vendedor ambulante que intenta estafar a los
clientes; aparece también la timidez cultural, como es el caso de una señora
con su nieta que conversan en el bus con Tristeza y Esperanza. No obstante,
estos problemas no son el punto central de la película, aunque al principio
parecería que fuera así, lo que le hace interesante a la película y, de alguna
forma, contribuye con un concepto nuevo para el cine ecuatoriano, a saber: el
país no es solo el estereotipo político, social, racial, turístico que aparece
en todos los lugares de las más diferentes formas: más que el país, están las
personas con sus propios dramas aprendiendo a conocerse y a vivir con ellos
mismos.
La viveza criolla del taxista que intenta estafar a Esperanza |
Y esto se ve más aún por el hecho de que en la
película siempre se menciona el problema de la huelga nacional de los indios y
durante toda la película los indios no aparecen y no hay escenas de este
conflicto que ha paralizado al país. Lo único que sabemos es a través de los
comentarios de los personajes de la película que tampoco saben lo que está
sucediendo porque están involucrados en su propio mundo.
Los estereotipos turísticos.
Uno de los mayores logros de la película es la
forma en cómo el estereotipo del turismo ecuatoriano fue abordado. Esperanza,
la joven española, desea encontrarse en medio del camino con la belleza natural
de las montañas y de los volcanes ecuatorianos. Quiere verlos y filmarlos,
después de todo eso es lo que manda el “manual” del turista y lo que se espera
de un país andino. Sin embargo, para decepción de Esperanza, cuando pasa por
las montañas, el tiempo está cerrado y no ve nada de lo que quería; por lo
tanto, ella recorre el país y llega a conocerlo, pero desde un ángulo
diferente; a esto, hay que añadir que Tristeza, con su ironía y sarcasmo
constante, quiere mostrarle lo que para ella “es el Ecuador” y, para sorpresa
de todos, la propia Tristeza forma parte de eso.
La película en sí.
A todo lo dicho, hay que añadir la riqueza del
título: Qué tan lejos es una expresión que Esperanza utiliza en medio
del camino cuando ella y Tristeza comparten sus vivencias. Esperanza percibe
qué tan lejos ellas se encuentran de sus lugares de origen. Ambas caminan por
las montañas y solo se escucha el silencio del paisaje que, por un instante, es
interrumpido por los ruidos de un niño y sus ovejas que están pastando por ahí.
La soledad y el silencio que las rodea les hace que perciben las distancias que
hay entre lo que son y lo que buscan.
Qué tan lejos |
La fotografía y la banda sonora son otros dos
elementos importantes en la película. En el caso de la fotografía, prevalecen
los planos generales, el gran plano general y el plano general corto. No hay
efectos especiales y la historia es narrada de manera lineal, con un narrador
femenino en voz en off que presenta a los cuatro personajes principales
y a las dos ciudades: Quito y Cuenca.
Qué tan lejos |
En relación a la música, hay que mencionar que
es poca durante la película. Prevalecen en medio de los ruidos externos los diálogos
de los personajes: diálogos profundos, dinámicos y enriquecidos con la ironía y
el sarcasmo del espíritu rebelde, intelectualizado, indomable y, algo infantil,
de Tristeza.
Qué tan lejos es una gran película que narra la historia de
una joven soñadora que al final de su camino llega a Cuenca y aprende a ser
adulta. Un aprendizaje difícil, pero necesario, sin moralismos, sin más dramas
de los que ya hay.
Tristeza aprende a reírse de sí misma |
Sin embargo, todas las veces que he visto la
película me quedo con la sensación de que hay un elemento que se le escapó de
las manos a la dirección. Después que Teresa consigue que el chico de la moto
le lleve, Jesús y Esperanza continúan el camino a pie, hasta que en un momento
dado, cuando están cruzando el páramo, aparecen montados a caballo. Esos
“caballos” gratuitos aparecieron de la nada y, así como llegaron, se fueron. Me
parece que fue uno de los pocos errores en la construcción de la historia.
Mas es un error mínimo que no le quita la
importancia a esta película que obtuvo, entre otros, los siguientes premios:
* Segundo Premio Coral Obras Primas en el 28
Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana;
* El Cenit de Plata Primeras Películas del 30
Festival Mundial de Cine de Montreal;
* Mejor Película Iberoamericana Premio del
Público 4to Festival de Cine Cero Latitud Quito;
* Premio del Público Mejor Película Festival
Cinesul Rio de Janeiro;
* Premio del Púbico Mejor Película 2do Festival
Latinoamericano de Cine de São Paulo;
* Mención especial del jurado Premio del
Público 10mo festival de Cine de las Américas Austin Texas.
Texto original de
Patricio Miguel Trujillo Ortega.
Está prohibida la
reproducción total o parcial del texto sin la autorización escrita del autor.
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