Those Magnificent Men in their Flying Machine
(Esos magnífios hombres y sus máquinas voladoras). Comedia, Aventura. 137
minutos. 1965. Reino Unido.
Con Stuart Whitman, Sarah Miles, James Fox,
Terry-Thomas, Jean-Pierre Cassel, Alberto Sordi, Gert Fröbe, Robert Morley,
Irina Demick.
Dirección de Ken Annakin.
Las grandes aventuras de los años sesenta.
Las comedias de los años sesenta se
caracterizan, entre otros aspectos, por narrar historias ligeras, divertidas,
con un humor sutil y estereotipado que, a los ojos de hoy, nos parecen
películas bastante ingenuas. Sin embargo, hubo una serie de grandes comedias
que, además de las características mencionadas, eran verdaderas aventuras épicas que divirtieron al público con
personajes graciosos que se metían en las más divertidas confusiones. Como es
lógico, al final todo terminaba bien, menos para el malvado tramposo que, aunque se esforzaba por engañar a todos y
salir victorioso de cualquier forma, acababa perdiendo para el bien de los
demás.
Hay tres grandes películas que pertenecen a
este estilo único y peculiar de aquella época y que tuvieron gran éxito. Estas
películas no solo que no han sido olvidadas, sino que han sido muchas veces
imitadas, pero sin conseguir los mismos resultados que las originales. Estamos
hablando de Those Magnificent Men in their Flying Machines (Esos magníficos hombres
y sus máquinas voladoras), It’s a
Mad, Mad, Mad, Mad World (El mundo está loco, loco, loco – 1963), The Great
Race (La carrera del siglo – 1965).
Pero la película que hoy nos interesa es Those
Magnificent Men in Their Flying Machines (Esos magníficos hombres y sus máquinas
voladoras). Es una comedia extremamente divertida que no es más que una
libre adaptación súper cómica de una competición aérea, patrocinada por el Daily Mail de Londres, que ocurrió en
1910. Es una película muy bien hecha, con actuaciones impecables, con efectos
especiales muy bien logrados y, lo que es más importante, con un guion dinámico
y original.
Esta película tenía un solo objetivo, a saber:
en entretenimiento. Desde luego que se puede pensar en un análisis ideológico
subjetivo, pero eso sería salirnos del cine, y al final del presente texto,
lanzaremos una idea al respecto, pero nuestro objetivo es hablar de los logros
cinematográficos de este filme que hace un homenaje sincero a los pioneros de
la aviación, a su creatividad, a su fuerza de voluntad para vencer las
adversidades.
La generación del siglo XXI debería tener la
oportunidad de tener más contacto con este tipo de películas que, aunque carecen
de la tecnología del cine contemporáneo, son insuperables en más de un aspecto.
Por otro lado, para los amantes del cine, es una comedia que nadie puede dejar
de verla.
La historia.
Lord Rawnsley (Robert Morley), dueño del
periódico Daily Part, motivado por
las palabras de su futuro yerno, Richard Mays (James Fox), de la fuerza aérea
británica, quien le informa que Inglaterra, además de dominar los mares debería
dominar los aires, aspecto éste en el que ha perdido terreno para otras
naciones, organiza una competición aérea de Londres a París, y ofrece un premio
de 10.000 libras esterlinas al primer piloto que llegue a la capital francesa.
Richard, Patricia y Lord Rawnsley |
Estamos hablando de 1910, una época en la que
los aviones aún estaban siendo desarrollados y no podían volar distancias muy
grandes; una era en la que muchos pilotos arriesgaban la vida para descubrir el
avión ideal y vivir grandes aventuras que, hasta esa época, eran imposibles de
realizarlas.
La noticia llega a todo el mundo y se inscriben
más de ochenta pilotos de diversas nacionalidades. Estos se reúnen en
Inglaterra en un campo preparado para el evento, en el algunos días antes de la
competición testan sus máquinas voladoras que, por cierto, a las que en ningún
momento se las llama “avión”. Hay
máquinas voladoras de todas las especies (algunas inventadas especialmente para
la película) y después de varios días de preparación, solo sobran 14 pilotos
para participar en la competición, pues la mayoría acaba destruyendo sus máquinas
voladoras y no tienen recursos para reponerlas.
Olive lee en medio del desierto la noticia de la competición |
Durante la etapa de preparación, la película
presente a los principales competidores que representan a cinco países. Cada
uno de ellos se mete en las más diversas situaciones cómicas por la manera en
que cada uno de ellos se relaciona con los demás, pues además de testear las
máquinas voladoras, ellos deben conocer la región por la que van a volar, para
poder guiarse durante el vuelo, motivo por el que se ven obligados a participar
en diversos eventos donde van a surgir los conflictos, todos tratados de una manera
divertida.
Los primeros días los pilotos se preparan para la compeitición |
Al llegar el día de la competición, todos
partes en busca del premio, pero solo cuatro aviones llegarán a París. Los
demás, o sufrieron algún tipo de accidente o simplemente se pierden en medio
del camino. El caso más irrisorio de los que se pierden, es el de un piloto que
inventó su avión cuando estaba en una bañera. Por este motivo, su avión parece
una bañera y él viaja de espaldas, razón por la que no ve hacia donde va. Vale
la pena resaltar que la mayor parte de los pilotos son representados como
personas egocéntricas y no como caricaturas, aunque sí hay una o dos
caricaturas bien elaboradas.
Conforme resumimos la historia de Those
Magnificent Men in their Flying Machines, podemos darnos cuenta que la
película está divida en tres partes. La primera dura aproximadamente cuatro
minutos y es una secuencia en blanco y negro que parece un documental, en el
que un narrador cuenta con humor una “historia” de los inicios de la aviación
o, mejor dicho, del deseo que el hombre siempre tuvo de volar. En esta
secuencia actúa Red Skelton que interpreta a diferentes personas de diversas épocas,
aunque al final de la película, en los créditos aparece con el nombre el hombre neandertal. Esta secuencia mezcla
algunas imágenes reales de los pioneros de la aviación con otras interpretadas
por Skelton. Este documental, vamos a llamarlo así, es una pincelada de lo que
va a suceder más adelante.
La segunda parte de la película es la
preparación de la competición, en la que hay que destacar, principalmente, el
conflicto de Patricia Rawnsley con su padre, el organizador del evento. Ella es
una joven que sueña con ser independiente, en una época en la que en Inglaterra
las mujeres no tenían los mismos derechos que los hombres; pero su principal sueño
es poder volar en una máquina voladora. El problema es que su padre no le
permite y le prohíbe a Richard Mays, el enamorado de Patricia, de que la haga
volar. Este conflicto es importante porque a partir de ahí surgirán dos problemas
importantes que guiarán la historia de Esos magníficos hombres y sus máquinas
voladoras.
Richard y Patricia |
Como es característico en películas extensas de
los años sesenta, hay un intervalo musical de aproximadamente unos cuatro
minutos para iniciar la segunda parte de la película, a la que nosotros,
siguiendo la lógica de nuestro raciocinio, la llamamos de tercera: en ésta
ocurre la competición propiamente dicha, con secuencias espectaculares para
retratar los percances que sufren los competidores, como por ejemplo, caer en
medio del Canal de la Mancha por falta de combustible, caer a la entrada de un
convento por el mismo motivo o caer en medio de una carretera por un pequeño
problema mecánico. Pero ninguno de los inconvenientes tiene un final trágico,
ni cuando se llega al clímax del filme: el público en París espera al ganador,
sea cual sea la nacionalidad de éste, ya que quien consigue volar de Londres a
París en 25 horas y 11 minutos es un verdadero héroe.
Los personajes y sus conflictos.
Los personajes principales de Esos
magníficos hombres y sus máquinas voladoras están hechos a partir de un
estereotipo específico; es decir, no son personajes “puros”, lo que no es un
problema en esta película, pues el humor parte justamente de esta
caracterización rellena de estereotipos.
Patricia y Richard |
Empecemos hablando de Patricia Rawnsley (Sarah Miles), el único personaje mujer
importante de la película, pues las otras mujeres que aparecen cumplen papeles
secundarios. Ella es hija de Lord
Rawnsley (Robert Morley) y está saliendo con Richard Mays (James Fox). Ella es una mujer que usa motocicleta,
cuando su padre no la ve, y hace todo lo posible para poder volar, pero su
padre no le permite. Donde esconde su moto, hay un mensaje a favor del derecho
de las mujeres al voto, sin embargo, ella acata todo lo que su padre le dice, a
pesar de que también le “desobedece” siempre que puede hasta conseguir realizar
su sueño: volar. Sin embargo, a pesar de no tener la libertad que le gustaría
tener, ella sabe cómo salirse con la suya. Es una joven alegre, independiente,
que no le teme a la aventura y sabe cómo relacionarse con las demás personas.
Richard y Patricia |
Patricia y Olive |
Richard Mays es un joven militar, pretendiente
de Patricia. No le molestan las ideas de ella, pero siempre hace lo que el
padre de ella manda. Se comporta como nos imaginamos que se comportan los
“británicos”. No es expresivo en sus emociones; cuando Patricia quiere besarlo
en público, no le agrada, principalmente si él está usando uniforme. Él está
determinado a ganar la competición, pero la mayor parte de la película está
involucrado en mantener la compostura para no dejarse dominar por los celos cuando
aparece Olive Newton, un aviador
estadounidense que llega no solo para participar en la competición de las
máquinas voladoras, sino también para competir por el corazón de Patricia. Una muestra
de esa manera de ser inglés de Richard es cuando, dominado por los celos, le
desafía a Olive con extrema elegancia y educación, ya que él es un verdadero
caballero.
Olive Newton, piloto estadounidense |
Olive Newton (Stuart Whitman) es el prototipo del
“sueño americano”, aunque en ningún momento se utiliza esta expresión. Es una
persona que ha invertido hasta el último centava en su avión y, si pierde la
competición, no tiene ni cómo regresar a su país. A pesar de eso, se deja seducir por la alegría de Patricia y,
aunque sabe que su padre es poderoso y no autoriza que su hija vuele, la lleva
a volar, aún sabiendo que eso le puede perjudicar. Por otro lado, Olive no duda
en sacrificase para ayudar a los demás; es decir, la película lo presenta como
un hombre ‘altruista’ que es capaz de perder la competición si con eso ayuda a
salvar a algún necesitado.
Pierre Dubuis, piloto francés |
Pierre Dubuis (Jean-Pierre Cassel) y Colonel Manfred Von Holstein (Gert
Fröbe) son los dos aviadores que provocan algunas de las escenas más graciosas
de la película. Ambos representan el estereotipo de lo que son los franceses,
el primero, y el de los alemanes, el segundo. Aunque la película abarca a todos
los cinco principales pilotos como un todo, esta pareja de enemigos provocan
muchas carcajadas de buen gusto.
Colonel Manfred Von Holstein, piloto alemán |
Pierre, siguiendo el estereotipo de los
franceses, es un romántico incurable que no pierde la oportunidad de enamorase
y, tanto él como su equipo de mecánicos se toman las cosas a la ligera y son irreverentes,
principalmente con los alemanes, que son lo opuesto de los franceses. Los
alemanes son disciplinados, rigurosos y lo hacen todo a la perfección,
siguiendo al pie de la letra el manual de instrucciones. (Una de las tantas
escenas divertidas es cuando el Colonel Manfred Von Holstein se ve obligado a
pilotear su máquina voladora, y como no sabe hacerlo, lo hace siguiendo las
instrucciones del manual, y la primera instrucción, como es lógico, es sentarse
en la máquina, algo que él no lo hace hasta no haber leído dicha instrucción).
Colonel Manfred von Holstein |
Otra escena que caracteriza el estereotipo
alemán de principios del siglo veinte está en la frase que Von Holstein repite constantemente: “No hay nada que un oficial alemán no pueda
hacerlo”. Tanto es así que, cuando su avión sufre un accidente y él cae en
el agua, desde la embarcación que se acerca para rescatarlo le preguntan si
sabe nadar. Su respuesta, mientras intenta no ahogarse, es su frase predilecta:
“No hay nada que un oficial alemán no
pueda hacerlo”.
El conde Emilio
Ponticelli (Alberto Sordil) es uno de los hombres más ricos de Italia y
vive destruyendo sus máquinas voladoas, y siempre que su esposa le pide que
desista de volar, él promete hacerlo, hasta el momento en que aparece una nueva
máquina voladora y se olvida de la promesa. Es un hombre de familia, tanto es
así que su esposa y sus ochos hijos le acompañan a la competición. Es un hombre
cariñoso con la familia, exagerado y, además de destruir de destruir máquinas
voladoras, parece que lo único que sabe hacer es hijos.
Sir Percy Ware-Armitage |
Como no podía faltar, está Sir Percy Ware-Armitage (Terry-Thomas), el villano de la película.
Además de ser gobernador es un individuo inescrupuloso que no duda en
perjudicar a los demás pilotos para que todos pierdan. Como es lógico, Sir
Percy Ware-Armitage tiene una gran participación en esta comedia, no solo
porque es el antihéroe por excelencia, sino porque el público sabe desde
antemano que en algún momento el tiro le va a salir por la culata. Y es
justamente lo que se espera desde el principio. No obstante, las escenas en las
que él participa son muy divertidas y, aunque hoy, más de cincuenta años esas
escenas ya las hemos vistos en otras películas, éstas continúan siendo
originales y graciosas, tanto es así que en algunos afiches de la película él
ocupa el espacio central de la imagen. Vale decir que su propia caracterización
es caricaturesca: él aparece con un gran bigote, una sonrisa falsa y un espacio
bien notorio entre sus dientes incisivos.
Sir Percy Ware-Armitage y su fiel compinche |
Sir Percy Ware-Armitage preparando uno de sus planes diabólicos |
Para finalizar la presentación de los
principales personajes, hay que mencionar a Brigitte, Ingrid, Marlene, Françoise, Yvette y Betty (todas representadas por Irina Demick). Esta bella mujer de
una sonrisa encantadora y seductora está siempre presente en todos los lugares
donde está Pierre Dubuis: desde el primer accidente en el que él se choca con
su máquina voladora contra un árbol por quedarse viendo a la bella mujer que
está siendo pintada por un artista, hasta el final de la película cuando el
público festeja la llegada de los pilotos victoriosos a París. En todas las
oportunidades él conoce a una simpática mujer que siempre tiene un nombre
diferente, una nacionalidad diferente, pero es la misma persona.
Pierre y Bety |
Brigitte, Ingrid, Marlene, Françoise, Yvette, Bety (Irina Demick) |
Brigitte e Pierre Dubuis |
Escenas especiales.
Una película con tantas situaciones
cómicas y llena de aventuras y
desventuras está repleta de escenas especiales, sin embargo vamos a limitarnos
a solo cuatro escenas que retratan el humor de la película.
La primera escena es cuando Patricia aparece
manejando una moto en el campo y llega
Richard, en una máquina voladora, a la gigantesca propiedad de Lord
Rawnsley. Ella aparece usando una ropa confortable: boina, un pulóver y un
pantalón. Desde la llegada de su “novio”, ella se muestra alegre, inquieta,
testaruda y apasionada por el mundo de las máquinas voladoras. Cuando se dirige
con Richard a hablar con su padre, ella va a un cuarto para esconder la moto, pues
su padre no puede saber que ella maneja ese vehículo, y enseguida aparece
transformada en una “verdadera lady británica”: sombrero, bien peinada y una
ropa extremamente clásica. Sin embargo, ella no pierde su postura inicial,
aunque se muestra frente a los demás con el comportamiento para el que ha sido
educada.
Patricia y Richard |
La segunda escena que queremos destacar también
involucra a Patricia, pero Olive, el piloto estadounidense. Patricia está
andando en bicicleta por el campo al que están llegando las diferentes máquinas
voladoras para prepararse para la competición, cuando ella pierde el equilibrio
y se cae. Olive corre a ayudarla, y al quitarle la bicicleta que le ha caído
encima, le arranca el vestido. Es el primer contacto que tienen ambos
personajes y a partir del cual surgirá el interés mutuo que ambos tienen y las
diferentes situaciones cómicas que surgirán a
partir de este inocente incidente.
La tercera escena digna de destacar, es el
duelo que hay entre Pierre Dubuis y el Colonel Manfred Von Holstein. El alemán,
cansado de las bromas pesadas que le hace el francés, lo desafía a un duelo. El
francés escoge como armas un arcabuz y un globo. Aunque le parece absurda la
decisión de Dubuis, el alemán acepta que el duelo sea en un globo y con
arcabuz, sin darse cuenta de que Pierre le está tomando el pelo una vez más. Cuando
están listos para el desafío, como es lógico, todo sale equivocado para ambos,
pero el público se divierte con una de las secuencias más graciosas de la
película.
Así como Those Magnificent Menn in their Flying
Machines hace un homenaje bien humorado a los pioneros de la aviación,
también hace un homenaje al cine mudo, específicamente a los policías de la Keystone. En el campo
donde esos magníficos hombres con sus máquinas voladoras están preparándose
para la competición, hay un Cuerpo de Bomberos que siempre está listo para
socorrer a los accidentados. En una de esas situaciones, cuando uno de los
pilotos pierde el control de su máquina voladora y ésta empieza a andar por el
campo de manera desgobernada, los
bomberos corren al camión y empiezan una loca corrida caótica en el mejor
estilo de los policías de la Keystone del cine mudo. Esos son unos minutos
divertidos que nos recuerdan grandes momentos de un cine que tuvo mucho éxito y
que causó furor en el público de los primeros años del siglo veinte.
Los bomberos |
Los bomberos: un homenaje a los policías de la Keystone |
Una escena interesante es cuando Olive va al
galpón donde James está trabajando. Olive le pide a Jemes que le preste una llave inglesa y él no entiende lo que le
pide. El humor radica en que ambos están en Inglaterra y los ingleses no
conocen esa llave con ese nombre. Este tipo de humor sutil en el que se juega
con palabras y expresiones es característico de las comedias de los años
sesenta y que está muy presente en Esos magníficos hombres en sus máquinas
voladoras.
Del título y otras características.
Para el presente comentario de la película Those
Magnificent Men in their Flying Machines hemos decidido usar el título
en español Esos magníficos hombres en sus máquinas voladoras porque nos ha
parecido que es la traducción adecuada. Hemos visto otros dos títulos con los
que esta película fue conocida, en español, en los años sesenta: Aquellos chalados en sus locos cacharros (Este
título nos parece ofensivo porque presenta a los pilotos como locos, lo que se
opone al sentido de la película: el homenaje, aunque sea gracioso, a los
pioneros de la aviación; en segundo lugar, las máquinas voladoras no eran
trastos viejos que no funcionaban mal; al contrario, eran los nuevos inventos
que aún no habían sido perfeccionados).
Esos magníficos hombres y sus máquinas voladoras |
El otro título que encontramos fue Los intrépidos hombres en sus máquinas
voladoras. Este título es mucho más decente que el anterior.
Esos magníficos hombres y sus máquinas voladoras que aceptaban todo tipo de desafío |
Por otro lado, Esos magníficos hombres en sus
máquinas voladoras es una película que hoy, después de más de cincuenta
años de su realización, continúa siendo tan divertida como en la época de su
estreno, pues retrata de manera humorística una mundo que solo lo conocemos a
través de la historia. La película recibió siete nominaciones, entre ellas al
Óscar (1966) y al Globo de Oro (1966), pero solo obtuvo el BAFTA (1966).
Texto original de
Patricio M. Trujillo O.
Está prohibida la
reproducción total o parcial del texto sin la autorización escrita del autor.
Ahora vamos a hacer un pequeño paréntesis para plantear
una “una teoría de la conspiración especulativa”: Esos magníficos hombres y sus
máquinas voladoras es una película de 1965 y es interesante pensar en
las nacionalidades de los aviadores. De los más de ochenta que se inscriben,
solo quedan 14 al inicio del evento, y solo cuatro llegan a la meta. La
nacionalidad de los principales competidores son: estadounidense, alemana,
francesa, inglesa, italiana y japonesa. No hay ningún piloto de algún país de
la Cortina de Hierro (recordemos que esta película inglesa fue hecha en el auge
de la Guerra Fría). Este es un dato interesante del cual se pueden elaborar
diversas teorías, así como el hecho de que tampoco hay personajes de raza negra
ni mujeres pilotos, a pesar de que hubo varias mujeres que se destacaron y
cumplieron un papel importante en los primeros años de la aviación, como es el
caso de E. Lilian Todd (1865-1937) y Élise Léontine Deroche (1886-1919)
Pero no nos vamos a detener con estas ideas,
aunque es interesante el planteárnoslas.
Ilustraciones (storyboard) de la película |