Con Rei Yoshii, Asami Imajuku.
Dirección de Kôji Kawano.
Primeras palabras.-
Hace poco he visto la película japonesa Love
my life y me ha agradado bastante. Aunque no es una película perfecta y
su guion tiene algunas fallas, como lo veremos después, también tiene aspectos
positivos que hace que valga la pena verla.
Love my life es una película de temática lésbica. Para el
público que no está acostumbrado a ver este tipo de películas en el circuito
comercial, a no ser las últimas famosas de consumo popular que han aparecido en
los dos últimos años, como Carol, por ejemplo, esta película
pasaría totalmente desapercibida, incluso por su escasa distribución comercial,
lo que no ha permitido, tal vez, una amplia discusión sobre ella.
Después de haberla visto, me puse a buscar en
Internet informaciones sobre ella, y fue difícil encontrar algún comentario
extenso, y más aún algún análisis, aunque fuera poco profundo. Lo único que hallé
fueron sinopsis mediocres de tres o cuatro líneas que no consiguen ir más allá
de la apariencia (algo que hay en la gran mayoría de las páginas de la web
dedicadas al cine). Además, la mayoría de esos comentarios decían que la
película era mala, pero no argumentaban dicha afirmación. Entonces, si muchos
hablan mal de una película, para mí significa que, o la gran mayoría repite lo
que alguien dijo, o falta la sensibilidad para encontrar los aspectos positivos
de una obra de arte, si es que consideramos el cine como arte. Y en general, me
propongo encontrar estos puntos cuando se trata de una película nada popular.
Love my life: Eri e Ichiko |
Antes de entrar en los detalles que nos
interesan analizar, hay que informar que Love my life es una película que
habla de la madurez, de una manera sencilla, y tal vez algo ingenua. No se
puede vivir solo de las emociones, algo que parecen que las parejas se olvidan
cuando se enamoran y viven con intensidad esos primeros momentos que parecen
eternos. Esta película trata de la necesidad de madurar para seguir adelante,
como pareja.
Love my life: una película lésbica.-
Love my life es una película positiva de dos mujeres
lesbianas que no tienen ningún conflicto con su sexualidad. Y las personas que
les rodean, viven normalmente con la homosexualidad, en una sociedad algo
conservadora, como la japonesa, y de la que no sabemos mucho, por más
globalizados que seamos.
Ichiko y Eri: Love my life |
Ichiko y Eri han llegado a una situación en la
que ambas deben definir sus destinos profesionales y, principalmente, decidir
cómo van a construir sus vidas, que no depende del hecho de que sean lesbianas.
Ellas son dos mujeres, como cualquier otra, que tienen la vida por delante y
deben resolver los conflictos que ésta les presenta.
Ichiko y Eri son dos estudiantes universitarias
jóvenes que han iniciado una relación amorosa perfecta. Ambas son guapas,
inteligentes, bien educadas y están totalmente enamoradas. En un primer
instante se puede afirmar que no hay nada que pueda destruir esa relación que
se solidifica a cada día. Sin embargo ambas viven realidades diferentes en
relación con sus respectivas familias que influye directamente en el futuro que
están trazando para sí mismas.
Los personajes y el conflicto.-
Eri es la más seria de las dos y estudia para
ser abogada porque quiere demostrarle a su padre que, a pesar de ser mujer,
puede ser abogada. Ella sabe que no tiene la vocación para serlo, pero al
sentir el rechazo de su padre, que le privilegia a su hermano, quiere vengarse
de su padre, y cree que lo hará siendo abogada. Su familia es altamente
competitiva y ella se siente que está en un nivel inferior a su hermano,
principalmente por las posturas conservadoras de su padre, quien, además,
rechaza drásticamente el hecho de que su hija sea lesbiana, a pesar de que ella
es independiente.
Eri y la desición de ser abogada |
Esta situación hace que Eri tenga una serie de
escudos emocionales con los que se protege constantemente, lo que de alguna
manera le impide ser más espontánea de lo que le gustaría ser.
La realidad de Ichiko es otra. Ella es la más
alegre en la relación, muy expresiva, bastante ingenua y algo infantil. Se
emociona fácilmente con los pequeños gestos y se deja llevar por el impulso.
Está locamente enamorada de Eri y cree que ese amor es suficiente para mantener
la relación.
Además Ichiko vive una relación con su padre
opuesta a la de Eri. Al confesarle a su papá, quien es viudo, que ella es lesbiana,
éste le cuenta que él también es homosexual y que la madre de Ickilo también lo
era. Le cuenta que ambos mantuvieron un matrimonio solo por apariencia y que,
en secreto, cada uno tenía su respectivo amante. Él le dice que ambos la amaron
y que ese fue la única manera que tuvieron para conseguir vivir bien.
Esa revelación solo ayuda a que Ichiko pase a
confiar más en su padre, con quien ya tenía una buena relación, y se sienta más
segura con respecto a Eri, pues ninguna de las dos ha salido del “armario”
públicamente.
¿Qué puede, entonces, destruir esa relación ‘perfecta’
entre Ichiko y Eri? Aparentemente nada, ni siquiera el beso casual que Ichiko le
da a un muchacha de forma impulsiva.
Lo que pone en riesgo la relación de la pareja
es la obsesión de Eri de ser abogada. Está dispuesta a hacer cualquier
sacrificio con tal de vengarse de su padre, por lo que le pide a Ichiko que se
mantengan separadas durante el tiempo en que ella debe prepararse para los
exámenes. Y frente a esta noticia, Ichiko corre el riesgo de caer en la
desesperación y en la depresión.
Una historia de madurez.-
A partir de la separación, la película se
olvida de Eri y se concentra en Ichiko, para quien es duro vivir esa situación.
Se derrumba, pierde la alegría de vivir y se desespera con la tentación de
llamarle a Eri. No duda en ningún momento de que el amor de ellas vaya a
desaparecer, pero se siente impotente y no consigue entender por qué su novia
tiene que insistir en algo que no le va a beneficiar en nada.
Pero esta separación es necesaria para que
ambas encuentren el camino que quieren para sus vidas. Ellas no pueden
continuar viviendo de emociones o protegiéndose de las emociones. Llega el
momento en cualquier relación en que hay que madurar, y aquí entra en juego el
padre de Ichiko, quien con su modo de ser, de pocas palabras y pocos gestos, le
da la oportunidad para que ella salga de la inercia en la que se encuentra.
Eri e Ichiko en la playa |
El padre de Ichiko es traductor de libros y le
da un libro a su hija para que ella lo traduzca. Le presenta a su editor y la
muchacha acepta el trabajo. De esta manera, Ichiko empieza a hacer no solo un
ejercicio literario, sino un ejercicio para darle un sentido a su vida. No
puede permanecer todo el tiempo viviendo de la idea romántica de la vida y
comportándose de manera infantil.
Y este uno de los aspectos positivos e interesantes
de la película: Ichiko debe aprender a encontrar la palabra exacta para
expresar claridad las ideas. Su primer resumen de la traducción no es bueno; el
segundo resumen, aunque mejor que el primero, tampoco lo es. Solo entonces ella
se da cuenta de la necesidad de aprender a expresarse con exactitud.
Podemos decir que el trabajo de Ichiko por
encontrar la palabra ideal en el ejercicio de la traducción es una excelente
metáfora de la vida. Del primero ejercicio de la traducción al último hay un
proceso que implica esfuerzo, dedicación y constancia. Y la vida es así: no se
la puede vivir solo de emociones y de gestos espontáneos. Por tanto, Ichiko
aprende a ser una mujer adulta.
Por otro lado, aunque no seguimos el proceso de
madurez, Eri, al aislarse del mundo para enfrentarse en la guerra que se ha
propuesto hacerle a su padre, descubre lo que ella realmente quiere ser en la
vida. Se da cuenta de que no se trata simplemente de oponerse a la familia
porque son diferentes. Cada uno ocupa su espacio, y las opciones de cada uno no
pueden depender de las emociones de unos y otros. El aislamiento por el que
ella pasa le permitirá, no solo encontrar su verdadera vocación, sino también
la oportunidad de destruir los escudos emocionales con los que se protege.
En pocas palabras, Love my life es una
historia de superación, de madurez, y de esa manera sus protagonistas, Ichiko y
Eri, encuentran la forma de cómo tener una relación más sana y saludable. Más
fuertes y unidas que antes.
Algunos peros.-
Hemos tratado de rescatar lo más positivo de la
película, no obstante hay algunos elementos que le quitan la calidad que
hubiera podido tener.
La ex-amante de la madre de Ichiko con su novia; Ichiko y Eri |
Empecemos con los personajes secundarios. Estos
están mal concebidos y no son convincentes. Parece que fueron solo hechos de
relleno. Por ejemplo, en una escena en la que Eri e Ichiko están caminando en
la playa, un día de invierno, disfrutando del amor que hay entre ambas, ellas
se encuentran con la ex-amante de la madre de Ichiko y su nueva enamorada. El
diálogo que se da entre ambas es pobre y superficial, más aún si consideramos
que en ese momento ese encuentran dos parejas de lesbianas: una, madura que
camina en la vida a pasos firmes, y otra, que está buscando la manera de hacerlo.
Por otro lado, Ichiko ya conoce la historia de su madre y ese hubiera podido
ser un buen momento para fortalecerse como lesbiana a partir de lo que vivieron
sus padres. Sin embargo, ese encuentro interesante es desperdiciado.
Ichiko tiene un amigo en la universidad que es
homosexual. Ambos son amigos y confidentes a tal punto que las personas creen
que ellos son una pareja. En esa relación de amistad, que a veces se queda en
diálogos vacíos y en lamentos del muchacho de que él no tiene una pareja,
aparece una chica que está enamorada del amigo de Ichiko. Es una aparición
forzada en la historia que no añade ninguna riqueza en la película.
Ichiko y su mejor amigo |
El comportamiento de Eri en lo que se refiere a
su profesión está pautado por su relación tensa con su padre; sin embargo, la
única escena en la que éste aparece, no se ahondan los conflictos que ambos
viven, tal vez porque a la película no se le quiso dar ningún tono dramático.
Pero esa relación tensa no está bien explicada ni explorada.
A pesar de que la película es agradable
visualmente, hay momentos en que pierde el ritmo narrativo, tal vez porque
Ichiko es presentada de manera muy infantil y algo superficial durante gran
parte de la película. Es algo contradictorio porque ella es quien le da la vida
a Love
my life y, al mismo tiempo le quita parte de su brillo.
Un aspecto positivo es la excelente banda
sonora con las canciones del grupo japonés Noodles.
Escenas especiales.-
Hay tres escenas que nos gustaría rescatar
porque reflejan diferentes situaciones de la película y, lo interesante de
todo, es que cada una tiene un ritmo distinto.
Love my life |
La primera escena es erótica, y si no fuera
porque ambas muchachas están vestidas, podría ser casi una escena pornográfica.
La impresión que tenemos es que fue hecha con el propósito de seducir a todo
tipo de público: tanto a las mujeres lesbianas como a los hombres
heterosexuales porque al iniciar la película con esta escena, se crea una
expectativa sobre ella que después no va a suceder. Ambas muchachas están en la
cama durmiendo y se despiertan. Eri coge un dulce y se lo lleva a la boca.
Ichiko se acerca y al besarla en la boca, Eri le da el dulce y ambas inician un
juego erótico de lenguas que se besan y que se pasan el dulce de la una a la
otra. Son varios segundos en que la cámara, en primer plano, muestra esa
relación sexual erótica de lenguas. ¡Una escena muy caliente!
Love muy life |
La segunda escena es la cita entre Ichiko y el actual
amante de su padre. Después que ella sabe de la homosexualidad de su padre,
ella quiere entenderlo y conocer a su actual compañero. La escena es
interesante por la dificultad que ambos tienen para comunicarse. No les resulta
fácil hablar y los diferentes ángulos de la cámara ayudan a resaltar esa dificultad.
Ambos están tímidos y nerviosos. Es una escena muy bien lograda.
Ichiko |
La última escena, también muy bien lograda, es
cuando Ichiko recibe el mensaje, tan esperado, de Eri para verse nuevamente con
ella después de tanto tiempo que han permanecido separadas. Ichiko deja lo que
está haciendo y sale corriendo por las calles. Durante más de dos minutos, la
vemos correr, escuchamos su respiración cansada, el golpe de los zapatos en la
calle, la desesperación por llegar a tiempo, con el miedo de que Eri piense que
ella no va a ir.
Palabras finales.-
Love my life no es una de las mejores películas de temática
lesbiana. Hay muchas mejores, y en este mismo blog ya hemos comentado varias de
esas; sin embargo, a pesar de sus defectos, vale la pena, no solo para pasar el
rato, sino porque ofrece, aunque sea de una manera ingenua, una historia
optimista, alegre, de final feliz, en las que no hay el “malvado” que pone en
peligro la felicidad de alguien.
Es bueno ver películas de este estilo también.
Texto original de
Patricio Miguel Trujillo Ortega.
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