O filme que assistimos...

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Patricio Miguel Trujillo Ortega


30 de novembro de 2015

¡Átame!



Átame. España. 1990. Comedia - Drama. España. 101 minutos.

Con Victoria Abril, Antonio Banderas, Loles León.

Dirección de Pedro Almodóvar.

Átame es una excelente película del primer período del siempre polémico Almodóvar. Una historia seductora, con personajes fuertes, impactantes y sensibles; a eso hay que añadir la fotografía bellísima, el dinamismo de la historia y, como es esencial en el director español, el choque: escenas crudas, explícitas y profundas, con una buena dosis de humor y mucho drama para un final alentador, de esperanza.

Átame es una película sobre personajes marginales que transitan entre el amor, la locura, la obsesión y la soledad; y el espectador, al verlos, no deja de preguntarse hasta qué punto él mismo no forma parte de ese grupo de “marginales”, pues Almodóvar consigue explorar profundamente el lado humano de estos personajes que, por su condición “marginal”, probablemente serían ignorados o retratos con estereotipos.

La historia y los personajes.-

“Tengo veintitrés años, cincuenta mil pesetas y estoy solo en el mundo. Me gustaría ser un buen marido para ti y un buen padre para tus hijos”. Esto es lo que le dice Ricky a Marina cuando acaba de raparla en el propio departamento de ella.
Antonio Banderas y Victoria Abril
Ricky es un joven huérfano desde los tres años de edad y ha vivido toda su vida en instituciones sociales, de las que se ha escapado en más de una ocasión. Pero esta vez, por orden judicial, sale del último centro psiquiátrico donde está internado con la idea de reintegrarse al mundo de la “normalidad” y formar una familia. No obstante, él tiene dos obsesiones que le guían y le apartan, al mismo tiempo, de ese mundo “normal” que tanto anhela. Por un lado le gustaría volver a ver su pueblo natal, al que no ha ido desde cuando tenía tres años de edad. Por otro lado, decide raptarle a Marina, como él mismo le dice “...para darte la oportunidad de que me conozcas a fondo porque estoy seguro de que te enamorarás de mí como yo lo estoy de ti”.
Ricky es dado de alta de un instituto psiquiátrico
Marina es una actriz de películas de segunda categoría y también ha trabajado en películas pornográficas. Además, en el pasado se ha prostituido y ha sido drogadicta. Ella está terminando de rodar una película cuando Ricky sale del centro psiquiátrico con la idea fija de encontrarse con Marina, a quien la conoció en una de sus fugas y, después de haber tenido sexo con ella, le había prometido que la sacaría de la calle y la cuidaría. Con este pensamiento, Ricky va al estudio, se roba algunas cosas, entre ellas las llaves del departamento de la actriz y, poco después, la secuestra.

Sus intenciones originales no eran la de secuestrarla, sino que ella misma percibiera quién era él, que se acordara de la promesa que él le había hecho hacía un año y que lo aceptara en su vida. Ingenuamente, porque Ricky es un hombre ingenuo, piensa que su plan es perfecto, pero al ser rechazado, se las juega al todo al secuestrarla pues, como lo dirá posteriormente, él no tiene nada que perder.
Escena de la película que Marina está rodando
Ricky es un hombre solitario que piensa que con sus intenciones de amar todo está resuelto y, cuando las cosas no funcionan como quiere, recurre a la violencia, no solo en lo que se refiere a Marina sino también en otras situaciones, como cuando va a buscar drogas para ayudar a Marina.

Pero volvamos al secuestro: a partir de este, la relación entre Ricky y Marina es una serie de enfrentamientos complejos, contradictorios y ambiguos. Ricky se esfuerza por mostrarle su amor y está convencido de que ella también lo va a amar; o, mejor dicho, está convencido de que debe amarlo. Pero Marina se resiste y, cuanto más ella lo hace, Ricky se exalta mucho más aún y trata de demostrar que sus intenciones son perfectas, consiguiendo, muchas veces, con este comportamiento lo contrario.
¡Átame!
Sin embargo, como ya es conocido el caso del Síndrome de Estocolmo, Marina, al ver a Ricky, que llega al departamento en una de sus salidas, destrozado física y emocionalmente, “crea” una serie de sentimientos profundos por su secuestrador y la relación empieza a fluir a base de pura pasión, como si fueran una “pareja normal”. Y es ahí que tiene sentido el título de la película: por primera vez Marina le pide a Ricky: “átame” cuando este va a salir una vez más: en otras palabras, después de tres días, ella parece dispuesta a amarlo.
Ricky y su obsesión por Marina
Escenas especiales.-

Átame es una película dinámica que fluye con naturalidad porque sus escenas están bien construidas. No hay elementos que sobren. Las piezas están correctamente encajadas,  aunque al final hay algunos elementos –pues a pesar de ser una excelente película, no es perfecta- que se pierden en el desenlace, como es el caso de la obsesión oscura que tiene el Director de la película por Marina en la que ella acaba de actuar. Sin embargo, queremos destacar algunas escenas claves ya sea por la osadía de las mismas o por lo sentido en la construcción de la historia y el desarrollo de sus personajes.
La hermana de Marina interpretando una canción en una fiesta después de terminado de rodar la película

La primera es una escena casi explícita de Marina masturbándose en una bañera. La escena empieza con algo de ingenuidad y gana una tensión artística y sexual. Es erótica, pero nada pornográfica. Es sensual y nada vulgar. Imaginémonos esta escena a principios de los años noventa: ¡un escándalo! Pero esta escena no es clave solo por el “acto sexual” en sí, o por cómo fue concebida, sino porque nos muestra el otro lado de Marina: una mujer que está en una transición, intentando dejar atrás su pasado negro, y disfrutando, por lo menos, de un momento íntimo con ella misma, lejos de la presión que siente por parte de su hermana, del Director de la película y, tal vez, de otros.
Marina
Marina

La segunda escena es cuando Ricky se presenta con la frase que va a marcar toda la película: “Tengo veintitrés años, cincuenta mil pesetas y estoy solo en el mundo. Me gustaría ser un buen marido para ti y un buen padre para tus hijos”. Ricky es un muchacho que está solo y que no se da cuenta que más que amar, lo que busca es ser amado, darle un sentido a su vida.

La tercera escena es una mezcla de comicidad y dramatismo: Ricky no consigue controlar su fuerte temperamento cuando Marina está en el baño y lo rechaza constantemente (no un rechazo sexual, pues Ricky en ningún momento intentará tener relaciones sexuales con ella sin su consentimiento). Marina le dice que él es un “mamarracho”. De repente, Ricky se siente ofendido, pues nadie en la vida le había llamado “mamarracho” y no entiende cómo ella puede ser tan cruel justamente con él, que se está esforzando por amarla y hacerla feliz. El drama está en el dolor profundo que esa simple palabra provoca en Ricky, y la comicidad en la incapacidad de este para comprender que no se puede entrar simplemente al departamento de una persona, secuestrarla hasta que esta nos ame. El mundo de la ingenuidad de Ricky es tan grande, que no se da cuenta que el insulto de Marina es muy poco frente a lo que él hace.
¡Átame!
La cuarta escena es cuando finalmente Ricky se Marina tienen una relación sexual. Es interesante cómo está hecha la escena y es uno de los aspectos peculiares de Almodóvar, quien, cuando trabaja con este tipo de situación, lo hace con su propio estilo, que no tiene que ver con el “glamour” de Hollywood. Rice acaba de llegar al departamento sangrando, con la ropa sucia de sangre y todo el cuerpo herido porque le acaban de dar una paliza. Marina al verlo, se sensibiliza y se da cuenta de que siente algo por él; pero lo que más nos llama la atención en esta escena es la posición de la cámara durante la relación sexual que intenta mostrar “cómo ella es en la vida real”.
Ricky y Marina
Y por último, una de las escenas más profundas y conmovedoras de la película es cuando Ricky está en las ruinas de lo que un día fue su pueblo. Aquel sueño que él siempre tuvo de volver a la casa en la que vivió hasta los tres años de edad, cuando sus padres murieron, está destruido, profundamente, así como el propio pueblo. Y es entonces que escuchamos un buen trecho de la canción Resistiré interpretada por el legendario Dúo Dinámico. Esa canción es un verdadero himno que nos motiva a nunca darnos por vencidos.
Ricky, Marina y su hermana cantando "Resistiré"
Palabras finales.-

Átame es una de esas películas que, sin llegar a ser la mejor que haya hecho su director, uno la ve varias veces sin cansarse porque algo nuevo se descubre en cada exhibición. Es una película sin pudor, pero con mucha sensibilidad. Una manera brillante de captar la realidad de personas que transitan, como lo he dicho anteriormente, entre el amor, la locura, la obsesión y la soledad. Átame no es solo una historia de un amor obsesivo, sino una búsqueda por encontrarse a uno mismo cuando, aparentemente, todo ya se ha perdido.
Marina y su hermana huyen de Ricky
La película participó en numerosos festivales de cine y obtuvo muchos premios, entre ellos el de mejor actor (Antonio Banderas) en el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (Colombia), 1991; en el Fotogramas de Plata (España), 1991; en la Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York (EE.UU.), 1991; mejor película en el Fotogramas de Plata (España), 1991; en Premios Sant Jordi (España), 1991; y algunas nominaciones como a la mejor película en el Premios César (Francia), 1991.

Texto original de Patricio Miguel Trujillo Ortega.

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