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Patricio Miguel Trujillo Ortega


19 de janeiro de 2012

Un Titán en el Ring

Un Titán en el Ring, Drama, 2002, 111 minutos. Ecuador.

Con: Toty Rodríguez, Norert Stimpfig, Temlo Herrera, Pablo Aníval Bela

Dirección: Viviana Cordero

¿Cómo es la vida de tantos seres anónimos que luchan todos los días para vivir dignamente?

¿Cómo se enfrentan las personas con ellas mismas y con los demás?
¿Cómo es la vida de gente que tiene, tal vez como única aspiración, no ser igual a sus padres y su único sueño es salir de donde vive y nunca más volver?

¿Cómo se vive en medio de las propias frustraciones y desengaños?

¿A qué se puede aspirar si se vive en un lugar perdido en medio de la nada?

Estas son algunas de las interrogantes que nos deja la película Un Titán en el Ring, una película sensible que ahonda lo más profundo del ser humano. Pero estas interrogantes no tienen respuesta porque la vida de cada de ser humano es compleja y la búsqueda por la felicidad no tiene límites: todos, de una u otra forma, buscan lo mismo; sin embargo, en medio del camino otros caminos se cruzan y el destino de cada es incierto.

La historia de Un Titán en el Ring parte de una idea muy interesante: en un pueblo ficticio (¿hasta qué punto lo es?), San Ramón de Mulaló, muy pequeño, pobre, en medio de los Andes ecuatorianos, en el que la mayoría de la población es india y mestiza, hay una carpa –con aires de circo- donde se presentan todas las semanas combates de Cachascán.

A este lugar van los habitantes del pueblo a ver las peleas de los luchadores que despiertan la fantasía de niños y adultos; luchadores que viven en el mismo pueblo pero, cuando están en el ring, son los ídolos y algunos sueñan en ser como ellos; ahí también se reúnen los dueños de las haciendas locales para hacer las apuestas con Don Sata, el dueño del local.

Sin embargo, este lugar de fantasía es donde se unen la soledad, la tristeza, las ilusiones, las frustraciones de los habitantes del pueblo y, la forma de conocerlos, es a través de la vida de los once protagonistas de la película; porque de esto trata Un Titán en el Ring: un momento en la vida de algunas personas que se entrecruzan sin saber cuáles son las consecuencias de cada uno de sus actos cotidianos y adónde ellos pueden llegar.

Zoila Chihuano es una mujer fría, dura y egoísta. Tiene una hija pequeña, pero parece que no le importa el destino de su hija y no duda en llevar a sus amantes –y clientes- a su habitación y tener relaciones sexuales con ellos mientras su hija está al lado de la habitación, escuchando todo. Además de prostituirse, trabaja como empleada en una de las haciendas del lugar y está asociada con Don Sata, con quien planifica robos y la venta de los productos hurtados. Zoila es una mujer que solo piensa en sí y, fundamentalmente, cree que es libre y es lo que quiere ser. La película empieza mostrándonos a Zoila herida en su casa –por la imagen parece que ella misma se provocó un aborto- y, aunque las mujeres del pueblo la socorren, muchas muestran su desprecio hacia ella.
Carolina:"Yo no quiero ser linda porque las lindas acaban como mi mamá"
Carolina es la hija de Zoila. Es una niña pequeña, introvertida, con la tristeza estampada en su rostro y pasa la mayor parte del tiempo en silencio. En la escuela es incapaz de defenderse de las acusaciones falsas de algún compañero que le acusa frente a la profesora de que está copiando y no sabe reaccionar frente a las actitudes duras y crueles de la profesora. Su rostro es de profunda amargura y soledad. Cuando ella va a la entrada de la iglesia y se pone a llorar porque su madre se está muriendo, le dice al cura que no quiere quedarse sola. Sin embargo, la frase que retrata lo que ella siente de la vida, es cuando le dice al cura del pueblo: “Yo no quiero ser linda porque las lindas acaban como mi mamá”.

Pero Carolina tiene un amigo, Martín. Es un niño que por exigencias de su padre, va a dejar de estudiar y de ayudar al cura en las misas para empezar a trabajar en la hacienda. Martín se identifica plenamente con el cachascán y el Argonauta es su ídolo. No sabe cómo vivir y su amistad con el cura del pueblo es profunda y le ayuda a mantener vivos sus sueños. Y uno de sus sueños es poder irse a Europa en un barbo bananero, a semejanza de la historia que les contó en la escuela el sacerdote cuando les dijo a los niños que había llegado a América en un barco bananero. Martín sabe que la vida le es difícil y no quiere desistir a pesar de todos los problemas que le rodean, después de todo  “la lucha nunca termina”, como le dice el cura a Martín.

El padre y la madre de Martín viven también sus dramas. El padre es un hombre borracho; pasa todo el tiempo libre en la cantina bebiendo y le grita y le insulta a su esposa cuando ésta le reclama porque gasta el dinero de la familia. Él tiene una pésima relación con su hijo mayor y no le importa nada de lo que éste haga. Es más, quiere que desaparezca de su vista. Es un hombre ignorante, machista y violento.

Los padres de Martín y Carlos
La madre de Martín es una mujer sumisa y aunque trata de hacerle entrar en razón a su esposo no lo consigue. Su principal preocupación es el destino de su hijo mayor, Carlos, que trabaja para Don Santa como ladrón. Es un muchacho sin escrúpulos, frustrado, con el sueño de irse de una vez para siempre de su país, pero incapaz de salir de su mundo de robo, de tráfico y de los brazos de su amante: Zoila Chihuano. Carlos es impotente para andar en la vida solo y sus decisiones le llevan al dolor extremo y, cuando esto sucede, no le sirve de nada llorar y arrepentirse.

La directora de la escuela del pueblo, la profesora Norma, es una mujer amargada, frustrada y prejuiciosa. Llegó al pueblo hace muchos años huyendo de sus problemas personales que nunca los superó. Es dura y cruel con los alumnos; crítica con respecto al trabajo que desarrolla el cura del pueblo y se cree en el derecho de juzgar a los otros. La directora va camino al alcoholismo y cuando está sola en su casa, llora y se desespera al verse vieja y sin nadie que le haga compañía. Norma, entre sus lamentos, le cuenta al cura que un día fue una mujer muy bella de joven y narra con nostalgia el gran piropo de su juventud, cuando le dijeron que se parecía a la actriz italiana Gina Lollobrigida.
La directora de la escuela: "ya fui bella"
Don Sata, el dueño del espectáculo del cachascán, se caracteriza principalmente por las expresiones coloquiales que usa todo el tiempo cuando habla con las personas, como éstas: “Ni te atolondres, Londres”, “Ni te desesperes, Pérez”, “Ni te precipites, Pites”. Don Sata es un hombre al que no le importa la gente y busca una tajada en cada una de las cosas que hace.

La Bestia Loca es uno de los luchadores más populares del pueblo, pero al mismo tiempo el menos querido, por sus actitudes violentas contra la gente. Vocifera e insulta a los cuatros vientos. Vive solo y su única compañía es una llama. Para La Bestia Loca, el cachascán es sagrado. No hay nada más importante en la vida; sin embargo, a pesar de que se presenta de una forma agresiva, intenta, con testarudez, ser amigo del cura del pueblo y ayudarlo en lo que éste quiere hacer; pero, claro, a su modo. La Bestia Loca busca desesperadamente la amistad, aunque no sabe cómo lograrlo y su forma de actuar frente a la gente no es más que una máscara para esconder sus miedos. La Bestia Loca decidió ayudar al cura en su campaña por la planificación familiar, pero lo hace cómo él quiere y no escucha las sugerencias del cura y no acepta que sus acciones pueden traer consecuencias negativas. La Bestia Loca cree que la planificación familiar se la logrará enseñando a la gente a usar el condón para sus relacione sexuales y en medio de la plaza, les enseña a los campesinos pobres, ignorantes, temerosos y machistas, a cómo usar un condón. No se da cuenta que los hombres del pueblo piensan que con el condón les están queriendo quitar la única dignidad que les resta en la vida.
La Bestia Loca
A pesar de la riqueza de los personajes mencionados anteriormente, la figura principal de la película es el cura del pueblo. David es un hombre joven, extranjero (alemán) que intenta ayudar a la gente en todo lo que cree necesario. Se esfuerza por entender la mentalidad de las personas y trata de acabar con los prejuicios; no obstante, su mayor problema es que está en una búsqueda constante de sí mismo y no consigue encontrarse. Su superior le dice: “deje de cuestionar tanto a la vida. Las cosas son como son”. No obstante, David no escucha este consejo: su búsqueda es muy grande. Él es un individuo fuerte, pero al mismo tiempo, suave y cariñoso con todos. Pero tiene su lado oculto: se transforma, sin que nadie sepa, en el luchador Argonauta, que después de derrotarle por primera a La Bestia Loca, será el nuevo ídolo de la gente y cambiará para siempre el destino del pueblo.

Y el último personaje de esta película, es el borracho del pueblo. Es un personaje interesante que parece que simplemente es feliz. Este hombre pasa los fines de semana sentado en la plaza, bebiendo y escuchando los partidos de fútbol en su radio. Nunca dice nada y su rostro es sereno. Este personaje contrasta con la lucha conflictiva de los demás.
El Argonauta
La película es rápida en el cambio de escenas. Va de un lugar a otra velozmente con la cámara buscando a la gente. Usa muchos primeros planos para mostrar a los personajes y escenas generales para caracterizar el lugar de la historia donde los once personajes se entrecruzan pidiéndole a la vida desesperadamente algo más.
David y Martín
Un Titán en el Ring es una película que muestra lo complejo que puede ser la vida para mucha gente o, como dice la Bestia Loca: lo misterioso que es la vida.

A pesar de lo dicho anteriormente, Un Titán en el Ring tiene algunos defectos que no le permite ser una gran película, como podría haber sido. Empecemos hablando del sonido: hay algunos momentos en los que no se entiende lo que hablan los personajes, como por ejemplo, cuando las mujeres le socorren a Zoila. Hablan todas al mismo tiempo y es difícil comprender lo que sucede.

Otro punto que le debilita a la película, es el cambio de la profesora Norma. Mientras los otros personajes evolucionan coherentemente con sus decisiones y su historia, esta mujer que se entrega a la amargura y al rencor, al final encuentra una forma de “resucitar” y de darse una segunda chance en la vida. Solo que este cambio de la profesora nos parece que es demasiado forzado; es como si se hubiera quedar dar, por lo menos, un final feliz a la película.

Carlos y Don Sata
Finalmente, una escena que rompe el mundo de Un Titán en el Ring es cuando Don Sata y Zoila huyen con los productos robados. La escena es rápida y por primera vez aparece la policía que, después de capturarlos, comentan en una frase lo que ellos pueden ganar con los productos robados.

Durante toda la película, las autoridades policíacas estuvieron ausentes, pues la historia está centralizada en el drama humano de encontrar un sentido para la vida y, de repente, como que se quiso darle un pequeño contenido social sobre la corrupción de las autoridades, algo innecesario para el desarrollo de la obra. Nuevamente, es como que había la necesidad de mostrar el castigo a los “malos” de la película.

Sin embargo, estos defectos no le ofuscan totalmente a la película que tiene, además,  una buena banda sonora musical. Y al hablar de sonidos, vale destacar el ruido constante de aguas corriendo como fondo musical. Una simbología interesante, pues una de los trabajos Daniel sí consigue llevar a cabo es la realización de la minga para llevar el agua al pueblo.


En síntesis, Un Titán en el Ring es una película profunda sobre las relaciones humanas y obtuvo la Mención Especial en el Festival de Biarritz – Cinémas et cultures d’ amérique latine, en la edición 12 del año de 2003. Obtuvo también el Premio Radio Exterior de España en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, en la edición 29 del año de 2003. Participó también el Festival Mar del Plata (edición 18) y el Goteborg Film Festival (edición 26).

Patricio Miguel Trujillo Ortega.

Texto original de Patricio Miguel Trujillo Ortega. Prohibida su reproducción total o parcial en cualquier medio sin la autorización del autor.

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