O filme que assistimos...

Você encontrará neste espaço comentários e analises de filmes de todas as épocas. Uma excelente oportunidade para aprender além do cinema.

Patricio Miguel Trujillo Ortega


26 de abril de 2011

Historias Mínimas

Historias Mínimas, Drama, Argentina, 2002. 90 minutos.

Con: Javier Lombardo, Antonio Benedictis, Javiera Bravo, Aníbal Maldonado, Julia Solomonoff.

Dirección: Carlos Sorín.

Historias Mínimas es una película sensible y profunda; es un homenaje a la vida, a la solidaridad y a la búsqueda del ser humano que hay dentro de cada uno de nosotros.

Es una película tan sencilla y, al mismo tiempo, tan poderosa que nos ayuda a comprender que la vida no está llena solamente de héroes y grandes aventuras estereotipadas que, muchas veces, nos condicionan a soñar en cosas que solo existen en las películas; sino que la vida es construida, paso a paso, con pequeñas acciones que nos llevan de la mano, según sean nuestras decisiones, al encuentro con nosotros mismos.

Historias Mínimas está ambientada en la Patagonia austral (Provincia de Santa Cruz) donde los caminos se extienden sin fin y la única compañía, a veces, es el viento frío y las distancias que separan a sus habitantes de los grandes centros urbanos y hacen que vivan sus pequeñas grandes aventuras: sus propias vidas.

Pero, ¿qué nos cuentan las Historias Mínimas?

Tres personajes viajan solitarios por las rutas de la Patagonia atrás de sus necesidades. Dos parten del pequeño poblado de Fitz Roy hacia la ciudad de San Julián; el tercero tiene el mismo destino aunque viene desde otros pagos. Sin embargo, los tres tienen algo en común: aunque están solos, el recorrido lo hacen con la amistad y la solidaridad de la gente sencilla, que es la única forma de vivir en esa inmensa región austral.

La película comienza con el examen de vista de un hombre mayor quien, al percibir que no podrá continuar manejando, le pregunta al oftalmólogo: “¿Qué voy a hacer, doctor?” Esta no es una simple pregunta de un anciano que no podrá renovar su licencia de conducir; es la pregunta que miles y miles de personas se hacen cuando piensan que alguien o algo se interpone entre ellos y la vida. “¿Qué vamos a hacer ahora?”

Con el fondo musical de una excelente banda sonora de Nicolás Sorín, vemos inmediatamente el pueblo –y esta es una característica en la fotografía de la película: los planos generales de la región, además de ser bonitos, forman parte de la esencia de los personajes- y los pasos rápidos de una persona que sigue los rieles del ferrocarril. Es una amiga de María Flores que le lleva una magnífica noticia: en el canal de televisión de San Julián han mencionado el nombre de ella como finalista de esa semana para participar en el programa Casino Multicolor. Si ella quiere ganar un premio, debe partir inmediatamente a la ciudad que está a 300 kilómetros.

María Flores
María Flores es casada pero su esposo ha viajado y ella no sabe qué hacer. Tiene una hija pequeña y vive en una casa vieja y prestada donde no hay energía eléctrica. María Flores es pobre y muy tímida. Pero la amiga que le lleva la noticia le incentiva y le apoya para que viaje. Juntas van a la tienda Ramos Generales California para llamar por teléfono al canal de televisión e informarse de los detalles. En la tienda, la esposa del dueño las ayuda con sinceridad y está feliz de la gran chance que tiene María Flores, quien debe partir, a pesar de todos sus miedos, ese mismo día si quiere ganar uno de los posibles premios: una multiprocesadora, un estuche de maquillaje o un viaje a Brasil para dos personas.

Don Justo y Malacara
En ese mismo local, conocemos a Don Justo. Un anciano de ochenta años que mira melancólicamente, mientras toma su mate, la carretera por donde pasan los camiones. Está sentado y usa un par de botas nuevas que le regalaron unos holandeses. El pasajero de un ómnibus, que se detiene unos instantes en el local, le cuenta que ha visto en la ciudad de San Julián al Malacara, el perro de don Justo que se perdió hace tres años. Don Justo, entonces, tiene la necesidad de ir a buscarlo, sea como sea pero no recibe el apoyo de su hijo, el dueño actual de Ramos Generales California. Al contrario, lo llama de “loco” y los deseos de su padre le son indiferentes.

Julia y Don Justo
En una escena muy bonita, con un juego fotográfico magnífico de primeros planos y tomas generales (el rostro de don Justo, las botas, la chapa de la puerta, la caja registradora, una cajita de música, el rodapié), vemos a don Justo que se levanta de la cama y sale escondido con su bastón y con su termo para tomar mate para ir a buscar al Malacara, que está a 300 kilómetros de Fitz Roy.

A lo largo del camino, don Justo se encuentra con personas que están dispuestas a ayudarlo. Primero, una chica simpática que se llama Julia y es bióloga. Ella se detiene en la carretera y le da un aventón; más tarde, encuentra la ayuda de don Roberto, el tercer viajero solitario y, finalmente, cuando está en San Julián, recibe el auxilio de Fermín, un correntino que vigila un galpón donde había sido visto el Malacara.

Fermín
Fermín es un personaje fuerte y decisivo para que don Justo encuentro al perro. Además de la hospitalidad que le ofrece en el galpón, donde hay un grupo de correntinos guitarreros que realizan un asado al ritmo de chamamé en medio del frío de la noche, le da lo que el hijo de don Justo no quiso ofrecerle: comprensión y amor.

Don Justo tiene la necesidad de encontrar al Malacara, pues como le dijo a Julia, el perro no se perdió sino que le abandonó; por tanto, don Justo necesita que el perro le perdone porque “es el único que sabe quién soy”. Después de una vida de trabajo y de entrega, don Justo está solo y lo único que le queda es la memoria y, como le dice a Julia: “es lo que pienso llevarme a la tumba”.

Don Roberto es el tercer personaje que corre por la carretera atrás de un sueño. Tiene 40 años y está divorciado. Su matrimonio fracasó por los constantes viajes, pues él es vendedor y la mayor parte de su vida la pasa en las carreteras. Trata de ser optimista y cree que hay que ser creativos en todas las situaciones. Su filosofía es: “El mundo cambió. Si no avanzamos, retrocedemos”. Ese día es el más importante de su vida. Él está enamorado de una cliente que es viuda y que tiene un hijo que se llama René. Como es cumpleaños de éste, ha encargado una torta en forma de pelota para René y durante su recorrido hasta llegar a San Julián su preocupación es que la torta esté perfecta. Él quiere sorprenderle a la mujer, pues tiene la esperanza de que algo pueda suceder entre los dos.

Don Justo
A pesar del positivismo de don Roberto y de las magníficas relaciones que establece con la gente con la se encuentra durante su viaje, él es vulnerable al miedo,  a la tristeza y a la soledad. Hace todo lo posible para que la torta de René sea perfecta; sin embargo, al llegar a la casa de la viuda y comprobar que ella no está, la espera con paciencia; mas, cuando la vea acompañada de otro hombre, los celos le devoran y parece que el mundo se acaba. Mas, Roberto no desiste y al día siguiente va a visitarla en su tienda y sale renovado cuando descubre quién es el hombre que le acompañaba y escucha el pedido que ella le hace: que no se olvide de su cumpleaños.

Una de las curiosidades más importantes en la producción de esta película es que solo uno de los actores era actor profesional: Javier Lombardo en su papel de Roberto. Los demás personajes fueron representados por personas “comunes”; sin embargo, sus actuaciones son impecables e Historias Mínimas ganó muchos premios, entre ellos:
  • Festival Internacional de la Habana: Segunda Premio Coral.
  • Festival 3 Continentes Nantes: Premio Especial del Jurado.
  • Premios Clarín: Mejor Película, Mejor Guión, Mejor Música.
  • Festival Internacional de San Sebastián: Premio Especial del Jurado
  • 43º Festival Internacional de Cine y TV de Cartagena: Premio Especial del Jurado
  • Festival Internacional de Films de Fribourg: Grand Prix Le Regard D’Or.

Texto original de Patricio M. Trujillo O.

Está prohibida la reproducción total o parcial el texto sin la autorización escrita el autor.

14 de abril de 2011

Az Pridje Kocour - Um Dia, Um Gato

Az Pridje Kocour, (Um Dia, Um Gato), 1963. Comédia-Fantástica. 110 minutos. República Tcheca.
Com: Václav Babka, Jirina Bohdalová, Pavel Brodsky, Vlastimil Brodsky, Vlasta Chramostová.
Direção: Vojtech Jasný

Um Dia, Um Gato é uma obra prima que deve ser vista por quem gosta de cinema de qualidade. É um filme que ganhou com merecimentos o Prêmio Especial do Júri no Festival de Cannes de 1963.

Um Dia, Um Gato além de ser uma obra feita com uma linda trilha sonora e belíssimos efeitos especiais (ótimos para a época), tem uma história bem feita com atores que fizeram uma obra que não poderá ser esquecida jamais.

48 anos se passaram desde que foi feito este filme na Europa Oriental e a sua magia e beleza continuam tão vigentes quanto na época do seu lançamento. O cenário é outro, os nomes são diferentes, mas as pessoas e seus conflitos continuam sendo os mesmos.

Az Pridje Kocour é a história de um gato mágico que usa óculos e que viaja de cidade em cidade com um mago e uma bela mulher, Diana, que toma conta dele. Quando o gato tira os óculos, as pessoas que são vistas por ele mudam de cor automaticamente: podem ficar amarelas, cinzas, vermelhas ou roxas.
Diana e o Gato

O quê fazer quando você muda de cor e as pessoas descobrem seu verdadeiro eu? O quê fazer quando você não pode esconder mais seu verdadeiro eu?




Essa é a história de Um Dia, Um Gato; porém, quando a verdadeira personalidade das pessoas é posta em evidência, nem todos vão gostar. Enquanto uns não se incomodarão em se mostrar como são, outros farão de tudo para que seus segredos não sejam expostos, até prejudicar sem escrúpulos aos outros.

O filme nos apresenta três personalidades que, junto com o gato, posteriormente, nos guiarão por caminhos diferentes, mas todos terão que chegar a um mesmo ponto de partida.

O senhor Oliva
O senhor Oliva (Václav Babka, que também interpreta o Mago) é o ponto de partida da história. Numa cena muito bonita, ela aparece na janela da torre do relógio da cidade e nos fala da importância de conhecer as pessoas, olhando-as de cima, mas não tão alto quanto os astronautas. Através dele conhecemos os habitantes da cidade: um casal de amantes que é muito feliz, uma mulher fofoqueira que tenta olhar desesperadamente pela janela do quarto dos amantes, um trabalhador que finge que tem problemas nas costas para não ter que trabalhar com a comunidade, e uma mãe solteira muito responsável.

A segunda personalidade é o professor Robert. Aparentemente, ele é uma pessoa fraca, indecisa e sem muitas aspirações na vida. Porém, ele é muito querido por seus alunos e não tem medo de enfrentar a autoridade autoritária e arbitral. Ele fala para os alunos que o fundamental é que apreendam a ser bons cidadãos e seu esforço é para que isso aconteça. Um dia ele pede aos alunos para escreverem o que eles não gostam dos seus pais, e numa das tantas cenas belas do filme, cada caderno dos alunos se transforma em uma tela de cinema e, em preto e branco, eles nos contam como vem a seus pais e como se sentem com isso.

Diana, o Gato e o Mago
O diretor da escola também comanda na cidade. Manipula as pessoas para que façam o que ele quer. É o único que tem autorização para caçar e ele pensa que um animal empalhado é muito melhor para ser estudado que um animal vivo.

Estas três pessoas que compartilham o mesmo espaço passam a se encontrar em outro ângulo com a chegada do gato à cidade.

No mesmo dia que o gato chega, o senhor Oliva, enquanto se faz de modelo para os alunos do professor Robert, conta uma história que aconteceu com ele há muitos anos, quando era jovem e se encontrou com uma bela mulher, um mago e um gato com óculos.

A aula é interrompida; as pessoas nas ruas correm para assistir a chegada dos estranhos personagens (uma bela mulher de vermelho que leva no seu colo um gato com óculos, um mago e outros artistas vestidos de preto). Á noite acontece um magnífico espetáculo de magia até o momento em que Diana tira os óculos do gato. De repente, tudo muda: as pessoas infiéis ficam amarelas; os ladrões ficam cinzas; os apaixonados são vermelhos e, os hipócritas, ambiciosos, egoístas e mentirosos são roxos.

As pessoas, ainda que ninguém lhes disse o significado das cores, se reconhecem e tentam fugir dos olhos do gato. O espetáculo acaba porque todos correm desesperados para se esconderem. Os únicos que não se incomodam são os vermelhos que parecem desfrutar da paixão, e cada passo que dão é uma dança á vida e ao amor. As crianças também não mudam de cor e vêem atônitos o que acontece com os adultos. No meio do tumulto, o gato foge e se inicia a caçada do animal. O professor e as crianças querem encontrá-lo e protegê-lo enquanto os adultos, principalmente o diretor da escola, que foi o único que conseguiu se esconder dos olhos do gato, desejam a morte do mesmo.

Um Dia, um Gato é um belo filme fantástico e metafórico sobre as paixões do ser humanos, os disfarces que usam no dia a dia nas relações interpessoais. Não há uma proposta moralista, mas sim uma reflexão profunda e muito original acerca do quê é a essência do ser humano.

Diana e o professor Robert
O amor, por exemplo, a maior aspiração de todas as pessoas. O senhor Oliva, quando jovem, acompanhou a bela Diana e seu gato e chegou a se apaixonar por ela. Agora, ao chegar à cidade onde mora o senhor Oliva, já um homem maduro, Diana, que continua jovem e bela como no passado, mas não o reconhece, como fala o Mago, porque assim são os jovens com as suas paixões: com o passar dos anos eles esquecem.

Um Dia, um Gato tem um trabalho belíssimo de fotografia e a sua trilha sonora é magnífica. É um conjunto lírico destes dois elementos que fazem desta história um espetáculo, assim como a dança dos habitantes não só quando não podem fugir mais das cores, mas também nas ruas; e o quê se pode falar da animação perfeita durante a apresentação dos artistas na cidade? É uma seqüência de imagens cativantes, sensíveis e profundas. Magnífica!

E qual é a cor do diretor da escola? Como falamos, é a única personagem que consegue fugir do olhar do gato. Será que vamos descobrir a sua verdadeira personalidade?

Diana
Claro que sim. O diretor da escola e as pessoas sem caráter que estão com ele representam a parte crítica do filme ao mundo socialista dos anos sessenta.

A história acontece em uma cidade pequena que vive da agricultura em algum lugar da Europa Oriental, que pode ser na antiga República Tchecoslováquia. Ainda que não se fala de questões políticas abertamente, estas estão presentes com sutileza e, ao mesmo tempo, de forma direta. A cidade é comandada pelo diretor da escola, que manipula as pessoas a sua vontade e estas, não tem força para apresentar uma resistência real até a chegado do gato. E serão as crianças que não terão medo de enfrentar o poder do diretor e as ameaças dos pais que azem o que o diretor manda.

Uma cena interessante na escola que nos remete a esse mundo, e que talvez possa passar desapercebido para o espectador contemporâneo, é quando o diretor está conversando no corredor. Um grupo de crianças muito pequenas sobe as escadas e marcham em silêncio, com os inesquecíveis lenços que usavam as juventudes comunistas.

Az Pridje Kocour (Um Dia, um Gato) é um filme magnífico. Uma espécie de conto de fada: uma alegoria sobre questões humanas que ainda hoje estão presentes na nossa vida. Filme feito com humor, com cenas artísticas de bom gosto e uma qualidade técnica que faz deste um dos melhores filmes de todos os tempos da Europa Oriental.

O DVD deste filme lançado no Brasil é de boa qualidade e tem o áudio original com legendas em inglês e português.

Texto original de Patricio M. Trujillo O.

7 de abril de 2011

Heathers

Heathers, 1989, USA. 103 minutos. Comedia. Humor Negro.

Con: Winona Ryder, Christina Slater, Shannen Doherty, Lisanne Falt, Kim Walker.
Dirección: Michael Lehmann.

Heathers es una excelente comedia de humor negro que cierra con calidad el mediocre ciclo de comedias estudiantiles que caracterizó al cine estadounidense en la década de los ochenta.

Sin embargo, al verla ahora, en la segunda década del siglo veintiuno, se debe tener cuidado para no juzgarla precipitadamente por sus diálogos inteligentes que en nuestra época podrían chocarnos porque nos hemos acostumbrado a lo que todo el mundo llama “políticamente correcto”, pues Heathers es una película “políticamente incorrecta correctísima” gracias a la acertada utilización de los estereotipos de la década de los ochenta para mostrar la ridiculez de los mismos; además hay que considerar que muchos “valores” han cambiado en los últimos años aunque los problemas de la juventud sean los mismos.

Heather, Heather, Heather y Verónica
Heathers satiriza de forma magnífica, con escenas crueles, frías, brutales, pero de un visual hermosísimo, con una fotografía viva y llamativa, la estupidez con la que se caracterizaba en las películas a los jóvenes colegiales en los años ochenta: superficiales, egoístas, inmaduros. Y frente a ese comportamiento, los adultos pasivos, con actitudes torpes, incapaces de ver lo que les rodea tanto a ellos como a sus hijos y/o alumnos.

Esta comedia de humor negro empieza con dos elementos irónicos que son los conductores de la historia hasta su fin. Por un lado escuchamos una versión de la hermosa canción que inmortalizó Doris Day en una de sus películas: Qué será, será. En la canción, una madre cariñosa le dice a su hijo que cuando él sea grande será lo que deba ser y que el futuro se lo dirá.

Mas, ¿dónde está la ironía?
 
¿Quién no desea un futuro de felicidad y de éxito para sus hijos? Los padres dicen que quieren lo mejor para sus hijos cuando estos nacen; mas, con el pasar de los años parece que muchos se olvidan de estos deseos y al final sus “pequeños” pueden llegar a ser lo que nadie quiere que sean: Verónica asesina “involuntariamente” a dos compañeros de la escuela; Jason Dean mata con satisfacción a esos mismos colegas e intenta matar a todos los alumnos de la escuela; la “gorda” intenta suicidarse y fracasa en el hecho, provocando las burlas de los colegas; los jugadores de fútbol más populares intentan abusar sexualmente de las mujeres; Heather miente a todos y les promete lo que ellos quieren que ella les prometa para conseguir lo que ella quiere.

Entonces, podemos continuar cantando con Doris Day o con cualquier otra versión: Qué será, será.... Whatwver will be, will be...
Qué será, será... Whatwver will be, will be...
Qué será, será... Whatwver will be, will be...
Que será, será... Whatwver will be, will be...

Reunión de profesores
Y los adultos que, teóricamente, deberían ser el ejemplo de vida para los niños y jóvenes, ¿qué van a conseguir cuando no han logrado resolver sus propios fracasos? El padre de Jason Dean que dialoga solamente a través de la ironía con su hijo no oculta su satisfacción al perjudicar a la gente, aunque esta muera, cuando tiene que derribar viejos edificios; los padres de Verónica que están siempre hermosamente vestidos en el jardín de su casa tomando té; los profesores que reaccionan con egoísmo y en defensa de sus egos cuando se comenten los “suicidios”.

Por tanto, no es por acaso que Verónica “escupe” en ese mundo que le rodea, pero, ¿será que al final del camino hay un poco de esperanza?

El segundo elemento irónico con el que inicia Heathers es la visualización de lo que Verónica siente por sus tres amigas Heathers. Ella está enterrada hasta el cuello en un hermoso césped donde sus tres amigas Heathers ( Duke, McNamara y Chandler), que por cierto nunca nadie las llama por sus nombres si no solo por sus apellidos, Heather, juegan críquet con una frialdad espantosa, en la que el poder de la líder, además de intimidar a las demás, las humilla. (Esta escena inicial es muy bella con sus colores vivos: el amarillo, el rojo, el verde y el azul que caracterizarán a cada una de las Heathers a lo largo de la película).

Verónica, en una muy buena interpretación de Winona Ryder, es la nueva integrante del clan de las Heathers y desde el principio se percibe que no es feliz perteneciendo al grupo de las populares y poderosas. Según sus palabras, sus nuevas mejores amigas son sus mejores enemigas. No obstante, hace todo lo que Heather (Chandler) le ordena, como falsificar la letra de un jugador de fútbol de la escuela para humillar a una colega gorda simplemente para satisfacer la maldad de Heather, que se burla describiendo grotescamente lo que ella se imagina que va a suceder gracias a su idea. ¡Y que en parte no falla!

Y esta habilidad de Verónica de reproducir con facilidad la letra de las otras personas le llevará por un camino lleno de encrucijadas: la decisión entre la vida y la muerte.

Jason Dean es el nuevo alumno de la escuela y presencia la escena descrita anteriormente; con una sonrisa seductora, cautiva a Verónica y entre los dos nace una relación de amor y odio por parte de ella. Por el lado de Jason solo hay el deseo de aprovecharse de Verónica para llevar a cabo sus ideas escondidas en lo más íntimo de él y que solo esperan una pequeña oportunidad para salir a la luz. Jason piensa que Verónica es débil y él la necesita por eso; cuando percibe que ha perdido su influencia sobre ella, decide matarla; al llegar a la casa de ella con ese propósito y ver que ella se ha ahorcado en el techo, se retira satisfecho con la visión, aunque él no haya sido quien la ha matado.

Tanto Verónica como Jason Dean carecen de una estructura familiar que los apoye en lo que ellos quieren ser y, a pesar de tener todo lo material que está al alcance de ellos, están insatisfechos con sus vidas “mediocres”. Jason se relaciona con su padre a través de diálogos irónicos; es la única forma que tienen de compartir algo del mundo de ellos. Verónica, por su parte, se sienta a la mesa a tomar el té con sus padres, y cuando el papá pregunta por qué hace algo, ella le responde que lo hace “porque él es un idiota”. Y él, como “buen padre”, acepta como válida la opinión que su hija tiene de él.
"Porque eres un idiota"

Como hemos dicho, Verónica no está satisfecha con las Heathers y no está en perfecta sintonía con ellas, pero no consigue abandonar el círculo que le garantiza la popularidad y el poder (un tema terriblemente mal-tratado en casi todas las películas estadounidenses que cuentan historias sobre colegiales). Por eso, ella va con Heather (Chandler) a una fiesta de universitarios y acaba peleando con su amiga. La razón de la pelea es profunda para Verónica pero ridícula para Heather, quien piensa que su amiga no sabe aprovechar las situaciones para ser popular. En la fiesta, un chico se tumba en el suelo y quiere obligarle a Verónica a que tenga relaciones sexuales con él porque él simplemente quiere tener sexo con ella.
Verónica y Heather

Esta discusión entre Verónica y Heather despierta el deseo de venganza y, para darle una lección a Heather, Verónica va a la casa de su amiga para prepararle una bebida que le haga pasar mal un buen rato, aprovechándose de su resaca. Pero, Verónica va acompañada con Jason Dean y él le da veneno a Heather. Cuando ésta cae muerta en su habitación, Verónica se asusta pero no pierde la calma. No hay histeria ni lágrimas.

Velorio de Heather
Con habilidad, Verónica transforma el asesinato de Heather en suicidio. Y el suicidio hace de Heather una heroína y una víctima de la sociedad. Sin proponerse, Heather pasa a ser admirada y ejemplo para otros chicos. Su suicidio se comenta en la televisión, ocupa varias páginas del periódico escolar y otros jóvenes intentarán seguir su ejemplo. Quien lo consigue es admirado, quien fracasa, como es el caso de “la gorda”, pasa a ser motivo de burla. Uno más en su gran lista de fracasos.

Con la muerte de Heather, el clan de las Heathers se fracciona y el poder está vacante...

Heather y el poder de Heather
Otros personajes que dan continuidad a la hazaña de Heather son los dos jugadores de fútbol más populares de la escuela. Ellos, como están en el último año, se consideran maduros y por eso dicen que no tienen que ir a  golpear (como otros aún lo hacen) a los que les provocan o se burlan de ellos. Como hombres adultos que piensan ser, creen que pueden burlarse de ellos nada más. Primero intentarán hacerlo con Jason Dean, pero cuando éste les apunta con un revólver, se orinan de miedo en los pantalones. Más tarde, inventarán historias sexuales para mantener en pie su ego y la imagen que los demás tienen de ellos y hablarán de sus falsas aventuras con Verónica, lo que provocará otro par de “suicidios”, transformando, una vez más, a dos individuos mediocres e inútiles en héroes.

El discurso del papá de uno de los jugadores en el funeral es un ejemplo de cuán cínicos podemos ser, con tanta facilidad, cuando las personas ya están muertas.

Entierro de los jugadores de fútbol
Este último “suicidio” provoca la ruptura entre Verónica y Jason. Y mientras Verónica percibe que su vida está sin rumbo y que aún puede hacer algo por ella, Jason pierde cada vez más el control sobre sus “demonios” y los apuesta al todo o al nada, hasta las últimas consecuencias.

Como dijimos al principio, Heathers es una comedia de humor negro muy bien hecha. El guión y los personajes son coherentes y la historia fluye con naturalidad. Vale la pena verla y disfrutar la buena propuesta de su director.

Heather pierde el poder
Por último, ¿quiénes son las Heathers? El título original en inglés no es por acaso (de ahí que las traducciones a otras lenguas destruyan la esencia de la película). Las Heathers no son solo las tres Heathers, son los jóvenes sin identidad que quieren seguir un modelo por seguirlo, olvidándose que el individuo es único.


Texto original de Patricio M. Trujillo O.

3 de abril de 2011

Ice Princess - Sonhos no Gelo

Ice PrincessSonhos no Gelo. USA. Aventura. 2005. 98 minutos.

Com: Michelle Trachtenberg, Joan Cusack, Kim Cattrall, Kirsten Olson, Hayden Panettiere.

Direção: Tim Fywell

Sonhos no Gelo é um lindo filme produzido pela Disney para o entretenimento familiar; é uma aventura com uma lição positiva da vida que vale a pena assistir ainda que não seja uma super produção, mas sim com a qualidade técnica que é a marca registrada na grande maioria das produções da Disney.

Sonhos no Gelo nos conta a história de uma garota que se encontra em um dilema crucial: os sonhos que ela desenhou para seu futuro são seus sonhos ou são de outra pessoa? Ela tem que ir atrás desses sonhos ou tem que descobrir um novo caminho por mais difícil que ele seja?

Este é um tema universal que está no dia-a-dia de todas as pessoas e que não está presente somente no mundo dos jovens quando tem que decidir o que querem ser no futuro ao terminarem o segundo grau. Faz parte também do mundo dos adultos. Será que cumprimos os nossos sonhos? Será que nossos desejos se realizaram ou acabamos indo para onde nos falaram que teríamos que ir, mas no fundo temos uma profunda frustração interior?

Sonhos no Gelo trata deste tema de um jeito doce, mas sem ingenuidade. Porque todas as decisões que tomamos tem uma conseqüência e de nós depende que essa seja a decisão certa para nossas vidas.

Casey Carlyle (Michelle Trachtenberg), a protagonista do filme, é uma pessoa tímida que está terminando seus estudos secundários e desde criança quer ingressar na Universidade de Harvard. Ela é boa em Física, mas não é boa em se relacionar com pessoas da idade dela, por isso só tem uma amiga e não sabe reagir frente às humilhações, como quando uma colega dela se aproxima nos corredores da escola, e lhe dá um convite para uma festa. Ao começo, Casey pensa que o convite é para ela, mas logo descobre que é para que o entregue a um rapaz que estuda na mesma sala dela.

Casey tem que preparar um trabalho final para escola e se ela conseguir dar um toque pessoal que valorize a sua pesquisa, pode superar o difícil caminho que é o ingresso a universidade e, até poderia conseguir uma bolsa de estudos. Um dia ao estar assistindo com sua amiga uma competição de patinagem no gelo na televisão, fica impressionada com a apresentação de uma das competidoras e tem a idéia do que será o eixo do seu trabalho e, por tanto, do filme e do destino final de Casey.

Ela está convencida que atrás dos belos movimentos da patinação há uma fórmula física que pode ajudar a aperfeiçoar e compreender melhor esses movimentos. E ela está disposta a demonstrar isso tanto na teoria quanto na prática. Para isso, ela empreende um caminho que a leve a um confronto em três frentes:

A mãe. É uma professora de Literatura “ultra” feminista. Suas roupas e seu discurso são o de uma mulher que aposta tudo no poder e na capacidade que tem a mulher. Apóia a filha para que possa ingressar na universidade, mas não aceita que possa se desviar do caminho e dos valores que a ensinou. Ao descobrir que a filha não que ir mais para Harvard e que a sua escolha não tem nada a ver com o que sonharam a vida toda, se sente traída e capaz de morar na mesma casa, mas sem falar uma palavra com a filha durante várias semanas.

A mãe não compreende o que a filha quer e, principalmente, que ande com seus próprios pés. Embora isto seja uma grande verdade na difícil relação pais-filhos, principalmente na adolescência, o filme não aprofunda o porquê desta situação. Percebe-se que a mãe tem um problema muito sério como mulher em relação ao mundo masculino, mas não se chega a descobrir a origem nem a solução – ou uma tentativa - para este conflito. Não há um indício sequer que explique o que faz que uma mulher, em pleno século XXI, repita um discurso extremista dos anos setenta. Incluso isso se reflete na reação exageradas quando descobre que a sua filha está usando uma “roupa” de patinadora: curta –sensual no mundo imaginário dela- e chamativa.

Este é um dos pontos fracos no filme. O conflito familiar se soluciona posteriormente de uma forma superficial: com o arrependimento de uma e o sucesso da outra. Mas o que faz que uma relação seja duradoura não aparece. Tudo fica na aparência e esta é frágil... O tempo passa e fingimos que nas relações tudo está “ok!”.

Depois nos perguntamos o porquê uma sociedade tem que conviver com tantas neuroses e um desequilíbrio emocional que tentamos solucioná-lo no psiquiatra.

O segundo frente de batalha é a patinação e as pessoas envolvidas no esporte, nas ambições pessoais e nas traições.

Casey, ao ficar fascinada com a patinação, descobre que ela mesma pode ser uma grande patinadora; por tanto, o que no começo do seu trabalho não passa de um complexo tema de pesquisa para encontrar uma fórmula no mundo da física, se transforma em uma paixão e na possibilidade de ser alguém que você nunca imaginou que poderia ser. As portas são abertas graças ao esforço dela, embora haja um mundo que se sente ameaçado com a presença de um estranho ou, se preferir, de um “esquisito” e não duvida em se defender da ameaça.

Por um lado, as patinadoras com as que Casey se relaciona –algumas delas colegas do colégio- querem triunfar e os pais delas não permitem que ninguém possa destruir os sonhos de chegar a ser campeã. Frialdade, desprezo, arrogância caminham juntos nesta competitividade inculcada nas crianças cedo demais (que no filme se soluciona, com mais um “clichê”, com a doçura e a perseverança de Casey).

O pai de uma destas colegas pede para que Casey não fale nada com a sua filha, pois não pode ter nenhum tipo de distração, depois de tudo, ele trabalha em dupla jornada e hipotecou todo o que pode para que sua filha seja uma triunfadora.

Por outro lado está Tina, a mãe de Gen, uma das patinadoras e colega de Casey no colégio. Tina é a dona da pista onde a filha tem que treinar desde as 05h30 todos os dias. Além disso, a própria Tina já foi uma patinadora que foi expulsa de umas competições em Sarajevo por conduta antidesportiva. Quando foi absolvida, já tinha 25 anos e o seu tempo nesse esporte já tinha acabado. Mas, ao perceber que Casey pode superar a filha, não duvida em fingir seus sentimentos e traí-la. Ninguém pode atrapalhar seus sonhos, ainda que os da filha sejam outros, pois Gen não aguenta mais sacrificar sua vida para satisfazer as fantasias da mãe.

O terceiro enfrentamento e, o mais decisivo, é de Casey com ela mesma.

Casey cresceu condicionada pela mãe para triunfar no mundo acadêmico e quando ela disse “não” para Harvard toma a decisão mais importante da sua vida. Não tem com quem compartilhar suas aspirações, o que é muito difícil para um filho, principalmente se sabe que as portas do coração do pai/mãe estão fechadas pelos seus temores.

Porém, Casey, com muita maturidade, decide caminhar com firmeza nessa luta de encontrar seu próprio caminho.

Essa é a parte mais importante, em minha opinião, do filme. Sonhos no Gelo é uma mensagem para os adolescentes e, para os adultos também: é possível encontrar seu destino e ainda que sejam muitas as dificuldades que apareçam no decorrer do caminho, é possível chegar ao seu destino sem destruir ninguém, sem cair em vícios, sem se sentir vítima de ninguém. A decisão é sua e de ninguém mais.

Meu último comentário é sobre o gênero. O filme é apresentado como “comédia”, porém, acho que tanto a temática quanto a solução dos conflitos não levam para o lado cómico; é verdade que tem algumas cenas cômicas, não muito originais nem nada fora de série, que podem até fazer rir, mas isso não faz do filme uma comédia propriamente dita. Tampouco é um drama, pois ainda que os conflitos de Casey com a sua mãe e com a traição da Tina sejam fortes, o filme não fica centrado nesse tema. O filme aponta para a superação, a perseverança, e para o fato de que você tem que ser você.

Texto original de Patricio M. Trujillo O.