Flakes, USA, 2007, Comédia – Drama, 87 minutos.
Con: Aaron Stanford, Zooey Deschanel, Christopher Lloyd.
Dirección: Michael Lehmann.
¿Qué debemos hacer en la vida?
¿Seguir los sueños para satisfacer nuestro espíritu o ir atrás de la estabilidad económica aunque esto nos frustre en lo más hondo de nuestro interior?
Pregunta fácil de hacerla pero difícil de responderla para miles y miles y más miles de personas anónimas que deben tomar esta decisión todos los días.
Flakes, una producción independiente del cine estadounidense ambientada en New Orleans, nos presenta este problema en una pequeña comedia, que no se aparta totalmente del drama. Es una película que hace una crítica directa y, al mismo tiempo, da una respuesta, sin apologías, sin melodramas, sin exageraciones, con un poco de utopía y, tal vez, con algo de ingenuidad, al capitalismo salvaje que es capaz de matar la mayor aspiración de cada persona: ser uno mismo; vivir satisfecho con uno mismo.
Flakes es el nombre de un restaurante de cereales que pertenece a Willie (Christopher Lloyd), un viejo hippie que solo vive pensando en cereales y que siempre está en pijama. A este local van personajes pintorescos y extravagantes para comer cereales, para conversar sobre cajas de cereales antiguas que ya no hay en el mercado o, simplemente, para permanecer ahí, sentados, en un clima de nostalgia; pero, sobre todo, en un clima de camaradería.
El gerente de Flakes es el joven Neal. Es atento con todos, sabe el nombre y el apellido de sus clientes, así como el gusto de estos y se dedica a su trabajo con pasión. Con tanta pasión que cuando un día, un joven cliente, vistiendo terno y corbata, entra al restaurante y empieza a hacer preguntas sobre éste y si ya habían pensado en la posibilidad de abrir una serie de franquías de ese negocio tan original, lo echa del local, pues hay una placa en la pared que dice: “Nos reservamos el derecho a rechazar el servicio a idiotas”.
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Neal y Willie |
Neal se opone a las ideas del joven diciéndole que “¿por qué todo en Estados Unidos debe ser franquiciado, estandarizado y ‘cerealizado’ hasta que se convierta en homogenizado?”. Neal no acepta la posibilidad ser uno más del “montón”. No quiere perder su individualidad para un sistema económico. El joven empresario no entiende las ideas de Neal y le dice que si ellos no hacen algo, alguien va a capitalizar y, por ende, a lucrar.
Frente a esa idea, la enamorada de Neal le explica al joven empresario que “puedes crear o acumular, pero no puedes nutrir tu alma y cuidar una pila de dinero al mismo tiempo”. Pero, para el joven empresario, todo se puede comprar y vender.
Este diálogo cargado de ideología e ideales al principio de la película, es el eje de Flakes. Por un lado, Neal tendrá que enfrentarse contra “el sistema” al tanto que rechaza para defender el restaurante; y, por otro lado, deberá luchar para mantener en equilibrio su relación con Pussy Katz, su novia. En ambos casos, se trata de una lucha por él mismo, por su espíritu.
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Pussy Katz: el personaje más fascinante de Flakes |
Neal y Pussy Katz se llevan bien y tienen una relación muy interesante. Ella es artista y pinta ropas que trata de venderlas en una feria; pero, no consigue vender sus obras pues los turistas quieren ropas con motivos “típicos para turistas”, entonces, ella renuncia a su trabajo, pues no le gusta hacer las "cosas típicas para turistas". Entonces, Neal la invita a vivir con él. Ella acepta mudarse porque piensa que así podrá ayudarlo para que él, que quiere ser un astro de rock, finalmente se dedique a grabar el cd que desea hacerlo desde hace mucho tiempo y que no lo ha realizado por su dedicación a Flakes.
Pussy Katz sueña en lo hermoso que sería vivir en una casa rodante y que en un futuro, cuando ellos ya fueran mayores, la gente hablara de ellos como las leyendas del rock y de la pintura; sin embargo, este no es un simple sueño para Pussy Katz. Es un plan y ella está decida a que se haga realidad.
No obstante, en lugar de fuerza para dedicarse al cd, Neal tiene más pretextos para no hacerlo. Y el pretexto principal es el restaurante de cereales. Entonces, Pussy Katz le propone que se tome una semana de descanso para dedicarse a la música y que la contrate a ella para trabajar en el restaurante. Mas, Neal tiene dos miedos no declarados: miedo de cómo la relación con su novia puede verse afectada ya que él sería el jefe de Pussy Katz y un miedo inconsciente de que su música sea un fracaso; por eso, insiste en rechazar la propuesta de Pussy.
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Pussy Katz busca trabajo en la nueva Flakes |
Pero, cuando finalmente su novia le convence, él le propone que pase lo que pase en el trabajo, la relación de ambos no debe cambiar. Pussy Katz le dice que así será; entonces, Neal la contrata e inmediatamente, la despide. Pussy Katz intenta reaccionar de la mejor manera posible y, a pesar de que no está conforme con lo ocurrido, está decidida a ayudar a su novio a que se dedique a la música. Y lo va a hacer de la forma menos convencional.
Frente al viejo restaurante de cereales, el joven empresario que intentó convencer a Neal del negocio de la franquía, inaugura un restaurante idéntico a Flakes, solo que mucho más organizado y moderno, aunque parece carecer, en la opinión de Neal, del espíritu del Flakes original.
Pussy Katz va a trabajar en esta tienda y le da ideas al joven empresario para que su negocio tenga éxito. En un primer momento, esta actitud nos parece egoísta y traicionera; mas, lo que ella desea es obligar a que Neal se dedique a lo que siempre quiso ser, para que no viva frustrado, como ya lo hace.
A partir de este momento, la relación de la pareja aparentemente no sufre cambios, aunque no hay que negar que el tira y afloja no puede resistir mucho tiempo; pues, gracias a las ideas de Pussy Katz, que es el personaje más fascinante y encantador de la película, el restaurante del joven empresario tiene éxito y el viejo Willie, no solo que se ve obligado a cerrar las puertas del suyo, sino que se da por vencido y desiste de todo.
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Pussy Katz |
Neal intenta convencer al viejo hipie de que no abandone la lucha, pero Willie tira la toalla; entonces, Neal trata de derrotar a su “enemigo” con una estrategia que no le resulta: el tiro le sale por la culata y Flakes cierra definitivamente sus puertas.
Finalmente la filosofía del joven empresario se impone: todo se compra, todo se vende.
La relación de Neal con Pussy Katz no resiste al enfrentamiento de los dos restaurantes de cereales y ella abandona a su novio, quien debe decidir si continúa huyendo del camino que le puede llevar a su realización personal o se queda en un sueño que no le va a llevar a ningún lado.
Como hemos dicho, Pussy Katz es el personaje más interesante de la película. Es una mujer alegre que cree en sí y en su novio. Al principio nos da la impresión de que es un poco ingenua; sin embargo, vemos que es el personaje más fuerte, más coherente con sus pensamientos y nos cautiva con su sonrisa, su mirada expresiva, su visual colorido y genuino (pelo negro y un gran mechón azul; sus ropas alegres; sus anteojos en forma de corazón), y con la agilidad con la que ve el mundo. No obstante, lo más destacable de Pussy Katz es la convicción de que sus sueños no son sueños: es un plan que hay que realizarlo.
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Los sueños deben ser un plan que hay que realizarlo |
Neal cree firmemente en sus ideas y en la necesidad de no dejarse atrapar por un sistema en el que se pierde la individualidad; sin embargo, no tiene la fuerza necesaria para conseguir su propia individualidad. Su lucha es ambigua. Le es fácil luchar por el restaurante, pero le resulta difícil hacerlo por él mismo y por Pussy.
El joven empresario se cree invencible. Tiene el dinero y cree que con esto se puede y se debe comprar y vender todo. Nada lo detiene. Cree firmemente en el sistema económico en el que vive y no ve la posibilidad de que haya otro estilo de vida.
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Neal y Frutilla |
De todos los personajes extravagantes y genuinos de Flakes, es agradable la pequeña participación de Frutilla, una muchacha singular que carga en su espalda una mochila en forma de frutilla y que le da su sabor especial a esa gama de gente que tiene una obsesión especial por cereales.
Flakes es una película pequeña de gran porte. La historia está bien organizada y cada acto con sus consecuencias siguen una lógica en la que la naturalidad de los hechos tiene sentido. No obstante, hay algunos puntos débiles, de los cuales podemos destacar el cambio de personalidad del joven empresario al final de la película. Es un cambio bruscamente “impuesto” que le quita al final de la película parte de la originalidad con la que trabajó el director casi toda la obra.
Sin embargo, a pesar de eso, me ha gustado mucho Flakes y vale la pena verla porque, además de dejarnos algunas reflexiones importantes en estos tiempos de vida donde la lucha por el ser único es cada vez más conflictivo en un mundo de extrema competencia, sus personajes son originales y nos involucran en su mundo desde el primer momento.
Texto original de Patricio M. Trujillo O.