O filme que assistimos...

Você encontrará neste espaço comentários e analises de filmes de todas as épocas. Uma excelente oportunidade para aprender além do cinema.

Patricio Miguel Trujillo Ortega


24 de junho de 2011

Snap

Snap, Drama – Romance, 2007. 11 minutos. Australia.

Con: Georgia Versluys, Eleni Meros.

Dirigido por Kelly Dolen.

Snap es un cortometraje de una belleza singular gracias a una dirección y a una fotografía impecable.

Es la historia de dos mujeres que se encuentran, se atraen, se aman, pero una de ellas tiene miedo de arriesgarse en una relación que le atrapa, pero para la cual no se siente preparada.

Los once minutos del cortometraje transcurren demasiado rápido con una hermosa banda sonora donde prevalece un piano suave, y un juego fotográfico veloz que justifica el título de la película.

El cortometraje empieza con una fotógrafa que está en un parque fotografiando a varias personas: un niño y una niña que juegan y luego salen de la mano, a cámara lenta. Luego una pareja de ancianos que están sentados en un banco; el hombre come una hamburguesa y la mujer le limpia cariñosamente la boca. Finalmente un muchacho se acerca por atrás a otro, le acaricia la oreja y se besan. Entre una foto y otra, la imagen permanece borrosa y luego se aclara con un inconfundible ¡click!

Las miradas se cruzan: snap
Estas tres fotos nos dan la idea de que a través de la cámara, la fotógrafa busca en las escenas de amor algo para capturar, algo más que una imagen porque, inmediatamente, tenemos un primer plano de un par de ojos que miran atentamente alrededor; vemos el rostro de la fotógrafa que se prepara para sacar una foto cuando, de repente, una mujer que camina rápida se choca con ella. La imagen se congela, escuchamos un ¡click! y la cámara cae al suelo. Las chicas se agachan para recogerla y sus miradas se encuentran.
La muchacha frente a su decisión
Son serias, pero profundas, como si estuvieran reconociéndose.

La fotógrafa parece segura y sus ojos cobran vida; la otra muchacha, asustada, se retira rápidamente del lugar. Corre hacia un hombre que la espera; sin embargo, regresa a ver hacia atrás. Al novio no le gusta lo que ve y se enoja mientras caminan juntos. La cámara se concentra en las manos de la pareja. Al principio están juntas y él suelta las manos de ella. Está molesto. Ella intenta darle la mano nuevamente, pero él la rechaza.
La imagen va opacándose hasta que ambos se detienen frente a la entrada de un parque de diversiones. Escuchamos los ruidos de la gente y vemos una montaña rusa. La cámara se distancia. El hombre está disgustado y se aleja, mientras la chica se queda parada frente a la entrada del parque que es una boca gigante de un payaso. La cámara se concentra en la chica y el tiempo transcurre a través de las luces veloces que pasan frente a la chica: luces de coches y de gente.

¿Por qué el hombre está disgustado con su novia? ¿Qué piensa él de ella? Y la muchacha, ¿qué debe hacer?

La imagen va borrándose hasta que vemos a la fotógrafa en su laboratorio revelando la foto que tomó de la chica accidentalmente cuando la cámara cayó al suelo. La foto es bella, tomada desde un ángulo inferior se ve el rostro de la mujer con el pelo suelto al viento.

Después las dos mujeres se vuelven a encontrar en otro accidente.

La fotógrafa maneja una bicicleta y al llegar a una esquina gira y le atropella a la muchacha del parque; entonces, la lleva a su departamento para curarle la herida que le provocó en la mano. Al entrar al departamento, la chica queda impresionada con los dibujos que hay en las paredes del departamento de la artista. Son en su mayoría desnudos de mujeres y se acerca lentamente a un dibujo donde se ven dos cuerpos femeninos acostados y abrazados; tímidamente, ella pasa la mano por encima de los cuerpos, como quien está explorando una sensación que, tal vez, hasta ese momento le era desconocida.
Después del beso tiene miedo
Inmediatamente la fotógrafa se acerca y le cura la mano con movimientos lentos y delicados. Se miran profundamente. La fotógrafa intenta sonreír, pero se detiene ante los ojos asustados de la chica, que se levanta y trata de irse. La fotógrafa la detiene y la besa en la boca. La chica la abraza, pero luego huye.

Tiene miedo.

Con un movimiento lento de la cámara, escuchamos el ruido fuerte de la puerta que se cierra y un cuadro que cae al suelo hasta que la imagen se queda borrosa, mientras la fotógrafa se sienta en el suelo, despacio, vencida.

Pero parece que todos los caminos les llevan a las dos mujeres al encuentro definitivo.

La muchacha entra a una galería de arte donde hay exposiciones de cuadros y fotografías. Mientras la fotógrafa percibe la llegada de la chica, ésta ve que hay una foto de ella expuesta en la galería. Es la fotografía que fue sacada accidentalmente en el parque.

Nuevamente las dos mujeres se miran. La fotógrafa la llama a gritos con el silencio de su mirada, mientras la muchacha permanece seria. Pero el encuentro es inevitable y la dos mujeres entran al departamento de la muchacha, donde se abrazan y se besan mientras la imagen se transforma en un bellísimo azul-negro.
Snap: la fotografía sacada en el parque
Las siluetas de las dos mujeres se acarician el rostro y lentamente la cámara pasa por la espalda desnuda de una de las muchachas y, siempre en ese azul-negro, los rostros se levantan despacio y con un ¡click!, en negativo primero; luego en blanco y negro, los rostros se separan.

La muchacha está sola. A la entrada del parque de diversiones. Siempre seria. Mueve la cabeza ligeramente hasta que regresa su novio.

Snap
Snap es un cortometraje muy interesante que nos cuenta una historia de amor que podría funcionar si ambas muchachas lo quisieran, pero los miedos de la muchacha, que en los créditos finales aparece con el nombre de Petra, no le permiten correr el riesgo de lo que quiere y ella continúa con vida. No hay en la historia ni prejuicios ni moralejas. Es simplemente una historia de amor que pudo ser y no fue.

La película es hermosa en imágenes y no posee diálogos y se la encuentra en un dvd editado en Estados Unidos en una antología de cinco cortometrajes de temas de lesbianismo.

Texto original de Patricio M Trujillo O

17 de junho de 2011

Flakes

Flakes, USA, 2007, Comédia – Drama, 87 minutos.

Con: Aaron Stanford, Zooey Deschanel, Christopher Lloyd.

Dirección: Michael Lehmann.
¿Qué debemos hacer en la vida?

¿Seguir los sueños para satisfacer nuestro espíritu o ir atrás de la estabilidad económica aunque esto nos frustre en lo más hondo de nuestro interior?

Pregunta fácil de hacerla pero difícil de responderla para miles y miles y más miles de personas anónimas que deben tomar esta decisión todos los días.

Flakes, una producción independiente del cine estadounidense ambientada en New Orleans, nos presenta este problema en una pequeña comedia, que no se aparta totalmente del drama. Es una película que hace una crítica directa y, al mismo tiempo, da una respuesta, sin apologías, sin melodramas, sin exageraciones, con un poco de utopía y, tal vez, con algo de ingenuidad, al capitalismo salvaje que es capaz de matar la mayor aspiración de cada persona: ser uno mismo; vivir satisfecho con uno mismo.

Flakes es el nombre de un restaurante de cereales que pertenece a Willie (Christopher Lloyd), un viejo hippie que solo vive pensando en cereales y que siempre está en pijama. A este local van personajes pintorescos y extravagantes para comer cereales, para conversar sobre cajas de cereales antiguas que ya no hay en el mercado o, simplemente, para permanecer ahí, sentados, en un clima de nostalgia; pero, sobre todo, en un clima de camaradería.

El gerente de Flakes es el joven Neal. Es atento con todos, sabe el nombre y el apellido de sus clientes, así como el gusto de estos y se dedica a su trabajo con pasión. Con tanta pasión que cuando un día, un joven cliente, vistiendo terno y corbata, entra al restaurante y empieza a hacer preguntas sobre éste y si ya habían pensado en la posibilidad de abrir una serie de franquías de ese negocio tan original, lo echa del local, pues hay una placa en la pared que dice: “Nos reservamos el derecho a rechazar el servicio a idiotas”.
Neal y Willie
Neal se opone a las ideas del joven diciéndole que “¿por qué  todo en Estados Unidos debe ser franquiciado, estandarizado y ‘cerealizado’ hasta que se convierta en homogenizado?”. Neal no acepta la posibilidad ser uno más del “montón”. No quiere perder su individualidad para un sistema económico. El joven empresario no entiende las ideas de Neal y le dice que si ellos no hacen algo, alguien va a capitalizar y, por ende, a lucrar.

Frente a esa idea, la enamorada de Neal le explica al joven empresario que “puedes crear o acumular, pero no puedes nutrir tu alma y cuidar una pila de dinero al mismo tiempo”. Pero, para el joven empresario, todo se puede comprar y vender.

Este diálogo cargado de ideología e ideales al principio de la película, es el eje de Flakes. Por un lado, Neal tendrá que enfrentarse contra “el sistema” al tanto que rechaza para defender el restaurante; y, por otro lado, deberá luchar para mantener en equilibrio su relación con Pussy Katz, su novia. En ambos casos, se trata de una lucha por él mismo, por su espíritu.

Pussy Katz: el personaje más fascinante de Flakes
Neal y Pussy Katz se llevan bien y tienen una relación muy interesante. Ella es artista y pinta ropas que trata de venderlas en una feria; pero, no consigue vender sus obras pues los turistas quieren ropas con motivos “típicos para turistas”, entonces, ella renuncia a su trabajo, pues no le gusta hacer las "cosas típicas para turistas". Entonces, Neal la invita a vivir con él. Ella acepta mudarse porque piensa que así podrá ayudarlo para que él, que quiere ser un astro de rock, finalmente se dedique a grabar el cd que desea hacerlo desde hace mucho tiempo y que no lo ha realizado por su dedicación a Flakes.

Pussy Katz sueña en lo hermoso que sería vivir en una casa rodante y que en un futuro, cuando ellos ya fueran mayores, la gente hablara de ellos como las leyendas del rock y de la pintura; sin embargo, este no es un simple sueño para Pussy Katz. Es un plan y ella está decida a que se haga realidad.

No obstante, en lugar de fuerza para dedicarse al cd, Neal tiene más pretextos para no hacerlo. Y el pretexto principal es el restaurante de cereales. Entonces, Pussy Katz le propone que se tome una semana de descanso para dedicarse a la música y que la contrate a ella para trabajar en el restaurante. Mas, Neal tiene dos miedos no declarados: miedo de cómo la relación con su novia puede verse afectada ya que él sería el jefe de Pussy Katz y un miedo inconsciente de que su música sea un fracaso; por eso, insiste en rechazar la propuesta de Pussy.

Pussy Katz busca trabajo en la nueva Flakes
Pero, cuando finalmente su novia le convence, él le propone que pase lo que pase en el trabajo, la relación de ambos no debe cambiar. Pussy Katz le dice que así será; entonces, Neal la contrata e inmediatamente, la despide. Pussy Katz intenta reaccionar de la mejor manera posible y, a pesar de que no está conforme con lo ocurrido, está decidida a ayudar a su novio a que se dedique a la música. Y lo va a hacer de la forma menos convencional.

Frente al viejo restaurante de cereales, el joven empresario que intentó convencer a Neal del negocio de la franquía, inaugura un restaurante idéntico a Flakes, solo que mucho más organizado y moderno, aunque parece carecer, en la opinión de Neal, del espíritu del Flakes original.

Pussy Katz va a trabajar en esta tienda y le da ideas al joven empresario para que su negocio tenga éxito. En un primer momento, esta actitud nos parece egoísta y traicionera; mas, lo que ella desea es obligar a que Neal se dedique a lo que siempre quiso ser, para que no viva frustrado, como ya lo hace.

A partir de este momento, la relación de la pareja aparentemente no sufre cambios, aunque no hay que negar que el tira y afloja no puede resistir mucho tiempo; pues, gracias a las ideas de Pussy Katz, que es el personaje más fascinante y encantador de la película, el restaurante del joven empresario tiene éxito y el viejo Willie, no solo que se ve obligado a cerrar las puertas del suyo, sino que se da por vencido y desiste de todo.

Pussy Katz
Neal intenta convencer al viejo hipie de que no abandone la lucha, pero Willie tira la toalla; entonces, Neal trata de derrotar a su “enemigo” con una estrategia que no le resulta: el tiro le sale por la culata y Flakes cierra definitivamente sus puertas.

Finalmente la filosofía del joven empresario se impone: todo se compra, todo se vende.

La relación de Neal con Pussy Katz no resiste al enfrentamiento de los dos restaurantes de cereales y ella abandona a su novio, quien debe decidir si continúa huyendo del camino que le puede llevar a su realización personal o se queda en un sueño que no le va a llevar a ningún lado.

Como hemos dicho, Pussy Katz es el personaje más interesante de la película. Es una mujer alegre que cree en sí y en su novio. Al principio nos da la impresión de que es un poco ingenua; sin embargo, vemos que es el personaje más fuerte, más coherente con sus pensamientos y nos cautiva con su sonrisa, su mirada expresiva, su visual colorido y genuino (pelo negro y un gran mechón azul; sus ropas alegres; sus anteojos en forma de corazón), y con la agilidad con la que ve el mundo. No obstante, lo más destacable de Pussy Katz es la convicción de que sus sueños no son sueños: es un plan que hay que realizarlo.
Los sueños deben ser un plan que hay que realizarlo

Neal cree firmemente en sus ideas y en la necesidad de no dejarse atrapar por un sistema en el que se pierde la individualidad; sin embargo, no tiene la fuerza necesaria para conseguir su propia individualidad. Su lucha es ambigua. Le es fácil luchar por el restaurante, pero le resulta difícil hacerlo por él mismo y por Pussy.

El joven empresario se cree invencible. Tiene el dinero y cree que con esto se puede y se debe comprar y vender todo. Nada lo detiene. Cree firmemente en el sistema económico en el que vive y no ve la posibilidad de que haya otro estilo de vida.
Neal y Frutilla
De todos los personajes extravagantes y genuinos de Flakes, es agradable la pequeña participación de Frutilla, una muchacha singular que carga en su espalda una mochila en forma de frutilla y que le da su sabor especial a esa gama de gente que tiene una obsesión especial por cereales.

Flakes es una película pequeña de gran porte. La historia está bien organizada y cada acto con sus consecuencias siguen una lógica en la que la naturalidad de los hechos tiene sentido. No obstante, hay algunos puntos débiles, de los cuales podemos destacar el cambio de personalidad del joven empresario al final de la película. Es un cambio bruscamente “impuesto” que le quita al final de la película parte de la originalidad con la que trabajó el director casi toda la obra.

Sin embargo, a pesar de eso, me ha gustado mucho Flakes y vale la pena verla porque, además de dejarnos algunas reflexiones importantes en estos tiempos de vida donde la lucha por el ser único es cada vez más conflictivo en un mundo de extrema competencia, sus personajes son originales y nos involucran en su mundo desde el primer momento.

Texto original de Patricio M. Trujillo O.

10 de junho de 2011

The Red Baron - O Barão Vermelho

The Red Baron – O Barão Vermelho, Alemanha, Guerra, 2009, 105 minutos.

Com: Matthias Schweighöfer, Til Schweiger, Lena Headey, Joseph Fiennes.

Direção: Nikolai Muellerschöen.

Este filme alemão, O Barão Vermelho, conta a história do lendário Barão Vermelho, o barão Manfred von Richthofen, considerado um dos maiores pilotos, não só da primeira guerra mundial, mas também de todos os tempos.

O filme tem muitos efeitos especiais, único jeito de recriar o ambiente da primeira guerra mundial com a maior precisão possível. Vale destacar que o melhor destes efeitos são os combates aéreos. Imagens belas, de boa qualidade, velozes, empolgantes e, sobre tudo, ricas em detalhes para que o espectador tenha uma visão completa dos aviões da época e de como foram as luta por dominar o espaço aéreo nesse terrível e sanguinário conflito, onde os aviões mostraram, pela primeira vez, em grande escala, o poder de destruição que tem.

Berlim
Vale também ressaltar a precisão de detalhes na recriação das ruas de Berlim e as trincheiras na França o que, como dito anteriormente, demonstra que foi feito um trabalho de qualidade, pois o cenário deste filme é mais uma personagens que conta uma grande história.

O filme começa nos apresentando três garotos que estão caçando e que, quando estão prontos para abater um animal, escutam o motor de um avião. Os garotos esquecem a sua arma e saem correndo para ver voar o avião. O menino maior é quem mais se emociona e logo depois, vemos este menino transformado em adulto e pilotando seu próprio avião. De uma forma destemida, ele e seus companheiros de combate atacam o enterro de um piloto inimigo para deixar cair na tumba deste uma oferenda floral em reconhecimento ao grande piloto que estavam enterrando.
O Barão Vermelho
 Esta atitude agressiva e destemida do barão Manfred von Richthofen é o ponto de partida para conhecer passo a passo a história de como se transformou no Barão Vermelho e como descobriu o outro lado da guerra.

Porque disto trata o filme: não nos narra somente a história do grande piloto e herói prussiano, mas sim nos conta como ele descobre que atrás de seus atos heróicos há uma matança de muita gente que não tem outra escolha: morrer.

O Barão Vermelho e a enfermeira Kate
Depois de um combate aéreo no que o barão Manfred von Richthofen sairía vitorioso, ele e outros pilotos tem que resgatar um piloto inimigo ferido, Roy Brown, e aí ele conhece uma enfermeira, Kate, que fica responsável pelos cuidados do piloto britânico. O barão gosta da enfermeira, mas ela fica chateada com a atitude fria do barão em relação as conseqüências de seus atos de guerra. O barão está em uma fase de querer ser o melhor para se transformar no líder da sua equipe com o sucesso de cada um dos seus atos aéreos.

Este sucesso chegará rápido e assume de forma destemida o comando da equipe. E uma das suas primeiras decisões a tomar, ainda que fosse contra o regulamento, é a de pintar seu avião de cor vermelho, para que o inimigo sempre pudesse vê-lo, pois a sua fama já percorre os céus de todas as bandeiras.

Mas o barão tem duas idéias claras que ensina aos seus pilotos: a primeira é que a missão deles é derrubar aviões e não matar soldados; por isso, aconselha aos seus homens que se o avião já está caindo, eles devem ir embora. E a segunda idéia tem a ver com a sua estratégia de guerra: se um piloto achar que não pode vencer, tem que fugir. E isso não é covardia. É uma forma de vencer nessa luta entre a vida e a morte.

Com as suas idéias e suas vitórias, logo o Barão Vermelho, além de se transformar em uma lenda no mundo todo, ganha a fama e o reconhecimento do exército imperial e a sua imagem é usada para motivar um país que ia perdendo a guerra. A sua imagem é usada de um jeito tal que até os soldados inimigos prisioneiros lhe pedem autógrafos.

Mas o Barão Vermelho ainda está por descobrir o verdadeiro sentido da guerra. Numa das suas batalhas aéreas, ele fica gravemente ferido e a enfermeira Kate fica responsável pela sua cura. Nasce entre eles uma amizade intensa que os leva diretamente a se relacionarem profundamente. E o Barão Vermelho, na sua característica destemida, fala para Kate que ele teve sorte de ser ferido na cabeça para poder estar com ela. Esta fala provoca uma ira profunda em Kate, que leva o Barão Vermelho para conhecer um hospital de feridos: onde estão os soldados que não tiveram o privilégio de nascer no mesmo berço do Barão: morte, mutilações, feridas profundas... É a guerra que o Barão Vermelho não conhecia desde os céus.

Isto mudará para sempre a sua atitude em relação a uma guerra que já estava perdida para a sua nação, e mais ainda quando, um a um, seus melhores amigos e pilotos vão sendo derrotados por um inimigo superior em quantidade. O Barão Vermelho não tem medo, então, de deixar o posto cômodo de comandante, de dizer ao imperador em pessoa o que pensa exatamente da guerra e de voar novamente na sua última batalha...

O Barão Vermelho e seus amigos: uma guerra perdida
Ao longo do filme, é muito interessante conhecer a evolução e transformação do Barão Vermelho. No começo parece só um garoto destemido, irresponsável e preocupado mais pela sua glória; a sua postura, o seu sorriso nos dão a impressão de ser o “típico” jovem que se acha invencível, dono do mundo. Pouco a pouco, ainda que sem perder a fé que ele tem nele mesmo, seu olhar muda e passa a ser uma pessoa que tenta compreender o mundo mais além das suas vitórias.

Vale a pena destacar que as doses de violência são apresentadas ao espectador na medida certa; não se abusa gratuitamente das emoções através de cenas fortes, pois o filme está preocupado em nos mostrar o lado humano do Barão Vermelho e, junto com ele, de todas as pessoas que estão em uma guerra que, no final de contas, não é deles.

O Barão Vermelho e Roy Brown: uma amizade entre inimigos
Quando o Barão Vermelho volta se encontrar durante uma batalha com o mesmo piloto britânico que derrubou e, que também o salvou no começo do filme, Roy Brown, se estabelece entre eles uma amizade de respeito. Os dos aviões caem e os dois inimigos no lugar de se matarem, conversam em um diálogo rápido, mas direto e, através deste, conhecemos o que o Barão pensa da guerra, quando fala que todos os reis, príncipes e imperadores da Europa são parentes e sempre vão achar um meio de estarem brigando entre eles.

Então, qual é o sentido da guerra?

Eterna pergunta com resposta certa para ouvidos surdos e pessoas que só pensam na sua glória com indiferença total para o resto da humanidade.
Manfred von Richthofen, o Barão Vermelho

O Barão Vermelho é um filme que não glorifica nem a guerra nem a figura própria do barão Vermelho; é uma história que faz questão de mostrar o lado humano de um “mito”; é dizer, que o “mito” deixe de ser um simples mito para ser o que foi: uma pessoa que transcendeu na sua época não somente pelas oitenta batalhas aéreas que venceu, mas sim por seu espírito, seus princípios e pela terrível decisão de voltar “aos céus” quando já não tinha que demonstrar para ninguém o que ele era. Uma decisão que o levou a sua morte no dia 21 de abril de 1918.

Para terminar, temos que contar que o filme foi rodado em Baden-Württemberg (Alemanha) e na República Checa, em língua inglesa; depois seria feita a dublagem para o alemão.

Texto original de Patricio M. Trujillo O.

4 de junho de 2011

What's up, Doc?


What’s up, Doc? Comédia, 1972. 94 minutos. USA.

Com: Barbara Streisand, Ryan O’neal.

Direção: Peter Bogdanovich.

What’s up, Dock? é uma das poucas comédias “screwball” (comédias malucas) fora do seu tempo que conseguem seu objetivo: contar uma história hilariante, bem construída, com personagens engraçados e com um roteiro coerente, onde as falas e os movimentos estão bem sincronizados.

Tudo isto foi possível graças ao trabalho detalhista do seu diretor, Peter Bogdanovich, um admirador das comédias malucas e que com este filme tentou, e conseguiu com sucesso e qualidade, reproduzir um filme que nos lembra o melhor das comédias malucas dos anos trinta e quarenta do século passado.

Foi nessa época que o “screwball” (misturando confusão com identidades trocadas, romance, problemas de classes econômicas, entre outros elementos) produz grandes filmes que até hoje estão entre os melhores de todos os tempos, com atores que se consagraram não somente com papéis engraçadíssimos, mas que foram capazes de interpretações memoráveis em outros gêneros do cinema. Falamos de Cary Grant e Katharine Hapburn na imortal Bringing Up Baby (1938, Levada da Breca em português), Clark Gable e Claudette Colbert em It Happened One Night (1934, Aconteceu Naquela Noite).
Barbara Streisand e Ryan O'Neal
Peter Bogdanovich conseguiu, em 1972, com What’s up, Dock? fazer um filme magnífico que até hoje ainda não foi superado.

Barbara Streisand, em uma magnífica interpretação como Judy Maxell, e Ryan O’Neal, que no filme nos lembra a Cary Grant e Harold Lloyd –lógico que sem chegar a qualidade indiscutível deste dois grandes astros do cinema-, como Howard Bannister se metem numa confusão cheia de aventuras, perigos e romance na cidade de São Francisco.

E a confusão toda começa com uma mala. Uma mala vermelha com desenho de tecido tipo escocês. Melhor dizendo: quatro malas idênticas que chegam ao mesmo destino: o Hotel Bristol. A primeira mala tem documentos secretos de estados que são levados por um senhor misterioso, o senhor Smith (quem quase não fala nada); a segunda mala tem as roupas pessoais de Judy Maxell; a tercerira, tem umas rochas ígneas de pre-paleozoi com as quais Howard Bannister pretende ganhar uma contribuição em dinheiro para o desenvolvimento de uma teoria musical esquisita; e, por última, a mala da senhora Van Hoskins que guarda suas jóias muito valiosas.

Barbara Streisand como Judy Maxell
Um homem, tão misterioso quanto o senhor Smith, segue o senhor Smith desde o aeroporto até o hotel com o objetivo de tirar a mala dele sem que ninguém perceba nada. Tanto é assim, que ninguém percebe no hotel que há tantas malas idênticas. Quando a senhora Van Hoskins chega na recepção do hotel, o recepcionista dá o sinal verde para que outro indivíduo, tão misterioso quanto os dois anteriores, tente roubar a mala com as jóias.

Enquanto essas quatro pessoas se preparam para uma luta desesperada para roubar e não ser roubados (com exceção da senhora Van Hoskins que não sabe o que está acontecendo), estão no hotel as outras duas malas que se misturam com as anteriores e provocam a maior confusão e tudo porque os hóspedes estão no mesmo andar, com quartos contíguos e portas que podem comunicar uma habitação com a outra.

Podemos dividir o filme em quatro grandes cenas.

Howard e Eunice
A primeira acontece no aeroporto e nas ruas de São Francisco até a chegado ao hotel Bristol, onde são apresentadas as personagens e as malas. Esta primeira parte é rápida, misteriosa e desde o começo o público já se prepara para a confusão.

Aí também conhecemos aos dois personagens principais do filme: Jyde Maxell e Howard Bannister.

Judy Maxell é uma garota bonita, muito atrevida, não tem vergonha de nada e não aceita um “não” como resposta. Não se dá por vencida facilmente e vai até o final para conseguir o que ela quer. Ela fala rápido, responde com agilidade e sabe de tudo (pois já fez muitos cursos na universidade –ainda que não terminou nenhum); ela é doce, inteligente e cativa as pessoas com facilidade; mas, o fundamental nela são três aspectos: se ela tem uma idéia, não há quem possa fazê-la mudar de opinião; se apaixona a primeira vista de Howard e decide conquistá-lo; e, por último, quando a situação parece se complicar para Howard, decide também ajudá-lo a conseguir o que tanto ele quer, sem se preocupar em nada com o que possa acontecer e as conseqüências de seus atos. Atos que são bem intencionados, sem malícia e que tudo se pode resumir em uma frase: Judy Maxell é uma apaixonada pela vida.

Confusões no hotel
O outro personagen, Howard Bannister, é um homem comprometido com a sua noiva Eunice, que faz tudo para ele e controla a sua vida, pois se não fizesse isso, Howard estaria perdido totalmente no mundo. Ele é um músico que vai para São Francisco para participar de uma Convenção Americana Musicóloga onde participa, com outra pessoa, como finalista para receber a ajuda de vinte mil dólares para desenvolver seu trabalho musical. Ele quer demonstrar como os homens primitivos já faziam musica com as rochas ígeneas. Howard é distraído, não sabe onde estão as coisas, esquece tudo facilmente e quando tudo se complica ao seu redor, olha a câmera, no melhor estilo do cinema mudo, e grita “Help!”.

Nas ruas de São Francisco
A segunda cena –demorada, dinâmica e engraçada- do filme acontece no corredor onde estão as habitações dos donos das famosas malas vermelhas. É um abrir e fechar de portas; é um entrar e sair de uma habitação para outra; é a tentativa de pegar a mala e tirá-la do hotel sem que ninguém perceba; é o desespero para esconder a mala porque não se consegue tirá-la do hotel; é um se esconder precipitadamente para não ser visto nem identificado; é Judy entrando na habitação de Howard e tomando banho; é o Howard desesperado porque não sabe o que Judy faz na sua habitação e Eunice pode descobrir que há outra mulher aí; é o incêndio que provoca Howard ao esconder Judy na sacada da sua habitação quando Eunice entra para ver o quê está acontecendo... Em fim, são muitos minutos de confusão que faz de What’s up Dock? uma verdadeira comédia maluca.

-Help!. Howard pede ajuda desesperadamente
A terceira cena acontece nas ruas da cidade de São Francisco. É uma sequência de perseguição e confusão que só Judy Maxell poderia provocar. Quando finalmente as malas são roubadas, Judy consegue recuperar todas as malas e arrasta Howard com ela. É um desfile pelas ruas da cidade onde provocam um grande tumulto. As cenas são um conjunto de maluquices bem feitas. É verdade que já se viu em muitos filmes perseguições, mas as que acontecem neste filme não são exageradas nem ridículas e nos lembra aos filmes de Harold Lloyd, na melhor época dele, no cinema mudo. Judy e Howard correm de um lugar para outro; depois roubam um carinho de repartição de comida e logo depois um fusca. E enquanto eles fogem, todas as outras pessoas, os que se conheciam e os que ainda nem sabiam bem o que estava acontecendo, vão atrás eles.

A quarta e última cena é quando todos acabam frente a um juiz que tem que resolver todo o problema causado, segundo a narrativa de Howard, por Judy.

What’s up Dock? é um filme de absurdos com uma perfeita lógica. É um “screwball”, quer dizer, é um filme para nos divertir longe de qualquer crítica social, política, sexual... É uma das poucas comédias malucas contemporâneas que estão no mesmo nível de qualidade das originais maluquices da era de ouro de Hollywood.

Texto original de Patricio M. Trujillo O.