O filme que assistimos...

Você encontrará neste espaço comentários e analises de filmes de todas as épocas. Uma excelente oportunidade para aprender além do cinema.

Patricio Miguel Trujillo Ortega


23 de setembro de 2014

Little Children



Little Children, 2006, Drama. Estados Unidos. 136 minutos.

Con Kate Winslet, Patrick Wilson.

Dirección de Todo Field.

Little Chldren es una de las mejores películas de 2006 y ocho años después no ha perdido su vigencia. Continúa siendo rica en contenido y con una manera narrativa sencilla que demuestra que, para hacer buenas películas, no es necesario grandes efectos especiales o romper la línea narrativa con modismos que más ayudan a confundir. Little Children  es una película que trata un tema profundo sin caer en el triste recurso del escándalo; es una película sensible, crítica y, al mismo tiempo, sin huir del problema presentado, pretende dejar abierta una puerta para encontrar la salida, caso así el personaje quiera hacerlo.

Empecemos este breve comentario con las palabras finales de la película: “Tú no puedes cambiar el pasado, pero el futuro puede ser una historia diferente. Y esta (la historia) debe empezar en algún momento”.

Esta frase dicha por el narrador -un narrador omnipresente del que no sabemos nada-  de Little Children resume el sentido de esta excelente película que plantea un tema tan obvio, cuando lo vemos expuesto de esta forma, pero tan difícil de entenderlo cuando se lo vive. Por eso, podemos formular las dos preguntas que se derivan de esta afirmación: “¿Podemos cambiar el pasado? o ¿Podemos construir el futuro?
 
Sarah y su hija: Little Children
Estas dos interrogantes “básicas” son las que los protagonistas de Little Childrenque tuvo tres nominaciones al Oscar de 2007, 39 nominaciones en diversos festivales y 16 premios- intentan responder de la manera más difícil, porque los conflictos internos del ser humano no son tan fáciles de resolverlos como las respuestas “lógicas” que tenemos en la punta de la lengua cuando los problemas son de los otros.

Más que una historia de amor.-

Little Children es mucho más que una historia de amor o de traición como la suelen divulgar para fines comerciales e, inclusive, por las pésimas y mediocres traducciones del título original que no perciben la profundidad de la “metáfora crítica” de su título.

Aunque sí es una historia de amor, no trata solo del “amor romántico”, sino también de la traición, del odio irracional, de los traumas y las perturbaciones sexuales, de la ignorancia, de los prejuicios sociales, de los miedos de conquistar los sueños y del no saber qué hacer frente a los sueños fracasados.
Little Children
Little Children es una historia crítica sobre un estilo de vida que, como su propio título lo dice, trata de los pequeños niños, solo que en este caso, los niños pequeños son los adultos inmaduros que viven a tropiezos y que construyen sus vidas de adultos inmaduros atando sus necesidades, una atrás de otra, con errores y más errores. Por tanto, el título de la película es irónico, pero al mismo tiempo, es una reflexión profunda porque, como lo veremos a continuación, los adultos inmaduros están por todo lado, escondidos en fachadas de una vida perfecta. Y tal vez esta sea el motivo de que la historia transcurra en los famosos suburbios perfectos estadounidenses, pues en las grandes urbes los pequeños niños se mezclan con los grandes y pasan desapercibidos.

Esto explica la primera escena de la película que le engaña adrede al espectador: mientras se escucha la voz de un presentador de noticias de televisión que informa sobre la liberación de un pedófilo y la reacción de la comunidad ante tal hecho, la cámara nos muestra la sala de una casa que está adornada con un gusto algo dudoso: una serie de relojes, uno al lado de otro, y muchas figuras de porcelana de niños en una estantería.
Sarah y su hija Lucy
Decimos que esta escena nos engaña porque nos hace pensar que los niños pequeños de la historia son las víctimas de los adultos; no obstante, enseguida la historia toma otro rumbo cuando el narrador nos presenta la rutina de cuatro madres que llevan a sus hijos pequeños todas las mañanas a jugar en un parque infantil. Tres de ellas, que representan a las “típicas” amas de casa, convencionales y perfectas de los suburbios de los Estados Unidos, crean fantasías con la imagen de un padre que, ocasionalmente, lleva a su hijo pequeño a jugar en el mismo parque. La cuarta madre, la más joven, tiene una apariencia de que está estresada y de no encajar en ese “mundo perfecto” que le rodea. Un ejemplo es la escena cuando Sarah busca la comida para darle a su hija y descubre que la ha dejado en su casa. Ella está nerviosa, enojada, impaciente, mientras su hija alborota y las madres comentan que no es la primera vez que sucede eso.
 
Sarah Pierce (Kate Winslet)
La presentación de estos personajes es a través del narrador omnisciente, del cual el espectador, como lo dijimos anteriormente, no sabe nada, que nos lleva de la mano por el mundo caótica emocional y familiar en el que vive Sarah. El encuentro ocasional y matutino de estas mujeres, que no tienen ninguna amistad profunda y que solo comparten un par de horas al día mientras vigilan que sus hijos pequeños se diviertan, es el punto de partida para intentar responder a las dos preguntas planteadas al principio de este texto.

Los personajes.-

La mejor manera de entender Little Children es concentrarnos en sus protagonistas y comprender las relaciones que ellos intentan reconstruir sin darse cuenta que todo no pasa de una escape: es cierta incapacidad que ellos tienen para entender la realidad, lo que hace que esta película tenga que ser vista más como un drama psicológico profundo que muestra, de manera crítica, el disturbio urbano de una sociedad que vive de las apariencias y no se esfuerza por encontrarse consigo misma.
Richard, el esposo de Sarah
Los personajes principales están bien construidos. Son coherentes en sus propuestas, en sus conductas y tienen vida propia. El espectador, de alguna manera, en algún momento de la película, se ve decepcionado cuando ve que estos se comportan de una forma que no esperaríamos, pues a pesar de que “representan” la vida suburbana estadounidense, no caen en el estereotipo de otros dramas,  lo que enriquece la película, y más aún porque no encontramos, a lo largo de la obra, indicios que nos muestren antes de hora las opciones que cada uno de ellos toma, sea para bien o para mal.

Sarah Pierce (Kate Winslet) es una joven mujer, casada y madre de Lucy, una niña pequeña de unos cinco años. Ella, como ya lo dijimos, va todas las mañanas a un parque infantil para que su hija juegue. Sin embargo, como esposa y ama de casa está frustrada. Económicamente su vida no tiene ningún problema. Vive en una casa grande, lujosa, pero su vida matrimonial y sexual está en un impase. Por otro lado, ella ha abandonado sus estudios de doctorado en literatura para dedicarse exclusivamente a la vida familiar. Una vida que ahora le asfixia porque no tiene ninguna perspectiva para el futuro que no sea el cuidar a su hija; no porque esto sea un error, sino porque sus sueños, sus aspiraciones se han quedado a medio camino. Hay que comprender que, además de madre, ella es una mujer. Y eso se percibe cuando decide romper ese hermetismo en el que se encuentra y compra un traje de baño rojo con el único objetivo de sentirse bonita, de ser atractiva para los ojos de otro hombre. Es la necesidad de recuperar su autoestima.

Por otro lado, su esposo Richard no le ayuda a resolver su gran conflicto, pues este se ha distanciado emocional y sexualmente de su esposa y prefiere masturbarse frente a un computador que tener relaciones sexuales con Sarah.
Sarah y Brad
Brad Adamson (Patrick Wilson) está casado con Kathy (Jennifer Connelly) y tiene un hijo Aaron. Brad es abogado, pero aún no ejerce la profesión pues no ha cumplido todos los requisitos para serlo y, por eso, se dedica al hogar, a cuidar a su hijo, mientras su esposa trabaja fuera de casa y es la que sostiene el hogar financieramente. En teoría, Brad está acomodado a su situación y se está preparando para concluir su carrera; no obstante, está frustrado: ama a su esposa, ama a su hijo, pero no ama su vida y nunca ha querido ser abogado.

Una de las escenas más importantes para entender a Brad es cuando sale de su casa por la noche para ir a estudiar en la biblioteca, pero se queda en la calle, sentado, mientras ve a un grupo de jóvenes que se divierten y hacen acrobacias con sus monopatines. A Brad le gustaría hacer lo mismo, pero no tiene la fuerza necesaria para tomar una decisión tan importante en su vida como es la de hacer algo que le dé satisfacción; por tanto, se plantea una interrogación: ¿qué es más importante: la carrera profesional elegida, aunque no le da satisfacción o un sueño juvenil que nunca lo realizó? Además, hay que recordar para vivir el estilo de vida que ahora tiene, abandonó la práctica del fútbol americano que tanto le gustaba.
Brad y los jóvenes deportitas
 No es que Brad quiera ser como los jóvenes adolescentes, sino que tiene la necesidad de hacer algo que le dé sentido a su vida. La respuesta a este dilema no es tan fácil como parece; por eso, hay que recordar otros elementos  que le incomodan: su vida sexual con su esposa tampoco es buena, pues esta aún permite que el hijo de ellos duerma en la cama matrimonial, sacrificando así la relación de la pareja.
 
Brad y sus problemas conyugales
Brad huye de su problema al relacionarse íntimamente con Sarah quien, aprovecha también la oportunidad para volver a tener la sensación de ser amada, de ser deseada y, por qué no, de rencontrar sus aspiraciones de vida.

Es interesante el papel que cumple la literatura en la relación extraconyugal entre Sarah y Brad. Se hace una referencia a Madame Bovary de Gustave Flaubert para trazar un paralelismo entre la personaje-título de este libro francés y Sarah.
Sarah, su traje de baño y la psicina: un juego por recuperar la autoestima
Otros personajes.-

Little Children no se limita a contar la historia de amor y traición de Sarah y su esposo y la de Brad con su mujer. Hay otros personajes ricos que completan este pequeño mundo suburbano que, de un día para otro, se transforma en un mundo complejo y peligroso.
Ronnie
Ronnie (Jackie Earle Hayley) es un pedófilo que acaba de salir de la cárcel y regresa a la casa de su madre quien le protege no solo de los conflictos que provoca su presencia en el barrio, sino también del mundo exterior: la madre le cuida como si fuera un niño que pudiera dejar de comportarse mal simplemente porque ella lo ama. La madre está consciente de los problemas de su hijo, sin embargo su mayor preocupación es quién lo va a cuidar cuando ella ya no esté.

Ronnie es un hombre inmaduro con un problema sexual y psicológico tan profundo que no le permite relacionarse con otros adultos, y peor aún, con una mujer. Por eso una de las escenas más dramáticas de la película es cuando él tiene una cita con una mujer. El ambiente es tenso, y el hecho de que la escena sea nocturna, ayuda a acentuar la situación enfermiza de Ronnie cuando este le obliga a la chica a estacionar el auto frente al patio de una casa en dónde se ve un columpio. No entramos en más detalles de la escena para no quitarle al espectador la posibilidad de que él mismo descubra el mundo pervertido de Ronnie y el peligro que este represente tanto para la sociedad como para él mismo.
La madre de Ronnie
Sin embargo, hay que resaltar que Ronnie está consciente de su problema que le martiriza, hasta tal punto que él mismo llegará a la automutilación como una forma desesperada de recuperar una parte de la vida que nunca la ha tenido y que nunca más la podrá tener.

Ronnie, como personaje, cumple dos papeles. El primero, nos desvía de la atención de los problemas de Sarah y Brad, lo que permite explorar otros tipos de conflictos que no pueden permanecer escondidos; en otras palabras, las relaciones no pueden resumirse solo a historias de amor de pareja de éxito y de fracaso.
Larry y la mamá de Ronnie
El otro papel es que justifica la presencia de Larry (Noah Emmerich), un antiguo amigo de Brad y un expolicía, que decide perturbar la vida de Ronnie en el barrio. Su odio por el pedófilo huye del control y se le vuelve una obsesión. En verdad, es la manera que encuentra para huir de sus propios conflictos. De esta manera, Ronnie y Larry forman una pareja de odio de dos personas que no consiguen verse a sí mismos y, al no hacerlo, arrastran en su drama a otras personas, inocentes o no, en el torbellino de sus vidas. En el caso de Larry, a la madre de Ronnie.

Pero no es solo la inmadurez de Larry que no consigue comprender los errores que cometió como policía, marido y padre lo que nos llama la atención; sino que él es una imagen, un retrato de la inmadurez de la sociedad que no sabe cómo actuar, de verdad, frente al Ronnie.
 
Ronnie, la policía y la comunidad
La escena que muestra esto de una manera clara es cuando Ronnie va a la piscina pública del barrio y se pone a nadar en medio de la multitud. Cuando la gente le reconoce, empieza la histeria colectiva, el “miedo sin sentido”. Todos abandonan la piscina hasta que la policía llega y le obliga abandonar el lugar. En esta ocasión, él no ha hecho nada, sin embargo su presencia incomoda a la población que, en verdad, no está preocupada por nada con la vida del enfermo: simplemente no quieren su presencia y lo que a él le pase no les interesa. El objetivo no es curar el mal, sino no permitir que el mal nos ataque. Y esto lo vemos en la continuidad de la escena: cuando la policía se lo lleva, todos vuelven a la piscina en medio de una gran gritería, como si nada hubiera sucedido. En otras palabras, es un rechazo con odio-egoísta: Ronnie es el malo y no importa lo que le pase mientras nadie se sienta perturbado. Es decir, la sociedad como un ente colectivo no propone soluciones al problema; lo único que se busca es driblarlo y dejarlo para que otros lo resuelvan.

La sensualidad, la tensión y la madurez.-

Little Children tiene una narración muy interesante y le captura al espectador con facilidad. Además de sus personajes bien construidos, el ambiente que se crea alrededor de estos consigue mantener diferentes estados de ánimo conjugados magistralmente. Por un lado están las escenas de seducción, con algo de erotismo, de pasión y de amor entre Sarah y Brad. Son escenas bien elaboradas y la dosis de sensualidad hace que la película no caiga ni en lo común ni en la apelación gracias a la buena fotografía que sabe cómo captar los momentos intensos entre los amantes.


El otro aspecto que hay que mencionar es la tensión. Es una película prácticamente tensa desde el momento en que los personajes empiezan a interactuar entre ellos hasta el final. El espectador no tiene tiempo para respirar y relajarse. Así lo vemos desde el principio, cuando Sarah le pide a Brad que le bese con el objetivo de provocar a sus “amigas” curiosas hasta cuando ella misma le pierde de su vista a su hija por unos segundos una noche y parece que un destino se construye alrededor de la niña.

Hay que destacar, por otro lado, que la película les ofrece a los personajes la oportunidad de enmendar sus errores. No lo hace de manera moralista ni hipócrita. Trata de hacerlo de una manera natural, en la que cada personaje debe descubrir que sus acciones tienen consecuencias. Ellos deben entender que son adultos y que no pueden continuar comportándose como niños aunque no se sientan satisfechos con la vida que tiene hasta ese momento. No pueden seguir echando la culpa a los demás por sus propias decisiones; no pueden, simplemente, dejo hacia atrás y salir corriendo, huyendo de la realidad.
La fotografia como lenguaje
En ese sentido, a pesar de que es un drama, Little Children tiene algo peculiar que no es común en los dramas psicológicos: se le ofrece a sus personajes y, por tanto, al público, una posibilidad positiva de enmendar “el futuro”.

Los 136 minutos de la película transcurren con mucha agilidad. Las escenas, que no ofrecen trucos especiales, son dinámicas gracias a la calidad fotográfica. La variedad de ángulos que la cámara utiliza es parte del lenguaje narrativo. Es una fotografía que, aparentemente, no tiene nada de especial, sin embargo la cámara parece estar siempre en los lugares necesarios y habría destacar los detalles: los primeros planos constantes que se transforman en el “discurso narrativo”. Podemos mencionar tres escenas como ejemplo. La primera cuando Brad y Sarah se aman. Los detalles que recorren las curvas del cuerpo de Sarah y el tiempo necesario para que el espectador vea el rostro de ellos,  principalmente el de ella, lo que hace que el espectador comprenda las emociones, las necesidades y las angustias de Sarah: no es simplemente una aventura más.
Sarah
La segunda es cuando Sarah y su marido han ido a cenar a la casa de Brad y su esposa. La cámara, siempre parada, está inquieta y muestra variedad de ángulos, principalmente las expresiones del rostro de las dos esposas mientras la conversación se da, aparentemente, de la manera más informal.
 
La esposa de Brad
Y la tercera que comentamos aquí es cuando Ronnie le obliga a la chica, con quien ha salido, a detener el auto. Son tres momentos de primeros planos: el lloro de la mujer, la excitación violenta de Ronnie y, de repente, los columpios, quietos y silenciosos.
Little Children

Little Children es una muestra de que aún hay buenas películas a pesar de que el tema, aparentemente, no es innovador. Es una obra profunda, actual y, como dijimos al principio, su título es una metáfora: niños pequeños que juegan a ser adultos en un mundo de adultos, donde tienen miedo de ser adultos y de dejar de ser niños.

Text original de Patricio Miguel Trujillo Ortega.

Está prohibida la reproducción total o parcial del texto sin la autorización escrita del autor.

Um comentário:

  1. Lo que vi es que la princesa trabaja para sustentar a un "princeso" que no le interesa estudiar y mucho menos trabajar. Y ninguna de ellas merece a este "princeso" gandul.

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